Disclaimer: Nada me pertenece, excepto ideas. El resto, le pertenece a JK Rowling.

MariSeverus.


Incompleto

Estaba allí, mirando con averción. Con aborrecimiento antinatural, en mi cuerpo. Algo debía cambiar, algo faltaba y yo quería descubrirlo. Yo iba a descubrirlo. Él no me relataba la verdad con todas sus letras, pero creía que yo era imbécil. Que yo no podía sentir que todo estaba mal. Que todo estaba por cambiar. Ya no me hablaba tanto, ya no quería contarme nada más. Estaba preparado para morir y llevarse a la tumba, todas esas verdades ocultas. Quería mentirme.

Yo quería saberlo. Yo intuía. Yo quería más detalles, para serle útil. Yo sentía que quería prescindir de mí. Potter, su preciado Potter. Sentía celos de no saber aquello que tanto le contaba.

Estaba movido por el odio, estaba movido por la inconprensión. Estaba cerrado en mi mundo, en el universo de mis sentidos. Estaba cerrándome a todo. Estaba cerrado a mi mente. Todo me cortaba, todo podía enceguecerme. Veía caras, oía voces y estaba lleno de resentimiento. ¿Por qué me mintió? ¿Por qué veía en mí aún, a ese niñito idiota que todo temía? Ya no lo era. Era un mounstruo, un asesino a sueldo. Mi paga, el sufriento. Mi sonrisa, la lágrima de ella. La lágrima de todos aquellos que me defraudaron.

Pero ahora solo sentía lágrimas. La maté y la sigo amando. Siempre...

Estaba allí parado, pregúntandoselo por enésima vez. "¿Qué tanto le cuentas a Potter, que pasan horas encerrados?" "¿Eso que no puedes develarme a mí?" Me sentía estúpido, envidioso. ¡Yo estaba poniendo mi pellejo en riesgo y Potter, ¡Potter solo era un maldito niño con uno que otro dote que lo hacía "especial" !

"Ven a mi despacho esta tarde y no podrás quejarte, de que no te cuento nada"

Pues asistí, imaginándome que escondería detalles y trataría de contentarme con un pequeño trozo de esa información. Pero no, no era tan idiota para solo asentir con la cabeza. Ya había matado a la persona que necesitaba, como para sumarle una muerte "No intencional" que iba a salvarlo de morir en manos de Quién tú Sabes, por cobardía. La solución del cobarde. Sí, estaba maldito, pero podía morir maldito. Yo estaba maldito con el signo de la marca bajo mi manga izquierda y pese a que moría lentamente, estaba aquí.

Y no sabía por qué.

Me detuve en su despacho y entré, esperando sentirme burlado. Ocupé mi asiento de siempre y escuché la verdad ante mis ojos cerrados. Estaba allí, escuchando su plan.

Hasta que escuché aquellas palabras que me llevaron a alarmarme, a sentirme imbécil. Había jugado el papel de idiota, toda mi santa vida. Desde que nací.

"Me usaste". Me levanté y lo miré con enojo, con rabia. Protegía lo único que quedaba de ella, de lo que dejé morir. Y justo en ese momento, también tenía que dejar morir, eso que me mantenía vivo.

No lo comprendí y dudé que podría entenderlo. Me dio una gran cantidad de explicaciones vagas, que apenas pude entender. Lo mataríamos, lentamente íbamos a verlo morir.

Suspiré y traté de serenarme, sobretodo cuando escuché aquellas palabras que seguían grabadas en mí, como la marca tenebrosa. Su nombre, su pensamiento y recuerdo.

Lily Evans...Siempre...

Miré sus ojos, destellaban con las lágrimas que yo quería derramar desde siempre. ¿Por qué me había usado de esta forma? ¿Por qué me había mentido? Me sentía traicionado. Pero, había hecho un juramento, había hecho un pacto.

Salvaría lo poco que pudiera de Hogwarts. De aquel que insistía en vivir y en martirizarme, pero que era mi conexión con ella. Mi única conexión con lo que una vez fue.

Harry Potter.

Asentí a sus pedidos y me decidí a llevar acabo, la peligrosa misión. No importaba cuánto sufriera, cuánta sangre se viera caer en mis manos. Tenía que lograrlo, tratando de salvar a los aliados que pudiera. Tratando de mantener con vida, a la mayor cantidad de "amigos e inocentes" que pudiera. Black, él no fue mi error, no fue parte de lo que apreciaba. Pero, sí...Inocente...

Cumplí. Recibí estóicamente, la culpa de aquel asesinato que hería mis manos, como si lo hubiese deseado así. No era tan fácil ver morir a alguien, solo por el hecho de hacerlo. Me sentía culpable de todas formas.

Huí, me oculté. Regresé a los pies de mi señor tenebroso e intenté fingir que todo estaba bien, que ese había sido mi trabajo. Pero mi trabajo era más que eso y era menos, de lo que mi señor esperaba.

Pero era muy débil. Seguía soñando con el sentimiento perdido. Con la esperanza de redimirme ante sus verdes ojos. Sentía que el señor tenebroso también me mentía, que esperaba que hiciera algo, solo por el hecho de poder deshacerse de mí. Lo teníamos todo planificado. Yo iba a morirme. Ambos habían planificado mi muerte. Lo intuía desde un principio.

Solo que Dumbledore, no temió en decírmelo. Lo bueno de eso.