Quisiera escarbar en mi propia piel. Quisiera despedazarla, íntegra y hallar en mí un motivo. El propio motivo. Uno no impuesto. Uno egoísta. Quisiera odiarme. Odiarme como sabes odiarme tan bien.

Quisiera encontrar en las palabras un atisbo de racionalidad. Un tenue llamado a mi hogar. Un motivo.

Quisiera colocar un espejo frente a mis ojos. Quisiera vivir tu mentira. Quisiera creerme. Qué genial mentiroso soy.

Quisiera suspirar, llenando mis pulmones con el aroma de tu cabello una vez más. Sólo una vez más.

Sasuke.

Y esa palabra es todo.

Mi razón.

Mi excusa.

Mi error.

Mi obstáculo.

Mi pregunta.

Mi objetivo.

Mi final.

Recorro en un instante mil colores, que parecen proyectarse a través de tus ojos, cual prisma.

Pues eres mi razón para ver. Mi razón para no cerrar mis párpados. Esperando.

Tiemblo levemente, intentando derretir mi materia. Para ser mi propio invento. Pero no me atrevo.

Pues eres mi excusa para esta farsa. Para fracasar. Encantado de fracasar.

Recuerdo haberte sostenido; trémulo. Tu cuerpo tan grácil como frágil entregándose a mi voluntad con tanta facilidad que casi tenía miedo de respirar tu mismo aire.

Pues fue mi error amarte. Amarte desde el mismo día que naciste. El día que decidí vivir por ti.

Una pesadez casi ajena, como si pudiera el espectro de mi ser materializarse fuera de mi cuerpo y burlarse de mí, me toma de a poco.

Pues eres mi obstáculo, aquello que separa este desgarrado cuerpo de caer.

Aún veo aquella decepción en tus ojos. Aquella imagen me provoca náuseas de dolor. Y no comprendo porqué. Porqué alguna vez me negué a tu voluntad.

Eres la pregunta que jamás podré resolver. Porqué tanta pasión. Porqué esta irracional e incondicional devoción.

Casi con cinismo río de mi patetismo. Y ya quisiera jactarme de mi bondad. Sentirme orgulloso.

Pues eres mi objetivo. Desearía que supieras la verdad, y entonces, me abrazaras. Y morir. Morir con tu perdón.

Te sonrío, sintiendo mi alma deslizarse lentamente por tu pecho. Siento el dolor. El dolor físico. Un último suspiro. El último suspiro. Que es a tu lado. Respirando tu mismo aire. Diciéndote, por fin, que ya no habrá una próxima vez. Mirándote a los ojos, sintiéndome orgulloso de morir, de vivir por ti.

Pues, Sasuke tú eres mi final.

...*...

Ya no importa si lo que Itachi sentía por Sasuke era amor más allá de lo fraternal.

Que alguien se atreva a decirme que Itachi no amó a Sasuke de forma incondicional. Que no vivió, por pura devoción a su hermano. Que alguien me diga que estoy equivocada.

No necesito que tengan sexo para saber que Itachi amaba a Sasuke. Y ese amor, esa pasión completamente irracional, pues... vale la pena que sean relatados en mil historias.