Ni Naruto ni sus personajes me pertenecen. Todo es obra del gran Kishimoto-sama.
La canción tampoco me pertenece, pero la frase siempre me ha molado.
Este Drabble va dedicado a Miss Mantequilla. Ella sabe que odio a Sasuke pero en mis orígenes yo era fan incondicional del Sasusaku, y quien ha sido fan una vez del Sasusaku lo será para siempre. Palabra de fangirl.
Advertencias: Fluff de la ostia, un Sasuke algo OoC y si coges diabetes no es mi culpa.
Y tu sonrisa un buen motivo para ser alguien mejor
La Oreja de Van Gogh- V.O.S.
A Sasuke le encantaba la sonrisa de Sakura. Era verla sonreír y le temblaban las piernas. Sí, él era un Uchiha, era conocido por ser frío y poco expresivo, pero cuando veía esa sonrisa algo cálido se extendía por su pecho y las piernas le flojeaban.
Disimular el efecto que Sakura tenía en él era más duro que mostrarse impasible delante de una gilipollez de Naruto, y mira que Naruto hacía gilipolleces.
A veces, cuando volvía antes a la villa se escondía y la observaba. Le tranquilizaba verla trabajando en el hospital, o estudiando en la biblioteca, incluso disfrutaba viéndola entrenar. Hiciera lo que hiciera Sakura, siempre sonreía, y eso a él le encantaba.
Siempre que volvía a casa ella le daba la bienvenida con una sonrisa y un cálido abrazo. Si era sincero volvía sólo por ella. Se asombraba de que pudiera llegar a quererlo tanto después de todo lo que había hecho. Se asombraba de que ella pudiera sanarlo hasta lo más profundo de su ser y que pudiera sentirse en paz consigo mismo.
Le gustaba sentarse en el sofá y pasarle un brazo por los hombros mientras ella parloteaba sin parar, le gustaba cuando iban paseando y ella tímidamente enlazaba sus dedos con los de él, le gustaba que ella presumiera orgullosa de que tenían una relación, le gustaba que no se avergonzara de él, le gustaba Sakura.
Solía quedarse despierto para verla dormir, ella se acurrucaba contra su cuerpo y él podía maravillarse de que algo tan pequeño y frágil pudiera ser tan cálido. Escuchaba su corazón latir con fuerza contra la vida, su corto pelo rosa se expandía hacía todos lados, y ella sonreía, sonreía dormida porque él estaba con ella.
Sasuke lo sabía, Sasuke Uchiha se había convertido en un pobre idiota enamorado. Enamorado del cerezo más fuerte y hermoso de Konoha. Enamorado de su piel cálida de porcelana. Enamorado de esos expresivos ojos jade. Enamorado de esa deslumbrante sonrisa.
Porque sí, él era Sasuke Uchiha, y cada vez que Sakura sonreía sus piernas temblaban, su pulso se aceleraba, sudaba como un cerdo en el matadero, le costaba más respirar y su corazón se saltaba latidos.
Era una vergüenza que una cosa tan simple y sencilla como una sonrisa lograra alterarlo de esa manera. Era tremendamente vergonzoso. Y aun así no podía evitar volver y perderse en esa sonrisa.
— Bienvenido a casa, Sasuke.
