:::::::::La furia italiana:::::::::

Summary:

Esta noche solo quiero dormir, deseando nunca más despertar.

El amor, las ganas de vivir, todo ya lo perdí, no quiero pensar, solo llorar y llorar.

No quiero que me veas así, es desolador, mi reflejo no es el mismo de ayer.

La nieve cae en una región montañosa de Italia, los copos que dan contra mi piel son casi como fuego, mi hermana llora sonoramente…yo debo ser fuerte por ella…le tomo la mano y comienzo a obligarla a caminar…no se cuanto hemos caminado, no siento mis pies.

-no aguanto más, no aguanto más- dice mi hermana mientras llora.

Será que algún maldito ser vivo se apiadará de nosotras…nadie, todas las malditas casas tienen puertas y ventanas cerradas…ni siquiera sé donde estoy…

-ve~- dijo mi hermana cayendo de rodillas en la nieve.

Con prisa me acerque a ella y sentí como sus temblorosos brazos me rodeaban, a este paso moriremos. Cargue su cuerpo y con las fuerzas que no tenia, comencé a caminar a paso lento. Repentinamente mis ojos se llenaron de lagrimas, fruncí el ceño y apreté los dientes, quería gritar y llorar… ahora mi propio cuerpo me fallaba, no, no es justo maldiccione, forcé mi capacidad física al máximo para poder caminar con mi hermana en los brazos, lentamente sentí como si la vida se saliese de mi cuerpo. Ya no escuchaba con claridad mis pasos sobre la nieve y las figuras de las casas y los árboles eran difusas… estoy muriendo… no quiero…

No quiero morir, no debo morir, Felicia me necesita…-"camina hazlo por tu sorella"- me dije a mi misma… parecía magia, ya que de momento a otro obtuve nuevo aliento, justo cuando creí que Dios me había abandonado, una venta se abrió y de ella salió la cabeza de una niña como de mi edad, nos miro preocupada y desde la ventana nos arrojo comida y unas frazadas. Aun con mi hermana en los brazos corrí hacia la ventana, me agache para recoger las cosas y dirigí mi vista hacia la niña, sus cabellos largos recogidos en dos trenzas son rubios y sus ojos verdes estaban afligidos. Le sonreí al igual que mi sorella.

Un callejón fue nuestro refugio esa noche. Cubrí con las frazadas a mi hermana y ella me miro agradecida, nos sentamos en el suelo frio y comimos juntas, al terminar Felicia tomo mi mano y sonrió.

-Hemos pasado por peores ve~- dijo sonriendo- Feliz cumpleaños Lovina- dijo abrazándome.