Por enésima vez encendía la pipa, daba dos bocanadas de humo y la dejaba en la mesita, dejando que se consumiera solo.
La pipa quedaba en el olvido, como todo lo que a él le importaba.
Miró la estancia sin sentir apego a lo que todas las generaciones de su familia adoraban, la gran mansión Malfoy.
No sentía apego por ellos, ni por nadie en especial.
Ni siquiera con ella.
Ella fue la mejor amiga de su infancia, antes que su perro siberiano muriera de una infección a la mandíbula, antes que su padre le fuera infiel a su madre y antes de la muerte de su único hermano.
A quién no cuidó en su labor de hermano mayor.
Tenía treinta seis años, era un soltero codiciado.
Al parecer la riqueza valía más a la mala persona que era.
Apagó la vela de la biblioteca, por fin estaba en casa.
Londres 1888
El corsé le asfixiaba, odiaba la nueva moda "entre más ajustado, más hermosa para los pretendientes".
Pero, ella ya no tenía pretendientes porque era la solterona bella de la aristocracia londinense. Eso había dicho Lord Weasley, alguien que no merecía ni estar en sus pensamientos.
Rodeó la pista de baile, envidiando disimuladamente a las parejas que coqueteaban todo lo que podía sin las infinitas normas de protocolo puestas encima.
Hermione Granger, conocida entre las jovencitas como la eterna Lady Graham, no era fea.
De eso trataba de convencerla su madre.
Aunque no tenía el cabello dorado casi blanco ceniciento a la luz de la luna ni los ojos de un azul reluciente ni menos la piel lechosa.
Su cabello era el martirio de su doncella, tenerlo rizado hasta en las patillas no era una, pero siempre ganaba su optimismo.
No necesitaba un hombre, no como todos les daban sus consejos.
Viviría sola, en una casa cerca de Hampshire como su tia abuela Eloise.
Hasta que sintió a su hombro chocar con algo duro.
-lo lamento, mi lord - no lo miró, ya era bastante la habladuría de su rebeldía al matrimonio que quedar como descarada no estaba en sus planes.
No recibió una respuesta por parte del caballero, no era la única que no seguía el protocolo.
Levantando la vista más allá del pecho, encontró unos ojos grises hinoptizantes.
Cortándole la respiración.
-Draco - susurró para sí.
-Lady Graham - inclinó levemente la cabeza.
-Hace años que te perdimos el rastro - toda su familia se sintió ante el rechazo generado por la familia Malfoy de un momento a otro.
-Siempre estuve cerca -
-pero ya nunca para mi- lo miró sin disimular su enojo - siempre que fui a verte, no podías recibirme pero si tu madre.
-no hables de ella - Malfoy la miró duramente.
Esta se tapó la boca con las manos, recordando que la madre de Malfoy había fallecido hace tres semanas.
-disculpame - le tocó el brazo, sintiendo un hormigueo en la palma, como si el calor del hombre le traspasara el fino guante.
Este se inclinó hacia ella, moviendo el cabello al hablar bajo.
-sigues tan idiota como siempre - se soltó del agarre de esta y se marchó de la fiesta.
Hola.
Hace bastante que no publicaba un fic y claro, nunca había hecho un dramione.
Tocar el almita de Draco aunque sea un poco en esta historia es emocionante porque he tratado de mantener el canon de su personalidad pero no mundo mágico. (estamos en la época victoriana 3)
Sé que este capítulo no dice nada en concreto pero ya desde el segundo se desarrollará algo de la trama y que nunca, pero nunca un encuentro esperado por años es inocentón jmjmjm.
Saludos,
kyap0n.
