Este es un recuento de la historia del mundo maravilloso que creo Charlaine Harris desde el punto de vista de Eric; va perfectamente con el desarrollo de los libros, muchos de los diálogos sé han sacado directamente de ellos.
Disclaimer: Todos los personajes y la Saga Sookie Stackhouse no me pertenecen ( ya quisiera) , pertenecen solo y únicamente a Charlaine Harris.
Esta es un fic original de la genial DeeDeeINFJ.
Capitulo 1: Sookie
Al principio apenas registró a la rubia que entró en Fangtasia con Bill Compton esa noche, ya había visto rubias antes, se había follado y alimentado de mas rubias de las que podía recordar, y montones se le ofrecían cada noche. Esta noche estaba demasiado aburrido - su mente demasiado llena de otras cosas - para justificar la atención de otra mujer humana de pelo amarillo.
"¿Has echado un vistazo a la nueva mascota de Bill?" preguntó Pam.
Eric hizo un gesto con la mano, en reconocimiento y despedida a la vez.
"Bueno, la tendré",le dijo . Estuvo callada por un momento, tiempo durante el cual casualmente pateó a un posible admirador. Era vagamente consciente de estarse negando a algunas insinuaciones el mismo. "¿Por qué estás tan callado y aburrido esta noche?"
No dijo nada, pero sus ojos descansaron sobre la humana de Bill otra vez y se dio cuenta de que había algo diferente en esa mujer. Era obviamente humana, pero había algo más...
Bill había notado que había picado el interés de Eric, porque se levanto junto a su compañera y se acercaron. Eric frunció el ceño mientras ellos se acercaban, tratando de distinguir algo - cualquier cosa - especial acerca de la mujer, pero rápidamente reorganizó sus facciones en algo más agradable cuando se dio cuenta que la mujer lo miraba con aprensión. Bill se detuvo a varios pies de distancia de su mesa, sosteniendola detrás de él. Le resultó divertido. Sin duda, Bill ¿No podría estar mostrando inseguridad al presentar a su compañera a Eric y Pam?
"Bill", dijo a modo de saludo al vampiro más joven, luego volvió los ojos devuelta la mujer.
Era atractiva ciertamente, con cabello brillante, ese bronceado de chica sureña y una figura que sólo se podría calificar de deliciosa. Solo sus pechos... Pero también había una dulzura en ella, por la forma en que había elegido tales ropas tan sexys - ese vestido ajustado, esos pecaminosos zapatos rojos - que solo gritaban inocencia. El patrón floreado, el bolso rojo a juego. Vestida de blanco en Fangtasia, ¡Por Dios !. Sí, mentalmente estuvo de acuerdo con Pam, la tendré.
Fue Pam quien habló después: "¿Quién es tu amiga?" Pudo escuchar el deseo en su voz y sonrió. Pam tenía buen gusto y nunca había sido sutil al respecto. Le había enseñado bien en ambos aspectos.
"Hola, soy Sookie Stackhouse", contestó la mujer. Su acento era encantador y les habló como si se dirigiera invitados a la fiesta de jardín de su madre, en lugar de a dos antiguos vampiros.
A él ya le gustaba ella.
"¿No eres dulce?" dijo, en lo que esperaba fuera una buena imitación de un invitado de fiesta de jardín.
"No especialmente." Mantuvo su barbilla alta y miro cautelosa - mucho más apropiado, considerando la actual compañía.
Eric dejó escapar una risa genuina, sorprendiéndose a sí mismo. Sí, le gustaba mucho. Y no le importaría arrebatársela a Bill aquí y ahora, tomarla en su oficina y hacerla suya.
En cambio, igualó su cortesía. "Sookie, esta es Pam y yo soy Eric."
Esperó a que respondiera, pero no dijo nada, así que miró a Bill expectante.
"A mi amiga Sookie le gustaría preguntarles un par de cosas."
¡Amiga! Eric contuvo su sonrisa y miró a Pam para ver si apreció esto tanto como él.
Pero Pam solo se vio molesta. "Como ¿Cuán largos son nuestros colmillos y qué tipo de ataúd usamos para dormir?"
Devolvió su mirada a Sookie, ya sabiendo que esas no eran sus preguntas; si lo fueran, se las habría preguntado a Bill. Y no parecía ni actuaba como otra colmillera.
"No, señora" dijo con calma.
Ah, estaban de vuelta a la fiesta de jardín. Su cortesía era ambas, extraña y bienvenida. Entonces, se dio cuenta que no los trataba como invitados de fiesta de jardín, sino simplemente como gente normal que merecía su cortesía. Eso, o Bill le había advertido (No había pasado por alto cuan tensa era la presa de Bill en el brazo de Sookie), y se acobardaba en su presencia. Tal vez un poco de ambos, pero Eric prefería pensar que era la anterior.
La miró mientras Sookie sacaba dos fotografías de su bolso y se las enseñaba a él y a Pam. "Me gustaría saber si han visto a cualquiera de estas mujeres en el bar", dijo.
Fue directa y franca , eso le gustó aún más. Decidió que complacería a esta extraña criatura y miró a las fotografías. Una era una extraña para él, pero la otra... Recordó como le había rogado que la abofeteara cuando le inclinó sobre su escritorio. Levantó la vista y miró fijamente a los ojos de Sookie, igualando su franqueza.
"He estado con ésta. Le gustaba el dolor".
Sookie parpadeó, tragó – observó el movimiento de su encantadora garganta - y se volvió hacia Pam.
"He visto a las dos," dijo Pam con indiferencia. "Nunca he estado con ellas. Esta era una patética criatura." Había señalado la imagen de la mujer que Eric no conocía.
Dos colmilleras patéticas, entonces. ¿Por qué deberían despertar el interés de esta Sookie Stackhouse, que obviamente era una cosa aparte?
"Muchas gracias", dijo Sookie. Lo miró. "No les quitare más tiempo." Esta deliciosa belleza sureña era toda cortesía.
Estaba a punto de decirle que podría tomarse tanto tiempo como quisiera, pero ya se había girado. Bill, sin embargo, la detuvo. Desde luego, preocupado por su "amiga".
"Bill, ¿Estas muy unido a tu amiga?" Sonrió mientras enfatizaba la última palabra, sabiendo que estaba empujando a Bill para que admitiera su relación real con Sookie. Eric estaba ciertamente entusiasmado en saber, sobre todo si había alguna posibilidad de quedársela.
Bill no le defraudó. "Ella es mía", dijo con una voz que no admitía replica.
Eric miró a Sookie de nuevo, notando la furia en sus ojos. Tantas cosas de ella que ya le gustaba. Paso los ojos por su cuerpo apreciativamente y la miró de nuevo a los ojos. Tenía toda la intención de hacerla suya y Bill Compton estaba difícilmente en condiciones de detenerlo.
Bill hizo una reverencia y se llevó a Sookie. La siguió con la mirada todo el camino de regreso a su mesa. Se giró hacia Pam.
"¿Tú crees que ya la tuvo?"
"Sería un tonto si no." Pam dio sorbió de su botella. "Yo sé que la quieres. Te he visto tratando de ocultar tus colmillos. "
Se giró y sonrió ampliamente, mostrandole los colmillos, luego volvió a mirar a Sookie. "Hay algo extraño en ella. ¿Lo has notado?"
"Bueno, ciertamente no encaja aquí."
"Eso también."
Poco después, Bill se levantó y fue hacia el barra. "Pam, ve que puedes averiguar", dijo Eric, asintiendo en dirección a Bill. Obedeció inmediatamente, como siempre hacía y Eric devolvió su atención a Sookie.
Nunca venia mal usar un poco de glamour, se concentró en su rostro con una caliente mirada, disponiéndola para que volviera a su mesa. La llamó con la voz de un amante, pero ella mirada a sus manos. Quería mirarlo, oh sí; estaba concentrando mucha energía en no levantar la vista y por un momento su fuerza de voluntad cedió. Podía sentir como le llamaba, pero se resistió. Detuvo la magia y frunció el ceño.
"No lo ha hecho."
Eric se le quedó mirando y se giró hacia Pam mientras se sentaba de nuevo. "¿Qué?"
"No ha dormido con ella".
"Pam, que vulgar de tu parte preguntarle tal cosa." Se sonrieron mutuamente. "¿Algo más?"
"Nope. Me tomó bastante tiempo sacarle solo eso. Tenía que ser sutil. "
"No me puedo imaginar lo mucho que te debe haber dolido." Pam lo fulminó con la mirada mientras bebía de su botella y Eric se rió. Se puso más serio, sin embargo, inclinándose hacia ella. "El glamour no funciona en ella."
Pam ciertamente no sabía qué hacer con eso, así que ambos se sentaron en silencio durante unos minutos hasta que terminó su bebida y suspiró. "De vuelta al trabajo. Hey, Sombra larga dijo que necesitaba más limones, así que iré directamente a la tienda."
Asintió con desinterés y apenas notó su partida. Bill estaba apoyándose muy cerca de Sookie y parecían estar discutiendo algo intensamente. Trataba de pensar en algún encargo que efectivamente se deshiciera de Bill por una hora, cuando de repente la pareja se levantó, dirigiendose hacia él.
Bill le dio una mirada urgente y asintió hacia la puerta. Eric no necesitó que se lo repitieran dos veces. Se puso de pie y camino hacia la puerta, tomando a Celia (Era una buena portera y ciertamente una de sus empleadas menos desagradables) con él.
"Va a haber problemas", le dijo a Celia. "Te llevaré a casa."
"Oh... gracias, maestro. "
"Puedes darme las gracias cuando lleguemos allí."
Eric sonrió,apoyandose en su coche, tintineando las llaves mientras esperaba a Bill, Sookie y una explicación. Bill y Sookie salieron corriendo momentos más tarde y Eric levanto sus cejas a Bill, preguntándole en silencio.
"Va a haber una redada."
Frunció el ceño. "¿Cómo lo sabes?" Hubo un breve silencio y comenzó a sospechar que Sookie tenía algo que ver. Eso explicaba el dulce vestido, la cortesía, la rareza...
"Yo," dijo, confirmando sus sospechas. La miró fijamente, esperando una explicación. Si ella lo había traicionado de alguna manera, necesitaría algo más que a Bill para salvar su trasero, por muy tentador que dicho trasero pudiera ser. "He leído la mente de un policía."
Una psíquica. Eso explicaba mucho. Sintió que sus colmillos se extendían de nuevo mientras la miraba y recordó una noche en Nueva Orleans casi dos siglos atrás. Una mulata de piel suave, enormes ojos y manos hábiles. Y la estaca escondida en su vestido, con la que había tratado de matarlo cuando estaba encima. Que desperdicio.
Le sonrió. "Eso es interesante. Tuve una psíquica una vez. Fue increíble."
"¿Le a la psíquica pareció?"
Dulce y atrevida. Deliciosa. Eric inclinó ligeramente la cabeza y la miró, observando con entretenimiento que Bill parecía nervioso y sobreprotector.
"Durante un tiempo" respondió a Sookie con una carcajada.
El sonido de las sirenas rompieron el silencio y asintió a Celia para que entrara en el coche. Esta noche en su casa, en su cama, ella pasaría por Sookie Stackhouse. Probablemente se disgustaría si lo supiera, pero sin duda disfrutaría los beneficios.
Varias noches siguientes fueron dedicadas a tratar con las secuelas de la redada. ¿Sabía él de la actividad ilegal que se está llevando a cabo en sus instalaciones? y otras tonterías sin sentido. Enmascaró su aburrimiento con encanto y respondió a todo rápidamente. Una línea de preguntas, sin embargo, le interesó a causa de las preguntas de Sookie Stackhouse en el bar. La policía le preguntó si sabía algo acerca de "mujeres que habían tenido relaciones íntimas con vampiros" siendo asesinadas en Bon Temps. Con esa mierda finalmente arreglada y su bar de vuelta en su apogeo y registrando dinero, aprovechó la oportunidad para llamar a Bill.
"¡Pam!"
"¿Sí?" Preguntó, caminando hacia su oficina, poniéndose unos pendientes.
"Pon a Bill al teléfono."
"Claro. Y hey, esa puta morena con mechas rubias a estado preguntando por ti otra vez. Dejó tres mensajes más en el contestador hoy, como si fueras a levantarte de tu sueño para devolverle la llamada. ¿Te has acostado con ella o algo así? "
La fulminó con la mirada. "Tengo algunas normas. "
"Tendrás que hablarme de ellas alguna vez". Le sostuvo la mirada con una imperturbable, pícara mirada suya y levantó el teléfono, arreglándose las uñas mientras esperaba. "Bill, es Pam". Hizo una pausa. "Sí, todo bajo control. Reabrimos anoche". Otra pausa. "Uh huh. Sí, bueno, Eric quiere hablar contigo."Sostuvo el teléfono hacia Eric, indicando su atuendo con la otra mano y preguntó: "¿Todo bien?"
"Estoy aquí", dijo, girando un dedo en el aire para que girara.
"Supongo que tienes algunas preguntas para mí ", dijo Bill.
"Sí. Obviamente, tengo preguntas." Pam levantó las cejas, Eric asintió y le guiñó su aprobación. Se dio una última mirada en el espejo y se giró hacia la entrada del bar. "¿Qué es esto que he oído sobre unos asesinatos en Bon Temps? Supongo que tiene que ver con tu amiga Sookie y sus preguntas de la otra noche. "
"Así es", dijo Bill fríamente.
"¿Algo que debería saber? No quiero a la policía preguntando mas sobre el tema en mi bar".
"No, creo que no. Las mujeres no fueron asesinadas por vampiros, estoy seguro."
"¿Y eso, por qué?"
"No fueron drenadas y por lo que tengo entendido, las marcas de las mordidas no eran recientes."
"Bien. Tengo demasiadas cosas que hacer como para preocuparme por un par de colmilleras muertas".
"¿Algo más? "Bill preguntó y sonrió ante su tono defensivo.
"Ahora que lo mencionas, si." Saboreó una larga pausa, luego continuó. "Sookie. Háblame de ella. ¿Cómo descubriste que era psíquica?"
"No es psíquica, no en realidad. Es telepática. Y es una larga historia."
"Tengo una eternidad, como tú."
"Eric, ella realmente no es asunto tuyo. Es mi... mi novia y estoy seguro de que no quiere tener nada que ver con todo ese mundo en el que estas metido. Probablemente no volverás a verla."
Eric se inclinó hacia delante en su silla. "Definitivamente, voy a volver a verla."
"Con el debido respeto, te dije que es mía."
"Aunque debo reconocer eso, quiero follarme a tu novia y seamos sinceros, alguien tiene que hacerlo…" Ignoró el gruñido de Bill y continuó. "Quiero decir simplemente que su don será útil para nosotros y espero aprovecharla cuando surja la ocasión. ¿Has considerado que ella podría querer usar su don?"
"No hay una gran diferencia entre usar su don y usarla a ella. "Eric no dijo nada, y esperó. Bill suspiró. "Lo hablaremos después, cuando sea necesario."
"Esta bien. Una pregunta más. ¿La Reina sabe de nuestra señorita Stackhouse?"
Una larga pausa. "No."
"Por el momento eso es todo. Bill..."
"¿Qué, Eric?"
Sonrió ante el disgusto del vampiro más joven, luego se puso serio de nuevo. "No dejes que nada le suceda. Me gusta bastante."
Bill le colgó.
Pasó algún tiempo antes de que tuviera ocasión de pensar en Sookie otra vez... es decir, más allá de pensamientos fugaces y las no tan fugaces fantasías sexuales.
Un poco más de sesenta mil dólares habían desaparecido del bar, de acuerdo con sus cálculos y los de Pam, además él no era (de acuerdo al habla local) un campista feliz.
Marcó el número de Bill y no se molesto con preámbulos cuando el teléfono se contestó. "Bill, necesito a Sookie." Sólo hubo silencio en el otro extremo. "¿Bill?"
"Te he oído. "
"Bien. Espero verlos aquí, a los dos, esta…"
"¿Tiene alguna opción?" Bill interrumpió.
"Por supuesto que tiene opción ", dijo Eric con calma. "No puedo decir lo mismo de ti."
"¿Qué significa eso?"
"Creo que lo sabes."
"Quizás podrías explicarlo de todas formas."
"Necesito su talento. No debería tomar mucho tiempo. No le costará nada. No debería ser difícil para ti convencerla y eso espero que hagas. Si no me la traes, voy a asumir que no fuiste lo suficientemente convincente. ¿He sido claro? "
"¿No te importa si le digo que la amenazaste?"
Eric se echó a reír, poniendo sus piernas sobre el escritorio y reclinándose en su silla. "Dile lo que quieras, Bill. La necesito. Tráemela mañana por la noche. "
"Bien. ¿Y tú comprendes que no debe ser perjudicada? Si le tocas un solo pelo, tu edad y posición dejarán de significar algo para mí."
"¿Sigue siendo tuya solo de palabra?" sonrió ante el silencio sepulcral. "Ah, ya veo. Espero que la disfrutases y le des tanto placer como yo lo hubiera hecho... o intente." Más silencio. "No se me ocurriría hacerle daño. Pocos humanos son interesantes y estéticamente agradables a la vez. Y muchos menos aún son educados."
"Allí estaremos", dijo Bill.
Colgó el teléfono y se echó hacia atrás otra vez, cruzando los brazos detrás de la cabeza. "¿Pam?"Llamó. "Llama a Bruce, Ginger y Belinda, diles que les quiero aquí mañana por la noche. No aceptes un "no "por respuesta."
"Sabes que nunca lo hago", gritó de vuelta.
"Bien" se dijo. No podía decidir qué panorama le excitaba más: Encontrar su dinero, castigar al culpable o saborear la visión y compañía de su telepática belleza sureña.
Sookie se veía desafiante y hermosa con sus tejanos que abrazaban su trasero y caderas de la manera correcta, y se ensanchaban un poco en la parte inferior sobre sus sandalias. El escote de su blusa azul dejaba demasiado a la imaginación, pero Eric tenía bastante imaginación. Bill se mantuvo cerca, como lo hizo la primera noche que vinieron a Fangtasia.
Tal vez un poco de su cortesía sureña, relajaría los ánimos. Aunque se dirigía a ambos, su sonrisa era para ella. "Bill, Sookie." Ella asintió con rigidez, pero no dijo nada, así que continuó. Educadamente. "Bill, tu y Sookie ya conocen a Sombra larga. Sookie, recuerdas de Pam. Y este" -señaló al hombre patético y molesto sentado al otro lado de la mesa- "es Bruce."
Bill suspiró y se acercó a Pam y Sombra Larga, que ocupaban una pared de la habitación, Sookie parecía dispuesta a seguirle. O Bill no le había dicho nada o estaba fingiendo no saber por qué había sido convocada.
"Sookie, escucha a Bruce", dijo, señalando al patético hombre.
Parpadeó, parecía estar esperando a que Bruce hablara, pero la comprensión amaneció en su rostro. "¿Qué es exactamente lo que tengo que escuchar?"
Aún estaba a la defensiva, por lo que respondió de brevemente y con calma. Algunos humanos suelen apreciar la franqueza. Eric no recordaba bien ser humano, pero estaba bastante seguro de que incluso entonces, había valorado la franqueza.
"Alguien ha malversado cerca de sesenta mil dólares que nos pertenecen y en lugar de someter a todos nuestros empleados humanos a la muerte o la tortura, pensamos que tal vez podrías mirar en sus mentes y decirnos quién ha sido."
Durante su explicación, los ojos azules de Sookie (su camisa los hacía parecer aún más azules) se ampliaron, sobre todo ante la mención de la muerte y la tortura. Pero lo tomó con un asentimiento y la confianza se reflejo en su rostro. Le miró directamente. "Y entonces, ¿Qué harás?"
Debería haber sabido que esta mujer, de todos los humanos, podría pedir eso. Sus cejas se elevaron desafiándole, como si ya supiera la respuesta.
"Quien sea, deberá devolvernos el dinero." Era obvio, pero Eric sabía cómo desviar lo mejor de ellos.
Sookie agregó. "¿Y después?"
Se encontró con sus ojos. Si un vampiro fuera responsable de esto, se ocuparía de acuerdo a sus propias leyes. Pero todo apuntaba a que, sin embargo, parecía ser un ser humano y Fangtasia era demasiado lucrativa para estar en peligro por el escándalo inevitable que seguiría el asesinato de uno.
"¿Si somos capaces de encontrar pruebas del delito, entregaremos al culpable a la policía."
Ella cruzó los brazos sobre el pecho. "Haremos un trato, Eric."
Que atractiva criatura era, ofreciéndose a hacer un trato con el diablo. Se preguntó si estaría dispuesta a aceptar un trato que implicara obtener el mayor placer de su vida si le concediera una noche con ella. Bill estarí perdido. Pero esta noche, negocios.
"¿Y que será, Sookie?" preguntó con genuino interés, incapaz de reprimir una sonrisa.
"Si realmente entregas al culpable a la policía, voy a hacer esto por ti, siempre que lo desees. Sí, sé que probablemente tendría que hacerlo de todos modos, pero ¿No es mejor si vengo dispuesta, si actuamos de buena fe mutuamente? "
Eric perdió el control de sus emociones, que debían estar traicionadole atravesando su rostro durante su breve discurso. Yo ya estoy actuando de buena fe, mujer tonta, deseaba decir-y lo habría dicho si estuvieran solos. Entra en mis pensamientos ahora si no me crees. Podría obligarte a hacer mi voluntad en cualquier momento y en cualquier lugar, simplemente con la amenaza de dañar a Bill u otra persona que ames. Pero estoy aquí intentando integrarme. Estoy obedeciendo... más... de sus estúpidas leyes humanas. Estoy tratando de ser lo más honesto contigo ahora como un vampiro puede ser con un humano. No voy a matar a nadie si no tengo que hacerlo.
Ella habló nuevamente y el sonido de su voz le sacudió de sus pensamientos. "Además, ¿cómo puedes estar seguro de que el ladrón es humano?"
Se puso de pie una fracción de segundo después de que Pam y Sombra Larga extendieran los colmillos de rabia. Les hizo una señal para que se detuvieran, sin apartar los ojos de la rostro de Sookie. "Esa, es una idea interesante. Pam y Sombra Larga son mis socios en este bar, y si ninguno de los humanos es culpable, supongo que tendremos que mirarles a ellos". La idea de semejante traición -sobre todo si se trataba de Pam- le llenó de furia. Los humanos no conocen nada mejor. Vampiros...
Sookie parecía intimidada por la ira que se desprendía desde tantas direcciones. Su voz fue tranquila, controlada. "Solo una idea."
Se sentó de nuevo, impaciente por acabar con esto. "Empieza ahora, con este hombre."
Ella se arrodilló junto a Bruce y los sentimientos de Eric se rebelaron ante la idea de que tuviera que arrodillarse ante tal triste excusa de hombre. Sudor corría por el rostro del humano y le hizo aún más repugnante de lo que solía ser. Sookie parecía insegura por un momento, tomó la mano del hombre, luego la movió hacia su muñeca, parecía satisfecha.
"¿Cogiste el dinero?" le preguntó.
Su voz era suave y se preguntó en que debía estar pensando. Maldición. Maldita ella. Estaba allí para escuchar los pensamientos de otros, pero los únicos pensamientos que quería oír eran los de ella.
Bruce negó haber cogido el dinero y saber quien lo hizo.
Sookie se levantó y enfrentó a Eric, parecía más confiada ahora que había empezado su trabajo. "No fue este tipo".
Eric asintió e hizo una señal a Pam para que sacara al lloriqueante Bruce de la habitación y regresó con Ginger. Joder. Se giró cuando esa zorra le sonrió, esperando que Sookie terminara con ella rápidamente.
"Hola, cariño", dijo Ginger.
Se preguntó de dónde había sacado esta mujer la idea de que a le gustaba ser llamado "Cariño" y mucho menos por ella. Ni siquiera la miró. "Ginger, responde a las preguntas de esta mujer."
"Sí, maestro. " Podía oír la sonrisa boba en su voz, y cerró los ojos irritado. Hubo un segundo de bendito silencio, luego Ginger siseó, "¡No me toques!"
Se giró hacia ella de nuevo, mirandole duramente. "Pam, sujeta a Ginger." Oyó el filo en su propia voz y apartó la mirada de nuevo.
"¿Cogiste el dinero?" Sookie le preguntó.
Ginger gritó, y Eric rodó los ojos al techo, mirando a la superficie plana, como si pudiera romperse y levantarse, creando una abertura hacia el cielo y asi poder escapar. La voz de Sookie le trajo de vuelta al presente.
"Sabe quién lo hizo", dijo Sookie, entre los sollozos de Ginger. "No puede decir el nombre. La ha mordido." Hizo una pausa, y Eric observó cómo ella hizo otro intento para obtener el nombre del cerebro hecho puré de Ginger. "Es una especie de compulsión. Ni siquiera puede imaginarlo."
"Hipnosis... un vampiro fuerte", dijo Pam, haciéndose eco de sus propios pensamientos.
"Trae a su mejor amiga", dijo Sookie. Con cada minuto, parecía más segura de sí misma, incluso hablándole a Pam como si las dos fueran iguales.
"¿Debería Ginger quedarse o irse?"
"Debería irse", aconsejó Sookie. "Sólo asustará a los demás."
Debería irse antes de que le rompa el cuello, pensó.
En otro momento, habría disfrutado perversamente la idea de Pam tomando órdenes de un humano. Dadas las circunstancias, sin embargo, había poco placer en todo esto. Un vampiro había era el culpable. Un vampiro que no viviría mucho más tiempo.
Posó sus ojos en Sookie mientras Pam escoltaba a la desquiciada camarera fuera. A pesar de todo, vió como en su boca aparecía una pequeña sonrisa. Lo estaba disfrutando. Ella quería utilizar su don. Si hubieran estado solos, la habría apoyado contra la pared y la habría besado con abandono, en una forma en que Bill Compton seguramente nunca la habría besado.
Pam regresó con Belinda, a Eric esta le gustaba. La tomó una vez en esta oficina y consideró que era pasable.
"Belinda, ¿Con qué vampiro se ha estado viendo Ginger?" Le preguntó mientras Sookie tomaba la muñeca de la camarera.
"Cualquiera que se lo pidiera."
Eric sonrió con satisfacción, pero se la borró rápidamente al ver la expresión en el rostro de Sookie.
"¿Cuál de esta habitación?" ella insistió.
Siguió su mirada a la pared. donde Pam, Sombra larga y Bill estaban quietos. Se movió al mismo tiempo en que Sombra larga se lanzó. A la velocidad del rayo, sacó una estaca y un mazo de su escritorio, corrió detrás de Sombra larga y le estacó.
Podía oler tanto la sangre del vampiro pudriéndose como la sangre de Sookie. Había querido probar su sangre desde la primera noche que la vio, pero no había pensado que sería derramada de esta manera. Debería haber fluido lentamente, con cuidado cuando la tomara en su boca y lamiera su piel. Debería haber estado en sus brazos, arqueando su cuerpo entre sus manos. Sus colmillos se extendieron mientras la miraba a través de los humeantes restos de su antiguo socio.
"Tendrás que tirar esta alfombra", le dijo.
No podía apartar los ojos de sus labios. "Tu boca esta ensangrentada."
"Sangró sobre mi", dijo. Sus ojos estaban muy abiertos y asombrados, de un intenso color azul.
"¿Algo ha bajado por tu garganta?"
"Probablemente. ¿Qué significa eso? "
Significa que ese hijo de puta te dio su sangre, cuando debería ser la mía la que fluyese por tus venas.
"Eso hay que verlo", dijo Pam. "Por lo general, bebemos de los humanos, no al revés." Su voz le sonaba muy lejos a Eric, aunque sabía que estaba allí, ardiendo en deseo por Belinda. No podía culparla exactamente por ello.
"¿Cómo se ven las cosas para ti ahora, Sookie?" preguntó. Le miraba fijamente al igual que él la miraba a ella. Maldición, como la deseaba, incluso con la sangre de Sombra Larga en su cuerpo. Deseaba tumbarla sobre la mesa, desgarrar sus tejanos, cubrir todas las partes de su cuerpo con sus manos y lengua, beber su sangre y darle la suya.
Le habló de nuevo, pero casi no registró sus palabras. Mientras hablaba, los delicados movimientos de su cuello hicieron a la sangre brillar, llamándole. Olía mucho más dulce de lo que podía haber imaginado.
"¿Quién preparara los cocteles esta noche?" le oyó decir.
"Tenemos un sustituto. Hueles... diferente, Sookie."
Dejó caer el mazo y se le acercó , presionando la lengua contra sus colmillos. ¿Dónde diablos estaba Bill Compton en todo esto? ¿Dónde estaba Bill cuando Sombra Larga atacó a su novia? ¿Dónde estaba Bill ahora que él, Eric, estaba a punto de reclamar a Sookie en esa mesa? No le importaba.
"Bueno, ahora recuerda, Eric, tenemos un trato ", dijo Sookie.
Si, lo recuerdo. Un trato con el diablo.
Su sonrisa era nerviosa. Temerosa. Como si no se diera cuenta del éxtasis que podía darle. Retrocedió un poco, como un antílope que está viendo su destino en los ojos del león. "Bill y yo nos vamos a casa ahora, ¿No es cierto?" Sus ojos buscaron a Bill, pero no pareció gustarle lo que vio. "Pam", dijo desesperada, mientras se dirigía hacia Pam y Belinda, "Dejadme pasar."
Se apartaron arrastrando los pies, la puerta se abrió.
"Llama a Ginger", dijo Sookie.
"Ginger!" Y luego: "Eric te desea."
Tomó el cuerpo de la mujer entre sus brazos mientras se retorcía en su contra, después su aroma le hizo caer en picado contra la realidad. Odiaba a Ginger en este momento, más de lo que ya lo hacía. Pero el hambre de su cuerpo estaba actuando por separado de su mente ahora, se inclinó sobre ella, dispuesto a morder. Antes de hacerlo, miró a Sookie.
"Nos volveremos a ver", dijo con voz ronca.
