Mis ojos siguen cada linea del libro hasta llegar a la ultima linea, la ultima palabra, la ultima silaba. En el momento que termino mi ultima linea de "Cincuenta sombras liberadas" suspiro para mi misma.
-Wow. Ya no habrá más Christian Grey-musito cerrando el libro envuelta en mi cama.
Esa extraña sensación de cuando termino una historia en la que mi mente se traslada y viaja por cada escenario de esta y aparto siquiera un segundo mi vista de aquel mundo Fantástico abrazándome a la realidad de este mundo básico y cruel. Mi mente se hunde a un universo diferente y más cuando mi prototipo perfecto está descrito en cada una de las lineas por la que mis ojos pasan cuidadosamente por cantidades inmensas de tiempo por la cual yo siquiera puedo darme cuenta que existe un fenómeno llamado "tiempo".
Acabo de terminar de leer la trilogía y ahora en mi está esa sensación de querer seguir leyendo hasta el resto de mi vida, o esas ganas de borrar mi memoria hasta la primera linea del primer libro y hacer esto una y otra vez para sentir la misma emoción de leer por primera vez. Ese vació irradia en mi, no se como explicarlo, no se que será. Se llama realidad.
Christian Grey, el prototipo de hombre perfecto y mas real que Edward Cullen. ¿Podrá haber un hombre tan hermosamente perfecto como él?.
Miro el reloj que está puesto encima de mi cabecera, volteo para verlo.
Oh, no. 3:05 am. No me había dado cuenta de cuanto había durado leyendo, el olor del libro me posee más su contenido me engatusa. Seducida por un libro, quien lo creería. Solo recuerdo que había empezado a leer a partir de la cena, aproximadamente a las 7:00 pm.
Apago la lampara de la mesita de noche y vuelvo a recostarme en mi cama. Acomodo la almohada que me está siendo molesta para dormir y repongo mi cabeza nuevamente.
Para conciliar algo llamado sueño me permito esperar que mis pensamientos viajen por mi mente. Me duele no seguir en ese mundo tan maravilloso que ofrece un libro. Cuando lees es como que el tiempo se paralizara, como si solo existieras tú y ese libro. ¿ Como sería viajar a ese libro? ¿Podría meterme en él? o mejor aún... ¿Podría traerlo a la vida?. Este ultimo pensamiento lo desee con todo mi ser.
Con este pensamiento me zumbo en un profundo sueño dejándome llevar, así como cuando leo.
Mis ojos se abren por si mismos, volteo al reloj de mi cabecera. 9:30. Oh, shit. Acabo de perder una entrevista de trabajo muy valiosa para mi. Me recuesto nuevamente en mi cama con resignación de perdedora. Hace casi dos años me gradué de la preparatoria y estoy en vagancia con el sentido mas estricto de la palabra. Mi cuarto totalmente desordenado me hace olvidar por completo de la idea buscar trabajo. Que vida la mía, si paso toda mi vida leyendo libros creo que terminaré como el mendigo de la esquina.
Salgo de mi cama y me dirijo al baño para tomar una ducha de agua fría cuando de pronto veo por el reojo a un hombre sentado en la sala con una de sus piernas descansando en la otra. Me paro en seco y lentamente volteo en dirección donde el hombre se encuentra.
Está vestido con un traje de negro y una corbata plateada que destaca más por su brillo al reflejarse con la luz del sol que sale por la ventana de la sala. Sus ojos de color grises están clavados en mi. Pareciera que está tranquilo como si no hubiese irrumpido en una propiedad privada, como si está fuera su casa. Su cabello es de color cobrizo y altamente guapo.
Mi Dios. ¿Quien es este hombre? ¿Que hace aquí?
Camino hacía donde él está y le grito.
-¿Quien eres?
Sus manos reposan en sus piernas y una se mueve una y otra vez, marcando el tiempo, marcando mi respiración. De pronto se levanta tranquilamente, camina dirección a mi. Me mueve hacía atrás cuando de pronto a un metro de distancia de mi se detiene dejando de sonar sus zapatos de zuela es como si cada paso que da supiera de lo que está haciendo.
-¿No me reconoces?-dice.
-No se quien eres, por favor sal de aquí o llamo a la policía-le digo con mis palabras firmes pero con nerviosismo.
Da dos pasos hacia mi. Yo me alejo a la medida que camina hacia mi.
-Ayer deseaste hacer realidad tus deseos y aquí estoy-dice con tanta tranquilidad como si no estuviera cometiendo ningún delito.
¿Mis deseos? ¿De que habla?
-¿De que hablas?-pregunto temerosamente.
Sonríe.
-Soy Christian Grey, tu deseo me hizo de carne y hueso.
MI DIOS. Esto no puede estar pasando. Este debe ser un farsante que no se como demonios supo sobre mis deseos. Me muevo lentamente moviendo los ojos a todos lados. Antes de decir una palabra el interrumpe.
-Ayer deseaste traerme a la realidad y aquí estoy, nena-dice con sus palabras tan cautivadores como la de... no, no puede ser. Seguro este farsante sabe como es Christian Grey y quiere violarme... o secuestrarme. o quiere... se que secuestrarme es una idea tonta porque mis ingresos están por debajo de lo que pudiera tener un bebe cuando nace. Mi mente está confundida, no puedo procesar ninguna palabra. Cuando lo hago lo único que puedo decir.
-Oh, quien quiera que seas sal de mi casa ahora mismo-grito.
En su cara veo una expresión como la que describe Anastasia Steele en el libro, una expresión impasible en la que no sabes si es divertido o serio. ¿ES POSIBLE?
NO LO CREO, ESTO NO PUEDE SER.
Toma aire para evocar una palabra.
-Nena, no me gusta que me den ordenes...-dice con una voz sombría y dura. continua diciendo- menos me gusta que lo hagan mujeres que parezcan mis sumisas. Aparecí de repente aquí, saliendo de aquel libro que tienes en la que creo que es tu habitación-.
Aún empiezo a creerlo, pero igual sigo con un toque de escepticismo. ¿Es tan fuerte lo que deseas que puede volverse realidad?
CONTINUARA
