Lo que es obvio, ni Aoshi ni Misao ni nadie más me pertenecen. Pero estoy ahorrando para comprarlos.

Consecuencias de un acto no razonado.
Colección de mini oneshots

1. Poco veneno no mata…, pero sí deshidrata

Tendría que haberlo sabido, realmente, si se ponía a pensar, era total y completamente lógico que reaccionara así. Por supuesto que en ese momento no se había parado a pensar y reaccionado en consecuencia de una manera totalmente instintiva. Claro, si un hombre tiene sed su cerebro ordena beber, si se muere de hambre es comer lo primero que encuentre ¿o no? Eso es reaccionar instintivamente¿o no? Pero claro que en estos momentos Aoshi no podía hacer más que reprocharse por semejante acción instintiva. Sobretodo por que no podía olvidar los ojos de Misao cuando había pasado.

Maldito instinto, pensó. Se había rebajado, actuado como un animal.

¿Qué opinión tendría Misao ahora de él? Estaba seguro que no la misma de antes, del hombre digno, impasible e inalterable, del hombre que piensa antes de actuar y no se deja llevar. Aoshi gruñó. Un hecho había llevado a otro y él estaba seguro que toda esa maldita cadena de desastres hubiese podido evitarse de haberse abstenido a saciar su curiosidad.

Pero había sido tan tentador.

Y al recordarlo maldijo en voz baja a aquél extranjero, también él tenía algo de la culpa ¿Quién le había mandado meterse en el Aoiya con sus costumbres extrañas? Aoshi se había encerrado, aislándose de las miradas de los demás y ahora tenía mucho tiempo para pensar detenidamente en todo lo sucedido. Después de una hora solo, podía localizar y visualizar en todas sus partes lo que le había llevado a donde estaba en ese momento. Se preguntó lastimeramente si algún día podría salir de ahí.

La diarrea lo estaba matando.

¿Pero quién iba a pensar que aquellas bolitas verdes tan diminutas con las que el extranjero había obsequiado a Omasu serían armas demoníacas que incendiaban bocas? Chile piquín, así las había llamado el tipo. Y debía ser un castigo injustificado de kami que Misao acertara a pasar con un vaso de jugo de ciruela pasa. Lo que todo el mundo sabía era el laxante por excelencia. Después supo que era para Kuro que estaba estreñido, según le había gritado entre risas Okina.

La sorpresa con que le había mirado Misao, que no tuvo tiempo de explicarle de que era aquella bebida y que luego se había transformado en temor al verle pálido (seguro después de reconocer el sabor), agitado y prácticamente amenazando de muerte a cualquiera que se le atravesara en su camino al baño.

Movió la cabeza de un lado a otro y se sujetó el doloroso abdomen, la diarrea lo estaba matando.

Ooo
Jaja espero que les haya gustado y que mínimo haya podido sacarles una sonrisa, porque yo me estaba riendo como histérica mientras lo escribía. Esto es lo mas loco que he escrito y me agrada jaja.

Que pasen una muy feliz Navidad (bue, que les regalen muchas cosas jeje) y un lindo inicio de año.

En relación a mis fics inconclusos ("Anhelo" y "Una luz en la oscuridad") están próximos a terminar, aunque no de la manera tradicional, espero no tardar menos de un mes para subir lo que sería el último capítulo.