El Potterverso pertenece a J. K. Rowling.

Este fic participa en el minirreto de abril para La Copa de las Casas del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black. Teníamos que escribir un fic cortito reflejando una emoción dada al azar. A mí me tocó odio.


¡Inaceptable!

o—o

Siempre te has considerado una persona reflexiva, tranquila y que actúa de acuerdo a la lógica y el razonamiento, pero incluso tú tienes un límite.

Y ese montón de hijos de mala banshee lo han superado. Llevas meses intentando no obedecer a la ardiente ira que te invade por dentro, tragándote las ganas de irrumpir en el Ministerio y matarlos a todos -todos-, y ya no puedes más. Y es que ésta es la gota que colma el vaso.

Llevas más de dos años temiendo que vayan a por ti. Meses y meses preocupado por la suerte de tus amigos, que están pudriéndose en Azkaban pagando por el horrible crimen que supone ser mago cuando nadie en tu familia puede hacer magia. Pero esto es demasiado.

¡Están quemando el campo de quidditch! El lugar más bonito de todo el condenado Hogwarts, testigo de tus victorias y derrotas, de la vez que Harry se tragó la snitch, del día en que los gemelos Weasley te tiraron de la escoba tras echarles un sermón de dos horas...

Reducido a cenizas ante tus ojos.

Todo tu interior se retuerce de odio. Estarías dispuesto a consentir un genocidio de brujos, pero el quidditch es intocable. Y todo lo que tenga que ver con él. Te duele el estómago al pensar en la cantidad de dulces e inocentes quaffles ardiendo por culpa de esos fanáticos, al imaginar el terror de las viejas escobas que ya no se elevan ni tres metros y no entienden de guerras ni de pureza de sangre.

Con el quidditch menos. ¡Hombre ya!

Eres tremendamente tolerante, pero por ahí sí que no pasas. Tan seguro como que te llamas Oliver Wood, vas a hacerles pagar por tamaña osadía.


Notas de la autora: Y éste ha sido mi pobre intento de humor. Tengo la cabeza en otra parte, pero bueno, tenía que cumplir con el reto.