Hola a todos!..Aquí empiezo una nueva historia…un UsUk…mi primer fan fic de la pareja…mi favorita…..sé que tengo otros proyectos….pero estoy de vacaciones y tengo mucho tiempo…no voy a descuidar ninguno…..lo prometo….sino mi cabeza envuelta en papel de regalo….
Es una especie de road movie…aunque no es película obviamente…es la historia de un viaje por Estados Unidos de Alfred y Arthur…..
Disclaimer: Los personajes no son míos, son de Himayura Hidekaz, yo sólo los tomo prestados para mi propia diversión…y la de los que leen esto…
Nota: Ninguna salvo algunas malas palabras….y eso….ah sí….usaré ls nombres huanos de cada país….
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Arthur Kirkland. Veintitrés años de edad. Británico. Inglés para ser más exacto. Estudiante de literatura. Había terminado la universidad hace menos de seis meses. Tenía una licenciatura bajo el brazo y un futuro muy prometedor. Sueño: ser escritor. Había sido aceptado para seguir una maestría en letras en la UCLA en California. Estaba viajando a los Estados Unidos. En una semana comenzarían las clases y debía instalarse. Había comprado un pasaje con escala en Nueva York. Lo tenía todo fríamente calculado como todo en su vida. Para tener la edad que tenía era un tipo sumamente organizado, por no decir acartonado. Ahora se encontraba frente a la ventanilla de aduanas en el aeropuerto de Nueva York. Parecía un ejecutivo cuarentón en su traje impecable y bien planchado. Todo un señorito inglés.
-Señor, lo sentimos, no puede viajar en este momento.- le informaba la empleada tras una ventanilla.
- ¿Qué? ¿Hay algún problema con mis papeles?- Arthur trataba de mantener la calma.
-Pues su pasaporte no cumple con los requisitos necesarios para viajar dentro de los Estados Unidos de América.
-Señorita, acabo de pasar más de quince horas sentado dentro de un avión viajando desde Inglaterra hasta aquí …¿Cómo me dice ahora que no puedo viajar?
-Como le digo, su pasaporte no cumple con los requisitos necesarios para viajar dentro de los Estados Unidos de América. Las leyes de su país le permiten abandonar el territorio nacional en sus circunstancias, pero ahoranestá en otro país. Los Estados Unidos de América tienen otro tipo de regulación migratoria.
-¿Y cuáles son esas circunstancias?- la voz del europeo ahora sonaba ruda. Había una larga cola de gente atrás suyo que estaba perdiendo la paciencia.
-Su pasaporte vence en dos semanas. Como extranjero debe tener un pasaporte con una fecha de vencimiento mayor a los 30 días para poder viajar por avión por el territorio estadounidense.
-¿Entonces qué es lo que debo hacer en este momento?
-Lo contactaré con un agente del consulado británico. Esta es una situación común entre los pasajeros que llegan aquí desde su país, puede renovar su pasaporte en el territorio estadounidense.
-Se lo agradecería bastante, por favor.-exclamó tratando de esconder su molestia.
La mujer marcó un anexo en el teléfono y le pidió a Arthur que esperara. Lo vendrían a buscar en unos minutos. Sintiéndose frustrado, se sentó en una de las bancas de la sala de espera y se aflojó el nudo de la corbata. Sentía su respiración agitada. Después de unos quince minutos, entró un hombre de unos aproximados cincuenta años, con sobrepeso y calvo.
-¿El Sr. Arthur Kirkland?- dijo con el característico acento inglés.
-Aquí.- Arthur no tenía ganas de hablar. No tenía ganas de nada hasta que su problema se viera resuelto.
-Por favor acompáñeme.- El hombre pidió que lo siguiera por entre los pasadizos del aeropuerto hasta llegar a una oficina, en cuya puerta rezaba "Oficina Especial: Consulado Británico". Adentro se percibía un aura británica. El lugar estaba lleno de fotos de atractivos del país: Stonhenge, el Big Ben, el Palacio de Buckingham y el puente de Londres. Un retrato de la Reina Isabel II estaba colgado al lado de una repisa con modelos en miniatura de los famosos autobuses de dos pisos y las cabinas rojas de teléfono inglesas.
-Bien Señor Arthur Kirkland- dijo el hombre que lo había traído hasta allí ahora sentado tras un escritorio de vidrio. –Soy Charles Bellamy, encargado de la oficina del Consulado Británico dentro del aeropuerto. Leí su caso y le voy a decir lo que tiene que hacer.
-Lo escucho.
- Usted puede renovar su pasaporte dentro del territorio estadounidense. Necesita rellenar una serie de formularios que le alcanzaré. Además, necesita hacer el pago de setenta dólares estadounidenses, lo que equivale a cuarenta y cinco libras esterlinas. Sus papeles pasarán a revisión dentro de la Embajada Británica y en quince días aproximadamente tendrá su pasaporte renovado y podrá tomar su vuelo.
-¡¿Quince días? Eso es demasiado tiempo, tengo que estar en California máximo en dos días. Mis clases empiezan en una semana en la UCLA, tengo que instalarme y hacer el papeleo. Quince días es demasiado tiempo.
-Lo sentimos Señor. Es lo único que podemos hacer por usted. Podría llamar a su centro de estudios y decir que tiene que resolver unos papeles sobre su situación migratoria. La otra opción sería el viaje por carretera. Pero como sabrá, California está al otro lado del país y le tomaría al menos cuatro o cinco días llegar hasta allá.
-No me puede estar pasando esto….definitivamente no me puede estar pasando esto- se repetía-¿Está seguro que no hay otro tipo de solución? ¿Y si pago más no se puede acelerar el trámite?- Arthur se había parado de donde estaba sentado y comenzó a caminar en automático.
-Lo sentimos Señor, es la única solución. Ahora mismo tengo que resolver otro asunto, si desea me puede esperar una media hora y le doy los formularios. De otro modo, está es la dirección de la Oficina Principal del Consulado, ahí también puede realizar el trámite.-le dijo el hombre alcanzándole una tarjeta. -Espero que regule su situación. Lo bueno es que puede viajar, mientras no sea por avión.
-Gracias.-Arthur agregó escuetamente mientras se iba. Fue a recoger sus maletas a la banda, las únicas de su vuelo que seguían dando vueltas ahí. Ya había perdido la conexión. Lo único que le quedaba era buscar un lugar para dormir.
Era de noche. Salió del aeropuerto ignorando a todos los taxistas que le ofrecían sus servicios. De todas maneras no conocía el lugar, por más que hablara el mismo idioma, era un extranjero más. Caminó sin sentido hasta abandonar por completo el recinto. Parecía un muerto viviente, su mente estaba ocupada en buscar manera alguna de solucionar su problema. Dinero no le faltaba pero tampoco le sobraba. De repente, un auto a toda velocidad se le apareció al frente. Por suerte se detuvo a poco de estrellarlo.
-¡MALDITO IMBÉCIL!...¡Date cuenta de lo que haces! ¡ANIMAL!.-le gritó Arthur al conductor mientras le propinaba una patada al auto. Pudo ver que el manejaba era sólo un muchacho.
-¡Discúlpame amigo!-gritó el chico mientras volvía a arrancar.
-¡¿AMIGO?...¡ESTÚPIDO!.-chilló el inglés. País de porquería.
Arthur se acomodó la ropa y cogió sus maletas. Pero el incidente le hizo pisar tierra. ¿Qué iba a hacer? ¿A dónde iba a ir? Su vida programada se estaba saliendo de control. Buscó un hotel, pero parecía que sus pies lo habían llevado a una especie de barrio. Había estado caminando un buen rato y lo único que veía eran apartamentos. Bloques de cemento con escaleras de metal y ropa tendida en las ventanas. Se sentó en la vereda y se cogió la cabeza con ambas manos. Tenía hambre y hacía mucho calor. Pero volvió a pararse. Nada hacía tirado ahí, buscaría un policía y le preguntaría sobre el hotel más próximo. No dio ni cinco pasos y apareció otro auto…¿o acaso era el mismo de antes? Y ahora sí lo embistieron.
Abrió los ojos y vio que estaba tirado en el asiento trasero de un automóvil. Un automóvil sucio y lleno de empaques de comida que iba a toda velocidad.
-¡Qué bien, despertaste amigo!...si seguías así hubiera tenido que llevarte al hospital…
-Esa voz…..¡ERES EL BASTARDO DE ANTES!...¡Déjame bajar!...¡Maldita sea, maldito imbécil!-gritó Arthur. Había sido atropellado por el mismo muchacho de antes. A pesar de eso, no lo había auxiliado y encima lo había dejado tirado en el chiquero que tenía por carro.
-Para haber sido atropellado tienes mucha energía…lamentablemente tengo que decirte que no puedo dejarte bajar por ahora.-respondió el conductor. Arthur pudo ver que en efecto era un muchacho. No tenía más de veinte años. Era rubio y usaba lentes. Era lo único que podía ver de éste.
-¡Quién te has creído…no eres más que un estúpido mocoso!...No solo manejas como salvaje…me acabas de atropellar, ni siquiera tuviste la delicadeza de llevarme a un hospital y me metiste en esta cloaca…¡¿Qué pretendías hacer conmigo?...¿Tirar mi cadáver a un basural?
-Vi que estabas vivo antes de meterte aquí, amigo. Y si estás conmigo es porque me están persiguiendo, si te dejaba ahí tirado no sabría decirte que te hubiera pasado.-siguió hablando el chico con total normalidad.
-Punto uno, deja de llamarme amigo. Punto dos, ¡Déjame bajar, no tengo por qué estar metido en tus asuntos vandálicos!...
-Para tu mano ahí señorito inglés…yo no soy ningún vándalo….me están persiguiendo por una pelea callejera…traté de salvar a una chica que iba a ser atacada hace unos días….quien sabe cómo los tipos me ubicaron para vengarse y ahora me estoy escapando…ese es el problema de creerme el héroe de la ciudad…
-¿Crees que te voy a creer ese cuento? …encima perdí mis maletas…
-No lo hagas si quieres, pero tengo que dejarte en un lugar seguro por lo menos…y tus maletas están en mi maletera….
-¿Cuál es ese lugar seguro?- Arthur logró sentarse y vio por las ventanas que lo único que había afuera eran matorrales. Al parecer habían salido de la ciudad.
-No sé….un motel o un restaurante quizás…..
-Maldita sea, maldita mi cagada vida, primero me pierdo el avión, luego me atropellan y encima estoy encerrado con un salvaje al cual al parecer lo están persiguiendo….y lo peor de todo es que me van a dejar tirado en quién sabe dónde…..-Arthur sentía que era un buen momento para morirse.
-¿A dónde ibas a viajar?- le preguntó el joven conductor del auto.
-A California, en una semana empiezo mi maestría en la UCLA.
-¿Y qué te pasó?
-Mis papeles ni están en regla, no puedo viajar en avión y los trámites me demoran al menos quince días…tengo que llegar a California como sea…¡y encima vienes tú maldito bastardo a cagarme más la vida!
-¿California?...California suena bien…..tiene olas geniales….¿qué tal si hacemos un trato?...me has dado una genial idea…te voy a dejar en California….
-No hables como si ese lugar estuviera a la vuelta de la esquina…además ni siquiera te conozco….
-Mi nombre es Alfred- agregó rápidamente el muchacho….
-Con saber tu nombre no basta…..
-¿Qué quieres saber?...
-Nada..quiero que me dejes en el primer lugar decente que veas, eso quiero…..
-Te estoy ofreciendo transporte gratis….sino tendrías que pedir aventones a camioneros a cambio de quién sabe que…..
-¿A ti qué te importa lo que me pase?...
-Me importa…..digo…casi te atropello…míralo como un favor o una recompensa….
-Lo que tienes es miedo de que te denuncie a la policía….
-No…..realmente quiero ir a California…solía vivir allá antes de que mis padres fallecieran…..hace muchos años que no regreso….cuando lo mencionaste pensé que sería un buen momento para volver.
-Parece que no tengo otra opción.- exclamó Arthur. Realmente parecía la única opción que tenía.
-¿Cuás es su nombre señorito inglés?
-Arthur Kirkland
-Bien Señor Kirkland, mi nombre es Alfred F. Jones y parece que seremos compañeros de viaje desde ahora….
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¿Qué pasara de ahora en adelante? ¿Lograrán atrapar a Alfred? ¿Arthur llegará a tiempo a California? ¿Con quiénes se encontraran en el camino? ¿Qué obstáculos aparecerán?...Todas las preguntas serán respondidas en el próximo capítulo….
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Espero que les haya gustado… …..me gustaría saberlo así que espero sus reviews ás de que así me hacen saber lo que les gusta y lo que no…Siemp[re serán bienvenidos!..Gracias por leer…!
Se acepta de todo: críticas, consejos, opiniones, maleteadas, dinero (de preferencia en dólare$), confesiones de amor (o de odio)..lo que sea menos insultos y amenazas de bomba o parecidos….
Saludos!...
