Un día de verano soleado y seco un muchacho de 20 años que no aparentaba mas de 17. Extremadamente delgado y algo pálido de mecía distraídamente en un columpio de un parque abandonado.

Pensaba en los acontecimientos que habían tenido lugar los días anteriores.

Por fin todo había acabado y el seguía vivo. Pero ¿A que precio? Ron se encontraba gravemente herido en San Mungo y Ginny estaba extremadamente mal por eso.

Trato de esquivar ese pensamiento y se levanto del columpio que lo sostenía y dirigió sus pasos hacia la puerta de hierro que separaba el parque de la pequeña ciudad.

Hacía ya 3 años que no vagaba por esos rumbos. Su mente lo llevaba a los desagradables recuerdos de su infancia y trato de no pensar en eso.

Un ambiente de nostalgia reinaba en el ambiente.

El mundo entero había estado en guerra los últimos años y ahora todo había acabado así sin más. Sin siquiera pensar a donde lo llevaban sus pies de pronto se encontró frente a lo que quedaba de lo que antes había sido el pulcro jardín de Tía Petunia. Saltó la pequeña reja y siguió el pequeño camino empedrado que llevaba a la entrada y atravesó la puerta que colgaba sobre unos de sus goznes entrando al recibidor de lo que había sido la casa de su infancia.

Si cualquier persona lo viera pensaría que por ahí había pasado un huracán. Todo estaba fuera de lugar en contrario de lo que había sido toda su vida.

Los signos de la devastación que reinaba se hacían notar a cada paso que daba. Algún sillón volteado de cabeza o un jarrón roto. Se dirigió a su habitación y a diferencia de el resto de la casa se encontraba intacta exactamente cual el la dejo el día en que cumplió los 17 años.

En lo que el sentaba en la cama para descansar un poco y pensar cuando un picoteo insistente lo saco de sus pensamientos.

-Hedwig-murmuro el muchacho para si mismo.

Y corrió el pestillo de la ventana para dejar entrar a la lechuza blanca como la nieve; ella se poso suavemente sobre la colcha y dejo caer sobre la cama un paquete cuadrado y una nota.

Este se apresuro a abrirlas y recubrir en su interior una caja de madera que contenía un extraño y pesado medallón de oro con una gran "S" incrustada sobre el estaba extrañamente abollado por el frente y recordó el momento en que destruyó el ultimo horrocrux y como lo había logrado y se sintió culpable.

Abrió la nota de rezaba

Querido Harry.-

Se muy bien como te sientes pero pensé que tu eras la persona adecuada para conservarlo nos vemos en el hospital.

Besos.

Hermione.

Dejo la nota sobre la cama y salió de la habitación apresuradamente. Ya en el recibidor sonó un débil POP! Y el muchacho se desapareció. Para aparecer unos segundos después en el blanco recibidor de San Mungo y se dirigió hacia la bruja del mostrador.

-disculpe ¿sabría a donde trasladaron a Ron Weasley?-dijo Harry algo distraído

-521 B daños provocados por hechizos- dijo la bruja sin mirarlo.

Harry empezó a subir las escaleras hasta llegar a la cuarta planta.

Y ahí encontró a Hermione sentada en una silla afuera de la habitación de lejos se notaba que no había dormido nada y que había estado llorando.

Se acerco lentamente a ella y la tomó del hombro. Ella se sobresalto y lo miro

Con ojos llorosos.

-todavía nada-fue lo único que pudo decir antes de echarse a llorar.

Harry solo guardo silencio y la abrazó.

En eso llego la señora Weasley con una taza de café y abrazó a Harry desconsoladamente.

En medio de toda esta confusión salió del cuarto el sanador encargado del cuarto para informarles que Ron ya estaba estable.

-¿podemos…entrar?-murmuró hermione llorosa

-Si pueden, pero 2 a la vez- dijo el sanador muy serio

Harry dejo pasar primero a la señora Weasly y a Hermione y se sentó en la silla que minutos antes había ocupado su amiga.

Ron estaba bien………….pensó poniendo sus manos en la frente.

Todo había acabado… tenia que verlo.

Se aseguro de que no viniera nadie y entro en el cuarto.

Ahí solo estaba ron vendado de pies a cabeza.

-¿Cómo estas amigo?-

-bien eso espero-dijo conteniendo un quejido.

-vamos, lo único es agradecer que sigas vivo de milagro-dijo harry sentándose a un lado de Hermione.

-todo va a estar bien-dijo hermione viendo a el piso.

-Mañana te dan de alta- murmuró la señora weasly

-¿Dónde esta mi hermana?-pregunto Ron.

-Fue a la casa a cambiarse de ropa-contesto la señora Weasley

En eso llego el sanador diciendo que Ron necesitaba descansar.

Y todos salieron de la sala.

Ya afuera Harry murmuró algo inteligible a Hermione y se desapareció.

Necesitaba verla.

Apareció frente a la puerta de Madera de una gran casa blanca. Toco el timbre y una cara pálida apareció en la puerta.

-HARRY!!!!!!!- dijo la pelirroja emocionada se abalanzo sobre el y el la abrazo.

-Ginny, todo acabo-fue lo único que pudo alcanzar a decir antes de fundirse en un dulce beso.

Después de lo que pareció una eternidad se separaron.

-Tu hermano ya está bien-dijo Harry mientras entraban juntos a la casa de la mano.