Declaimer. Si fuera Hidekaz sería obvio que esto no estaría en La cuenta es mitad de Myobi y mitad mía, los personajes se pertenecen a ellos mismos por más que diga que son nuestros y aunque la historia es mía (porque sé que Myobi no quiere tomar crédito) yo lo considero una coautoría.

Notas. ¡Con una nueva historia! Que para ser sincera tiene bastante tiempo ya escrita, aunque no está terminada, pero se escribe sola con bastante rapidez. Nuevamente la protagonista es nuestra Occ Isabel Fernández Hernández o Nyo México, porque sigo insistiendo que mi país es hombre. (Myobi: tenemos que hacer un occ de nuestro país sí *le pone ojos de cachorrito*)


Tomó una de las maletas llena de ropa mientras daba una última mirada al apartamento, no tenía ganas de llorar, suficientes lágrimas había derramado la noche anterior y era el momento de afrontar la cruda realidad. -¿Es todo?- La voz de su madre la sacó de sus pensamientos y la observó parada en el resquicio de la puerta, sus ojos rojos examinándola detalladamente como si miraran a través de ella. Esperaba apacible alguna señal para salir de ahí. -Por el momento si- Contestó mientras se echaba una mochila al hombro.

-Lo demás lo recogerá la mudanza la próxima semana- Solo cargaría con lo que consideraba lo necesario lo cual era la ropa, los juguetes y cosas de la escuela de Alejandro y algo de ropa suya, primordialmente cosas que se había comprado gracias a su trabajo.

-¿Estas segura de esto?- la mirada de su progenitora aunque severa se mostraba un poco más amable- Nosotros te apoyaremos no importa la decisión que tomes, si quieres regresar con él...-

-No mamá- la interrumpió algo molesta, en cierta forma le ofendía el hecho de que creyera que le perdonaría aquella afrenta a su aún esposo. -Si Alfred no supo valorarme es su problema no el mío- La mayor sonrió orgullosa de la decisión de su hija y ambas bajaron en silencio las escaleras hasta llegar al auto donde guardaron las cosas en la cajuela.

-Yo hablaré con tu padre en cuanto llegue- Suspiró cerrando sus ojos mientras ambas se ponían el cinturón, recargó su cabeza en el cristal de la ventana mientras salían del estacionamiento rumbo a su nueva residencia... la verdad es que no tenía planeado regresar a vivir con sus padres (ni con la loca de su hermana mayor) era más cuestión de orgullo que otra cosa.

"-Me iré con mis padres-

Alfred arqueo una ceja -No me gusta esa idea- Se acercó más a ella y trató de tomarla de la mano cosa que evito apartando la suya rápidamente.

-Y a mí no me gusta lo que me hiciste...- soltó dolida y conteniendo las lágrimas.

Él la miro sereno como si realmente hablaran de otra cosa que no fuera una separación.

-Quédate aquí- la miró a los ojos y se acercó otra vez ahora si logrando su objetivo y apretado delicadamente su mano -I'm sorry- lo vio derramar una lagrima -realmente I'm sorry... fui débil I know... but... I love you... I love you so much-

Quiso acercarse a besarla, pero rápidamente se puso de pie y se alejó un par de pasos del sillón. -No lo hare... estar aquí...-

-Why?! Fui yo el que falló- se levantó también dándole alcance y tomándola de los hombros girándola y viéndola llorar

-Solo dame unos días... el departamento es tuyo... todo lo que hay en él es tuyo-

-¿No lo entiendes?- soltó una risa amarga -no quiero estar aquí, porque todo esto me recuerda una vida que ya no voy a compartir contigo- Alfred solo se quedó en silencio pensando que más decir.

-Me iré a dormir- se separó del rubio rumbo a la habitación que solían compartir cerrándola con seguro."

Cuando abrió los ojos notó que se encontraban ya entrando en la pequeña casa que rentaban sus padres, bajo la excusa de estar un poco más cerca de ella.

Catalina e Inés esperaban en el patio mientras su madre terminaba de estacionar el auto, bajo con una sonrisa en el rostro, feliz por ver a su hermana menor ahí.

-No sabía que estabas de visita ¿A qué hora llegaste? ¿Vienes sola? ¿Dónde está Manuel?-

-Está adentro con tu pequeño huracán- bromeó un poco -Es cierto lo que me conto Cata- cambió rápidamente su semblante.

-Si-

-Hijo de puta...- siseó enfadada -Me cuesta creerlo... es que... él...-

-Lo sabemos, siempre fue muy aprensivo con Isabel, nunca nos imaginamos que sería precisamente él, el que pondría los cuernos-

-Y tú con tantos pretendientes mi'ja-

-¡Mamá, Catalina!- Las risas no se hicieron esperar y por ese instante se sintió un poco más ligera, tendría que empezar de cero prácticamente, pero no estaba sola y eso era algo que ella agradecía.


Notas finales. Esta historia la considero un semiAU y como verán tendremos la aparición de Maya y Azteca.