LOS PERSONAGES DE ESTE RELATO NO ME PERTENCEN, NI TAMPOCO EL MARCO NARRATIVO.
Capitulo 1 El anclage.
Un nuevo día había llegado ya. Todos los de la tripulación de sombrero de paja, se centraban en las actividades que ellos mismos realizaban. Acababan de escapar de Triller Barck pero aún se hallaban en el triángulo demoníaco, rodeados por una espesa niebla. Todos parecían relajados excepto Brook.
-¿Que ocurre esqueleto? –preguntó Robin notando sus nervios.
-Algo no esta bien –dijo Brook muy serio–. Hace días que debimos abandonar la niebla, me ha fijado en la brújula de la navegante y seguimos un buen ritmo. No entiendo que hacemos todavía aquí, no dejo de sudar del miedo. ¡Y eso que soy un esqueleto! ¡YOHOHOHO!
Aun a pesar del común chiste de Brook, Robin también estaba muy nerviosa, ya hacía semanas que navegaban por la niebla. De repente un grito de Luffy la sacó de sus pensamientos.
-¡Esta niebla es muy aburrida! – dijo Luffy.
Nadie le hizo caso en un buen rato, ni a Luffy ni tampoco, a sus bostezos, gritos y lloriqueos hasta que Zorro despertó molesto de su siesta. Pronto se encaró a Luffy y en cuanto Sanji se metió por medio, la pelea comenzó.
-Hay cosas que nunca cambian – dijo Robin divertida.
Todo siguió como siempre, la pelea entre Zoro y Sanji terminó con la intervención de Nami, quien con dos puñetazos bien dados, dejó a los dos marineros en el suelo. Unas dos horas más tarde todos estaban sentados a la mesa esperando la comida, Luffy, Usoop, Brook y Chopper no paraban de gritar y hacer el tonto. Robin sonreía admirando lo felices que eran sus compañeros pero el resto estaban muy molestos con su comportamiento infantil. Pidieron ayuda a su compañera Nami, quien lo solucionó, al igual que había echo con Zoro y Sanji esa misma mañana. Con los ánimos más calmados, Sanji se dispuso a servir los platos, que de momento estaban encima de la encimera de la cocina.
-Tomad Nami swaan y Robin chuaaan – dijo con voz cantarina – el resto os lo lleváis vosotros que tenéis piernas.
-Gracias Sanji –dijeron Nami y Robin alegres.
Los demás lo único que pudieron hacer era suspirar, mientras cogían su comida.
-Estúpido cocinero – murmuro Zoro.
Sanji tardó milésimas de segundo en responder al comentario y giró la cabeza mosqueado.
-¿Que has dicho? –dijo dándole una última oportunidad de supervivencia.
-He dicho ``estúpido cocinero´´ –dijo Zoro mirando al rubio como si fuera tonto y en cima sordo.
No tardaron ni siquiera segundos antes de que empezaran a pelear de nuevo, mientras los alborotadores iniciales volvían a chillar, pero esta vez Frankie se unió a ellos. Robin mientras tanto miraba a Nami, mientras esta, jugaba con la cuchara a revolver el plato, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, sin descanso. Estaba muy pálida y parecía aterrada.
-Navegante, ¿te encuentras bien? –preguntó Robin con preocupación.
-Si –dijo Nami forzando una sonrisa– solo estoy un poco cansada será mejor que me eche a dormir.
Se levantó de la silla, tapó el plato con una servilleta y salió por la puerta. En cuanto, escuchó el ruido de la puerta al cerrarse, Sanji giró la cabeza y automáticamente, vio el plato tapado de Nami.
Pronto detuvo la pelea con Zoro, con esperanzas de seguir con ella mas tarde, y se dirigió a Robin algo serio. Robin estaba muy preocupada, Nami estas semanas había estado muy rara.
-¿Robin le pasa algo a Nami? –preguntó el cocinero.
Antes de que ella pudiera contestar, Nami entró de golpe en la sala acallando a todos los presentes.
-Chicos ¡Tierra a la vista! –dijo felíz.
-Entonces ¿hemos salido de la niebla? –preguntó Brook.
-No, es muy raro esta isla está dentro de la niebla.
Todos se quedaron de piedra al escuchar aquellas palabras, seguramente la isla estaba deshabitada. Nadie podría vivir, dentro de una niebla tan intensa y además con el acoso de la banda de Triller Barck era básicamente imposible, al menos, eso pensaban.
