Nuevo fanfic y con ello, nuevo drama(?, fanfic basado ligeramente en el video musical de Melanie Martinez "dollhouse". Disfruten de la lectura dejen reviews para saber si continuar o no este fanfic, denle like a mi página de facebook (El link se encuentra en mi perfil)

Disclaimer: Love live! school idol project no me pertenece, al igual que sus personajes.


Familia perfecta

El ático se ha convertido mi lugar favorito para esconderme de todos los problemas que me rodean. En este frío lugar puedo "jugar" sin ser molestada por los ruidos que hacían los muebles al ser arrojados hacia el suelo, los gritos de mi furibundo padre eran un murmullo lejano aquí, el olor a cigarro estaba fuera del alcance de mis fosas nasales, ninguna botella de alcohol se encontraba tirada en el suelo. Lo único que había en el ático era paz y silencio, sin olvidar mencionar la presencia de mi muñeca de porcelana, la cual me miraba portando una sonrisa serena.

Han pasado ocho años desde que me mudé a Japón, Tokio. Desde que tengo memoria, siempre nos mudábamos a causa del trabajo de mis padres, pero esta vez bajo la insistencia de nuestro padre, decidimos quedarnos permanentemente en Tokio.

¿Quién diría que la mudanza afectaría tanto a nuestra familia?

A los ojos de los demás somos una familia perfecta, envidiable, feliz; sin embargo cuando la noche llega y las cortinas se cierran…

La imagen de familia perfecta desaparece con un chasquido de dedos.

Mi padre sin decir nada, solo se levanta de su asiento y sale de casa, mi madre empieza a llorar mientras saca todo el licor del mini bar y mi hermano…

Mi hermano se encierra en su habitación a drogarse…

Heroína, cocaína, marihuana. Todas esas sustancias que deteriora el cuerpo humano, deben ya estar dentro de mi hermano mayor…

Nadie sabe de esto, ni siquiera mis amigas más cercanas, a excepción de…

Elichi, mi querida muñeca de porcelana.

Flash back

Aún recuerdo la emoción de recibir tal muñeca como regalo de cumple años, mis ojos brillaban y mis mejillas dolían por la gran sonrisa que portaba en aquel entonces…

-Feliz cumple años, Nozomi. –Mi madre fue la encargada de entregarme la muñeca.

Sin duda alguna era hermosa.

De cabellos rubios y ojos azules como el cielo despejado. Tan pequeña y delicada, el creador de esta muñeca se lució en su diseño.

-¿Te ha gustado? –Mi padre preguntó con una sonrisa.

-¡Me ha encantado! –Para enfatizar mi sentimiento, abracé la muñeca. Teniendo cuidado de no romperla.

La muñeca de porcelana se volvió tan especial para mí, tanto que la alejaba de todo aquel que tenía intenciones de tocarla. Ella es muy delicada como para estar en otras manos que no fueran las mías propias.

Elichi se volvió mi más preciado tesoro, gracias a su llegada pude deshacerme de todos los juguetes que alguna vez amé en mi infancia.

Hubo veces en las que lloraba al no encontrarla por ningún lugar, esto solo pasaba cada vez que cambiábamos de casa. Era muy difícil encontrarla por todas esas cajas.

-¿Nozomi? –Ignoré el llamado de mi madre, estaba muy ocupada buscando a Elichi. – ¿Qué buscas? –Escuché que mi madre se acercaba a mí.

-¡Elichi no está! –Lloré, tirando la caja en la que estaba buscando en el proceso.

-¿Elichi? –Mi madre frunció el ceño en confusión. -¿Te refieres a la muñeca de porcelana?

-¡Sí! –De inmediato respondí a su pregunta. – ¿Sabes dónde está?

-Bueno, tu hermano…

Sin esperar a que terminara su oración, salí corriendo en búsqueda de mi onii-chan.

Una vez que lo encontré, jalé la manga de su camisa para llamar su atención, una sonrisa en sus labios apareció mientras se agachaba a mi altura.

-¿Qué ocurre, Nozomi? –Él acarició mis cabellos.

-Elichi, no encuentro a Elichi. –Él rio apenado por eso.

-Lo siento, olvidé decirte que la guardé yo mismo. –Mi hermano se reincorporó a su posición inicial. –Espera aquí, te la daré.

Obedecí a su suave orden. Pero después de unos segundos, el aburrimiento llegó a mí y la única forma de quitar aquello, era inspeccionar la habitación de onii-chan.

Empecé por su armario, el cual solo estaba su ropa colgada de una manera impecable, nada raro de él. Bajo de su cama no encontré nada extraño, solo pequeñas pelusas, en los cajones de su escritorio unos cuantos lapiceros y bolígrafos había ahí, por ultimo revisé su librero.

-En verdad que no puedes quedarte quieta por unos segundos, Nozomi. –Dejé lo que estaba haciendo, con clara vergüenza en mi rostro.

-Lo siento, onii-chan. –Murmuré suavemente.

-No importa. –Nuevamente se agachó a mi altura. –Mira, he encontrado a Elichi. –Me extendió la muñeca de porcelana que creí perdida.

-¡Elichi! –Tomé la muñeca de las manos de onii-chan y la abracé contra mi pecho. –Gracias onii-chan. –Él solo me dedicó una gran sonrisa.

-Anda, ve a jugar con ella. –Asentí antes de salir deprisa de su habitación.

Ese día había hecho un gran desastre en mi habitación, las cajas donde se encontraban mis pertenencias estaban tiradas por todo el suelo, salvo de algunas fotografías que había tomado con la cámara que mis padres me habían regalado en mi anterior cumpleaños. Cada fotografía las fui pegando en la pared de mi habitación, así formando un gran collage que admirar todos los días.

-Solo falta la más importante. –Tomé la foto restante que aun permanecía en la caja.

Esta foto era muy especial, hacia un buen clima cuando fue capturada en el momento preciso. Mi hermano mayor me había cargado en brazos, mientras que nuestros padres estaban en el fondo riendo.

-Oh, Elichi, perdón no era mi intención ignorarte. –Mi muñeca descansaba en mi escritorio.

Nuevamente la tomé entre mis manos.

-¿Qué deberíamos jugar? –Miré a mí alrededor, ignorando por completo el desastre. -¡Lo tengo!

Sin más, planifiqué el juego que llegó a mi mente.

-Señorita Elichi, ¿Me permitiría esta pieza? –Extendí mi mano a la inmóvil muñeca. –Solo sígame.

Por todo el lugar di pequeños giros, en ningún momento solté a Elichi. Para finalizar nuestro dichoso baile, besé sus labios fríos.

-Gracias por este magnífico baile. –Hice una reverencia.

-Parece que te lo estás pasando bien, Nozomi.

Estaba tan distraída que no noté la presencia de mi madre en la puerta.

-Solo estaba bailando mamá. –Sonreí. -¿Qué sucede?

-La cena está lista, ¿No querrás que tu hermano y padre se terminen el yakiniku, cierto?

-¡No! –Dejé en su sitio a Elichi y salí corriendo a la cocina. -¡Papá, Onii-chan, no se terminen el yakiniku!

Todo era normal dentro de mi familia, compartíamos todo, no había secretos entre nosotros.

Eso era lo que creía en ese tiempo…

Pero las cosas cambiaron cuando comencé a crecer.

Fin del flash back

Aun cuando los gritos se escuchaban como un murmuro lejano, claramente podía entender las cosas que gritaban. Nuevamente mi madre estaba reclamando a mi padre sobre su…

¿Octava, novena, decima? Infidelidad, mi padre lo ha hecho tantas veces que he perdido la cuenta ya. Me apegué más a mi muñeca de porcelana al escuchar que a los gritos le agregaron insultos.

Ahora mi hermano mayor se ha sumado a la discusión con un:

-¡¿Qué no puede haber un segundo de silencio en esta casa?!

Suspiré, porque sabía muy bien lo que pasaría después. Papá se iría, mamá destaparía todas las bebidas alcohólicas que encontrase en nuestra casa y mi hermano, mi guardián de hace cinco años se encerraría a fumar su nueva adquisición.

Un cálido tarareo me trajo a la realidad. Lo único que pude hacer fue dejarme llevar por esa calidez.

-Cierto, ahora tengo a un nuevo guardián… -Sonreí.

No hay porque temer, esta nueva persona me protegerá de todo aquello que me haga daño.

No más discusiones, no más alcohol, no más drogas.

No más ilusión de familia "perfecta".

~CONTINUARÁ~