¡Hola! Había prometido escribir otro fic YuuTai cuando terminara algún otro y en realidad este fanfic fue una mezcla extraña de mis muchas y muy locas ideas xD
Advertencias: AU, tal vez un poco de Ooc, algunas groserías y si hay alguna otra la anunciaré al inicio del capítulo.
Parejas: Yuuichi x Taiyou, Kyousuke x Tenma, Hakuryuu x Shuu, Shindou x Kirino y ocasionalmente otras.
Disclaimer: Los personajes de Inazuma Eleven no me pertenecen son propiedad de Level-5.
El minutero del reloj avanzaba aparentando severa lentitud. Sumergidos totalmente en su soledad, desde aquel trágico accidente, están a la espera para florecer sólo cuando la noche se los permita, con seguridad, cada vez que cerraban sus ojos recordaban con detalle ese infierno a su alrededor. En sus cuellos de manera imperceptible, se aprecia aquella atadura color rojizo que los tiene sujetos a su maldición. Para ellos únicamente existían dos opciones, morir o intentar seguir con vida, más esta última era prácticamente imposible...
Capítulo 0
La expresión en su pálido rostro al salir por las puertas del hospital, mostraba una inmensa frustración y a la vez, un mal intento de reprimir su enojo, hace unos momentos su Padre no le había dado muy buenas noticias, sumándole a aquella preocupación que ya mantenía acerca de lo que el Médico le dictaminó no era algo muy satisfactorio. Ya habían pasado más de seis meses en los cuales tenía que acudir constantemente a revisar su salud.
Al llegar al jardín de aquel lugar, toda aquella impotencia que reprimía en su interior se disuadía con tan sólo mirar a la distancia el rostro sonriente de aquella persona, de inmediato pensó que debía cambiar su expresión para mostrarle su mejor sonrisa, por lo menos solamente a él.
—¡Yuuichi-San! —saludó con alegría a lo lejos, la voz del pequeño de ocho años de edad de cabellos naranjas y radiantes ojos azules, parecía ser una de las pocas personas que iluminaba la vida del joven cabellera azul y ojos dorados Tsurugi Yuuichi, de ya quince años.
A pesar de todos los problemas que el mayor intentaba enfrentar, no ha de olvidar tal momento tan grabado en su memoria en el cual, meses atrás el pequeño niño apareció ante él, justo cuando estaba a punto de desmoronarse por completo, de rendirse, aquel día gris ese niño lo miró con una cálida sonrisa y le brindó consuelo, a un perfecto extraño como él.
Desde entonces, comenzó a buscar la manera de agradecérselo, aunque no encontrara aún como lograrlo, pero además sin duda, inevitablemente le comenzó a tomar cariño al menor de cabellos naranjas, quien se había convertido poco a poco en su adoración, haciéndole honor a su nombre, se volvió el sol que alumbraba cada uno de sus días.
—¡Taiyou qué te sucedió! —Al estar frente a él, su rostro sonriente se tornó con rapidez a uno preocupado mezclado con asombro, al acercarse hasta el de ojos azules y observar el moretón no muy notorio que tenía en su mejilla.
— ¡Ah! Esto pues verás mmm... —intentó decir con alguna risa nerviosa, el mayor se hincó en una rodilla para estar a su altura, sosteniendo con delicadeza entre ambas manos sus suaves mejillas obligándolo a que lo mirara directamente a los ojos—. Me peleé con otro niño porque estaba molestando a mi amigo —le reveló con un pequeño puchero, frunciendo ligeramente su ceño al recordarlo.
El mayor suspiró, sabía a la perfección que el pequeño era bastante imprudente con algunas cosas únicamente cuando le parecía necesario, así que relajó su expresión, ya se encargaría después de hacer sufrir bastante al agresor -aunque solo se tratara de otro niño- más tarde... —¡Pero que quede claro que yo gané la pelea! —añadió con orgullo, Yuuichi no pudo evitar soltar una pequeña risa ante su comentario.
—Me gusta ver la sonrisa de Yuuichi-San —dijo Taiyou de repente, colocando sus pequeñas manos sobre las del ojos dorados que aún se mantenían sobre sus mejillas.
El de cabellera azul oscura, sentía una cálida y agradable sensación al estar con él, quien lo viera podría acusarlo de pedófilo, más eso no le importaba en lo absoluto, porque él mismo sabía que lo que sentía por el de cabellos naranjas era puro amor fraternal, eso era todo.
—Gracias... —le respondió uniendo con suavidad sus frentes, el menor sonrió ante tal tacto.
Amemiya Taiyou ha estado recluido dentro del hospital prácticamente toda su corta vida, raramente alguien lo visitaba ya que sus padres siempre se mantenían ocupados en sus empleos. Y por más que buscaba, realmente no encontraba a nadie con quien pudiera hablar o siquiera lo tomara en serio, por eso se aburría constantemente. Hasta que un día, surgió cierto incidente con el de cabellos azules, que logró que desde entonces, no se quisiera despegar de su lado por considerarlo una persona interesante y admirable, se auto nombró a sí mismo "el guardián protector de Yuuichi" ambos se se preocupaban mutuamente entre ellos y se entendían a la perfección, sin tomarle importancia a la diferencia de edades que los separaba.
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Sin embargo, a medida de que el tiempo transcurría, pese a que los dos disfrutaban cada minuto que pasaban juntos, no les duró tanto el gusto, debido a que una pequeña niña, "amiga" de Taiyou, se comenzó a encelar de la relación que mantenían aquellos dos, de aquella felicidad que le mostraba el ojos azules al mayor, aquella niña inocentemente sin saber realmente lo que provocaría, inventó un extraño rumor que llegó hasta los oídos de la muy histérica madre de Amemiya...
—No te vas a volver a acercar a ese sujeto, mañana mismo nos regresamos a Okinawa. —Fue todo lo que sentenció la mujer sin explicaciones y sin admitir palabra alguna de réplica ante la confusión del ojos azules, ¿Por qué querrían separarlo de aquella persona tan importante para él? ¿Se había portado mal para recibir tal castigo? No lo entendía, pero él nada podía hacer, era un niño, nadie escucharía sus quejas, por eso odiaba a los adultos que hacían cosas sin sentido.
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Taiyou se tuvo que aguantar las lágrimas a punto de desbordarse por su rostro, al darle la noticia de su partida mientras que Yuuichi se intentó tragar la frustración contenida en su interior por no ser capaz de evitarlo, una amarga sensación se apoderó de su interior pero ya sabía perfectamente que no era culpa del pequeño.
— ¿No- nos volveremos a ver? —preguntó dubitativo limpiando con la manga de su camisa sus ojos acuosos para después sostener con fuerza la playera del mayor, quien se encontraba hincado a su altura.
—Cuando crezcas nos volveremos a encontrar, ten por seguro que volveré por ti Taiyou —le prometió con seguridad en su mirada dándole una dulce sonrisa y el cabellos naranjas sin poder continuar reprimiéndose, se lanzó a los brazos del mayor asintiendo con fuerza, abrazo que muy gustoso correspondió, acariciando con suavidad sus cabellos —Te lo aseguro...
7 años después...
—¡Taiyou! ¡Taiyou ya despiértate! —Se escuchó el fuerte golpeteo a la puerta, acompañado de gritos que parecían no tener mucho efecto en el aludido.
—Yuu... San —mascullaba el joven entre sueños durmiendo muy cómodamente en su cama. Pero no fue hasta que escuchó el ruido de una puerta caer que se removió un poco.
— ¡Taiyou deja de soñar con tu príncipe azul y apúrate o perderás el avión! —lo sacudía muchas veces su amigo para despertarlo.
—Yuu... Es mi príncipe a- ah aaaaah ¡Ya es muy tarde! —gritó el de ojos azules al medio abrir sus ojos y mirar su reloj, empujando lejos a su amigo en el proceso — ¡¿Sata por qué no me despertaste antes?!— le recriminó saltando fuera de su cama, ante la mirada que le decía: sí lo hice muchas veces, de su amigo de cabellos cafés quien para su suerte vivía al lado.
—¡Asegúrate de escribirme cuando llegues a la ciudad! —le gritaba a lo lejos al mirar al ojos azules medio anudarse su zapato, coger sus maletas y salir de su apartamento disparado al aeropuerto.
Era inaudito que perdiera su vuelo, si llegaba tarde dejaría esperando en vano a su viejo amigo Matsukaze Tenma, que se ofreció amablemente a recogerlo, pero más que eso, no recordaba con seguridad el porqué pero algo en su interior le decía que había algo importante en la ciudad Inazuma, algo que olvidó, que necesitaba y esperaba recordar...
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Continuará
Espero les gustara, muchas gracias por leer, acepto cualquier crítica, consejo o pingüino volador que deseen lanzarme, bye.
