Cuando llueva… Yo estaré ahí.
One-shot
Por: Velonica Yuuko
"Ya han pasado varios meses desde aquel acontecimiento; las nubes siempre están grises y ya no sale el sol. La luna se vuelve mas opaca de lo normal... La última vez que vi a Rukia fue cuando Byakuya me dijo que me largara. Fue la última vez que la vi; moribunda. Y un torrencial comienza a caer nuevamente... otra vez la lluvia avanza dentro de mi".
Flash Back--
La puerta Senkai estaba abierta, por un descuido mío habían herido a una amiga; por mi culpa Rukia casi muere.
— Quédate aquí; Kurosaki —Esa voz fría me sacaba de mis casillas— Ya ayudaste en esta batalla y se te agradece por ello. Te recomiendo que sigas tu vida tal y como era, sera lo mejor.
— ¡¿Que siga con mi vida?! ¡¿De que mierda me hablas?! —Sin importarme que me estuviera desangrando o que Rukia estuviera en sus brazos; le cogi del cuello de su Hakama— ¡¿Acaso quieres que olvide todo lo que ha pasado en estos meses?! ¡Debes estar bromeando!
Vi cuando llamo a Hanatorou para que le cogiera a Rukia; luego no pude saber si mi orientación fallaba pero caí y pude sentir un pulsando dolor en mi espalda. El muy desgraciado me había tirado ¿Acaso no se apiada de un casi muerto?
— Cuando sea el momento nos volveremos a ver —Se giro para darme la espalda como un cobarde— Mientras menos hollows aparezcan menos nos veremos; si siguen apareciendo como normalmente lo hacen nos veras muy seguido por aquí.
— ¡Espera! —No tenía la valentía de preguntarle si ella iba a estar bien. Quería preguntarle pero no me salían las palabras.
Me miro casi examinándome por última vez y se volvió a girar; antes de cruzar la puerta Senkai me dijo:
— Ella estará bien y la veras conforme sus misiones vayan aumentando. Recuerda que a Rukia se le asigno permanentemente la ciudad de Karakura... la veras seguido —Le hizo una señal con la mano a su ayudante; Hanatorou.
— Si, Kuchiki-taicho.
Dicho esto todos los shinigamis que eran ahora mis amigos y aliados fueron cruzando uno a uno esa puerta maldita que nos separaba; veía como sus manos me daban a conocer que se despedían y yo simplemente agitaba la mía en señal de despedida, esta vez con una sonrisa en el rostro. Vi por ultima vez su rostro ensangrentado y como una de sus manos colgaba en el aire, desearía que se quedara, presiento que aquí se le vendría mejor su recuperación.
Fin Flash Back--
"Han pasado mas de seis meses y aun nada. Sigo viendo al horizonte para comprobar que todos esos meses de peleas y angustias no fueron mentiras, que fueron reales. La lluvia me opacaba esa gran vista de ahora el horizonte negro y nubloso"
— Saldré un rato a caminar —Mencione antes de cerrar la puerta. Solo llegue a escuchar un "Regresa pronto" seguido de una patada de posiblemente cierto individuo al que llamaba padre.
Las calles me parecían eternas y el frío helaba mis huesos, pronto comenzaría a anochecer, aunque era de tarde ya estaba oscuro y pronto se volvería aun mas oscuro. Oscuridad. No quiero que llegue la oscuridad, nunca más.
Un reiatsu. Sentí después de tantos meses un reiatsu conocido, sabia de quien era mas no lo creía. Era Rukia ¿Ya estaría bien? ¿Su herida se habría recuperado del todo? ¿Como irían las cosas en la sociedad de almas? Tengo tantas preguntas que hacerle y tan poco tiempo. Corro a lo que mis piernas dan para llegar al lugar de dicho reiatsu. El parque.
Al llegar pude sentir como el reiatsu se alejaba perezosamente. Estaba cerca pero parecía haber sentido el mío y estar huyendo ¡No! ¡No huyas Rukia! ¡No me dejes de nuevo! ¡Te necesitamos! ¡Te... necesito!
— ¡¡¡¡Rukia!!!! —No aguante más y grite su nombre con todas mis fuerzas. Estaba enojado porque me rehuyera, odiaba que ni siquiera me pase a saludar.
Vi como salía de aquella niebla espesa una figura muy parecida a la de Rukia. Era ella. Corrí a intentar ver si era verdadera o me estaba alucinando cosas; de pronto aquella silueta cayó sobre su peso tumbándose en la acera. Estaba lejos pero pude llegar y comprobé mi teoría. Era ella. Tenia una herida abierta en el estomago ¡¡Era la que yo le hice!!
— Te pondrás bien —Solo pude mencionar eso.
Esta vez yo la tuve que cargar; no me había dado cuenta de lo ligera que era. Pensamientos turbios aparecían por mi mente ¿Por qué había sido ella tan imprudente como para aparecerse a matar hollows? Si no estaba recuperada del todo no debió haberlo hecho ¿o si? La casa de Inoue ya estaba cerca. "Aguanta solo un poco mas, Rukia".
Y ahí estaba la casa de Inoue; toque el timbre con una mano desatendida. Pude escuchar un "Ya voy" seguido de una caída, al parecer tropezó con algo. Luego abrió la puerta y la mire a los ojos; ella me miro y pudo darse cuenta de a quien llevaba en mis brazos; amablemente como siempre me hizo pasar.
— ¿Dónde encontraste a Kuchiki-san? —Me pregunto algo preocupada, mientras miraba y examinaba su herida.
— Sentí su reiatsu cuando salí a caminar, lo seguí y la halle —Fije mi mirada en los parpados cerrados de la herida— Al parecer aun no se ha recuperado de la ultima batalla.
Nuevamente Inoue invoco a esas flores curativas o como se llamen y la herida de Rukia comenzó a sanar rápidamente. Había mejorado mucho desde la ultima vez hace dos meses que nos vimos. Que yo sepa Ishida se llevo a Inoue hace dos meses para que pueda pulir sus poderes con él y su padre; también se llevo a Chad, aunque no se para que a él porque sobraba. Por fin despertó. Lo primero que vi fueron sus orbes azules mirándome fijamente y susurrando algo inaudible para luego gemir de dolor.
— Kuchiki-san, sera mejor que no intentes hablar mientras te curo —Menciono amablemente; me levante para mirar de nuevo por la ventana el cielo nublado— ¿Se quedara?
— No lo se; ¿Rukia te quedas?
Nada se oyó al parecer le había hecho caso a Inoue. Paso un buen rato en que casi me quedo dormido sobre la ventana de mi amiga. Ella me levanto y voltee a ver a la supuesta herida. Estaba sentada con el kimono palo rosa de Inoue.
— Tenia que ponerse ropa nueva mientras limpiaba el kimono lleno de sangre —Me indo el kimono que se encontraba ya lavado y estaba secando— Iré por unos panes. No se vayan a ir por favor.
Rápidamente salio de la casa; es como si me hubiera leído la mente, quería que nos dejara solos un momento. Tantas cosas que preguntar y tan poco tiempo.
— Pensé que nunca te volvería a ver —Le dije mientras intentaba sonreír.
— Vine para verlos una vez mas, por mis heridas estaré un tiempo fuera de combate probablemente un año, quien sabe —Volteo la cara— Perdonen por ser una molestia.
— Si fueras una molestia no te habría recogido moribunda en el parque —Me levante en dirección al baño— Ya vuelvo quédate aquí.
Antes de entrar escuche algo proveniente de ella. "Gracias por todo" Yo solo atine a sonreír sobre mis dientes. Estuve como unos diez minutos en el baño, la comida de Yuzu al parecer me había caído algo mal, quizás muchos condimentos. Cuando abrí la puerta caí en cuenta que ya se había marchado.
El kimono negro no estaba y tampoco el palo rosa; solo había una nota bajo la tetera de té. La cogi y en ella había un feo dibujo de cinco conejos. Uno se parecía borrosamente a Chad, el otro tenia los lentes distorsionados, posiblemente era Ishida. El otro estaba sonriendo alegremente y tenía una cabellera naranja larga, era Inoue. Por ultimo y lo que me causo mas gracia, estábamos ambos, Rukia y yo sonriendo, lo peculiar del dibujo era que Rukia lloraba pero parecía de felicidad. Lagrimas ¿Habría pasado algo? Quizás, ¿Quien sabe? Voltee la hoja y había una frase escrita.
"Cuando llueva, observa la luna. Cuando la mires guiña el ojo una vez y yo estaré ahí para darte una patada por bajonearte de nuevo"
Raro modo de demostrar su afecto por mi, pero éramos así. Supongo que lo que haya pasado no querrá comentármelo hasta que ella misma lo halla resuelto. Esa noche cene con Inoue por no ser mal agradecido, al rato llegaron Ishida y Chad (desconozco por que).
Ya eran las nueve de la noche y la lluvia no paraba; volví a la casa para ser recibido a punta de patadas y torturas medievales por mi loco padre, ¿Habría que acostumbrarse, no? Subí, cerré la puerta y me acosté en la cama. Tenia la nota arrugada en mi mano. Vi la luna ¿Seria verdad? No perdía nada con intentarlo. Guiñe el ojo. Pasaron unos minutos y no pasaba nada, pasó media hora y no paso nada, pasó dos horas y ya me había dormido. Otro sueño interrumpido por peleas de hollows, que tiempo cuando me despertaba a punto de patadas para matar hollows.
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Desperté algo abrumado, el sol milagrosamente había salido esa mañana. Sentí que había dos cosas arrugadas en mis palmas. Con pereza desenvolví la de mi palma izquierda. Era la nota con el dibujo feo, me di cuenta que tenia otra en la mano derecha que no recordaba haber tenido antes. La abrí y una nota escrita apareció. La leí con cuidado. La letra era reconocible; Rukia, pero lo que decía era algo incoherente. Habían dibujos de vez en cuando de patadas y puñetazos, al parecer lo que dijo sobre levantarle el animo a punto de patadas era verdad.
Con una sonrisa me levante y baje las escaleras para salir al patio antes que nadie, con un bolígrafo comencé a escribir detrás de la nota que Rukia me había dejado con los conejos de patadas y puñetazos. Cuando termine de escribirla la arroje lejos, el viento se la llevaba conforme la brisa iba aumentando.
Aquella carta que me dejo al parecer quería que se la devolviera, al final de la carta decía: "Devuélvemela todas las mañanas al alba y yo te la regresare todas las noches a las doce; pasara tiempo antes de volvernos a ver, y cada vez que me contestes me constara que no te has hecho daño"
— Estupida enana —Sonreí melancólicamente— te esperare el tiempo que sea necesario.
Volví al comedor para desayunar con mi familia. Y cada noche ella me reenviaba las cartas y cada mañana yo se las devolvía. A veces este método me hacia pensar que éramos amantes que se escribían en secreto a veces me gustaba pensarlo, a veces no; pero hay veces en las que pienso que somos mas que amigos ahora. Cuando vuelva se lo pienso decir. Ya no creo que seamos amigos pero tampoco al extremo de ser amantes. Pienso que quizás solo quizás algo este naciendo entre nosotros, no sé que es.
Y cada vez que llueve le cuento a ella todos mis problemas y no se como pero siempre logra sacarme una que otra carcajada de los labios. Una vez le escribí "¿Somos mas que amigos?" Ella no me contesto. Espere su respuesta cada mañana al despertar y no llegaba.
Por fin una mañana me resigne a que mi repuesta jamás llegaría, habían pasado tres años sin saber de ella. Se había esfumado. Debía resignarme a seguir hablándole a la luna, debía deshacer mis esperanzas que algún día volvería a la sociedad de almas y la viera.
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Ese día llego cuando la volví a ver dos años después de haberme resignado. La encontré en el lugar menos esperado. Comprando un kimono blanco.
— ¿Rukia? —Mencione anonado, imaginándome cosas.
Aquella chica volteo y fijo sus orbes azules en las mías; definitivamente era ella.
— Hola Ichigo —Me tendió la mano y yo le acepte la suya— Ha pasado mucho ¿no?
No sabía que responderle, quería volver a hacerle esa pregunta que me tenia carcomiendo pero quería preguntarle otras cosas y que ella me pregunte cosas sobre el mundo humano, para volver a aquellos tiempos. Sin mas tome su mano y la jale a una jugueria cercana.
— ¿A dónde vamos? —Me pregunto.
— ¿Recuerdas el jugo de pajita?
— ¡Si! Llegue a dominar la técnica ¿verdad, Ichigo? —Seguía siendo una estupida, pero así la quería, así deseaba que fuera mi amiga.
No supe cuanto tiempo estuve hablando con ella, pero llego el anochecer y ya nos estaban botando. Caminamos lentamente por el parque de Karakura, hasta que me atreví a preguntarle.
— ¿Cuándo te vas? — ¡Maldición! Eso no era pero de igual manera despejaba mi duda.
Ella se limito a sonreírme, al principio me pareció extraño pero luego me pareció algo bochornoso.
— Soy humana, Ichigo —Me miro fijando sus ojos en los míos. Me provoco algo para mi irreconocible hasta ahora.
— ¿Cómo?
— Por eso no pude venir más que una vez y te deje ese método para comunicarnos y saber que valía la pena volverme humana —Esta vez alzó su mirada al despejado cielo nocturno— Urahara me ayudo con el gigai y los tramites los hizo Nii-sama.
¿Byakuya la ayudo? ¿Qué carajos había pasado en la sociedad de almas para que todos se volvieran de un día para otros tan amables? El mundo tanto humano como espiritual se estaba volviendo loco.
— Tienes donde quedarte ¿verdad? —Le pregunte. Esperaba que su respuesta fuera negativa para que se quedara a dormir en mi armario o en la habitación de mis hermanas.
— Si, En el almacén de Urahara me quedare por un tiempo hasta que me consiga donde vivir… De hecho ya es tarde y debo irme, hasta mañana Ichigo.
La vi irse, su andar era pausado pero calido, por fin me atreví a preguntárselo.
— ¿Somos mas que amigos, Rukia?
Ella se volteo a verme sonriendo.
— Eso ya deberías haberlo descubierto tú; yo ya se la respuesta solo faltas tu —Dicho esto desapareció entre la noche.
No se que significa su respuesta, lo que si se es que mañana la buscare para pasear un rato y para enseñarle al hijo de Orihime, se que se pondrá muy feliz cuando vea a su amiga ahora ya madre. Por ahora me conformare con tenerla como amiga; lo que venga, vendrá.
"Cada vez que llueva llámame y yo estaré ahí, contigo… por siempre"…
FIN.
