Según ancestrales historias, los seres humanos, antaño convivieron mano a mano con fabulosas criaturas, capaces de controlar los elementos de la naturaleza, tales como el fuego, el agua, la electricidad o inclusive energías del más allá. A día de hoy, no hay prueba alguna que compruebe la existencia de estas criaturas, los únicos vestigios de estos, son las pinturas rupestres de hordas de estos, conviviendo con seres humanos y batallando unos contra otros, aun así, jamás se han encontrado restos de este tipo de criaturas, que se habrían extinto hace miles de años, mas a lo largo de todo el mundo desde tiempos inmemoriales, se veneran a ciertas especies de estas criaturas, los considerados como "Legendarios"; que se dice han vivido desde aquellos tiempos en que poblaban las tierras y que seguirían vivos a día de hoy. Avistamientos de estos han sido registrados a lo largo de toda la historia de la humanidad, templos ancestrales con estatuas de estos son abundantes en el globo, o los relatos con pocos siglos de antigüedad que hablan de estos y aún a día de hoy, hay gente que asegura haber avistado a estas criaturas inmortales; sin embargo, una muy pequeña cantidad de personas habrían sido capaces no de tan sólo hacer contacto con estas leyendas vivas, sino de hasta convivir y aprender de ellas.

Chapter 1: First Meet.

Spring, June 15th... 11:24 PM

La nieve caía y no parecía planear detenerse. Dendemille era una pequeña ciudad al norte de la región, bastante conocida por la eterna nevada que llevaba azotándola desde hace más de medio milenio y por el gran molino de viento que antaño era la principal herramienta de la poca agricultura que se podía llevar en tan helado sitio, aunque actualmente servía más como punto turístico y mirador. La mayoría de edificaciones parecían hechas del mismo material, ladrillos blancos y tejados de color azul oscuro, combinando con los tonos que la nevada otorgaba al lugar. Las calles parecían hechas del mismo tipo de ladrillo.

Todos los habitantes que pasaban por las calles iban vestidos con abrigos, bufandas y guantes para cubrirse de la fría noche que congelaba a los transeúntes; mas un hombre joven recibía miradas curiosas y extrañadas; razonable, pues este a pesar de sus vestimentas parecía no verse afectado por las bajas temperaturas. Por cómo se veía, cualquiera diría que era un turista; no era muy alto, su tono de piel era moreno, de cabello negro y de ropa: Una chaqueta delgada azul marino abierta con bordes blancos y las mangas subidas hasta los codos, bajo esta, una playera sencilla negra; por lo bajo llevaba unos pantalones de Jean grisáceos; todo esto, acompañado por guantes negros sin dedos de muñequeras rojas, una gorra blanca de visera roja y zapatillas rojas de cordones negros, se veía como mínimo decepcionado.

Se dirigió hacia los árboles que rodeaban el poblado, muchos estaban muertos, otros tantos tenían sus hojas cubiertas por la nieve que caía encima de estas. Cruzó entre ellos con dificultad, estaban muy juntos y no parecía que la barrera natural fuese delgada, no se alcanzaba a ver el otro lado. Chasqueó la lengua e inhaló. El bosque retumbó un poco y del otro lado del bosque, él salió de entre un par de árboles, quitándose hojas y pequeñas ramas de la ropa. Llegó a un campo irregular nevado bastante sencillo y llano. Caminó bordeando los árboles hacia el sur, hasta que tres árboles, con su parte baja congelada en un gran bloque de hielo llamaran su atención, parecían haberse helado repentinamente y era tan sólo la parte baja de esos tres, todos los árboles restantes se mantenían gruesos bajo la nieve, ninguno llegaba a ocultarse bajo el hielo... no pudo evitar el sonreír, eso era lo que había estado buscando. Se agachó y acercó su mano, la posó sobre el hielo y este se descongeló rápidamente, se levantó miró por entre los árboles, viendo como el hielo se expandía en lo profundo. Volvió al interior del bosque, curioso de lo que habría ocurrido.

El frío se intensificaba cada vez más y los árboles ya parecían ser completamente de hielo al igual que el suelo. Al final de ellos, había un claro en mitad de los árboles, los cuales se curvaban hacia el centro, cubriendo la parte superior, el claro era imposible de ver desde el aire.

Los pinos y robles estaban enfriados casi hasta las copas a más de cuatro metros de altura. Allí, la nieve no llegaba, sin contar los pocos copos que caían con las hojas, aun así, el suelo estaba congelado y lo que debería ser pasto se habría vuelto pequeñas estalagmitas de hielo. Vio una hoja caer desde los árboles, esta se heló a mitad del aire y al caer al suelo de hizo pedazos. El hielo se derretía con sus pasos dejando ver el verde césped bajo sus huellas que rápidamente se tornaba blancas de nuevo.

Sentada en un tocón en la orilla del claro, una chica tranquilamente movía al compás de su mano el aire frío con trozos de hielo y copos de nieve que bailaban a su alrededor; al notar al chico se levantó acelerada, encarándolo con las manos cerca del pecho. Llevaba un abrigo rojo forrado con pelo blanco en el interior de la capucha que descansaba en su espalda, en las mangas y por el borde inferior. Las mangas las tenía por el codo y el abrigo abierto; llevaba un chaleco de lana azul claro; un short blanco corto de costuras negras; calzas negras que cubrían todas sus piernas y unas botas de nieve marrón oscuro largas; su piel era clara y su cabello castaño bajaba liso en dos largos mechones a cada lado de su rostro y sobre lado izquierdo un corto flequillo; sobre su cabeza, un pañuelo negro con el diseño de una rosa rojo oscuro, amarrada a su cabeza; por último sus manos tenían unos guantes blancos de muñequera y dedos negros.

- ¿Vi... viste? - Preguntó nerviosa en posición de defensa.

- Lo vi - Respondió él sencillamente con las manos en los bolsillos.

Ella no sabía qué hacer, sus manos temblaban, pensó que, como cualquier otra persona, reaccionaría con miedo al ver su habilidad, que la trataría como un monstruo. Se sorprendió al ver la leve sonrisa en la cara de él. Suspiró y bajó sus brazos - ¿No dirás nada? - Cuestionó la chica aún un tanto nerviosa - ¿Sobre "eso"?

- Mmm... - Lo pensó un poco - ¿Quién te adoptó? - Preguntó con duda.

- ¿Eh? - Ella no podía estar más extrañada por su pregunta - ¿A qué te refieres?

- Agh - Se quejó pensando en cómo explicarlo - Alguien te tiene que haber enseñado a hacer eso ¿verdad? - Ella asintió lentamente sin dejar su desconfianza - Fue un ser legendario ¿Verdad?

Con sus azules ojos abiertos y su boca dejando ver su dentadura superior entre sus labios de sorpresa y algo de miedo - ¿Cómo sabes sobre eso? - Preguntó alejándose lentamente de él.

- ¿No lo he dicho aún? - Estaba confuso, ella negó con su cabeza - Mi nombre es Ash, mi padre adoptivo fue "El Dragón Blanco Veraz", Reshiram... y si tú eres el hielo - Sonrió orgullosamente y saco sus manos de sus bolsillo, se sacó el guante izquierdo y le mostró el dorso de su mano, la cual comenzó a arder con fuerza, cubriéndose de fuego hasta la punta de sus dedos; desde su cuerpo, comenzó a generar un enorme calor que derritió todo el hielo del claro, dejando ver de nuevo el suelo verde y el color oscuro de la corteza de los árboles cercanos, un calor tan grande que ella se cubrió con sus brazos para no quemarse el rostro - Yo soy fuego - Ella no sabía cómo reaccionar, cayó al piso con las rodillas juntas y se sentó en el pasto que quedaba entre sus pantorrillas, comenzó a sollozar débilmente con sus manos en su cara intentando detener las pocas lágrimas que salían de ella. Ash se acercó lentamente, con la sonrisa más consoladora que le podía dar, entendía la situación en la que ella estaba, por primera vez habría encontrado a alguien que no la tratará como una bestia no-humana, alguien lo más mínimamente similar a ella, que no la juzgaría por sus extraños poderes. Se sentó con una rodilla en el piso y la otra levantada en el pasto mojado tanto por el hielo derretido como por las leves lágrimas de ella. Acercó su mano sin guante a su rostro sabiendo que aún estaba algo caliente y sacó las manos de ella de su rostro, ella estaba paralizada por su tacto, aun así, sonrió. Soltó sus manos de su rostro tras secar las lágrimas - Entonces... ¿Quién eres tú? - Preguntó Ash, para luego colocar las manos por detrás, de apoyo para recostarse un poco.

- ¿Eh?... oh, claro, perdón - Dijo tras recordar el no haberse presentado – May Balance - Miró hacia un lado con algo de molestia y siguió - Hija de... Articuno... el ave de hielo y esta - Dijo acercando sus manos al bolsillo de su abrigo, sacando una esfera, mitad roja, mitad blanca divididas con una línea negra y un botón por el centro y se la mostró - Es Glaceon - Volvió a meter la esfera en el mismo bolsillo, el derecho. Ella seguía sonriendo, él le sonrió de vuelta.

- Ya veo, un gusto conocerte May - Se volvió a colocar su guante y se levantó, extendiendo su mano hacia ella para que se pusiese de pie igualmente, la cual aceptó su invitación tomando su mano.

Tras colocarse de pie, le respondió - Un gusto también, Ash - No podía dejar de sonreír, aun cuando las lágrimas no dejaban de salir poco a poco.

Salieron juntos de aquel claro, atravesando los árboles en dirección contraria al pueblo. May iba agarrada a la manga de la chaqueta de Ash, para no perderlo en aquel bosque oscuro por la poca luz lunar que entraba por entre las ramas muertas de los árboles y por entre las nubes negras por la oscuridad de la noche. Aun entremedio de los árboles, que en aquella parte del bosque dejaban caminos por los que transitar, la nieve no se había detenido, aunque a May no parecía importarle la nieve que le caía, al final esta se derretía al acercarse a alguno de los dos, por acción de Ash.

El bosque no era tétrico en lo absoluto, la nieve y los pocos rayos de luna daban un ambiente ameno y bello a los árboles que se movían con el viento frío que surcaba el lugar.

- Entonces... ¿qué hacías aquí? - Preguntó Ash volteando su rostro para mirarla - En Dendemille, digo.

- Vivo aquí, tengo un departamento en la ciudad.

- Ya veo, ha de ser cómodo - Dijo volviendo a mirar al frente - Yo soy un viajero - Dijo con orgullo en su voz.

- Entonces... eres un vagabundo - Le respondió algo decepcionada y soltando su chaqueta con algo de asco irónico en su expresión.

- ¿Qué? ¡No! - Se quejó insultado - Acampo, me consigo mis provisiones y voy de norte a sur y de este a oeste por distintas regiones - Intentó defenderse

- Ya... igual que un vagabundo ¿no? - Dijo queriendo hacerlo enojar, cosa que consiguió.

- ¡No! ¡Yo si tengo dinero!

- Ok... entendido, sí, eres un "viajero" - Dijo con ironía y risa - Entonces... "viajero" ¿Qué te trajo a Dendemille? Un sitio tan frío y sin atractivo turísticos alguno, más que com punto intermedio a las montañas.

Ash se detuvo y habló - Escuché de unos residentes de aquí, que habían huido hacia el sur porque en el pueblo y por los bosques, a veces, sitios se helaban espontáneamente y que había un frío tan horrible que cualquiera que se acercase moriría por necrosis, habían huido con miedo de que les pasara algo y muriesen congelados - Ella sólo pudo moverse un tanto incómoda - Supuse que tenía que ser alguien como yo, un Usuario del Poder de los Legendarios o de directamente un legendario; quise venir a ver si encontraba... a alguien - Se dio la vuelta a mirarla de frente con una sonrisa, tranquilizándola - Y te encontré a ti - Ella sólo pudo sonreír - Supongo que tienes algo que ver ¿No?

- La verdad... Sí - Respondió resignada - A veces me pasa, se congela todo en un instante.

- ¿No es un poder sorprendente? - Dijo con ilusión - Yo lo único que puedo hacer es quemar todo - Rió.

- Supongo ¿no? - Rió igualmente.

Siguieron caminando en silencio hasta llegar a aquella planicie nevada que cubría el noroeste de la región.

- A Glaceon le encanta este lugar - Mencionó May sacando de su bolsillo aquella esfera bicolor, Ash sólo miró como ella la lanzó al aire con delicadeza y como esta, a mitad del aire estalló en trozos de hielo y aire gélido de los que luego aparecería un zorro níveo de un tono celeste claro en su pelaje, de largas orejas y delgada cola; con diseños de rombos verde agua sobre su lomo y en la punta de su rabo; sobre su rostro, otros tres rombos de un tono azul oscuro y dos largos listones que caían hacia cada lado; no media más de un metro y era bastante delgado. Surgió con un agudo y largo aullido, cuando se volteó a ver a su dueña gruñó con el ceño fruncido intentando intimidar a Ash que se encontraba a un lado de esta, comenzando a rugirle para que se alejara mientras se acercaba lentamente a su dueña.

- Tranquila, Glaceon - El zorro cortó su intento de proteger a su dueña para escucharla - No hará nada - Aún con algo de desconfianza se sentó a un lado de las piernas de May aún gruñéndole a Ash - Lo siento, no está acostumbrada a la gente para nada - Se excusó con Ash.

- No me extraña, mi compañero es igual a veces.

- ¿Tu compañero? - Dijo extrañada - ¿Viajas con alguien acaso?

- Me refiero a la cosa esa que me acompaña, es un pájaro de fuego - Dijo con orgullo.

Ella esperó un momento y al ver que Ash no hacía amago de sacar a su criatura... - ¿No lo sacarás? - Cuestionó dudosa, esperaba ver al acompañante de Ash.

- Claro, perdón, lo olvidé - Se sacó el guante derecho y encendió una llama en su mano, levantó el brazo y disparó un proyectil de fuego que explotó sutilmente a decenas de metros de altura - Debería llegar en cualquier momento - Dijo.

- ¿Por qué no lo tienes en su ball?

- No me gusta tenerlo encerrado, prefiero que vuele por allí, mientras yo estoy en las ciudades, así descansa un poco quiero creer, además dudo que le gustase estar todo el tiempo conmigo.

- Ah - Dijo comprendiéndole - A mi Glaceon parece no importarle, así que la meto para tenerla cerca - Se agachó y comenzó a acariciar fuertemente su cabeza y debajo de su mandíbula, el zorro sólo aceptó gustoso las caricias - Supongo que es parte de su naturaleza el meterse y salirse de ellas.

- Supongo que sí - Dijo viendo como el Glaceon empezaba a relajarse en manos de May.

Un enorme e intimidante rugido resonó en la zona, proveniente de las espaldas de Ash, el sólo se giró contento y May se sorprendió, abriendo la boca y los ojos al ver que se acercaba - ¡Es un maldito dragón! - Dijo May sorprendida al ver como un lagarto alado de tono naranja se acercaba a gran velocidad por el aire, rugiendo.

- Nah - Le negó a May con la cabeza - Es más un pájaro-lagarto que un dragón - Dijo apuntando al ser en el aire tras recolocarse el guante.

Tras unos segundo, el dragón se detuvo en el aire y aterrizó de pie a un lado de Ash, haciendo retumbar el lugar con su caída, extendió las alas y rugió al aire subiendo sus pequeños brazos con garras; su abdomen era de un tono amarillo; su cola estaba curvada, quedando junto a las garras de sus patas; tenía un par de cuernos en la cabeza; el interior de sus alas era azul marino y sus ojos, de un fiero azul claro; sería una criatura imponente... si no fuera del mismo tamaño que Ash. Él se apoyó en el hombro del dragón, con la mano derecha, colocando una pierna detrás de la otra y con la otra mano a la cintura dijo - Te presentó a mi Charizard - Con la sonrisa más grande que pudo dar y los ojos cerrados.

Tras aquel enorme dragón haber hecho su aparición frente a May, ella seguía completamente sorprendida, ver a un dragón volando hacia ti, no era algo común en ninguna parte, el Glaceon de May, se escondió detrás de ella, escondiéndose tanto del acompañante de Ash, como del calor que ambos emitían.

Aquella intimidante mirada que el Charizard tenía, se fue volviendo más amena a medida que dejaba de expulsar fuego por la abertura de sus labios y miraba a May, ella sólo le saludó nerviosa, agitando la mano lentamente, con un leve rugido y un movimiento de cabeza, el dragón le respondió. El zorro salió lentamente de su escondite, gruñéndole al Charizard, que bajó un poco la cabeza y suspiró un poco de fuego que se desvaneció en el aire, el Glaceon volvió a su escondite.

- No puedo creer que tengas un dragón – May se agachó a rascar el lomo su amiga - Glaceon es pequeña al lado de esa cosa.

- Primero, no es un dragón - Dijo mirando al Charizard que respondía con un gruñido de queja - Yo soy más dragón que él - Cruzándose de brazos y sacando pecho frente al lagarto con la intención de molestarle, ella podria jurar que la llama de su cola se tornaba azul

- Bromeas ¿no? - Respondió May indignada y apuntando al lagarto con alas - Eso es un dragón - Ahora él se levanta de pecho frente a Ash con orgullo.

- No digas eso, lo alabas - Dijo acercándose un poco a May, dejando al Charizard a su espalda - Me costó quitarle la idea de que es un dragón, no se la vuelvas a meter en la cabeza ¿Sí? - Ella asintió resignada - Es un lagarto, no un dragón – Le habló lentamente sílaba por sílaba.

- Lo sé, ya entendí, no es un dragón, no tienes que explicarme así - Dijo quejándose con las manos a la cadera.

Ash río hasta que vio como el Glaceon detrás de May se iba rápidamente sin que ella se diera cuenta - ¡Cuidado! - Dijo levantando a May desde la cintura con el brazo izquierdo, impulsándose con llamas en sus piernas hacia el aire, mientras ella reaccionaba cerrando los ojos y con un agudo grito por el improviso; cuando los volvió a abrir, tenía calor; aunque Ash ya había apagado el fuego, su cuerpo aún emitía un intenso calor, mas el aire frío ayudaba; aun estando a unos cientos de metros del piso donde habían llegado en los no más de cinco segundos que cerró los párpados, seguían subiendo por el impulso aunque a una velocidad muy inferior.

May miró el suelo viendo como el Charizard había usado su cola como látigo hacia donde estaban ellos antes, en media luna al frente de él, un radio enorme de nieve se había derretido en la dirección donde el Charizard había agitado su cola, de la cual aún salían pequeñas llamas que se apagaron rápidamente por el aire - ¡¿Qué rayos fue eso?! - Gritó desde el agarre de Ash, no parecía importarle la altura, sino más bien el devastador ataque del Charizard.

- ¡Eso fue la Heat Wave de Charizard, ya viste como funciona! - Ash hablaba fuerte, el sonido del viento era ensordecedor. Suspiró y con los dientes rápidamente se quitó el guante derecho para levantar el brazo, sus pantalones se habían quemado en la parte de los talones y sus zapatos habían ardido completamente en el ascenso, el cual acaba de terminar y empezaban a caer finalmente, el Charizard abrió sus alas y voló directamente hacia arriba con la intención de colisionar con su dueño mientras sus alas brillaban de un tono blanco. Una enorme llama se encendió desde el antebrazo de Ash, que se extendía por el aire a medida que bajaban - ¡Prepárate! ¡Le devolveré un ataque aún más poderoso! - Dijo con una preocupante sonrisa para una May con miedo del preocupante ataque que se avecinaba.

- ¡Que no se te ocurra! - Gritó May preocupada tratando de soltarse de Ash.

- ¡Lo siento! ¡Ya se me ocurrió! - Encendió sus piernas por un momento para volcarse de cabeza al piso y empezar a impulsarse en picado al suelo encendiendo sus piernas para acelerar su caída. May se intentaba soltar desesperadamente con su agudo grito que Ash ya se había acostumbrado a escuchar. La llama de su brazo empezó a alargarse hacia lo alto, empezando desde su puño y terminando más allá de las nubes, atravesándolas por un agujero donde las nubes se habían dispersado y evaporado por el calor.

Caían en picado directo hacia el Charizard, con el puño de Ash por delante, extendiendo la columna de llamas y evitando quemar a May que ya resignado había optado por aferrarse todo lo posible a Ash, ocultándose en su pecho. Las piernas de Ash comenzaron a arder con más fuerza, aumentando la velocidad con la que caían - FIRE!... - Gritaba Ash mientras se acercaba lo suficiente al lagarto desde frente como para golpearlo con aquel ardiente puñetazo - ...PLEDGE! – El Charizard recibió aquel puñetazo que explotó en una enorme llamarada y una cortina de humo que derritió todas las piedras y la nieve; las nubes se esparcieron y la nevada se detuvo en seco, el lagarto cayó al suelo en perpendicular, alejándose de Ash y ardiendo con una enorme fuerza, aun así, Ash, no se detuvo y siguió cayendo a gran velocidad hasta el piso donde habría vuelto a golpear, esta vez el terreno, provocando la misma reacción que antes pero a un radio mayor, dejando grietas y rupturas en la zona del impacto.

Aquel día a las afueras de Dendemille, se creó un cráter volcánico, que a pesar de no ser muy profundo, tenía alrededor de diez metros de diámetro e hilos de lava y piedras a medio fundir saliendo de este por las grietas que surcaban el punto, en el centro, Ash, que a pesar de tener humo y pequeñas llamas saliéndose hasta por los oídos, su orgullosa sonrisa no se la quitaba nadie, en sus brazos May con la ropa un tanto quemada por los bordes y con unas cuántas quemaduras en su rostro, había quedado completamente inconsciente; la velocidad, el calor y el impacto fueron demasiado para ella. El Charizard estaba igual, tirado inconsciente a unas decenas de metros donde había caído por el golpe y rematado por la caída de Ash y el Glaceon que se había salvado por ocultarse en lo profundo del bosque. Volvió lentamente soplando viento frío hacia abajo, enfriando el suelo que aún ardía.

- ¿Crees que me sobrepasé? - Preguntó Ash al verla acercarse, acomodó a May en su hombro derecho y con el otro brazo sacudió la ceniza de su ropa y de la de ella y miró al Glaceon, el zorro asentía con la cabeza hacia Ash - Sí, quizás sí - La nevada comenzó a caer una vez más y Ash escuchó como pasos de un cúmulo de gente venía desde la puerta al sur de Dendemille - Será mejor que vuelvas - Le dijo al Glaceon de May, el cual parecía no querer ir en contra de Ash y se convirtió en aire gélido con trozos de hielo que se dirigieron rápidamente hacia May, metiéndose en su bolsillo para volverse en la esfera que era antes adentro de este, Ash sólo miró al Charizard que se desvanecía en llamas que se dirigieron hacia la mano de Ash, donde se enrollaron y convirtieron en el mismo tipo de bola roja y blanca; sujetó a May en su hombro y voló a ras de suelo usando sus piernas como propulsores otra vez, dirigiéndose al norte del bosque.


May despertó dos horas después y lentamente abrió los ojos para mirar a su alrededor. Estaba recostada en la orilla de un río, con el agua hasta el cuello, el río de agua congelada cruzaba el bosque y la ciudad, llevando trozos de hielo en él. Su chaleco, abrigo, bandana y botas estaban a un lado del río cubriéndose de nieve mientras Glaceon dormía a un lado, vio como aun llevaba las calzas que le llegaban hasta las pantorrillas, sus shorts y una remera de tirantes apretada de tono rosa que usaba por debajo del chaleco; su cabello estaba suelto y mojado, llegando hasta sus hombros ondulado. No parecía molestarle el agua congelada y salió de esta sin mayor esfuerzo, sentándose en el borde, arremangándose las calzas (ahora agujereadas por el fuego) hasta las rodillas y quedando sólo sus piernas en el agua. Se sacudió el cabello, quitándose la nieve de encima y se volvió a colocar la pañoleta, se miró en el agua y vio su cabello que a pesar de estar ondulado, no se veía mal en sus mechones por debajo del pañuelo; miró sus brazos y lo único que vio fue una pequeña quemadura leve en el dorso de su mano derecha, quemadura que lentamente iba volviendo a ser su piel normal, en su rostro ya no tenía ninguna quemadura o en ninguna parte de su cuerpo. Se dio vuelta y vio como el forro y la mitad de su abrigo estaban completamente calcinados, al igual que el cuello de su sweater azul, Intentó recordar lo que había ocurrido antes de caer inconsciente... lo último que recordaba era aquel calor, el sonido de una enorme cantidad de fuego crepitando cerca de ella, el viento, el agarre de alguien en ella y aquel gritó desgarrador que había sido aquel "Fire Pledge" de...

- ¿Ash? - Volvió a fijarse en el bosque girando su cabeza de un lado al otro. Salió del agua y se arrodilló junto a su compañera y la sacudió - Glaceon, Glaceon - La llamaba en voz baja, el zorro despertó con un quejido y al ver a su dueña perfectamente, alegré se apoyó en su pecho con las patas delanteras y comenzó a lamer su rostro contenta, May río y bajó a su amiga de encima - Glaceon... ¿Y Ash? - El zorro tembló por un momento al escuchar ese nombre, se giró y apuntó con su hocico hacia el interior del bosque tras rastrear su olor por unos segundos, luego empezó a caminar hacia aquella dirección, May tomó sus cosas y se encaminó detrás de ella.

Cruzando detrás de aquellos árboles tan apretados, había otro claro, aunque mucho más pequeño que el anterior. La nieve se derretía en el suelo, mientras Ash cerca de un bolso negro, ya con otros pantalones de color gris, se cambiaba la chaqueta que tenía el brazo y el hombro derecho completamente incinerado, al igual que la playera de manga corta que llevaba por debajo, se sacó ambos, su cuerpo era más tonificado de lo que parecía a primera vista, se cambió a una sudadera azul claro con un gorro negro, mangas largas negras y un bolsillo en el estómago del mismo color sin nada por debajo, miró May una vez terminó de colocarse la prenda, metió sus manos en el bolsillo y se acercó a ella, a medida que se acercaba, el Glaceon se refugiaba detrás de las piernas de May, hasta que volvió a dispersarse en aire frió y volver al bolsillo de su dueña, esta vez en el de su short - ¿Estás bien ya? Tenías unas quemaduras graves, así que te dejé en el agua.

- Gracias por eso, pero ya estoy bien - Dijo con un rostro serio - Aun así - Su tono empezaba a ser más fuerte - ¡¿Qué diablos te pasa?!

- ¿Por qué? - Miró como iba May y dijo - ¿Fue por qué te desvestí? - May se enfurecía cada vez más - No te quejes, no te hice nada - Intentaba excusarse desesperadamente.

- ¡No, imbécil!... ¡Que también! ¡Pero! ¡¿Por qué quemaste mi ropa?! - Dijo enseñándole la ropa que traía en sus brazos

- ¿Y te quejas por eso? - Susurró - Eso, pues... ¡Era inevitable! ¡Es tu culpa por estar cerca cuando se me ocurre quemar todo!

- ¡Tú me tomaste por la fuerza!

-... ... Cierto - Se golpeó el rostro con la palma - Aun así, no es culpa mía, yo te advertí.

- ¡¿Y qué podía hacer yo?! - Dijo soltando la ropa, dejándola caer sobre la nieve y apuntándose a sí misma - Me intenté soltar y ¡no me dejabas!

- ¡Agh! Como sea, dijiste que tenías un departamento, te acompañaré hasta allí - Abrió su bolso y sacó una sudadera con capucha, negra y se la arrojó a May que ya resignada, la atrapó en el aire - Ponte eso, dudo que quieras ir así por la calle - dijo apuntando a su remera que remarcaba su figura y "dotada" delantera, ella sólo se cubrió con los brazos, y se dio la vuelta mientras ella se colocaba el polerón, Ash tomó las cosas quemadas de May y las metió en su bolso, colgándoselo en el hombro izquierdo.

May se dio la vuelta y miró a Ash, la sudadera le quedaba un tanto grande, aun así, no le quedaba mal, la sudadera no tenía ningún diseño además de la cremallera blanca, además era lo suficientemente corta para que aun se viese un poco de los shorts que llevaba; metió las manos en los bolsillos y posó ligeramente - ¿Qué tal? - Dijo nerviosa.

- Te queda perfecto - Le sonrió

- Gracias - Se relajó – Entonces... ¿Nos vamos? - Ash asintió y ella comenzó a mirar a los alrededores apuntando de un lado al otro lentamente con un dedo que sobresalía del brazo de la sudadera que le quedaba largo.

- La ciudad está hacia allá - Dijo Ash apuntando hacia su derecha - Hacia el sur.

- Claro vamos hacia allá - Dijo May encaminándose hacia donde Ash había apuntado, suspiró y habló - No puedo esperar a llegar a casa.


Caminaban por Dendemille, las calles estaban mucho más vacías que antes, al fin y al cabo, era de madrugada y la conmoción de un supuesto meteorito había atraído a varias personas a lugar del impacto.

Caminaron en silencio, hasta llegar al edificio en donde May vivía, de tono blanco como la mayoría en la ciudad y de siete pisos. El edificio era una cuadra entera en terreno, la mitad en la edificación y la otra mitad en un parque cubierto de nieve.

- ¿Aquí es? - Preguntó Ash mirando la estructura desde el suelo hasta lo alto.

- Sí, aquí es - May metió su mano en su bolsillo, sus llaves se habían enfriado en el río, dejando de arder, al menos no habían llegado a derretirse. Abrió el portón del edificio y mantuvo la puerta dejando pasar a Ash, una vez entró, cerró la puerta de nuevo, quedando ambos en el Jardín del lugar

- Y.… es un lindo sitio - Dijo buscando iniciar una conversación.

- ¿Lo es? - Ash asintió - Llevo viviendo aquí cinco años, me he acostumbrado a verlo.

- ¿Cinco años? - May sonrió - ¿Vives sola?

- ¿No te dije que casi no tengo conocidos? ¿O por lo menos no cercanos?... bueno, supongo que vivo con Glaceon.

- Cierto, lo había olvidado - Ash río - Si llevas cinco años sola... ¿qué edad tienes?

- ¿Yo? Dieciocho, aunque técnicamente son seis años sola - May soltó un suspiro - ¿En qué rayos estaba pensado ese maldito...? - Murmuró con una voz baja que Ash llegó a ir.

- Peor aún - May sólo pudo sonreír resignada - Yo llevo ocho años viajando, pero jamás me ha gustado ir sólo, así que terminó haciendo conocidos en todas partes... de los que conocieron mi habilidad... murieron calcinados o huyeron al enterarse, viaje con unas cuantas personas, jamás terminaron de acostumbrarse.

May entendía perfectamente la situación de Ash, aunque sólo permaneció en silencio mientras entraba al edificio principal a esperar el elevador, en cuanto este llegó, entró y Ash con ella, iban relativamente separados, Ash con las manos en los bolsillos de su pantalón y May con las manos juntas mientras se agitaba ligeramente, bastante nerviosa, miró a Ash y se fijó por los espejos que eran las paredes del ascensor en lo bastante más alto que era Ash que ella.

- ¿Y tú? - Ash se giró en su dirección mirándola, esperando a que explicase su pregunta, ella al ver que no se enteraba, prosiguió - Tu edad.

- Diecinueve, estamos bastante cerca

- Oye - Llamó la atención de Ash - ¿Por qué no me cuentas de tus viajes? - Al llegar el ascensor al piso cinco, las puertas se abrieron, May salió y desde afuera miró a Ash con las manos en la espalda esperando su respuesta. Ash salió después de ella.

- No es mucho, simplemente es caminar y volar con Charizard siguiendo cualquier rumor que me llegue, además tengo un problema serio de agarrarme con cualquier persona a golpes por nada - Rió nerviosamente

May apoyó su espalda en la puerta más alejada del elevador - Aun asi, ha de ser divertido ir de un lado al otro sin preocupaciones... me encantaría viajar por el mundo - Dijo con una sonrisa de ilusión en su rostro que brillaba con su declaración.

- Lo es, no me arrepiento en lo absoluto de haber estado todos estos años de un lado al otro.

- Como pregunta - Dijo volviendo a ese nerviosismo y posición de antes - Si no quieres, no, claro... pero... si te preguntara... si puedo viajar contigo ¿Qué responderías? - Dijo mirando al suelo.

- Que me encantaría viajar con otra persona.

El rostro de May se iluminó y una enorme sonrisa apareció en ella, se abalanzó sobre Ash, abrazándolo del cuello y tirándolo al suelo con el impulso del salto tan fuerte que May había dado, había llegado a dejar marcas en el suelo donde antes estaban sus pies. Ya en el suelo le dijo - Gracias - Quedó tirada arriba de él, para luego colocarse de pie de nuevo. Ash sólo sonrió mientras se sentaba, aún en el piso.

May ayudó a Ash a levantarse extendiendo su mano y luego se dirigió al interior de su departamento.

Ash sacó su móvil de su pantalón, no era tan grande y tenía un color negro y miró la pantalla... 2:27 Am - Partimos en dos horas

- No - Respondió May sencillamente - Te veo mañana, 6 de la tarde, en la entrada de la ruta 6 ¿Te parece? - Dijo cerrando la puerta, dejando a un Ash sin tiempo de reaccionar afuera.

May apoyó su espalda en la puerta de nuevo mientras sus labios temblaban intentando no formar una sonrisa, al final, no pudo y ese brillante rostro de felicidad volvió a aparecer, dando pequeños y altos saltos, avanzó hacia el interior.

El departamento de May era sencillo, estaba pintado de un color guinda que se veía oscuro por la poca luz que atravesaba las cortinas del balcón. Desde la puerta de entrada, un corto pasillo llevaba a la sala principal, donde a la izquierda se veía la cocina que no tenía puerta y a la derecha, el baño y la única habitación del lugar, la mesa de comedor era rectangular, alargada y estaba en la cocina, por lo que el living se veía bastante amplio; en la muralla que separaba la habitación del living, un sofá largo de color negro a la derecha del ventanal, al frente una alfombra roja con el diseño de flores negras, unas repisas al frente, apoyadas a la otra pared y una mesita cercana al sofá; sobre las repisas, una televisión plana bastante pequeña permanecía apagada, también a la derecha del sofá a un par de metros en la otra esquina, una mesa redonda con varias bolsas de mercancías sobre esta y finalmente, en la pared a un lado de la puerta había un perchero con dos abrigos, uno de un tono rosa con forro de pelo al igual que el rojo y otro de color negro bastante más largo y elegante pero sin el forrado.

Miró su reflejo en el cristal que daba al balcón y principalmente, miraba aquella enorme sonrisa que estaba en su rostro. se fijó en su cabello, que seguía ondulado y suspiró sin perder su alegría. Dormiría primero y ya se ducharía al despertar. Se dejó caer en el sofá abrazando sus piernas ocultando su cabeza en sus rodillas, reteniendo un grito de alegría, se fijó en que aún llevaba la ropa de Ash y en lo cálida que esta era; levantó el cuello de la prenda, se lo acercó al rostro, aspiró profundamente y sintió un ligero olor a humo, posiblemente toda su ropa olería igual. Se tiró hacia un lado y recostada en el sofá, se durmió tras aquel largo día.


Unos ligeros golpes la despertaron, se sentó aún adormilada y con un bostezo se levantó para dirigirse a la puerta, ella espabiló al darse cuenta que a medida que se acercaba a la puerta, los golpes sonaban más lejanos, se dio la vuelta y mientras los golpes resonaban en el lugar, se dirigió a paso rápido al balcón, tomó las cortinas y las abrió, viendo como Ash estaba sentado en la baranda y golpeando débilmente el vidrio con los nudillos, May miró hacia un lado, había un pequeño reloj cerca de la televisión, 4:16 AM, abrió bruscamente el ventanal - ¿No te dije que nos veríamos a las 6?

- ¿Y no te dije que partíamos en dos horas?

- Agh, como quieras - se quejó May, cerrando el ventanal y dirigiéndose a su habitación, abrió el ropero que yacía a un lado de la cama, sacó un par de prendas, dos toallas y se dirigió al baño que se encontraba a un lado de su habitación.

Tras cuarenta minutos, May salió ya vestida con una playera negra de mangas de tres cuartos bajo un chaleco sin mangas y abierto de color rojo, unos Jean azules, una bandana roja con dos círculos blancos en la cabeza y zapatos negros, de interior, suela y cordones rosas; a la cintura un pequeño bolso rosa con cremalleras negras y el polerón de Ash en mano - ¿Qué rayos hiciste? - Dijo enojada viendo a Ash tirado a lo largo del sofá con un brazo detrás del cuello y viendo su móvil tranquilamente mientras a su lado, el vidrio había sido completamente derretido en un círculo por el que había entrado a la fuerza.

Ash la miró y ella le lanzó su sudadera en la cara - No te preocupes, no es mucho... aún quedan las esquinas ¿no? - Dijo viendo lo que antes era un cristal sólido - Además, no creo que uses mucho este apartamento de aquí en adelante.

May suspiró - Cuando vuelva estará lleno de nieve - Mencionó al ver como la nieve que caía ya se metía entre la alfombra.

- Bueno, si en algún momento volvemos, yo me encargaré de derretir toda la nieve - Ash, se puso de pie y se acercó a May.

- Como sea, puedo remplazarla con hielo además necesito hacer mi equipaje, sólo déjame...

Ash se colocó a espaldas de May y lanzó la bola que guardaba a su Charizard por la ventana, tomó a May desde sus corvas y espaldas, la levantó y corrió hacia el balcón. May soltó un pequeño grito al ser levantada - ¿Qué rayos crees qué... - Ash saltó desde la baranda, ante esto, ella no reaccionó particularmente asustada. Lo que May pensó que sería una caída libre desde el quinto piso, acabó siendo una caída sobre lomos del, en principio, dragón de Ash, que ahora llevaba por la espalda una correa desde el hombro izquierdo a por debajo del ala derecha, llevaba colgando el bolso negro de su dueño. Al sentir a ambos en su espalda, rugió y voló hacia el sur, conmocionando a las pocas personas que se encontraban a esa hora por las calles nevadas de Dendemille. Ash la bajó y ambos quedaron sentados sobre el dragón que para no ser tan grande podía llevar a dos personas con facilidad, May miró a los lados y hacia el suelo, al menos parecía no tener vértigo - ¡¿Hacia a dónde vamos?! - Le gritó por el fuerte sonido del viento.

- ¡May! ¡¿Alguna vez has estado en la capital?! - Dijo con una sonrisa, los ojos de May se iluminaron, la capital era su sueño y llevaba mucho tiempo queriendo ir - ¡En este momento! - Habló lentamente presagiando su primer gran viaje - ¡Nos vamos a Lilycove! - La alegría de ambos la acompañó el rugido del Charizard, mientras sobrevolaban la ruta 6 con sus caminos escarpados. En unas horas llegarían a Lilycove, la capital de la región... donde esta historia continuará.

Spring, June 16th... 04:53 AM

Chapter 1, End
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Extra:

Ash Ketchum.
- Altura: 1,72
- Peso: 64 Kl
- Edad: 19
- Tipos: Fuego, Dragón
- Legendario: Reshiram
- Especie: Dragón
- Color Fav: Azul Marino
- Bebida Fav: Gaseosas
- (Confidencial)
- (Confidencial)
- (Confidencial)
- (Confidencial)

May Balance
- Altura: 1,63
- Peso: (Secreto)
- Edad: 18
- Tipos: Hielo, Volador.
- Legendario: Articuno
- Especie: Ave
- Color Fav: Celeste
- Bebida Fav: Agua Mineral
- (Confidencial)
- (Confidencial)
- (Confidencial)
- (Confidencial

1,5

Aclaraciones:

Personajes:

Los personajes comparten nombre y apariencia (casi en todos los casos) con los personajes de la serie original, aun así, no compartirán actitud necesariamente. En pocas palabras, Los personajes son distintos.

Mapa:

A pesar de que se mencionen ciudades y puntos de las regiones conocidas actualmente, esto no se lleva a cabo en ninguna de estas, se lleva a cabo en una región "nueva" conformada por puntos de mapas anteriores (el mapa y diseños de personaje planeó subirlos a una cuenta específica para esto en alguna red social siempre que haya alguien a quien le interesen porque si no ¿Para qué?

Relaciones:

La concordancia entre personajes y por aquellos que los criaron, no implica nada, simplemente fueron elegidos por selección entre varias opciones para el mismo puesto (hablando de los usuarios y legendarios, claro está)

Esto es mi "Ficción":

Finalmente, si quiero pasarme por el forro de las protuberancias de Castform ciertos aspectos mostrados en la saga original, lo haré y el que quiere oponerse, mala suerte.

También cabe destacar, esta historia lleva en proceso desde 2015 o 14, ha pasado por muchas modificaciones, la historia está completamente planificada (no por ende escrita, que no lo está) mas, tras tres años, me decidí a reescribir los primero diez capítulos que ya tenía escritos, desde... a saber cuándo. Temas aparte, la historia actual no pasará por ninguna modificación y los detalles ya están completamente planeados, costó, pero terminé todos los preámbulos para empezar a escribir esta historia, que aspira a mucho.

(En caso de que más aclaraciones sean necesitadas a futuro, se publicará con el mismo modelo sin infringir en la periodicidad de publicación de la historia, que se planea sea un capítulo cada dos semanas. En caso de que me quedé corto de capítulos, la historia se pondrá en Stop, por espacios de no más de un mes, situación que espero no sea necesaria)