Criaturas de la noche, sí… ¿las oyes? ¿Percibes el azufre de su boca? ¿El ácido de su garganta? Más vale que corras pues te alcanzarán. Adoran el sabor de la carne, desean probar tu sangre sobre su mandíbula y desgarrar tu piel hasta ver brotar de esta hilos ardientes de sangre.. Sin embargo los que un día reinaron sobre el resto de criaturas y solo hallaban frente a sí mismos un impedimento de supervivencia encontrarían a un enemigo natural que, aunque con temor, decidió levantar sus armas en pos del mundo que consideraban suyo y comenzaría entonces una guerra que se alargaría por los restos de los siglos.

Desde hace milenios los clanes humanos se han juntado y aliado en el intento de cesar el ataque de los señores del cielo, de los reyes del firmamento, los dragones. Nadie sabe cuánto tiempo llevan volando pero es improbable que se halle nunca jamás la respuesta, porque simplemente llevan más tiempo que el propio mundo.

Algunos intentaron llevarse bien con tal ancestral raza, al principio fueron considerados como dioses, incluso hubo una religión que realizaba sacrificios con el objetivo de recibir su beneplácito, otros mencionaban uniones místicas entre razas dispares, otros simplemente sintieron el odio fluir por sus venas de forma inequívoca y eterna.

Se dice que cuando matas a un dragón su alma nunca muere, sino que se desvanece para formar parte de otro nuevo cuerpo. En algún punto del firmamento y el cielo, donde ambos reinos se unen, de la ambrosía de dioses emerge un huevo y cuando el alma choca con el huevo otro dragón nace. Solo un rumor llevado por el viento, quizás ni siquiera es real, ¿dragones inmortales? Bueno, eso explicaría el porqué por mucho que se matan dragones siempre hay mas, y más. Lo importante es que llegará el cataclismo cuando ambas razas, humana y dragonil alcancen el punto de crecimiento máximo y un mínimo gesto, será el consumador de un exterminio en el que solo una de ambas razas podrá decir "somos los reyes del mundo".

Aunque nunca se ha visto a ninguno se cree que algunos humanos que fueron capaces en algún momento de ser uno con un dragón, montarlo como si fuera un caballo, como si él y su dragón estuvieran diseñados en una simbiosis de fuego y carne, mas ni aquellos que capturaron dragones con vida consiguieron algo de ellos que no fuera una respuesta instintiva. El instinto les hace atacar a todo lo que se parezca como mínimamente a algo humano y del mismo modo los humanos tampoco han querido comprobarlo sabiendo que: un dragón derribado es un dragón en vías de ser cazado.

Si no crees en dragones deja de leer, espera a que anochezca y agudiza tus oídos, no importa donde estés, ni cuán lejos del mundo creas estar, su rugido envuelve la noche como con un manto celestial y abraza a las estrellas que son incapaces de brillar con el fulgor del brillo de su fuego, hay muchos, demasiados, y estuvieron aquí desde un principio, ellos calentaron la tierra, abrazaron su núcleo y lo hicieron arder hasta que el mundo no aguantó más y con un estallido sonoro todo su reino reclaman, tierra, agua y cielo, es suyo. Y ahora te aviso, la guerra está próxima, solo falta una pequeña chispa, un suave acto para que el cielo arda en llamas…

Cuando dragones y humanos se alcen ¿quién ganará los tres reinos de este mundo?