Capitulo I

EL ÚLTIMO ADIOS

(Primera parte)

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Empezaba otro día mas en la vida de AHOME HIGURASHI, con los rayos del sol entrando a hurtadillas por su ventana e iluminando todo el lugar logrando llegar hasta el rostro de la dormida joven.

Era cierto, su rostro no era uno cualquiera, sino con características tan finas que ninguna otra muchacha de su edad tenían, pero eso no era todo ese mismo rostro era uno de los mas conocidos en todo el mundo ya que Ahome era una de las hijas del mas poderoso multimillonario empresario de Nueva York.

Así pues con los rayos levantando a la dulce Ahome de un sueño del cual ella no quería despertar, estiro su delgada mano y tomo su celular que se encontraba en la cómoda de su cama y así poder ver la hora, cuando por fin pudo ajustar su vista, noto que solo tenia unos cuantos minutos para llegar a la Universidad, dio su ultimo estirón acostada y se levanto como de rayo hacia el baño.

Se vistió tan rápido como pudo y salió de su cuarto, al estar bajando las escaleras pudo ver que al pie de ella ya la estaban esperando, era un muchacho un poco mas alto que ella, dos años mas grande, de ojos dorados, cabellos plateados y una mirada dulce muy diferente a la de Ahome ya que esta había perdido su brillo y dulzura el mismo día en que su madre murió.

Al terminar de bajar las escaleras Ahome paso junto al apuesto muchacho y este le dedico unas palabras - Muy buenos días tenga Señorita Ahome - con una sonrisa en el rostro.

Ahome suspiro - Ni tan buenos – dijo medio sonriendo, mas bien haciendo una mueca.

Inuyasha sabia muy bien a que se refería, ya que a la pelinegra no le agradaba mucho el hecho de llegar tarde a la escuela y así ser regañada por los profesores pero es que eso ella no lo podía evitar ya casi era costumbre que a Ahome se le hiciera tarde.

Inuyasha la siguió hasta que ella llego al comedor en donde la estaba esperando su padre para desayunar y el se quedo parado en la entrada del comedor esperando.

- Buenos días hija, por lo visto dormiste muy bien que hasta te levantaste tarde – dijo el Sr. Higurashi en tono de burla.

- Papa deja de burlarte de mí – le reprocho - mejor dime como te fue ayer en la junta ya que me preocupe por que no llegaste temprano – pregunto, ya que por eso no había podido pegar un ojo casi en toda la noche.

- Pues todo estuvo bien aunque no me gustaron algunos de los proyectos pero ya los corregiremos – le comento, recordando al mismo tiempo algo - Por cierto pequeña, alguien me pidió que te diera sus saludos y que espera que no te hayas olvidado de el - le dijo su padre en forma intrigante, le gustaba observar las reacciones de su hija.

Ahome quedo confundida por la actitud de su papa - ¿Así?, ¿Y Quien?, si se puede saber. – pregunto sin darle tanta importancia.

- El hijo de mi socio, me parece que su nombre es Kouga – le soltó, viendo como Ahome se ponía nerviosa y se hacia la desentendida.

- No, pues si me acuerdo de el – contesto viendo de reojo el reloj - ¡Dios es tardísimo, me voy papa nos vemos en la cena, eh! – dijo sorpresivamente despidiéndose de su papa.

- Bueno yo ya cumplí con entregar el recado – comento en voz baja y resignado a tener una hija tan distraída como Ahome.

Literalmente se había dado a la fuga, sabia que si se quedaba un segundo mas en el comedor, su papa se habría puesto paternal y le empezara a preguntar que era lo que había pasado entre ella y el hijo de su socio, era mejor evitar ese tipo de situaciones.

Se dirigió hacia la puerta en donde la estaba esperando una sirvienta con su mochila y un mayordomo le abrió la puerta para salir, a todo esto Ahome solo dio las gracias muy deprisa y se subió a la limosina que la esperaba afuera.

Como ya era costumbre Ahome siempre olvidaba que detrás de ella venia una persona que parecía estar pegado a ella como si fuera su sombra, esa persona era Inuyasha.

El ojidorado tenia el trabajo de ser el guardaespaldas de Ahome, trabajo que le fue asignado por el padre de la misma, ya que habían intentado muchas veces secuestrarla por ser la hija del uno de los hombres mas ricos del mundo.

Al principio a ella no le agrado la idea de tener un guardaespaldas ya que sentía que no tenia privacidad pero poco a poco se fue acostumbrando a Inuyasha, hasta que se podría decir que se encariño con el, ya que lo veía como aquel hermano que nunca tuvo.

Como era costumbre, Inuyasha tomo asiento en la parte delantera de la limosina, junto al chofer.

- Inuyasha puedes sentarte aquí atrás conmigo por favor necesito hablar contigo de algo – le pidió a su protector, desde que se levanto de la cama, tenia sus pensamientos ocupados en ciertas palabras que sus amigas le habían dicho y que se hacia preguntarse si realmente eran cierto.

La limosina se estaciono e Inuyasha salió de delante de la limosina y entro junto con Ahome en la parte de atrás, después el automóvil se puso de nuevo en marcha rumbo a la universidad.

- Que sucede señorita, ¿le pasa algo? – pregunto seriamente y con propiedad.

- Inuyasha, necesito preguntarte algo, pero quiero que seas sincero con migo – el ojidorado la vio con cara de intriga - a ver dígame de que se trata – responde.

- Primero no me llames de usted; sabes muy bien que cuando estamos solos tú y yo somos amigos – le recordó.

- Esta bien, pero ya dime que es lo que pasa – dijo impaciente, algo que le colmaba es que no las personas anduvieran con rodeos.

- Es que… - Ahome titubeaba, temía que la respuesta fuera lo que sus amigas le habían dicho - Es algo que me tiene preocupada. Pero me prometes que dirás la verdad sea cual sea entendido – le pidió a su amigo y protector.

- Esta bien, pero por favor ya dime que me tienes en la intriga – dijo exasperado.

- Inuyasha – tenia hacia abajo y la voz dudosa - crees que soy, Enojona – termino de preguntar para ver como su amigo casi se desmaya de la pregunta tan tonta que había hecho.

- Eso era lo que te tenía tan preocupada – comento sin entender por que Ahome estaba preocupada por tal tontería.

- Si – respondió ella - que no crees que es algo para preocuparse, pero aun no me has respondido, ¿crees que lo soy? – insistió.

Inuyasha suspiro resignado y respondió - Claro que no, Ahome has pasado por muchas cosas y es entendible que seas así, eh notado que te escondes bajo una mascara de frialdad e indiferencia, pero se que detrás de esa marcara se encuentras la Ahome de antes la de la dulce mirada y hermosa sonrisa -

- Inuyasha, no tenias que ser tan explicito – rio por lo bajo - Pero de verdad te lo agradezco, te agradezco el que estés aquí –

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Hola Amigos...aquí les dejo la primera parte de mi historia...mas adelante publicare mas, espero que les guste este comienzo...por fas ¿Reviws?