Ehmm...mi primera publicacion de fanfiction y mi primera drabble de Twilight; criticas y comentarios son muy buen recibidas!

Disclaimer: Twilight le pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de mi propiedad


Era su café favorito por estos días, después de haber vivido mas de cien años, tenia tiempo de sobra para conocer cafés y bares…Luego de haber dejado a Bela, para que ella pudiera tener una vida normal y feliz, sin vampiros, ni complicaciones. Edward había pasado los últimos cincuenta años, los cuales no significaban nada para él. En bares y antros bohemios tratando, en vano, de olvidar al el único amor de su existencia. Él la pasaba recordando tiempos mejores, recontando cada instante pasado con ella, su rostro, su esencia…todo de ella.

Miraba cada rostro de las personas que entraban a aquel café, por si alguno, se asemejaban remotamente a ella, después de todo ella tuvo familia, "un rasgo, solo algo que me recuerde a ella" se decía el para mantener la esperanza; en ese momento fue cuando apareció ella, su rostro, sus gestos, especialmente esos enormes ojos marrones que tanto le apasionaron siempre parecían mas nostálgicos quizás, pero en fin...Si se parecía, seguía siendo la chica mas triste de la cuidad.

Recordaba como fue su primer beso aquella vez en la que volvían del prado, aquellas memorias que vivieron juntos en las cuales el podía besarla, sentir su aroma y calor; estar en su compañía. Días en los que era realmente feliz. Se arrepentía tanto de haberla dejado, cada día, cada noche, cada momento; al volver a su casa se lamentaba haberla dejado volar, era un pensamiento demasiado egoísta quizás, pero de todos modos el era un monstruo.

Tenía que hablarle, acercarse e ir, afrontarla; no sabia como explicar su presencia en ese lugar, pero tenia que aproximarse, pararse antes de que llegue alguien o simplemente se vaya. No importaba que fuera una alucinación o una trampa, solo quería tenerla entre sus brazos gélidos otra vez.

Se levanta, nervioso y asustado, pero manteniendo una mascara de indiferencia; en el instante en que la vio se reavivo aun mas la llama que nunca se extinguió completamente.

Al llegar a la mesa el dice "Hola, ¿cómo estas?, ¿te acuerdas de mí?, tantos años…" Ella con una sonrisa tímida responde "Perdone señor, pero creo que se equivoca"Oh!, me recuerdas tanto a alguien del pasado, de hace muchos años…Disculpa" otra sonrisa tímida por parte de la joven; mientras él vuelve a su asiento mas agotado, afligido y con cien años mas encima, mas viejo aún, aunque nunca se fuera a notar en su cuerpo.