-flashback-
Vi corría por aquella mina, llena de escombros caídos y con aspecto lúgubre, ella sabía que, si no salía en ese instante, iba a terminar muerta y su hermana, causante de ese desastre, no volvería por ella.
Con sus puños trataba de ''crear'' paredes, un fácil escape para lograr salir de ahí. Pero algo la detuvo…
-Maldita Jinx, juro por todo lo existente, que me las vas a pagar. – Dijo Vi, cubriendo sus ojos de las pequeñas piedras que caían del techo. Logró demoler una pared, le faltaba solo una para escapar. Pero escuchó unos gemidos de dolor proveniente de una planta que estaba algo lejos de donde ella estaba. La duda y la lastima la estaban comiendo por dentro. ¿Si era una niña no pudiendo escapar? ¿o qué, si era una mujer embarazada?. Vi era una persona de corazón frio, nunca tuvo lástima por nadie, se crió ella sola y logró sobrevivir sola. No dependía de nadie y de nada.
Mierda Vi, no lo hagas… - Se dijo a sí misma. Retrocedió unos pasos y sin dudarlo, fue a la dirección donde escuchó esos gritos de dolor.
-¿Hola? – gritó
-¡Ayuda, me estoy sofocando aquí! - Vi trató de guiarse por la voz, hasta que vió un pequeño gorro violeta bajo unos escombros. Se acercó y logró ver, un pequeño cuerpo en posición fetal. Corrió hacía la chica, la agarró en brazos y sin preguntar quién era ni que hacía ahí, fue hacía la salida. Vi no se percataba que tenía muy poco tiempo. Escuchó a lo lejos una risa escalofriante que le resultaba extremadamente familiar y macabra.
-¡Es perdedora, lista para llorar tutututu! - Vi miró a todas las direcciones para ver de donde provenía esa voz, sabía que aun que estuviera lejos, su hermana era extremadamente peligrosa y demente, podría volar aquella mina sin dudarlo y sin remordimientos.
-¡Estoy aquí, manototas! – Dijo Jinx, mostrándose . La demente se tiró al piso y empezó a reír, la ira de Vi sobrepasaba los limites, tenía que actuar rápido, tenía a alguien inconsciente en sus manos y no debía pelear, aun que le costara todo su orgullo.
-Me las pagaras, estúpida demente. – Dijo Vi, corriendo en dirección contraria a la de su hermana.
-¡MIRA ESTO! – Vi conocía a la perfección las habilidades de su hermana. Sabía que tenía un cohete extremadamente potente y que, si lograba dar en su objetivo, iba a terminar muerta. Cargó su puño con energía y se lanzó a la dirección contraria de donde provenía el cohete. Cayó arriba de el diminuto cuerpo de aquella chica extraña, para protegerla del impacto.
Los ojos de la chica y Vi se encontraron, en esas miradas había miedo de parte de las dos. Ninguna se movió, solo se miraban.
-H-hola… soy Caitlyn, la Sheriff de Piltover. – dijo Caitlyn, sonrojada por el contacto de el cuerpo de Vi.
-Vi. Me debes la vida, yo no te tendría porque haber salvado. – Dijo, parándose y dándole la mano a Caitlyn para que se levantase.
- Lo sé y gracias. Leí tu expediente, fuiste a robar muchos lugares y tenías mala junta desde pequeña. ¿Es cierto eso? – Dijo Caitlyn, aceptando la mano de Vi.
-Já. Lo dices como si fuese la peor escoria que pisó Piltover. Nadie conoce mis razones, sin embargo, te salvé. Me tienen que dejar de molestar, supongo. – Se notaba la frialdad con la que le hablaba a la Sheriff.
-Es muy caro lo que pides. Pero, te haré una propuesta. Sé que salvaste a unos niños por tu cuenta, sé que ya no te juntas con esas personas de tu infancia. Conozco tus intenciones, no me harías daño. Podríamos trabajar juntas, serías mi compañera. El gobierno te asignaría un hogar y la policía dejaría de perseguirte. Si no aceptas, te daré 5 minutos para escapar y si escapas, las cosas volverán a ser como eran antes. Es tu elección.- Lo dijo con tanta sencillez que parecía que olvidó que le habían salvado la vida, pero así era la Sheriff de Piltover.
-¿Ser tu pequeño perro guardián? JÁ. Ni de coña pequeño cupcake humano. – Vi miro fríamente a la Sheriff.
- ¿Perro guardián? No. Trabajarías para la policía, no para mi. Y no soy un cupcake, no sé que te hace pensar eso, ridículo tu comen tario. En fin, ¿Qué decides? – Puso sus manos en su cintura y miró fijamente a Vi.
-Un hogar… nadie me molestaría de nuevo... golpearía personas… socorrería damiselas en peligro… suena bien. Acepto. – dijo.
-Si con damiselas te refieres a mi, me subestimas mucho. Sé defenderme, solo que tengo tanto trabajo que necesito a una compañera. Ya sabes, por si acaso. Ven mañana a las 7:30 a mi oficina. Sabes donde es, me dejaste un pequeño regalito la semana pasada, una bolsa con adentro una rata muerta no es agradable, sé que fuiste tú. Que inmadura.- A Caitlyn le dio asco recordar esa imagen, la rata le revolvió el estómago.
-HAHAHAHA amarás mis bromas, lo sé. – Dijo arcándose por el ataque de risa que le dio al ver la cara de Caitlyn.
-fin del flashback-
-¡Vi saca tus pies de mi escritorio ahora mismo!- Dijo Caitlyn, estaba roja, odiaba esa costumbre de parte de Vi, la irritaba demasiado.
- ¿y si no quiero que? ¿va a arrestarme Sheriff?- Con tono picaro miró a la ''cupcake humano'' haciéndole una sonrisita.
- Te lo advierto Vi… - Se acercó a la cara de su compañera, con mirada desafiante.
Para la suerte de la rebelde, sonó el teléfono. Caitlynn se dio vuelta y con un suspiro atendió.
-Habla Caitlyn, diga. – Dijo mirando con odio a su compañera quien le hacia burlas
-Carapescado y yo queremos jugar. Encuéntreme rápido sombrerote o absténgase a las consecuencias. Le daré una pista querida Sheriff, vaya al lugar donde le salvaron la vida. Si no recuerda, manotas seguramente si. Adiós HAHAHAH- Y cortaron. Caitlyn quedó fría, aquella voz macabra y el mensaje la dejaron en shock.
-Tu maldita hermana ataca de nuevo, me dijo que está en donde me salvaste la vida. – Dijo con rabia.
- La demente ataca de nuevo. – Saco sus pies del escritorio de Caitlyn y fue por sus guantes.
-Vámonos- Dijo a continuación, saliendo de la oficina.
