Antes de nada:

NO! Hetalia y sus personajes definitivamente NO me pertenecen... ¿capicci?

Esta claro que si me pertenecieran... [censored] :D

E-ejem... b-bueno... e_e Lo que iba a decir... era... ahm! Shep! Ya se... pueees eso, este fic se desarrolla en un universo alterno, esto es un fic yaoi, con USUK como unica pareja (creo... ya veremos si meto alguna mas). En principio sera T, pero ya lo cambiare a M cuando haya lemon (porque habra!).

Y bueno... ¿disfrutadlo?


Arthur Kirkland estaba harto. Harto de como le trataban, y de su vida. Siempre había sido marginado y molestado por su familia y conocidos, porque no les podía llamar amigos. Jamás había tenido amigos. En su trabajo de policía en una de las comisarías de Londres, siempre era rebajado y fastidiado por sus compañeros.

La última jugarreta se la habían hecho hoy. A partir de ahora tendría que vigilar a un preso, que sería juzgado por homicidio.

Vale, era parte del trabajo de un policía hacer estas cosas, pero como nadie había aceptado el trabajo (Por miedo a cuidar de un asesino), se lo habían mandado a el. El resto de sus compañeros se habían quejado e inmediatamente le habían preguntado a otro, sin embargo, en el momento en el que las quejas de Arthur se habían hecho presentes, todos cargaron contra él. Al final se tendría que hacer cargo del homicida en cuestión.

Él también tenía miedo. ¿Y qué ocurría si en el tiempo que lo estaba vigilando le intentaba asesinar? Aunque claro... por otra parte nadie le echaría en falta. Absolutamente nadie... la soledad era tan asquerosamente triste...

Llegó el tan fatídico momento, el recluso había llegado. Mil preguntas pasaron por la mente del inglés. ¿Cómo sería? -Seguramente alguien con aspecto horrible y muchas cicatrices. Un tipo grandote y que inspirara terror.- pensó el joven. Un gran escalofrío recorrió su espalda.

Primero entró el comisario, seguido de algunos policías más, y a continuación un chico con un traje a rayas. ¿Era el asesino? Él se lo había imaginado de otra manera... más... ¿feo? El caso es que el joven era rubio, su cara no mostraba desperfecto alguno, y sus ojos, escondidos detrás de los cristales de unas gafas, eran azules. Un azul que reflejaba tranquilidad, le recordaba al cielo y al mar. Por un momento sus mejillas adquirieron un color rosáceo.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de su jefe.

-Kirkland, este es el diablillo que tienes que vigilar. Que no se te escape ¿eh? - pudo escuchar en su voz un deje de burla, mientras empujaba al de ojos azules hacia el ingles.

-No señor... estará en perfecto estado para el juicio.

-Muy bien, lo dejo en tus manos.

Acto seguido, las risas de los demás se perdieron en el pasillo, dejando a los dos rubios solos. El de gafas observo el lugar durante unos instantes, para luego dirigirse al mayor con una sonrisa.

-No parece un lugar muy cómodo... espero que aunque sea haya de comer. Hm... ¡Soy Alfred F. Jones! -hizo ademan de tenderle la mano, pero las cadenas no se lo permitían.

-Yo Arthur Kirkland, un placer... -dijo con retintín.

-Desde hoy seremos colegas, ¿ok?

-No, no vamos a ser "colegas", tu vas a estar encerrado ahí, y yo voy a vigilar que no salgas. - dijo señalando una celda.

-Entonces me voy a aburrir... -bufó.

-No has venido aquí para divertirte -lo agarró del cuello de la camisa y lo llevó arrastrando hasta el calabozo.

Pasaron varios días a partir de eso, la mayoría de ellos lo pasaron hablando de cosas triviales. Alfred se quejaba constantemente de las pocas raciones de comida que le daban, así que, el mismo Arthur le preparaba cada día una cajita con comida. Se lo agradecía siempre con una sonrisa que sacaba los colores al policía, aunque a la hora de comérsela siempre pusiera una cara extraña.

Pero en la mente de Arthur rondaba una pregunta, que tenía miedo a formular, pero que al final hizo:

-¿Eres realmente un asesino...? ¿C-cómo fue...?

Nada más preguntar, se arrepintió, pero el preso le contestó sonriendo:

-¡Claro que no! ¡Soy un héroe!

-A los héroes no los meten en la cárcel...

-Algunos tienen que sacrificar su vida anterior para salvarse...

Arthur no dijo ninguna palabra más, y se fue a su casa. Pensó toda la noche en esa respuesta, ¿a que se referiría?, ¿de que tenía que salvarse? Pero sobre todo, pensó en Alfred. Le costó mucho dormirse, y si lo consiguió, lo hizo soñando con él.

Al día siguiente, Arthur se dirigía a la celda de Alfred, pero encontró a alguien allí, al lado de ella. El agente de intercambio francés miraba con un deseo bastante notable a Alfred, y esa mirada hizo que el inglés se pusiera bastante celoso.

-¡Eh, tú! -le gritó. -¡Vete a tu celda!

-Eh, monsieur, que solo pasaba por aquí para saludar, pero ya me voy, ya me voy…- se marchó muy apesadumbrado, pero luciendo su cabello como si fuese de oro. Acababa de llegar y al ojiverde ya le causaba dolor de muelas.

Se dirigió hacia Alfred y le tendió su cajita de comida, luego se sentó en la silla y escondió la cara entre las manos con un suspiro. Alfred le miró con curiosidad.

-¿Estás bien? -fue lo único que se le ocurrió preguntar en aquel momento.

Arthur no contestó nada, no quería contestar. Se frotó los ojos y sonrió al preso. Este vio que era una sonrisa muy forzada, aunque no dijo nada, y sonrió también con él. Al acabar de comer siguieron hablando de los temas triviales ya constantes. En su casa, Arthur sólo pensaba en Alfred, tenía la sensación de que iba a trabajar por él. Pero es demasiado orgulloso, no quería aceptar lo que sentía, así que intentaba pasar del tema; pero no podía…

Al día siguiente, el agente vio que el preso parecia realmente preocupado al llegar a la celda.

-Hola... Alfred -le dijo -¿Te encuentras bien?

-Hola… -soltó en un suspiro -A decir verdad no lo se... -farfulló.

Antes de que pudiera vocalizar algo mas, se oyó un estruendo en la habitación contigua, la puerta que la comunicaba salió disparada y chocó contra la pared. Dentro de la habitación había fuego y humo. Este se acercaba peligrosamente consumiendo todo lo que se le cruzaba. Arthur se quedó perplejo, pero Alfred lo despertó de su ensimismamiento.

-¡No te quedes pasmado! -gritó -¡Sácame de aquí y larguémonos!

El inglés salió de su trance y se apresuró a introducir las llaves en la cerradura y girarla hasta oír un clic. Luego el preso tomó la mano del policía y salieron corriendo.

Al llegar a la salida, descubrieron horrorizados que estaba bloqueada: las vigas del techo la habían dejado inaccesible, y estaban rodeadas de llamas. Subieron las escaleras desesperadamente y tras las llamas, al final de un pasillo estrecho, había una ventana. Alfred, sin dudarlo, tiró de Arthur y ambos saltaron por la ventana para caer sobre una camioneta de almohadas que casualmente pasaba por ahí, y luego al suelo. Ambos corrieron hasta quedar escondidos en un callejón. Se sentaron en el suelo, exhaustos.

-¿Estás bien?- dijo el rubio con gafas, mirándolo con tensión en los ojos. Su compañero asintió, y al ver ese gesto, el preso suspiró, tomó su mano y le ayudó a levantarse, dispuesto a salir del callejón.

Al salir, ambos miraron a los lados, y ocurrió.

Alfred se quedó de piedra al ver cinco hombres fornidos, vestidos de negro y armados, que les apuntaban con pistolas. En un abrir y cerrar, los dos rubios reaccionaron y huyeron en dirección contraria.

El más bajo oyó un disparo y un grito de dolor de su compañero. Horrorizado, corrió como sus piernas pudieron. Alfred corría a su misma velocidad sin ni siquiera frenarse por el dolor. Fue algo que impresiono a Arthur, no tanto como otras situaciones que ocurrieron mas tarde.

Justo antes de perder la esperanza de escapar, Arthur divisó una chica de pelo castaño en la puerta de una casa. Tenía un traje verde y un pañuelo de flores en su cabello, y les hacía señas para que entraran en ese domicilio. El policía no lo dudó un segundo y, raudos, pasaron a través de esa puerta y cerraron de un portazo, jadeando. Después de estar seguros de que los hombres pasaban de largo, la chica encendió la luz.


¿Que tal os parecio? Espero que bien... Uu

Queria darle las muchisisisimas gracias a mi nee, que me ayudo bastante a escribir este episodio cuando me quede trabada! Nee, eres la mejor! ^^

Y... FrUsa? WTF? Vale, eso fue culpa de mi nee xD No se que hace ahi... e_e Pero no os emocioneis, porque eso en realidad no es FrUsa... PUES NO! JA! Porque... no me da la gana xD Ya os dije antes que este fic era solo USUK!

Francis tiene intenciones escondidas èwé BWAHAHAHAHA! (Y no, por primera vez no es rapear a nadie)

Y.. etto... ademas de esta gran cagada de episodio... m-me dejais un review? *pone ojitos de cachorro*