He escrito algunas cosas antes y no las he terminado, o no me he atrevido a publicarlas. Nunca pensé que lo primero que publicaría sería un drabble de Bambi. Que curiosa es la vida.

_

Dulce. Agradable. Entretenido. Alegre.

Y lindo.

«Muy lindo.»

Ronno iba a aplastarse la cabeza contra una roca y limarse las diminutas astas. Y luego se iba a enterrar en una madriguera, junto con la marmota.

«Que vergonzoso.»

Reprimió los temblores de su cuerpo y se acurrucó más contra su madre. Y recordó, Bambi no podía hacer eso.

Que estúpido había sido.

Estaba seguro que el príncipe no le dejaba dormir pegado a él. ¿Cómo hacía para calentarse? ¿Estaría tiritando?

«No pienses en eso.»

Oh, pero era imposible.

Ese se había convertido en el tema preferido de su cabeza: Bambi. Bambi trotando por el bosque. Bambi saltando entre las flores. Bambi bebiendo agua. Bambi con tambor y flor. Bambi hablando con los animales del bosque. La adorable voz de bambi. Su piel clara llena de lunares. Su dulce y linda, y adorable, cara.

«¡Ya basta!»

Bambi era menor. Ronno recordaba vagamente el día de su nacimiento. Un buen día, sin duda. Su madre había sido amiga de la mamá de Bambi, y le habían ido a visitar un día después. Cuando llegaron el recién nacido estaba dormido, y Ronno lo agradecía, por qué de otra forma sospecha que se hubiera escondido entre las patas de su madre ante semejante criatura. Desde el primer momento que lo vió, echado contra su madre, respirando con lentitud, le había llamado poderosamente la atención.

Por un tiempo no supo de él. Durante ese período murió su madre. Y le sorprende como pudo vivir ignorante a la presencia del otro, cuando cada que le veía le robaba el aliento, y la calma.

«Agh.»

Ronno tenía una obsesión.

Necesitaba lo que le había sido negado. Lo necesitaba.

En ese momento se dió cuenta en el problema en el que estaba metido.

Debía tener a Bambi a un lado, siguiéndole a todas sus aventuras, mirándole asombrado y dándole cumplidos. Debía acompañarlo cada que salía. Tenía que saber cómo llegar a su casa, y Bambi a la suya. Tenía que conocer a su mamá y él debía conocer al príncipe (aunque le intimidaba demasiado). Tenía que contarle a Ronno todo lo que le pasara por la cabeza. Tenía que saberlo todo.

—Ronno, mi cielo, duérmete de una vez. No dejas descansar a mamá.

«¡Que vergüenza!»

—Sí, mami —Graznó, enterrando más la cara contra la piel de su madre.

Pero eso no impidió que esa noche soñara con el príncipe del bosque. Otra vez.

_

Soy una lunática (luna, venid a mí) y parejas locas e inimaginables llegan a mi cabeza. No importa qué, ni quiénes. Disney no se salva. Debe ser un desorden mental o algo por el estilo.

Y por cierto, soy fan de Disney. Creo que se nota. Ví las dos películas de Bambi, pero a decir verdad no recuerdo bien la segunda. Ésto sale es por un fanfic que leí por ahí y me gustó. Antes de eso la pareja nunca pasó por mi cabezita; ni recordaba el nombre de Ronno, y eso es decir mucho.

Disclaimer: Bambi pertenece a Disney, y Disney no me pertenece a mí (sería taaaaan rica de ser así, demonios) y no busco ningún tipo de fin lucrativo con ésto.

Un beso *