No era ningún misterio saber que los nuevos chicos eran extraños y muy aterradores, Nico y Thalia habían llegado este año al Instituto Wester y su presencia había alborotado a todos.
Primero estaba sus aspectos, ambos parecían aterradores y sin ningún problema para mandarte al infierno si se los propinan, pero el chico era el que entre los dos más espantaba, era mayor, dos años y algo, su semblante lúgubre le daba el aspecto de un muerto, su piel pálida y sus ojos… bueno nunca me atreví a mirarlo directamente a los ojos, parecían muy temibles.
Mientras que su amiga por el contrario gozaba de una pinta más imponente, violenta y decidida, mientras él mantenía un perfil bajo ocultándose perfectamente entre las sombras y apenas haciéndose notar, ella siempre iba con la cabeza en alto, desafiante, como preguntado quien tendría el suficiente coraje para intentar enfrentarla.
Y si eso fuera poco, los rumores que se esparcían sobre ellos no los dejaban bien parados, ni ayudaba con su reputación, desde que habían matado a sus padres, hasta que eran satánicos.
Estaba guardando mis cosas en mi casillero cuando los vi entrar por las grandes puertas del edificio escolar, iban caminando juntos, Nico con la mirada perdida mirando a la nada, llevaba las manos en los bolsillos y estaba como siempre vestido de negro; Thalia por otro lado iba con la mirada en alto, su cabello negro estaba recogido en una pequeña coleta, tenía unos pequeños auriculares en las orejas, e iba vestida con pantalones negros rasgados, una remera blanca y una chaqueta de cuero.
El lugar quedo en silencio mientras pasaban, llevaban unos cinco meses aquí y todavía su presencia asustaba a la mayoría de nosotros.
"Estoy harta de esto, esos chicos son aterradores" mi amiga Margaret me dice cuando ellos se alejaron, nosotras desafortunadamente compartíamos algunas clases con Thalia, pero todos en Wester los conocía.
"Ni que me los digas" afirmo tomando mi libro de cálculo "¿Vamos?" ella asiente mientras caminábamos hasta nuestra primera clase juntas, matemáticas.
Se podría decir que soy de cierta forma esa clase de chicas empollonas que en todo instituto hay, solo que no llegaba a rosar grandes extremos, simplemente sacaba A en muchas de mis materias, y solía estudiar para antes de los exámenes, pero era simplemente hasta ahí.
Matemáticas se me pasó rapidísimo, hice los ejercidos fácilmente mientras ayudaba a mi amiga a terminarlos. Ella era prácticamente todo contrario a mí, su cabello era de un rubio muy claro y liso, por otro lado yo lo tenía negro, corto y muy enrulado, sus ojos era negros, los míos azules, yo llevaba gafas, ella aparatos dentales, lo único que compartíamos era la personalidad, ambas alegres y algo infantiles.
Compartíamos esa clase junto con Thalia, la cual solo se pasó la hora completa haciendo absolutamente nada, solo estaba allí atrás sentada ocupando su asiento sin molestar a nadie, e intentando que nadie reparara en ella, algo que era difícil, ya que siempre solía llamar la atención.
La hora del almuerzo llegó antes de lo previsto por suerte, cuando ya quise darme cuenta mi amigas me arrastraron hasta nuestra típica mesa, éramos quizás el grupo más extraño del lugar, ya que estaba formado por: una porrista, un skater, dos otakus, un empollón que era un verdadero empollo, una pin up, la rara que compartía todo los gustos, ósea yo, y la normal, que era mi mejor amiga Margaret.
Unas mesas a los lejos un chico se encontraba solo comiendo un sándwiches, era raro que alguien fuera capaz de encontrar una mesa libre ya que solían estar todos apretujados, pero en verdad nadie quería compartir de forma voluntaria nada con él.
Se encontraba mirando con aburrimiento todo lo que se desplegaba ante sus ojos, como si no fuera la gran cosa. A pesar de lo aterrador que podía llegar a ser, o al menos a parecerme, él tenía una que otra fans. Claro, era más que obvio ¿Quién no se figaría en el chico misterioso que parece estar sufriendo todo el tiempo? Toda chica quería convertirlo en su príncipe azul, ok, si no lo has notado te digo que eso iba con mucho sarcasmo, pero algunas chicas no lo dicen de esa forma.
"…así que ¿Iras?" la voz cantarina de Tamara me sacó de mis pensamientos, ella estaba vestida con su traje de porrista ya que… bueno, no sé porque siempre andaba así vestida, su cabello marrón atado en una coleta alta y su cuerpo moreno destacaba por su voluptuosidad natural.
"¿Qué?... ah… oh si, el baile, creo que iré, claro, si me animo a pedirle a alguien para que sea mi pareja" le dije acomodaba el cabello, el baile de "Las chicas invitan" era un clásico que se celebraba todo los años, y sinceramente no sé a quién invitar.
"Bueno, yo estoy disponible" Zack, mi amigo skater me dice pasando un brazo por mis hombros.
"Creo que pasó…" le dije sacándome con un fingido asco su brazo de mi.
"Oh vamos, Emma, creo que no soy un tan mal partido, solo mírame…" se señaló a sí mismo y todos reímos, era algo obvio que Zack tenía un pequeño enamoramiento por mí, y aunque me apené decirlo creo que yo también por él, pero no estoy segura de querer admitirlo, era mi mejor amigo, por favor "Soy mejor que cualquiera de los que están aquí"
"Yo no es por ofenderte, pero si fuera Emma primero ir con Nico antes que contigo" Marco le dice mientras se acomodaba las gruesas gafas negras.
"No estoy en tal mal estado, que tu tengas novia no quiere decir que seas mejor que yo"
"En verdad, creo que si es exactamente eso" Zack se palmea la cara con frustración.
"Aun creo que Macarena está loca por fijarse en ti, eres un maldito otaku, solo mírate" le dice señalándolo, su comentario era en broma, ya que a ninguno nos molestaba los gusto de los otros.
"Yo no estoy loca, él es muy lindo y…" mi amiga no pudo terminar de hablar ya que una explosión retumbó por todo el edificio y parecía venir directo del baño.
"Oh por dios, ¿Qué ha sido eso?" Toda la cafetería entró en pánico, algunos se escondieron debajo de las mesas intentándose proteger de lo que sea que había explotado, y otros estaban demasiado atónitos para hacer algo.
Pude ver pasar a Nico Di Angelo corriendo como un trueno por delante de mí, me armé de valor y lo seguí.
"¿Qué crees que haces?" Zack me reprocha, intentado detenerme.
"Iré a ver que fue eso"
"Puede ser peligroso Emma" mi mejor amiga me grita por arriba de todo el revuelo, pero ninguna explosión volvió a ocurrir.
"Estará todo bien" les digo mientras me voy, cuando estuve a unos metros noté como mis amigos me seguían.
"Esto es una gran locura" Will asegura corriendo a mi lado.
Cuando llegamos a la puerta de delante de los baños femeninos pudimos ver a profesores y al director mirando con reproche a una chica de ojos chispeantes completamente empapada de agua, la cual además estaba esparcida por todo el piso.
"Yo no he sido, se los aseguro, abrí la canilla y esta estalló" por un instante estuve segura de haber visto una enorme mancha roja en su blusa blanca, pero tan rápido como creí verla desapareció, dejando solo agua, probablemente un problema visual.
Otros chicos estaban arremolinados a su alrededor, mirando todos asombrados, del baño se podía ver con claridad una especie de geiser que se elevaba desde las canillas, y a una Thalia muy mojada, me sorprendí de ver que entre sus manos llevaba lo que parecía una gorra de beisbol azul ¿De dónde la había sacado? Quizás siempre la tuvo y yo me estaba dando demasiadas vueltas a mi cabeza, aunque ¿Desde cuándo una expolición de una canilla suena así?
"Tiene sentido" el conserje aseguró mientras salía del baño empampado "Algunas partes internas estaban vencidas" dijo guardando sus herramientas.
"Está bien, ahora váyanse todos para sus clases, denle, denle, rápido, muévanse, no hay nada que ver aquí" a pesar de eso la curiosidad me hizo quedar viendo todo incluso cuando mis amigos se estaban yendo "Y tú, ¿Tienes algo seco que ponerte?" ella solo fulminó con la mirada al director antes de irse caminando.
"Espera ahí" una voz fría y seria llamó mi atención y también la de la muchacha, de la nada salió Nico Di Angelo ¿Les dije ya que este chico puede pasar desapercibido entre las sombras?
"¿Qué quieres Di Angelo? Tengo cosas que hacer"
"Iré contigo" le aseguró caminando a su lado y examinándola con cuidado. Ella no se veía muy cómoda con su presencia, eso era algo raro, ya que siempre fueron amigos, nunca andaban con otra persona que no fueran ellos y eran antisociales con todo el resto del mundo.
"No quiero, muchas gracias"
"Thalia, esto es serio…" le escuché antes de que empezara a murmurar y ya no pude captar nada más. Ella aun se veía incomoda, pero igual se fueron juntos.
