Nota autora: los capítulos tendrán de mil hasta tres mil palabras; la historia tal vez tarde en ser publicada pese a estar ya escrita, tengo más cosas que hacer e historias en las cuales centrarme.
«Recuerda que las pesadilla también son sueños que se pueden hacer realidad. »
—Kagura, ¿estas bien?
Su pregunta hizo que la chica diera un pequeño brinco por ser sacada de su mundo, esta parpadeo unas cuantas veces para luego voltear a ver al chico de cabellera rosada el cual tenía una mirada preocupada. Kagura le mostró una pequeña sonrisa para que el chico no se viese tan preocupado, pero esta no sirvió de nada.
—Kagura —repitió su nombre—. ¿Te encuentras bien?
Natsu mostró una pequeña sonrisa al ver como su novia asentí a repetidas veces y como en sus mejillas aparecía un pequeño sonrojo que le hacía ver más hermosa a los ojos del chico. Afianzó el agarre de su mano contra la mano de su novia haciendo que el sonrojo se volviese más intenso.
Se encontraban subidos en el metro, llendo hacia un lugar que Kagura desconocía —según ella ya que no sabía a donde iban—.
—N-Natsu, ¿a-a dónde va-mos? —Su tartamudeo le pareció de cierta forma lindo al Dragneel—. Yo-o es-toy un poc-co ner-viosa.
—Noto tu nerviosismo.
Natsu río un poco al ver como un sonrojo más fuerte se mostraba en el rostro de la chica; podía entender su nerviosismo, pues era obvio que lo sentiría si el casi la había llevado a rastras hasta el metro sin decirle una dirección a la cual se dirigían.
—Pues, al lugar al que nos dirigimos es una sorpresa para ti —dijo y justo al terminar la oración le tocó la punta de la nariz con uno de sus dedos—. Lo llevó planeando desde hacía un tiempo, digo llevamos seis meses juntos y nunca te he hecho algo especial por nuestra relación, así que me puse a pensar y se me ocurrió una brillante idea que espero que te guste muchísimo, para mi este lugar es un tanto especial.
Kagura abrazo emocionada a su novio, lo amaba mucho, como nunca amo a nadie antes; la forma de ser de Natsu le encantaba, hasta el más mínimo detalle, todo de él le enamoro. De pronto y sin saber porqué, su pecho se oprimió en un mal presentimiento, no lo entendía así que lo ignoro sin más.
Cuando Natsu se volteo a verla nuevamente y le sonrió un escalofrío le recorrió su espalda y cuando pestañeo una imagen de Natsu frente a ella con una sonrisa sarcástica y mirándola con diversión le invadió y le impresionó, pero lo que más le impresionó fue que una mano de Natsu —la única que podía ver— se encontraba bañada en sangre, y que esta no poseía dedos, si no garras.
Agitó su cabeza para borrar aquella horrenda imagen, ese acto extraño a Natsu el cual le miro un tanto confundido.
Natsu le tomó de la barbilla para que le mirase a los ojos. —Kagura. —Natsu comenzó con uno de sus dedos a acariciarlo la mejilla—. ¿En serio estas bien? Te noto algo ida, como si te doliera algo, o como si hubieras visto algo… horrible.
El estómago de Kagura dio un pequeño vuelco cuando Natsu acertó en su deducción y se sintió un poco feliz al ver como Natsu se preocupaba tanto de ella, pero aún así algo dentro de ella le decía que huyera ahora que podía, ahora que nada la podría dañar, que huyera a un lugar en donde nadie la pudiese e contra y dañar, en especial Natsu.
Eso la disloco un poco.
Noto como Natsu volteo rápidamente su cabeza hacia otro lado y eso le disloco un poco más, ya que en ese exacto momento subían una chica rubia esbelta y una chica más baja de ella con el cabello de un color celeste, vio como Natsu miraba fijamente a la rubia, pero su semblante era serio, muy distinto al que alguien esperaría de un chico que mirara a la rubia.
Las dos chicas se sentaron frente a ellos y comenzaron una conversación.
Y cuando Natsu dejó de mirarla y pasó a mirar por la ventana del metro, la rubia dejó de hablar con la que deducida era su amiga para ver a Kagura y mostrarle un rostro lleno de burla.
—Buena suerte, Kagura. —Una voz retumbó en su cabeza y en vez de saltar o gritar como lo haría cualquier persona, Kagura se quedo inmóvil ya que algo le impedía el moverse—. Pronto verás como todo lo que quieres desaparecerá en un abrir y cerrar de ojos.
A la vez que la voz terminó de hablar la rubia susurro algo que logró la de cabello castaño escuchar, lo que hizo que le diera pánico, la voz de la rubia era como la de su cabeza, la voz de la rubia era la de su cabeza.
—Llora, llora, que las lágrimas no sanan heridas.
La chica que poseía diecinueve años comenzó a respirar con dificultad para luego toser un tanto fuerte, asustando al Dragneel por tan repentino ataque.
Él de cabellera rosada comenzó a sobar la espalda de la chica para que la tos parara, le sorprendió de sobre manera aquel repentino ataque de tos, pero más le sorprendió el hecho de que Kagura estaba un tanto fría, aunque hubiesen más de veinte grados ella estaba helada.
—Hey, chica, toma. —La chica rubia junto a su amiga de cabello azul se habían levantado por la repentina tos de la mujer. La rubia le extendió una botella de agua—. Bebe un poco, así calmaras tu tos.
Él chico se quedó viendo a la rubia durante unos cuantos segundos, embobado por una extraña razón que no entendía, cuando está se volteo y lo vio un pequeño sonrojo le inundó sus mejillas.
La rubia sonrió y se volteo para ver otra vez a la castaña asiendo que el de ojos jades hiciera lo mismo, para encontraré con los ojos fijos de su novia en el, estos demostraban un semblante lleno de seriedad, pero sabía que había algo más en ellos, aunque, no lo podía descifrar.
La voz de la rubia le sacó de su burbuja.
—¿Ya estas bien? —Las dos chicas estaban pendientes de su respuestas.
—Si-i, Much-as gra-acias. —La castaña se acomodo en su asiento—. Yo-o les-s paga-re e-l agu-ua
—No hay de que —respondieron las dos chicas a la vez—. Y no te preocupes, no tienes que pagarla.
—Pero…
El tren se detuvo, ya habían llegado a una estación. —Uh, Lev, es nuestra estación, tenemos que irnos —dijo la rubia a la otra chica, esta asintió.
—Aunque no nos hayamos conocido en una situación "buena". —Soltó un par de risitas—. Espero verles pronto y fue un gusto.
—Para mi también, nos vemos.
Y ambas chicas desaparecieron por las puertas del metro.
—Hasta pronto —dijo el de cabellera rosada despidiéndose cuando estas ya no odian verlo ni escucharlo, las puertas del metro habían cerrado y comenzaron a andar de nuevo—. Uhm, Kagura, creo que deberíamos volver a casa.
—¿Qué? ¿Por qué?
Natsu suspiro. —Estás un tanto pálida, Kagura y no me perdonaría si te pasase algo por mi culpa —explico a la vez que tomaba un mechón de cabello de la chica.
—Esta bien, volveré a casa, mis padres deberían de haber llegado —dijo la castaña a la vez que miraba la hora en su celular.
—Entendido —dijo y miro a su alrededor para volver su vista a su novia—. Yo iré a la universidad, tengo que ir por un examen un tanto importante.
…
Eran casi las siete de la tarde y el sol comenzaba a ocultarse cuando Natsu salió de él salón de su universidad, recién había acabado su examen y por fin iba a poder estar el resto del mes tranquilo puesto que ese era el último examen y al finalizar el mes sus vacación es comenzaban.
Soltó un suspiro lleno de cansancio y reviso su celular, no había ningún mensaje por parte de su novia, algo raro ya que esta siempre le preguntaba si se encontraba bien, si le fue bien en algún trabajo o examen, más esta vez no, se extraño, pero lo dejo pasar.
Aun seguía un poco distraído por lo sucedido en el metro, el hecho de la tos repentina de la castaña, además de la temperatura que poseía lo llena de incertidumbre; la rubia del metro también lo tenía un tanto distraído, cuando la vio sintió que la conocía de algún lugar, pero no lograba recordar nada.
Sintió su teléfono vibrar y lo sacó para encontrarse con un mensaje un tanto…. perturbador que lo asusto.
Desconocido:
«—No recuerdas de donde me conoces, ¿eh? —Natsu tembló al leer eso—. Pues pronto lo harás, no lo pienses tanto no quiero que esa cabecita tuya termine con dolor»
Recibió otro mensaje.
Desconocido:
«—No tengas miedo. —Esta vez Natsu se tenso—. No seré yo quien te haga daño, será alguien más y por tal te pido seas fuerte»
Natsu quiso responder a aquellos mensajes, pero noto que no se encontraba esa opción, el no podía responder a aquellos mensajes, también intento con el número de teléfono, más no lo encontró pese a todo lo que lo busco. Un sudor frío recorrió la espalda de Natsu.
Comenzó a caminar un poco más rápido para poder llegar a su departamento y dormir para darle fin a aquel extraño y, a la vez un poco, perturbador día que tuvo. Paro de andar cuando sintió unas voces conocidas.
—Tsk, no entiendo como la gente puede sentirse bien a su alrededor, es tan… horrible. —Ese comentario lo había hecho Hisui, una de sus cuantas amigas.
—Si, digo, solo tienes que mirarlo para saber como es. —Minerva fue la siguiente en agregar algo a la conversación.
Alguien solo to un bufido. —Ahora dicen que es horrible, pero hace unos cuantos meses suspiraba por él. —La voz de Lyon hizo aparición de forma sarcástica.
—Tienes tanta razón pequeño Lyon. —Sayla hablo—. Ahora hablan mal solo porque esta con alguien más.
—¿Hablo la voz de la razón? —Sting río—. Que yo recuerde tu rogabas por tan solo un toque de ese tipo asqueroso.
—Uh, uh, ¿celos? —Jackal se burlo de él rubio—. Parece que a alguien está enamorado.
—¿Hablas de ti? —Un pelinegro contraataco, Rogue—. Porque juro haber visto como estabas furioso porque ella te escogió a él y no a ti.
—¡Ustedes son tan divertidos! —Una Chica de cabello castaño claro soltó unas risitas, a Milliana le divertía la situación—. Pelean entre ustedes por cosas tan banales, pero eso no importa, después de todo hay algo que pensamos en donde nunca pelearíamos ni discutir íbamos en que el es un…
—Asqueroso monstruo —dijeron todos al unísono para después reír con fuertes carcajadas.
Las palabras que sus compañeros y amigos habían dicho hicieron que el corazón de Natsu doliera por alguna extraña razón, nunca creyó que ellos serían ese tipo de persona que viven hablando mal de los demás y creyéndose mejores.
¿De quién hablan?, pensó Natsu cuando vio como todos sus amigos se iban de allí, posiblemente, a sus respectivas casas. Las palabras estos habían dicho hizo que Natsu sintiera un poco de furia, ¿cómo podían ellos decir esas cosas de alguien más?, ¿cómo podían sentirse bien con ellos mismos al decir esas palabras? Definitivamente Natsu no los entendía.
Comenzó a caminar en dirección a su casa pensando aún en la conversación que sus amigos habían mantenido entre ellos, todas esas palabras que ellos usaron para referirse a alguien, para burlarse de alguien, para degradar a alguien, le hicieron sentir asco de quienes considera sus amigos.
El los conocía desde hacía uno o dos años, desde que había comenzado la universidad ya que tenían algunas clases juntos; cuando los vio por primera vez pensó que podría forjar con ellos una amistad inquebrantable, más ahora veía que esa amistad se podría romper ante la forma de pensar tan distinta.
El celular en su bolsillo vibro y un escalofrío le recorrido al pensar que sería ese tal "Desconocido". Se sintió aliviado al ver que era Kagura.
Kagura; novia.
«—Natsu, amor, ¿Qué tal si mañana nos vemos en la plaza? —Natsu sonrió ante esa parte del mensaje, su amada novia apenas había pasado unas horas sin el y ya quería verlo—. No me gustó el hecho de haber tenido que cancelar lo que sería como una "cita"».
Natsu estaba enternecido y feliz por las palabras de su novia, y más por el hecho de que lo llamo cariño, Kagura no era de esas novias cariñosas que decían apodos, ella era un tanto tímida con eso y muy guardada en cuanto a si misma y sus sentimientos.
…
…
—Oye, niña, ¿estas bien? —preguntó el hombre.
La chica de tan solo dieciséis años chilló asustada. —¡N-no s-e acer-rque! —grito lo más fuerte que pudo ya que su garganta dolía por no haber ingerido algún liquido hacia mucho tiempo.
—No temas, pequeña —le aseguro con voz aterciopelada—. No te haré daño, lo prometo —dijo y extendió la mano para que la niña la tomará.
La niña lo miro con inseguridad. —¿Lo-o prome-te?
El hombre soltó unas risitas para luego decir con seguridad—: Si, lo prometo.
Nota final: pues, como dije arriba tal vez me demore en actualizar, lo más posible es que haya dos actualizaciones por mes, depende ya que también tengo que corregir y editar otra historia.
Fuera de eso, ojalá les haya gustado el comienzo.
¡Nos vemos!
Capitulo sin corregir.
