Suspiros del pasado
Hi, siento haber dejado las otra historia pero es que llevo dándole a la cabeza durante mucho tiempo esta historia junto a una amiga y tenía ganas de subirla, espero que les guste¡
"blablá"- pensamientos
CAPITULO 1
Era un día soleado en la aldea de la anciana Kaede, Kagome iba de regreso a su época para descansar un tiempo y para estudiar, aunque le costó convencer a Inuyasha, este la dejó ir al cabo de un buen rato de discusión argumentando finalmente "haz lo que quieras, así estaré más a gusto sin ti", lo que hizo que el corazón de Kagome se entristeciera y por raro que pareciese, agachó la cabeza intentando retener las lágrimas y se dio la vuelta para dirigirse al pozo sin decir más que un simple "adiós" cosa que extrañó a todos incluyendo a Inuyasha que esperaba a que la jovencita le dijera con su típico tono enfadada el furioso "siéntate" demoledor que lo dejaba a varios metros bajo le tierra, pero nada de eso sucedió.
Sango, que veía expectante como su mejor amiga se dirigía al pozo que conectaba a las dos épocas con la cabeza gacha y a paso lento, sabía perfectamente lo que le pasaba: le habían afectado mucho las palabras de Inuyasha. Ella sabía cuánto amaba a ese medio demonio arrogante, desagradecido y orgulloso, y también que sufría mucho en silencio cada vez que este se iba corriendo por Kikio siempre que sabía algo de ella, dejándola a ella destrozada y con el corazón sangrando de tristeza.
Cuando Kagome salió del pozo encontrándose en la época actual, se quedó apoyada en este con los dos brazos soltando todas las lágrimas reprimidas de sus ahora enrojecidos ojos color azul.
-"¡Estúpido, estúpido! ¿Por qué me tratas siempre así? ¡Sabes que te amo y ese amor que te profeso lo tiras a la basura cada vez que quiero demostrártelo!"-pensó empezando a llorar a mares, Se sentía como si le hubieran tirado millones de dagas a su alma. Cuando se sintió un poco más desahogada se dirigió a la entrada de la pagoda, abrió las puertas corredizas y salió al exterior cerrando detrás de sí. Cuando salió respiró hondo esperando recibir el dulce olor a tierra mojada de la época feudal pero lo único que lograron percibir sus fosas nasales fue el olor a humo de los coches y a contaminación, entonces se dio cuenta de que era normal ya que en su época ella se encontraba en plena ciudad del siglo xxi.
Ya un poco más tranquila, se dirigió a su casa, donde la recibió su madre.
-¡Ah, cariño!¡Has llegado justo a tiempo!-dijo esta corriendo a abrazar efusivamente a su hija transmitiéndole en el toda la felicidad de volverla a ver ya que no lo había hecho hacía ya tiempo.
-¡Hola, mamá! Yo también me alegra de verte…
-¡Vamos, vamos!¡Sube a darte un baño! Recuerda que esta noche es la cena en tu conservatorio. Tienes que prepararte bien (N.A/decidí poner a Kagome en un conservatorio, como si no tuviera ya cosas que hacer¡xD)
-¡Uff, vale, gracias mamá!-dijo Kagome mientras subí a toda prisa las escaleras. Una vez en el baño, Kagome se detuvo a observar su reflejo en el espejo. Había cambiado mucho desde que partiera por primera vez a la edad de las guerras civiles. Había pegado un estirón, su silueta era ahora grácil y esbelta. Sus rasgos faciales eran más finos, no tan infantiles. Sin embargo, sus ojos, aparte de reflejar tristeza, seguían siendo igual de grandes, lo que contrastaba mucho, pero no le sentaba mal.
Suspiró y se metió en la bañera, la mente llena de momentos compartidos con Inuyasha. Inuyasha, Inuyasha…se le escapó una lágrima traviesa.
Sumergió la cabeza bajo el agua tratando de no pensar en él y, para su sorpresa, fueron otro par de ojos ambarinos los que ocuparon su lugar: Sesshomaru.
CONTINUARÁ…
