A/N: Bueno, aquí va mi primer fic, para la comunidad 30vicios.

Parvati Patil daba vueltas de un lado a otro en la habitación que le habían asignado en la Madriguera.

― ¡No, Lavender, no estoy exagerando! Me odian. No, me detestan. Lo sé. Debiste ver como me miraron cuando entré, fue tan… y lo peor de todo es que él no tiene ni idea de lo que está pasando, está totalmente despistado.

― Sí, viniendo de Harry eso no es nada extraño ―le respondió Lavender, desde el otro lado de la línea con un suspiro.

― Te juro que no sé qué hacer ― Parvati se tiró en el borde de la cama, abatida ―. No sabía que el estar con él me iba a traer tantos problemas.

― Bueno, amiga, yo te lo dije. Te dije un millón de veces "no te metas con ese chico. Es demasiado famoso, demasiado emocionalmente cargado, ha pasado por demasiadas cosas. Es un novio que requiere un alto nivel de mantenimiento, Parvati". ¿Pero me hiciste caso? No. ¿Dime, por qué no te fijaste en alguien más sencillo, como Neville?

― Bueno, aparte de que está saliendo con Susan Bones, por nada… ―le respondió Parvati sarcásticamente ―. Tienes que venir, Lav. No puedo estar sola entre toda esta gente. Te necesito.

― ¿Qué? ¿Estás loca? No puedo aparecerme así en esa casa. No después de lo que pasó conmigo y Ron, ¿o es que no te acuerdas?

― ¡Lavender, por favor, crece! ¿Hace cuánto pasó eso? ¿Cuatro? ¿Cinco años? Por Dios, nadie lo recuerda.

― Sí, pero no es tan sencillo. ¿Con qué excusa iría, a ver?

― No sé… ¿tienes que… ayudarme a organizar mi ropa?

― Escúchame, Parvati: lo que tienes que hacer es calmarte, tomar un baño caliente, ir a dar un paseo… tienes que relajarte, querida.

― De verdad lo estoy intentando, pero no puedo.

Lavender suspiró de nuevo.

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Más tarde, Parvati y Harry estaban sentados en una mesa, afuera de un café. Habían pasado la tarde mirando salones de eventos para su fiesta de compromiso, sin llegar a decidirse por uno. Luego habían ido a dar una vuelta por ahí, vieron algunas tiendas (no entraron en ninguna, para el alivio de Harry) y después habían ido a tomarse un café.

― Creo que ya va siendo hora de que volvamos ― comentó Harry, mirando su reloj.

Eso era lo que Parvati temía: el volver a estar bajo el mismo techo que los Weasley y Hermione.

― Pero aun es muy temprano, ― dijo ella ―. ¿Por qué no nos quedamos un rato más?

Él la miró con curiosidad.

― ¿No quieres volver?

― No, no es eso. Es que… es la primera vez que estamos tú y yo solos desde que llegamos de nuestro viaje.

― Ah.

Hubo una pausa.

― Parece que fue en la otra vida, ¿no? ― dijo él.

― Sí.

― ¿Qué te pasa?

― Nada ― mintió ella.

― Nada ― repitió él, mirándola con los ojos entrecerrados, y ella puso su cara más inocente. Luego, bajó la vista hacia su café ―. Estuve hablando con Ron y Hermione ―dijo él, suspirando. ― Me dieron un sermón acerca del matrimonio.

― Seguro que creen que perdimos la cabeza ― dijo ella con una risita.

―Más o menos ― dijo Harry, fijando en ella sus ojos verdes, medio sonriendo.

Ella bajó la vista hacia su taza.

― Parvati. Podrás decirme que no tienes nada pero yo sé que no es verdad. Se te nota. ¿Qué te pasa?

Ella lo miró.

― Es que… Harry, no estoy segura… no estoy segura de que le agrade a tu familia. Creo que no me quieren.

Él tomó su mano, la que tenía el anillo de compromiso que le había regalado.

― Yo sí te quiero. De eso puedes estar segura. Y creo que sólo es cuestión de tiempo para que ellos también lo hagan.

― ¿Cómo lo sabes?

― Lo sé. Soy Harry Potter. Si no me crees a mí, ¿a quién le vas a creer? Además tú sabes ganarte a la gente. ¿O de qué otra manera te explicas esto? ― dijo él, mostrándole el anillo de compromiso que ella tenía puesto.

Ella se rió y lo miró con afecto.

― Tonto.

Pero el peso que tenía dentro ya no estaba.

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