Episodio 1: No están Solos
Capítulo 1: El extranjero
Bajo los cálidos rayos del Sol, bajo las hermosas noches donde la Luna está en su máximo esplendor, bajo la eterna mirada de las imponentes montañas, bajo la sombra de los arboles que han sido testigos de muchas cosas; el reino mágico de Equestria ha de estar en su máximo esplendor. Después de la boda real entre la princesa Candace y el Capitán de la Guardia Real Shining Armor, la paz y la prosperidad llegó a todos los rincones de Equestria. Simplemente los habitantes del valle eran más felices que el resto del mundo, entre ambas cadenas montañosas no había pueblo, villa o ciudad que no estuviera contentos. La capital, en la bifurcación de Canterlot (una separación de la cadena occidental) era la capital de las artes, las letras y la cultura. Incluso los lugares más remotos, como Appleloosa, no eran excepciones para la creciente ola de armonía entre los ponis. Solo dos ciudades al sur: Manehatha y Trottingham tenían problemas con inundaciones y algún huracán, esto por su ubicación en la gran bahía de la Luna.
Pero esto solo podía durar poco, porque verán que Equestria no es el único país en el continente. Comparte sus fronteras con varios vecinos que tanto los ha ayudado como entorpecido.
El reciente intento de invadir Equestria por parte del Reino de Changeland, la patria de los changelings al noroeste de ella, ha preocupado a todos y todo en el continente, todos sospechan de un nuevo intento de ataque.
El Imperio de los Grifos, al este, que se ha vuelto a rearmarse y desde las montañas orientales para enfrentar a los changelings y apoyar a sus aliados y amigos ponys, pero nadie sabe sus verdaderas intenciones.
Al noreste, entre los tres gigantes, se alza la antaña República de Énosi (Unión) que es el conjunto de cinco diferentes especies: los taurinos (toros y búfalos de agua), los perros, los caballos (primos simples de los ponys), los ciervos y los monos. Cada una aportando sus capacidades para formar una de las naciones más avanzadas y una potencia ultramarina; pero los diferentes conflictos internos los han dividido en dos bandos: Los Guardianes de la República y los Restauradores de la monarquía, la orden de los Sabios trata de poner fin al asunto; de armarse la grande en el mundo, Énosi tomaría sus mejores cartas a pesar de su guerra.
Como verán, Equestria nunca ha estado sola en el continente y ha tenido conflictos como hermandades con ellos. Pero ¿Esta paz se mantendrá así? A pesar de los períodos de paz; bajo la sombra de las cuatro naciones, se están formando oscuras intenciones que hará temblar los cimientos de la armonía.
En algún lugar del océano
-¡Silverfangs, Stronglegs, deje de pelear como los perros que son! El cocinero va a traer más filetes de atún dentro de un rato.
En una junta ubicada en un islote-fortaleza, se había formado un alboroto por un par de perros que peleaban por el último filete de atún, algo muy preciado entre los perros en la actualidad. Esta sala era oscura con apenas algunos candelabros con velas iluminando la sala, pero de resto esta estaba en una penumbra total. Aparte de ellos dos, había diez individuos más ocupando la sala, todos vistiendo largas túnicas de color negro con capuchas para ocultar sus caras, a pesar de que se conocían entre sí. Todos estaban a la espera de alguien
- ¡ÉL QUIZO QUITARME MI FILETE!- Respondió Stronglegs iracundo, mostrando los colmillos
- ¡YO LO VI PRIMERO!- Respondió Silverfangs igual de iracundo y mostrando sus colmillos; preparándose para cargar
- ¡A CALLAR!- dijo un taurino con su soberbia y profunda voz- ¡COMPORTENSE COMO ADULTOS Y NO COMO CACHARROS! – termino diciendo, ya los perros sumisos, con el rabo entre las piernas, se sentaron en sus respectivos lugares y esperaron; como todos los demás.
Después de que llegara el cocinero con un par de jugosos filetes para los dos perros (que estaban alegres por ello), se oían pasos detrás de una puerta de la sala, todos dirigieron las miradas hacia esa puerta. Segundo tras segundo, los pasos se hacían más fuertes.
- De pie - ordeno un guardia en las penumbras, lo cual todos obedecieron- Se acerca el Kefáli (cabeza).
Se abrió la puerta, no fue de forma lenta y lúgubre pero tampoco rápida y autoritaria, solo fue una apertura normal. Estaba entrando el máximo jefe de esta orden, con un aire tranquilo y sereno, pero confiado. Los miembros, sus subordinados, le hicieron una reverencia con la cabeza. Vistiendo una larga túnica negra, llegaba hasta el suelo y con la caverna de su capucha, que va ocultando su rostro de todos lo que estaba allí; lo cierto es solo una cosa, era un cuadrúpedo. Todos le rendían respeto por su gran inteligencia y sabiduría en muchos campos, pero también por su carisma y autoridad.
- Siéntense- dijo con una voz tan serena como su comportamiento, lo cual todos acataron su orden- Bien señores- esto hizo que alguien aclarar su garganta de forma intencional, llamando su atención- y dama presente; nos reunimos por última vez para resumir los detalles de nuestras operaciones en el continente. La Orden de los Sabios en Énosi ha estado dialogando con los dos bandos para crear una tregua entre ellos, que justo lo que esperábamos. Debemos actuar con rapidez antes que se desmovilicen. Debemos empezar nuestras operaciones en Equestria y luego en Changeland; los Grifos ya son pólvora y los acontecimientos que van a ocurrir son solo la chispa suficiente para hacerlos explotar.
- Todo está listo en Changeland- dijo un subordinado, con un aire de orgullo
- Igual con los grifos, mi señor- dijo otro.
- Muy bien, muy bien- dijo con su tranquila voz- ¿Qué hay de Equestria?
- Señor…Ehmm… este… Hay un asunto en Equestria- dijo uno de los integrantes de la junta, haciendo que atrajera la atención de todos.
- ¿De QUÉ SE TRATA?- dijo el kefáli, enfurecido, no le gustaba lo imprevisto
- Los elementos de la Armonía…Han vuelto… Señor, desde mi punto de vista… Serian un obstáculo en Equestria- dijo algo nervioso.
Como un relámpago, se levanto de su silla y miró fijamente a su asesor. De la caverna de su capucha empezó a brillar un rayo rojo, al mismo tiempo que brillaban sus ojos rojos como el fuego, rojos de furia. Esta magia hizo un aro rojo alrededor del cuello de su asesor se formara, que iba apretando al mismo tiempo que lo levantaba del suelo, revelando su identidad: era un pony, precisamente un unicornio con la cabeza de color gris y crin de color azul claro, con cierto porte militar. Todo el mundo estaba paralizado, pero no se atrevieron a hacer algo, el kefáli mató a otro subordinado hace tiempo en esta misma sala; y de ser necesario lo volvería hacer.
- ¡No me IMPORTA CUANTOS SEAN!- dijo, de forma furiosa, estaba iracundo- ¡NO ME IMPORTA QUE SON! ¡LO MAS IMPORTANTE, INSENSATO, ERA COMUNICARMELO! ¡¿POR QUÉ NO LO MENCIONASTE ANTES?!
- Agh… Señor… Gah… Mí puesto… Sospecharían de… mi… Pero he… Agh… estado reuniendo información… NO ME MATE… POR… F…A Aggghh.
Lo que no se esperaba todos, es que lo soltó. El pobre unicornio estaba en el suelo, recuperando su aliento, su vida de una muerte segura. El kefáli se dirigió a todos
- Como siempre- dijo, ahora en un tono frio- si hay algo que ocurra en el continente, comuníquenlo de inmediato; no esperar a última hora porque hace que me enfurezca. Tómenlo como ejemplo todos ustedes. Ya tienen sus planes y con o sin los elementos- dirigiendo una mirada despectiva al unicornio, que seguía en el suelo- todo debe marchar de acuerdo a ellos, retírense.
Y así, todos los miembros se levantaron de sus sillas y se dirigieron a la salida, incluso los guardias que estaban allí, quedado solo el pony y el kefáli.
- Me sorprende que regresaran, después del exilio de Luna a su astro pensé que no volverían a regresar ni a estar conectada a los elementos. Pero el regreso de Night Mare Moon, y por consecuente, Luna, me toma por los pelos. Aun así, las diferencias de edades las han desconectado de ellos. Me decías que reuniste información ¿No es así?
- Si…-decía el pony, aun recobrándose del ataque, poniéndose sobre sus cascos- Y no son las joyas en sí, son el espíritu en su interior.
- ¿Seis ponys portan los elementos?- Dijo de forma sarcástica.
- Siete. Se descubrió uno nuevo, el amor.
- Querrás decir ocho
- ¿O...cho?
- Ocho en total. Me imagino que el séptimo elemento está conformado por el amor de dos. Tenemos que lidiar con esto. Intenta una I DIAFTHORA APÓTHO AÍMA
- ¡¿Corrupción por sangre?! ¡Pero señor, es casi imposible!
- Ciertamente usted lo ha dicho… Es "casi" pero no totalmente imposible.- dijo, acercándose velozmente a su consejero, en un tono violento- A demás, debe sentirse afortunado de recibir una segunda oportunidad. Lárguese, ya sabe qué hacer.
El pony se retiro haciendo una reverencia al kefáli, el cual este ignoro por completo tal acto. Había planificado esto desde hace mucho tiempo y nada ni nadie lo detendrían. Esta organización ha tratado de desequilibrar la balanza, y ahora iban a colocar más peso sobre ella. Se retiraba a su cuarto para dormir, incluso los más grandes conspiradores necesitan un descanso. En el camino pensaba:
"Queridas, a pesar de todo, espero que no me hayan olvidado. Púes si lo hicieron, están en grave peligro. En cuanto a los elementos, fuera lo que fueran, van a corromperse o a morir"
Y aunque fue un pensamiento, este llego a los sueños de las princesas como si fueran un mensaje desde el más allá.
Ponyville
En Ponyville, era una preciosa tarde para sus habitantes. Bueno, no tan preciosa para Spike que tenía que lidiar con la tarea de organizar la biblioteca; libro a libro, papel por papel. Spike ya estaba sudando la gota gorda
- Twilight- dijo Spike agotado- podríamos descansar un rato.
- No. No hasta que el último libro este en su despensa
- Twilight por favor- decía quejándose.
- Descansaremos cuando terminemos- dijo Twilight tranquila, mirando a Spike desde sus hombros- de todas formas este es el último- usando magia para colocarlo en su sitio- y… Listo
- Oh al fin- dijo, acostándose al suelo agotado por el trabajo
- Oh no- dijo preocupada- faltaba este libro. Ahora tenemos que volver a empezar.
"Volver a empezar, volver a empezar, volver a empezar" estas palabras rebotaron en la cabeza de Spike por un rato. Sus ojos se iban volviendo más pequeños, tres horas de trabajo duro para que un libro lo arruinara todo.
- ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!- Grito desesperado, saliendo rápidamente por la puerta principal, tropezando con Rarity y Applejack, pero sin tomar en cuenta esto; púes solo quería huir.
- Manzanas saltarinas ¿Qué le pasó a Spike?- Dijo Applejack
- Espero que no le haya pasado algo malo- dijo Rarity
- ¡Spike, espera!- Grito Twilight, saliendo apurada de la biblioteca, solo en unos instantes se percató de sus amigas. Hola Applejack. Hola Rarity, lamento el inconveniente.
- ¿Qué le paso a Spike?- preguntaron
- Bueno… Estábamos organizando la biblioteca, pero un libro arruino todo. Me imagino que fue por eso que Spike huyó.
- Pobre criatura- dijo Rarity, sintiendo compasión por él.
- Imagínate si tuviera que llevar sobre sus cascos el peso de una granja- dijo Applejack, de forma crítica- se arruina
- ¡Applejack!
- ¿Qué? es la verdad.
- No importa, ayúdenme a buscarlo antes de que pueda causar problemas- dijo Twilight- ¡Vamos chicas!
- De acuerdo- respondieron al unísono, acompañando a su amiga.
Spike, con la corrida que hizo desde la biblioteca más el trabajo que hizo en este, se sentía verdaderamente cansado, sintiendo como parte de sus pulmones sobresalía de sus costillas y su corazón latiendo con toda su fuerza. Había llegado a la plaza central, donde los vendedores estaban haciendo su oficio con los ponys, y otros entreteniendo a una multitud con actos de diversas clases. Tratando de ocultarse en cualquier cosa, en lo primero que viera y le ofreciera un escondite seguro. Un barril… No, muy obvio. Un puesto de manzanas… No, asustaría a la gente y llamaría su atención (además de arruinar el negocio).En unos canastos… Podrían llevárselos con él adentro, tampoco era para tanto. Tenía que buscar algo y rápido.
- Hola Spike
- ¡No, por lo que más quieras! ¡No quiero volver a partirme el espinazo volviendo a reorganizar los libros! ¡Mira mis hermosos pinchos! ¡Se van a…!
Spike estaba haciendo todo un espectáculo en la pierna de Pinkie Pie, que como siempre, se apareció de improviso a la espalda de él. Ella, con su sonrisa, se dispuso a hablarle a Spike:
- ¿Qué haces?- le dijo alegremente- ¿Juegas a las escondidas?- dijo apareciendo a detrás de Spike, cambiando su posición
- Si… Digo, no… Digo… Ahhhhg- dijo frustado
- No te moleste- dijo Pinkie Pie, ofreciéndole un pastelillo- ten, cómelo, te caerá bien- Spike no tardo en devorar el pastelillo, lo cual, ciertamente, hizo que se calmara un poco- ¿Mejor?
- Si, gracias Pinkie
- De nada- respondió amablemente- Ahora dime ¿Qué te sucede? ¿Por qué estas tan agitado?- le dijo con la misma amabilidad, lo cual hizo que Spike le contara todo lo que paso- Ehmmm… Creo… - empezando a cantar y a saltar- Te voy a acusar, te voy a acusar- al ver a Twilight y al resto del grupo (se había unido a ellas Rainbow Dash y Flutershy) trato de llamar su atención levantando y agitando sus cascos- ¡Twilight! ¡Twilight! ¡Spike esta…!- pero él no estaba, solo había una nube con su forma que se iba desapareciendo- ¿A dónde se fue?
Antes de que ella pudiera llamar a sus amigas, Spike se esfumó de allí, se fue corriendo en medio de la plaza, atravesando la multitud o colándose entre sus piernas, su tamaño dificultaba toda vista desde el cielo, lo cual era una gran ventaja.
Instintivamente miro hacia atrás, pero no se percató de que se había estrellado con algo. Después de recuperarse del golpe, estaba al frente de un pony ¿O no era un pony? Era más alto que la mayoría, por lo menos media cabeza mayor que Big Macintosh, y vestía una túnica marrón con un broche de hierro fundido en el cuello de la esta. Se quito la capucha para mostrar mejor su rostro al pequeño dragón: era una cabeza ecuestre de color crema, con su crin de color marrón al igual que sus ojos. Estos eran más pequeños que el resto de los ponys pero le daban la impresión de ser alguien inteligente. Otro rasgo que llamó su atención fue una cicatriz en su mejilla a unos pocos centímetros de su ojo derecho que iba desde este hasta su boca. Llevaba consigo un bulto de carga de cuero con unas letras estampadas diciendo "MONÁDA FRONTÍDAS: KÓKKINO LOULOÚDI" (Unidad Asistencial: Flor Roja) con unas camas de campaña enrolladas a su espalda. Parecía algo serio, bastante serio, y se dispuso a hablar con el pequeño dragón.
