Disclaimer… No, aún no me pertenece.


Muy bien, mi nombre es Fionna, soy de Aaa, pero ahora estoy en Ooo, durmiendo en una casa casi idéntica a la mía y con dos personas idénticas a Cake y a mí. Lo divertido de todo esto (Y digo divertido con todo el sarcasmo del mundo, por cierto ¬w¬) es que todo empezó por mis tontos, tontos celos. Y lo voy a admitir, estaba celosa, pero lo tonto de todo esto es por qué lo estaba…

¿Quieren enterarse? Bien, comenzó la semana pasada. Verán, estaba en camino del dulce reino cuando escuché que el dulce príncipe…

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–No, espera. –Escuchó Fionna al llegar al dulce reino, el príncipe Gumball parecía estar forcejeando con alguien pero la respuesta que recibió ante sus quejas dejó a Fionna fuera de combate, se esperaba todo menos aquello.

Era ni más ni menos que la voz de su amigo Marshall Lee, tranquilizando al príncipe. –No te preocupes, te lo prometo. No duele tanto como crees.

–P-pero…

–Tranquilo, prometo no hacerte daño.

–N-no, espera.

Rápidamente, Fionna y Cake corrieron hasta la sala de palacio en la que el dulce príncipe estaba y al llegar, lo vieron acorralado contra la pared, usando un saco rojo y con un Marshall completamente vampírico sujetándole las muñecas. Tenía la boca muy cerca del cuello del dulce príncipe y esto hizo a Fionna sonrojarse hasta las orejas. –M-Marshall… ¿Qué haces?

–Evito que se mueva tanto. –Murmuró antes de ocultar el rostro entre el cuello y el hombro del dulce príncipe, que soltó un quejido de incomodidad.

Cake estuvo a punto de desmayarse y Fionna de correr a golpear a Marshall cuando ambas vieron que el color de su saco se desvanecía, dejando un blanco desaliñado en su lugar. – ¿Qué?

–Listo. –Dijo Marshall alejándose del príncipe y sonriendo conforme, flotó un poco hasta Fionna y la saludó con un asentir de cabeza. – ¿Qué hay aventurera?

– ¿Qué? –Volvió a exclamar incrédula.

–Gracias Marshall, yo no habría podido hacerlo solo.

– ¿Qué está pasando aquí? –Gritó Cake al ver que Fionna no iba a ser capaz de emitir pregunta alguna hasta salir del shock.

–Verán, en mi pasado cumpleaños me regalaron este saco, pero como saben, el rojo no me queda muy bien y prometí que lo usaría esta tarde, tenemos una junta real. Ya saben, cosas del reino, y bien, no quería usarlo pero tampoco defraudar a quien me lo obsequió, así que le pedí a Marshall que me ayudara.

– ¿Y qué hacía Marshall en el Dulce Reino? –Grito Cake exasperada. Marshall le sonrió y acercándose murmuró con su mejor cara.

–Buscando… TE.

Cake gritó y se escondió en la mochila de Fionna haciéndose realmente pequeña, Fionna le puso la mano en la cara a Marshall para alejarlo pero no pudo evitar soltar una carcajada. –Déjala en paz, no te ha hecho nada hoy.

–Es divertido asustarla, y lo sabes.

–Sí, tú sí que sabes asustar a Cake. –Fionna suspiró molesta y miró al dulce príncipe. –Solo veníamos a ver qué hay de nuevo, pero parece estar todo en orden.

–Ah, Fionna, qué bueno que estás aquí. Marshall está organizando un viaje. Parece ser que tenemos una invitación a Ooo. No sé si hayas oído alguna vez de ese lugar.

–No, a decir verdad no… pero no tengo tiempo. Me tengo que ir. Vamos Cake.

Fionna comenzó a caminar de vuelta a su casa, ignorando completamente los gritos del dulce príncipe y de Marshall.

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Marshall flotaba despreocupadamente junto a la casa de Fionna y Cake pensando en cómo entrar sin asustar a la gata, tenía varias opciones pero prefirió dejar de darle vueltas al asunto y simplemente entrar por alguna ventana, ya lo había hecho una vez, ¿Por qué no de nuevo?

Fionna ya estaba dormida cuando Marshall llegó hasta ella, sonrió y se sintió sonrojar, pero claro, eso era ilógico. Se acercó un poco, flotando sobre ella y se inclinó sobre su oído murmurando.

–Hey Fi… Fionna… Fionna… Despierta amor…

La chica entreabrió los ojos y al ver el rostro de su amigo tan cerca del suyo se sonrojó hasta las orejas. Suprimió un grito y jaló las sábanas hasta cubrir su rostro. – ¿Qué haces aquí?

–Venía a invitarte a venir conmigo.

– ¿A Ooo? –Dijo asomando los ojos por sobre las sábanas.

–Sí. –Respondió alejándose un poco pero quedándose suspendido aun sobre ella, boca abajo.

–No, muchas gracias. –Terminó Fionna en tono aburrido y sentándose, recargándose en la pared.

–Oh, vamos, no querrás que valla solo con el dulce príncipe. –Fionna se sonrojó aún más. La idea de tener al dulce príncipe y a Marshall juntos por tiempo indefinido no le agradaba tanto, y menos después de lo ocurrido en el dulce baile… eh, baile. Marshall no solo la había salvado del hechizo de la reina helada, la había besado y le había confesado amarla, de eso hacía ya casi un mes y ellos no habían hablado del tema. No había oportunidad, principalmente porque Cake lo impedía frenéticamente, pero bueno. Sin embargo, ellos actuaban como si nada hubiera pasado, seguían siendo los amigos aventureros de siempre y el dulce príncipe parecía haber olvidado el tema, ya que seguía hablando con ambos como siempre… o mejor aún incluso.

Desde lo ocurrido en el baile, Marshall y el dulce príncipe se habían vuelto buenos amigos y de vez en cuando hacían cosas juntos, como por ejemplo, mientras Marshall tocaba su guitarra (No el bajo-hacha, una guitarra de verdad) a la sombra de los árboles, Gumball leía o meditaba. Entre otras cosas, ciencia, descubrimientos microscópicos y yoga.

Sí, Fionna estaba celosa de ambos; de Marshall por pasar tanto tiempo con su mejor amigo, (tiempo que bien podrían pasar juntos); y de Gumball por acaparar la atención del… ¿Qué? ¿Del amor de su vida? No, tanto así no. Pero sí del chico del que estaba enamorada.

Se había dado cuenta de que no estaba enamorada del dulce príncipe al pelear con la reina helada, al menos la última vez, pero a Marshall no tenía nada que demostrarle. Con el dulce príncipe siempre trataba de mostrarse tierna, linda, vulnerable incluso, salvo cuando se trataba de protegerlo, pero con Marshall era simplemente ella. –Se han vuelto muy amigos, no tendría nada de malo que fueran juntos.

–Sí, pero yo quiero que también vallas tú, preciosa. No me dejes abajo con esto, yo nunca lo hago.

Culpa, perfecto. –No lo sé, la reina helada podría secuestrar algún príncipe, o podría haber problemas, yo qué sé. La tierra de Aaa estaría en peligro de muchas maneras si yo me fuera, no quiero dejar este lugar en peligro.

–Vamos Fi, tendrás que inventar algo mejor que eso, Aaa estuvo muchas veces en peligro y fue antes de que tú llegaras, y no se ha destruido aun. Por favor primor, vamos.

–No lo sé.

– ¿Qué tengo que hacer para convencerte?

–No insistas Marshall… no sé si quiera ir.

–Por favor. –Dijo acercándose a su lado y levantándole el rostro con su mano.

–N-no Marshall.

–Dudaste. –Dijo acercándose peligrosamente a sus labios. Ella se sonrojó al grado que su rubor se veía incluso en la oscuridad, así que él le sonrió triunfante.

–Por favor, vamos. No quiero ir tan solo.

–Va tu mejor amigo.

– ¿Estas… celosa?

–No. Yo no sé qué son los celos.

– ¡Sí lo sabes, y lo estás!

–No tienes tanta suerte Mar…

Pero él la interrumpió apretando sus labios contra los de ella en un beso suave. Más parecido a su primer beso que a los que él imaginaba. Fionna no tuvo otra opción mas que la de cerrar los ojos y tomar el cabello de Marshall, correspondiéndole el beso.

Cake irrumpió en la habitación con los abiertos como platos y la cola esponjada. – ¡Fionna!


N/A: Estoy pensando en hacer una mini serie de esto, pero dependerá de mi imaginación. Por lo pronto, aquí está esto. Espero sus rvws!

Gracias por leer.