Hola~ de nuevo yo, con una historia de Sherlock, es un AU p UA, como se diga, una historia de cole, espero haya quedado entendible, y si no, !culpen a mi beta¡ jeje, no es cierto, mil gracias kayako666 por tu ayuda como siempre.

Bien, las edades de Sher y Jim son unas 15 primaveras.

Espero lo disfruten.

Y como siempre, Sherlokc pertenece a sus creadores (bendita sea la BBc y los productores) también pertenece a John, for ever~

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Ordinario, aburrido. El cambio de colegio no supuso ninguna diferencia. Todos se asombraban de su inteligencia, sobre todo en las matemáticas, por eso lo prepararon especialmente para ese tonto concurso, que por supuesto, ganó. No lo dejaban en paz, así que tampoco le hizo gracia cundo descubrieron que tocaba muy bien el piano. "El nuevo Beethoven" "el nuevo Chopin" "El nuevo…" lo que sea. Aburridos, ordinarios. Si supieran que sólo accedía a sus estúpido deseos para manipularlos mas fácilmente:-"¡Oh, si, Jim es tan buen chico, y ahora además va a tocar el piano en el aniversario del colegio! ¡Qué talento de muchacho!" aburrido.

Le dieron la partitura que esperaban interpretara. Apenas le dedicó una mirada, era sencilla y no le supondría ninguna dificultad. Le dijeron también que tendría el salón de música reservado para practicar todas las tardes, lo que le alegró por que así se libraba de sus insulsas presencias y de tener que llegar a casa temprano.

Casi feliz llegó el primer día. Abrió la tapa del piano de cola y se sentó frente a él, no sin antes acomodar las partituras para verlas mientras empezaba a tocar y a familiarizarse con la canción, pero antes que pidiera empezar, él hizo su espectacular aparición, cual príncipe de cuento.

Era el chico más apuesto que hubiera visto antes, alto, delgado, muy blanco o quizá lo parecía más por los oscuros rizos que enmarcaban sus facciones. Tenía un andar seguro, rayando en lo arrogante. Sin embargo lo miró con enfado.

-¿Qué haces? Se supone que nadie puede estar aquí ahora.

-¿No? Curioso, ¿Cómo explicas mi presencia aquí entonces, Moriarty?

El recién llegado ni lo miró al responder, si no que fue directo al lugar donde reposaban los instrumentos de cuerda.- este lugar fue reservado para que yo practicara para el aniversario del colegio. –Dijo James con petulancia esperando impresionarlo y que se marchara, así que le contrarió ver que sacaba un violín y se lo acomodaba al hombro. –Lo sé. Y lo lamento por ti. – dicho esto empezó a tocar desafinadamente el finísimo instrumento, James no podía creer que un hermoso violín pudiera sonar tan mal, se tapó los oídos pero ni así lograba bloquear el escándalo que el otro hacia. -! No hagas eso, calla¡- El violín llegó a una nota particularmente alta y estridente, para luego transformarse en una suave melodía, muy complicada e interpretada virtuosamente. Cuando finalizó, estaba tan encantado que no pudo decir nada, tuvo que ser el otro chico quien rompiera el silencio.

-James Moriarty, de noveno grado, ganaste el concurso matemáticas a nivel zona y ahora vas las estatales, pero eso en realidad te tiene sin cuidado, porque lo que buscas es tenerlos comiendo de tu mano, hacerlos caer en tu red, aunque también puede ser que estés buscando la atención que tus padres no te ponen, por eso accedes a sus deseos, como lo del concurso o como actuar en eventos aburridos como la ceremonia conmemorativa del colegio. – Jim parpadeó sorprendido por la manera en que empezó a hablar, las cosas que supo de el sin haberle visto antes y por como calló después. Luego empezó a reír entre dientes-Eres un jodido bastardo idiota.

-No, soy Sherlock Holmes.

-Pues, eres un jodido bastardo, Sherlock.

Sherlock sonrió sin humor:- también estaré participando en la ceremonia, tocaremos a dueto así que debemos ensayar… supongo. – remarcó la última palabra.

-Yo no lo necesito, mira. – Se sentó de nuevo frente al piano para empezar a tocar lo que le correspondía de la canción, empeñándose aun mas que antes, de pronto deseaba impresionar al engreído Sherlock Holmes, quien cuando acabó sólo asintió con su expresión fría y seria. –Ahora los dos.

Desastre. No se acoplaban uno al otro, si uno se adelantaba el otro se atrasaba y viceversa, el violín desafinó y un par de notas cayeron fuera de lugar en el teclado del piano.

-¿Lo ves? El idiota eres tú. Mañana, a la misma hora. – dijo Sherlock y se fue de la misma manera, dejando por primera en la vez en la vida de Jim sin la sensación de estar aburrido.