Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece, es propiedad de Level-5. Selene House, Saly Sharp y los respectivos OC como sus hijos que aparecen en esta historia, son de mi propiedad.
Pareja: Axel Blaze x Celia Hills.
Siempre París
Prologo
Ciudad Inazuma, Japón.
Colgó el teléfono, cansada del incesante pitido de llamada que no llevaba a ningún lado. No le cogería el teléfono, le había dejado clara su decisión, le había dicho todo cuanto tenía que decir en aquella llamada del día anterior. Así, de buenas a primeras. Como un jarro de agua fría sobre ella. Sin esperárselo. Sin que su corazón se lo esperará. Y como tan ingenuo e irreal que sonaba, esperaba que lo aceptará. Sin pelear por al menos una explicación. Recordaba que todo estaba bien. Intento memorizar por enésima todo lo que hasta ahora había vivido antes de aquello. Era cierto, no iba a negar que llevaba una semana raro, diferente. Sus te quiero sonaban apagados, tristes, incluso casi le pareció adivinar en el matiz de su voz como si llorará. Ingenua dedujo que sería por la distancia, por lo mucho que la echaba de menos. Era normal.
Él estaba en París y ella en Inazuma.
Una relación a distancia costaba, más cuando dos personas que se querían tanto como ellos, de la única forma que solo entre sí se entendían, debían estar separados. Eran muchos kilómetros, era mucha distancia. Y ahora, con aquello encima que tan solo deseaba correr a por una explicación coherente y abrazarle de nuevo, no podía hacerlo. Debía conformarse con aquella llamada donde rompió con ella, debía conformarse con sus palabras y el intento de arreglar las cosas a través de una línea telefónica defectuosa. Dejo el teléfono en la mesa de escritorio, dando vueltas con nerviosismo por su habitación, aun en pijama. Se miró al espejo de su tocador. Estaba hecha un desastre. Los ojos ojerosos, cansados y tristes, de haber llorado hasta quedarse dormida en infinidad de ocasiones aquella noche. Los labios resecos y el estómago encogido de no haber comido nada desde hacía, bueno, había perdido la cuenta del tiempo que llevaba sin comer. Desde la llamada.
Pero en sus ojos se dibujaba la determinación y la fuerza necesaria para no rendirse. No podía dejar las cosas así. Ella no era de las que se rendían en una batalla tan rematadamente absurda como había resultado ser aquella. Con seriedad se pasó las manos por los ojos, intentado aliviarlos de las lágrimas resecas que habían quedado en sus pestañas. Se acercó al escritorio y abrió el ordenador. Con alguna falsa esperanza de encontrar una solución, en su cuenta bancaria, en vuelos a París, en la agenda del trabajo. Llamaron a la puerta.
ꟷ Celia…
Escucho la voz de su hermano, al otro lado. Deduciendo que había entrado con la copia de llave que tenia de su casa, buscándola por no contestar a sus mensajes y llamadas, preocupado. Una preocupación que solo iba a comenzar.
ꟷΩꟷ
Ciudad de Francia, París.
Miro su teléfono cuando aquella llamada dejo de hacer vibrar el aparato. Por enésima vez. Tentando de haberla cogido, pero a sabiendas de que no podía ser así. Aquella era la mejor solución para el desastre que tenía sobre los hombros. Encendió el aparato. Dieciséis llamadas pérdidas desde ayer. Tras aquella llamada que le costó los horrores mas profundos hacer y decir, se había negado a mirar el dichoso aparato que le conectaba con la poca vida que le quedaba fuera de aquellas fronteras. Ahora, aquella era su prisión, esclavizado a una falsa vida de la que no podía salir, pero tampoco podía contarle. Se avergonzaba, se odiaba. No le quedaba otra más que aceptarlo. Entre aquellas notificaciones en su teléfono abrió el mensaje de Selene. La única persona a la que pudo contarle todo, sin saber porque. Pero así era su amiga, la confianza de ayuda que trasmitía era lo que más le agradaba de ella. Como cada día, desde que comenzaron los problemas, le mandaba ánimos y fuerzas en cortas palabras de un mensaje, anunciándole que le llamaría a la noche.
Sonrió levemente, dentro de aquella falsa burbuja.
Soltó un gran suspiro y coloco el aparato bocabajo tras bloquearlo de nuevo. Ojala pudiera apagarlo, pero era necesario para su trabajo. Un poco más de mala suerte añadida. Se revolvió el pelo, mirando el despacho de su casa donde solía trabajar cuando no debía estar en la consulta del Hospital. Llamaron a la puerta y tras dar permiso, aquellos malditos ojos cobrizos asomaron por ella, junto a una sonrisa de sentencia.
ꟷ Axel.
Pronuncio su nombre con seriedad, impasible. El nombrado la atravesó con su oscura mirada, encogido por un nudo en el estómago que lo dejo sin aliento durante unos segundos, esperanzado en que las lágrimas no volvieran a brotar de sus ojos. Aceptando segundo a segundo, su falsa vida en la ciudad de París.
Continuara…
Nota de la autora: Antes que nada, aviso de que aunque salgan mis OC no tienen nada que ver con la historia principal que es por y para esta adorable pareja que amo. Son añadidos a la historia por una razón. Esta historia alternativa ocurre ya de adultos cuando pasa toda la historia de Inazuma (con la diferencia de mis OC dentro de ella, que pronto traeré la historia) y con algo del Go en cuanto a sus vidas. Bueno, creo que se entenderá conforme se avance ^^ Pero aviso, por si a alguien no le gusta y le echa para atrás ese detalle y quiere dejar de leer xD
Culebrón romántico de esta adorable pareja. Una historia que escribí hace un mundo, como consecuencia de uno de los one-short que escribí de ellos, Rojo Carmín, que podéis encontrar en mi otra cuenta (aunque no hace falta leerlo para entenderla), y tras cinco capítulos la abandone. Ahora con una vuelta de tuerca, reeditada en muchos aspectos y acabada, claro. La traigo. Para quien quiera disfrutar de ella. No será muy larga, aviso. Unos 10 capítulos o menos, depende. Drama como regla número uno, posiblemente predecible, pero esperó, muchas sorpresas que intento crear jajaja. Soy un desastre, lo hago lo mejor que puedo xD
¡Gracias por leer y espero que os guste!
