Hola!

Quiero darles la bienvenida a esta nueva historia, no sé si sepan pero tengo una cuenta en instagram en la que subo imágenes faberry a diario y bueno unas en especial gustan mucho las mismas sobre Quinn siendo estudiante y Rachel siendo profesora, fue así como decidí escribir este fanfic a petición de varias personas, lo primero que quiero decirles es que será una historia corta ya que tengo otra en proceso y es mucho más compleja que esta por lo tanto este fanfic es para divertirnos e imaginar este universo alternativo en el que Rachel es profesora y Quinn su alumna jaja paciencia denle una oportunidad lean y dejen sus comentarios.

Quiero darles las gracias por el apoyo que recibí con Turning Points me han llegado mensajes de personas que se sintieron identificadas con la historia y que sobre todo la tomaron como una manera de comenzar de nuevo y no dejarse vencer mil gracias.

Enigmática, que es la otra historia que estoy escribiendo esta yendo por buen camino y pronto podrán leerla, tengo dos meses de vacaciones así que sera genial volver a escribir, esa historia la subiré a la par con esta así que en unos días ya la podrán leer.

Ah por cierto subí un one-shot revísenlo y dejen sus comentarios.

Por otro lado pues a ti, si a ti gracias por llegar a mi vida

Cualquier duda o sugerencia aquí están mis redes sociales:

Twitter, instagram, wattpad: dcimaginegirl

¿que les digo siempre? Sonrían vale la pena hacerlo

Att: Caro


Science & Faith

Capitulo 1

No todo en la vida son números, no todo en la vida son letras, quizás cuando aprendemos a tener un balance entre ambos mundos entendemos la complejidad de los mismos y sobre todo aprendemos a respetar las creencias de cada uno, no todo es fantasía y no todo tiene una explicación lógica. A veces nos sumergimos tanto en nuestros pequeños mundos creyendo que la ciencia lo puede explicar todo, pero no nos damos cuenta que existe más, que otras personas también tienen su realidad.

Por un lado hay quienes disfrutan de leer, de sumergirse en el mundo de las letras, de imaginar y creer lo que se les antoje, los libros son su refugio, la realidad a veces no es tan buena como creemos y que mejor que salir de la rutina y la pesadez de la vida que dejarse llevar por un buen libro ¿Quién no ha querido un amor como en los cuentos? Bueno, hay personas que sueñan con ello, que creen que es mejor vivir con un poco de fantasía en la vida.

Pero también están quienes creen que todo tiene un porque, todo puede explicarse, todo es números, todo es ciencia, no hay más realidad que ello, hay quienes necesitamos de una explicación para cada cosa, la fe no es algo que les acompañe ni mucho menos la fantasía ¿una mente cuadrada? Quizás, pero dentro de aquella mente puede esconderse grandes secretos.

Se han preguntado ¿Qué pasa cuando la realidad y la fantasía se chocan? Pues un desastre total.

Rachel Barbra Berry, 24 años recién graduada iba camino a su primer empleo, el puesto era como maestra de Literatura, si quizás eso no era lo que esperaba pero necesitaba el dinero, así que cuando su mejor amigo le comento sobre ese puesto no dudo en aceptar.

Se había graduado bastante rápido debido a que había adelantado materias y sus excelentes calificaciones le permitieron terminar con su carrera lo más rápido posible, se había imaginado todo, su empleo, su auto, sus amigos, todo estaba perfectamente planeado, pero no todo resulto como esperaba y allí estaba ella, con 24 años dispuesta a dar clases, dispuesta a aceptar un trabajo que nunca imagino tener y que tampoco quería tenerlo.

-Señorita Berry ¿verdad? - le preguntaba.

-Así es – respondió sonriendo.

-Te diré Berry – suspiro recargándose sobre silla – voy a ponerte las cosas en claro los muchachos aquí son unos idiotas y no lo digo yo lo dicen sus calificaciones, ya nadie sabe que más hacer para que estudien, se dediquen y usted - la señalo – estará a cargo de los alumnos de último años, los peores.

-Vaya – dijo algo nerviosa – directora Sylvester entiendo que los chicos a esa edad tengan ciertas dificultades en enfocarse pero estoy segura de que puedo...

-Oh Berry no me prometas nada, espera a verlos y después me dirás que harás para que ellos se pongan a estudiar y no tener que aguantarlos un año más aquí.

Sue Sylvester era la directora del Instituto McKinley, llevaba años en su puesto y era conocida por ser una de las educadoras más estrictas, sin embargo tenía un problema, los estudiantes de último año estaban fuera de control y ya no sabía qué hacer.

El instituto era amplio, tenía un gimnasio, piscina, estadio y por supuesto un auditorio, además eran conocidos por tener al mejor equipo de porristas de todo el país, también el equipo de baloncesto era bastante reconocido, pero intelectualmente hablando aún faltaba mucho y eso era lo que quería la directora mejorar.

Rachel caminaba junto a Sue por los pasillos del instituto esquivando a estudiantes que salían de sus salones, no hace mucho Rachel era uno de ellos, pero ahí estaba con solo 24 años lista para enfrentarse al mundo de verdad, no iba a negarlo estaba nerviosa, pero también ansiosa de conocer a los chicos, finalmente llegaron al lugar, se escuchaba mucho ruido adentro del aula, chicos riendo y gritando.

-Bien respira Berry – la miro fijamente y entro al salón – buenos días bestias, espero que hayan tenido una mala noche. Quiero presentarles a su nueva profesora de Literatura y se los advierto si le hacen algo o renuncia se las van a ver conmigo no tendré contemplaciones y les aseguro que van a sufrir – decía muy molesta mientras Rachel observaba desde afuera como les gritaba – denle la bienvenida a la señorita Rachel Berry.

Rachel tomo una bocanada de aire y entró al salón, allí observo detenidamente los rostros de quienes serían sus estudiantes, todos miraban asombrados hasta que finalmente se rompió el silencio.

-Con una profesora así me repito esta materia todos los años – dijo riéndose.

-Cállate Evans – intervino Sue – lo primero que les digo y lo primero que hacen.

-Ya perdón – sonrió.

-Bien los dejare a solas para que se conozcan – miro a Rachel – si pasa algo grite lo más fuerte que pueda.

Sin más que decir salió del salón dejando a la morena sola, estaba nerviosa, nunca había sido buena relacionándose pero ahora debía aprender, nunca en su vida pensó estar en esa situación pero ahora debía sobrevivir al menos por aquel año electivo.

-Bueno – se aclaró la garganta – mi nombre es Rachel Berry y seré su maestra de Literatura, sé que soy joven y es porque me acabo de graduar pero no por eso no tengo experiencia, la directora Sylvester me explico que ustedes tienen varios problemas con esta y las demás materias.

-Son aburridas – grito un chico en la parte de atrás del salón

-Bueno yo creo que no debe ser aburrido, créanme encontraremos la manera de que las clases no sean monótonas. Además quiero decirles que…

-Perdón se nos hizo tarde – se abrió la puerta e ingresaron dos chicas, eran rubias vestían uniforme de porristas, parecían agotadas ya que habían llegado corriendo - ¿Quién es usted? – pregunto una de ellas.

-Soy la nueva profesora de Literatura.

-Uy carne fresa – respondió muy sonriente.

-Kitty basta – dijo la otra chica – discúlpela a veces es bastante idiota.

-Tomen asiento por favor – volvió a mirar a los chicos – bien ya saben un poco más de mi ahora quiero saber de ustedes. Comencemos señor.

-Soy Sam Evans, capitán del equipo de básquet.

-Me llamo Mercedes Jones y me gusta mucho cantar – todos comenzaron a reírse.

-¿Por qué se ríen? – pregunto confundida la morena.

-Porque es una estupidez – comenzó Sam.

-Una estupidez es que usted no respete señor Evans, si vuelve a interrumpir se verá en serios problemas no conmigo sino con la directora – dicho esto el muchacho bajo la mirada – continuemos por favor.

-Me llamo Kitty Wilde – sonrió – estoy en las animadoras, me encanta hacer deporte. Rachel solo asintió amablemente.

-Mi nombre es Quinn Fabray – se levantó una chica de cabello rubio, llevaba el uniforme de las animadoras, tenía los ojos claros y su cabello recogido – soy lo que ves – dijo esto y volvió a sentarse.

-Veo simplemente a una chica en uniforme de porrista no creo que seas solo eso.

-Quizás no, pero eso no debería importarle – le respondio mirándola fijamente.

Arrogante pensó Rachel, esa era una palabra para describirla, si bien era una chica hermosa era demasiado arrogante para su gusto. Sabía perfectamente cómo eran las chicas de su tipo y no estaba dispuesta a ceder a su actitud.

-Antes que lo olvide para mañana necesito que traigan escrito en una hoja lo que hicieron en su día, no máximo de tres líneas.

-¿Para qué sirve eso? – pregunto uno de los chicos.

-Porque de a poco les voy a mostrar lo hermoso que puede ser escribir o leer, todos tenemos la capacidad de escribir y plasmar nuestras ideas tal y como lo hacen los grandes autores.

Las presentaciones continuaron y finalmente la clase termino, no fue un desastre como lo imagino de hecho todos se comportaron bastante bien, algo que sin duda le había sorprendido teniendo en cuenta lo que le había contado la directora.

El día termino sin mayores contratiempos y Rachel volvió a su departamento, lo compartía con su mejor amiga Santana López, se habían conocido en la Universidad y como ninguna de las dos contaba con un empleo fijo decidieron arrendar un lugar para las dos, así compartirían gastos y el dinero sería un problema menos.

-Gay Berry al fin llegas – decía muy sonriente.

-No me digas así – suspiro enojada dejando su bolsa en el sofá.

-Pero es la verdad mejor dime ¿tienes alguna alumna linda?

-Idiota – comenzó a reírse – ya te dije que te mantengas alejada de mis alumnas.

-Deberían de legalizar a las chicas de 16 hay unas muy lindas – le sonrió.

-Después yo soy gay Berry – le decía riéndose mientras agarraba una manzana y la mordía.

-Obviamente – se acercó a abrazarla – ya no te enojes enana ¿Qué tal estuvo tu día?

-Bastante bueno realmente, espere que me pasara de todo tenía mucho miedo pero afortunadamente esos chicos supieron comportarse.

-Me alegro, sino iré yo y les pateare el trasero.

-Lo sé – sonrió. Se acomodó en el sofá y su celular comenzó a sonar.

-Ay no ¿tu chica misteriosa? – decía la latina molestándola.

-Cállate – agarro su celular – es una escritora increíble me encanta su blog nada más.

-¿Eso es antes o después del Cyber sexo? – se rió.

-Solo fue una vez idiota no sé porque demonios te cuento estas cosas.

-Porque me amas y si no me contaras explotarías – se sentó a su lado – enserio Berry eres hermosa puedes conseguir a la mujer que quisieras no a una misteriosa chica que ni quiera sabes si te dice la verdad.

-Me gusta ella, además no soy buena con las relaciones tú lo sabes mejor que nadie.

-Bueno por eso debes comenzar a salir más conmigo así te olvidaras de esa chica, de la que por cierto desconfió mucho.

-No creo que deberías preocuparte, solo somos amigas.

-Bueno pero aun así ten cuidado.

alittlelamb: Hola espero que hayas tenido un buen día :)

missrb: Hola pues si muchas gracias todo fue bien en el trabajo.

alittlelamb: Me alegro, te dije que todo iría bien

missrb: Muchas gracias, por cierto leí tu nuevo post en tu blog. Déjame decirte que me encanto.

alittlelamb: con que te haya gustado soy más que feliz.

Casi tres meses atrás Rachel había encontrado una cuenta en Tumblr que le había encantado, la persona subía imágenes increíbles, además cada semana subía un pequeño post sobre cualquier tema, le encantaba lo que escribía hasta que un día decidió mandarle un mensaje, comenzaron a conversar y de a poco se iba dando cuenta de que aquella persona detrás de esa cuenta tenía una mente privilegiada, escribía cosas muy ciertas, su modo de relatar era casi perfecto, pero la persona era bastante misteriosa, ni siquiera sabía su nombre solo su usuario. Era extraño pero le gustaba conversar con ella, al menos lo que sabía era que era una chica y pues eso le gustaba aún más.

Rachel sabía perfectamente que una mujer podía poner su mundo de cabeza desde siempre estuvo muy clara con lo que quería así que no fue difícil comenzar a querer a aquella persona que le alegraba sus días.

INSTITUTO MCKINLEY

Quinn Fabray, era la capitana de las porristas y también la capitana del equipo de ciencia del colegio, para ella las matemáticas y la ciencia lo eran todo, sus padres eran reconocidos médicos así que desde siempre supo lo que quería hacer con su vida, ser doctora y para eso debía esforzarse, pero también amaba a las animadoras, fue por eso que se propuso entrar al grupo y lo logro, no fue fácil pero de a poco logro combinar sus estudios con el deporte.

Había cumplido 17 años recientemente, estaba en el último año de la secundaria y lista para graduarse, todo en su vida estaba planeado, pero por dentro sabía que le faltaba algo, había pasado complaciendo a todo el mundo por 17 años y jamás se había detenido a pensar en si estaba bien o mal.

-¿Por qué la cara larga Q? – se acercaba Kitty, se encontraban en el entrenamiento como cada tarde.

-Solo estoy un poco cansada – respondió tratando de no darle importancia.

-No eres una máquina, alguna vez tienes que descansar, quizás ya va siendo hora que dejes el equipo de nerds.

-Eso no está en discusión y no hables así que sabes muy bien lo que pienso al respecto.

-Ya que humor te cargas, mejor dile a tu novio que te quite el estrés.

No, Quinn no tenía novio y eso de lo que tanto se burlaba Kitty, si bien era su mejor amiga y sabía que tenía un carácter algo extraño pero aun así la quería, pero vamos ella no necesitaba de un chico para ser feliz, lo sabía perfectamente además no estaba interesada en nadie del instituto.

-Idiota – se rió y continuaron corriendo alrededor del estadio.

-Muevan las piernas – gritaba la entrenadora.

-Que humor se carga Isabela – se reía Kitty.

-Necesita un novio como dices tú – la molestaba mientras continuaban corriendo.

-O quizás una novia – le guiño el ojo.

-Como digas – sonrió.

Su días eran agotadores, pero sabía que todo su esfuerzo valdría la pena, pero quizás, lo que todo el mundo veía de ella no era todo lo que tenía para ofrecer y quizás esa mascara que llevaba día a día al instituto estaba a punto de caerse.

Al día siguiente Rachel llegaba al instituto algo apurada, para variar Santana había olvidado poner el despertador a la hora indicada y no había podido desayunar. Llegaba con el tiempo justo pero choco con alguien en el pasillo.

-Auch – se quejó, el golpe había provocado que su maletín cayera al piso junto con varias hojas que llevaba la persona con la que había chocado.

-¿Por qué no te fijas? – dijo molesta.

-Yo – levanto la mirada y se encontró con aquella chica, claro la recordaba como poder olvidar a alguien tan poco cortes – lo siento venia distraída.

-Pues para la siguiente te fijas – no sabía porque pero a Quinn no le había caído nada bien la nueva maestra, la materia la detestaba y pensar que alguien tan joven como la morena era la autoridad le enfermaba.

-No me hables así soy tu maestra – dijo recogiendo los papeles del suelo.

-Mira, no me importa tu materia, ni tampoco tú – la miro fijamente.

-Pues deberías comenzar a tomar una actitud distinta – dijo firme, no iba a permitir que aquella chica la intimidara.

-A mí no me engañas. Se perfectamente cómo eres, solo que te escudas en tu faceta de profesora perfecta para intimidarnos.

-¿Cómo soy? A ver sorpréndame – sonrió cansada de escucharla hablar.

-Tratas de caerle bien a todo el mundo y no lo logras.

-No somos muy distintas si lo piensa bien – jaque y mate, Rachel había conseguido dejarla sin palabras y es que era verdad, Quinn tenía una actitud para mantener su estatus en el instituto.

-Tú no sabes lo que dices no me conoces.

-No le he dado la confianza para que me trate de tu señorita Fabray.

-Uy ya se aprendió mi nombre – sonrió arrogante.

-Es muy sencillo recordar el apellido de una alumna tal mal educada como usted, ahora entre tenemos clase.

No, su humor no era el mejor y tener ese encuentro con aquella chica no hizo más que empeorar la situación, la clase comenzó con normalidad con algunas bromas de los chicos pero nada fuera de lo común.

-Señorita Fabray si no le interesa mi clase le advierto que no tendré más remedio que reprobarla – estaba dando la clase y noto que aquella chica mantenía su mirada fija en el celular, no había puesto atención a nada de lo que había dicho y se cansó.

-No estoy haciendo nada – dijo escondiendo su celular.

-Exactamente no hace nada – se acercó a su asiento – deme su celular.

-Si quiere pedirme el número hay maneras más convencionales que esta – dijo provocando la risa de sus compañeros.

-Entrégueme el celular ahora – estaba furiosa ¿Cómo se atrevía a desafiarla?

La rubia no tuvo más remedio que darle el teléfono y suspiro, estaba harta, no le interesaba esa clase, se aburría demasiado, prefería ir al laboratorio y comenzar con alguna práctica en lugar de ver tantas letras.

Rachel se acomodó en su asiento mientras los chicos continuaban trabajando, saco su celular un momento y envió un mensaje.

missrb: Mi día empezó horrible espero que el tuyo este mejor te mando un abrazo.

En ese momento el celular de Quinn comenzó a vibrar, la morena no pudo evitar mirarlo, la pantalla se ilumino y ahí estaba, era ella. No había duda, era ella, era Quinn la chica misteriosa tras ese blog. Pero, vamos era imposible, Quinn no parecía ser las personas que lee mucho y hasta donde sabia odiaba la clase de Literatura.

-Mierda

-Que vocabulario el suyo Miss Berry – decía Quinn riéndose.

Bueno quizás en ese momento Rachel sintió que todo su mundo se venía encima, estaba completamente segura que la persona con la que se escribía estaba ahí, era ella ¿Cuántas posibilidades había? Las posibilidades eran casi nulas, no había oportunidad de que encontrara a aquella persona, pero a veces el destino nos sorprende.

Todos tenemos secretos, unos más grandes que otros pero al final de cuenta son secretos, no sabemos cómo ni cuando deberemos enfrentarnos a ese momento pero cuando llegue finalmente deberemos hacerlo.

No, ese no era el trabajo de ensueño de Rachel y no esa no era la vida que realmente quería Quinn, pero ambas necesitaban de la otra para entender que no todo en la vida está dicho, que la fantasía y realidad pueden chocar, que lo prohibido se vuelve tentador y sobre todo que las decisiones tienen consecuencias.

A partir de ese instante compartirían un viaje que nunca imaginaron tener, a partir de ese momento dos historias chocaron, dos vidas llenas de secretos, dos mundos completamente distintos, pero con algo en común el deseo de cambiar.