Crónica de un Día Aburrido
Disclaimer: Todo pertenece a George R. R. Martin.
Esta historia participa en el reto ¡Drabbles, Drabbles y más Drabbles! del foro Multifandón Is The New Black.
"Cuando sea mayor seré caballero de la guardia real y lograré las mayores hazañas" Había dicho feliz un Jaime Lannister de 9 años observando a los guardias que acompañaban al rey Aerys en su visita a la Roca.
Ahora, a sus treinta años, Jaime de la casa Lannister, miembro de la guardia real del rey Robert, como antes lo fue de la del rey Aerys, sentía ganas de reír cuando recordaba esas inocentes palabras. Sí, ahora era guardia real, mas su trabajo no consistía en llevar a cabo grandes hazañas. En lugar de eso, su trabajo consistía en quedarse todo el día de pie, al lado del trono o en las puertas del salón del consejo, teniendo que aguantar esas aburridas e interminables reuniones incluso cuando el propio rey no asistía a ellas.
Seguramente, el crío fantasioso que fue se decepcionaría si lo viese ahora. Nada de luchas contra forajidos, nada de duelos a muerte con traidores que intentasen asesinar al rey, nada de socorrer a pobres niños secuestrados. No, solo permanecer de pie, quieto y alerta, esperando un peligro que nunca parecía que fuera a llegar. A veces se preguntaba frustrado si esta era de verdad la vida que quería. Su primera respuesta era siempre que no, que él estaba hecho para la batalla y la aventura. Sin embargo, después irremediablemente recordaba el motivo por el que había entrado en la guardia, esa muchachita de quince años con el cabello rubio y los ojos verdes que le había visitado en aquella taberna y le había suplicado que no volviera a dejarla sola. Entonces invariablemente sonreía y se contestaba que sí, que aquello era lo que quería, porque sus días eran la crónica de un día aburrido tras otro pero, sus noches eran un delirio de amor y pasión al lado de la mujer que amaba.
