Kirishima observa fijamente el papel entre sus temblorosas manos. No puede ser, debía ser una especie de error.

Aquel papel le estaba demandando toda su atención. El resto del mundo a su alrededor se había disipado, lo único existente eran él y ese tonto papel que no le daba la respuesta que quería. Pero sin importar cuantas veces lo leyera siempre decía lo mismo, el resultado era igual. Su cuerpo y alma estaban inundados por una profunda decepción.

—¿Qué te salió Kirishima?— exclamó de sus amigos desde atrás. El susodicho tiene su propio papel entre sus manos y se asoma por un lado observando con atención el papel de Eijirou leyéndolo. Una vez leyó la única parte que le interesaba del papel dijo emocionado —Beta ¿no es genial?

No, no era para nada genial. Kirishima se hallaba sorprendido por el comentario de su compañero ¿Cómo iba a ser genial ser un beta? Un punto medio no tenía nada de especial.

Aunque tal vez había llevado sus expectativas demasiado arriba. Debía ser positivo debido a que pudo haber sido peor, pudo haber sido un omega.

¡No! No quería conformarse siendo un simple beta ¿Dónde está su esperado resultado como alfa? Haber sido un alfa le hubiera podido cambiado la vida, sería un alfa muy varonil poseedor de una gran fuerza y tal vez hasta un héroe. Sin embargo, era un simple y tonto beta como la mayoría de las personas.

¿Pasaría a la historia como uno más entre muchos sin nadie que lo recordase? No, él no quería ser olvidado. Kirishima quería dejar su huella en este mundo y ser recordado cuando muriese. Aun si fuera por una sola persona.

—Si es genial— responde para evitar hacer un drama innecesario que sólo empeoraría las cosas.

—Lo sé yo también soy un Beta— dijo mostrando su papel con una sonrisa en su rostro.

Ambos chocaron los puños y fueron a ver los resultados del resto del grupo.

...

Kirishima siempre fue un chico común y corriente sin nada especial, pero él quiso destacar para no desaparecer en el olvido. Tuvo la fuerza de voluntad para cambiar, para ir en contra de aquella injusta sociedad y aquel erróneo sistema. Por ende, empezó a actuar como si fuera un alfa.

Cambió su actitud y su apariencia. Entonces fue cuestión de tiempo para que dejara de fingir ser un alfa y comenzará a ser uno, al menos su espíritu era el de uno.

Actualmente, estudia en la UA y está dispuesto a ser todo un héroe. Al principio los héroes eran puros alfas pero con el tiempo han aceptado a héroes betas y hasta omegas!

Está sentado con sus amigos hablando de cualquier cosa en el salón de clase.

—...estábamos subiendo la montaña y llegamos a una parte donde el pasto estaba alto, nos metimos por ahí para poder llegar a...— contaba Kirishima hasta que fue interrumpido.

—Espera ¿Fueron los dos solos para el monte?— pregunto Kaminari con mirada picara en su rostro.

—Ay vale ¿Quién diría que a Kirishima le gustaría hacerlo al aire libre?— agregó Sero burlonamente.

—¿Y con un hombre?— Se les unió Ashido.

¿Por qué sus amigos no podían ser personas serias y normales? Aunque realmente eso era lo que les gustaba de ellos, siempre se la pasaban en grande y podían bromear sobre cualquier tema. La diversión nunca faltaba.

—¿Y qué si lo hiciera?— preguntó el pelirrojo interesado en su respuesta.

—Sería muy conveniente que un sujeto tan bello como tu fuera gay.— dijo Kaminari acariciándole el trasero.

—Cállate— le empujo bromeando y riendo al sentir la mano de su amigo.

—¿Desde cuando eres gay?— cuestionó curioso Sero, conociendo la gran atracción de Kaminari por las mujeres.

—Desde que Kirishima lo es— y le dedicó una sexy mirada al mencionado, lo cual les hizo reír a todos.

Pero en la clase A no todo es sonrisas y bromas, eso queda claro al escuchar una voz ya conocida gritando.

—SHINEE DEKU TEMEE

Aquí vamos otra vez.

Todos en la clase sabían que ese grito significaba problemas y tensión. Katsuki Bakugou, era el alfa más problemático de la clase. Increíblemente territorial y con tendencia a arrebatos violentos.

—Kacchan por favor yo no quise...— decía Midoriya, el único omega masculino en todo el salón.

A pesar de que los omegas también puedan convertirse en héroes hoy en día, eso no significaba que fuera fácil. De hecho, ya por su posición son considerados seres inferiores al resto. Así que se les ponían muchas más trabas que al resto de los estudiantes. Debían esforzarse el doble o hasta el triple, dependiendo de su fuerza e inteligencia.

¿Qué cosa habrá sido esta vez? No importa, de cualquier modo, a Bakugou tan solo la presencia de Izuku le molesta. Por lo cual no es para nada extraño verlo discutiendo con él sin razón aparente.

—Calla estúpido nerd.— dijo a la vez que se empezaba a acercar peligrosamente a Midoriya con una mirada feroz y letal en su rostro. Cualquiera pensaría que iba a matarlo de verdad.

—Cálmate— Todoroki hizo acto de presencia sirviendo de intermediario, pero se sabía que eso no era suficiente para detener a Katsuki. De hecho, que otro alfa se metiera en sus asuntos sólo lograría molestarlo más.

—¡¿Acaso tú también quieres morir?!— exclama el rubio y se arroja sobre Todoroki.

Ahora si hay que separarlos, entre Ojiro y Kirishima agarran a Bakugou para frenar sus peligrosos movimientos. Iida no tardó en llegar con un sermón y así termino la pelea antes de empezar.

...

Es de noche ambos están en el dormitorio, en la cama de Kirishima. Bakugou trata de devorar al beta a besos. La pareja jadeaba, pero, apenas se separaban ya se buscaban para unirse de nuevo. Sus bocas se unían apasionadamente deseando saborear al otro con ansias.

—Eres mío, eres mío, eres mío— repetía Bakugou acercándose más a Kirishima, inhalando el sutil pero delicioso aroma que éste desprendía. Se separó, dejando al otro con ganas de más, para mirarlo a los ojos. —Respóndeme.

Bakugou le dedicó a Kirishima una fría mirada, además, su tono de voz era demandante. Estaba exigiendo una respuesta y si no la recibía inmediatamente habría problemas.

—Sí, soy todo tuyo.— respondió Kirishima con un tono acaramelado y una pequeña sonrisa, entre los brazos de Bakugou.

A pesar de que cuando estaba con sus amigos se sentía como todo un alfa, al lado de Bakugou era como si se volviera un omega sumiso.

Ambos se quedaron en silencio por unos minutos, no era incómodo. En realidad, era todo lo contrario, se encontraban tan a gusto allí. Se sentía una increíble e imperturbable paz en el ambiente que los rodeaba como si del mismísimo cielo se tratase. Ese definitivamente era el mejor lugar en todo el mundo para ambos, aunque mientras estuvieran juntos.

—Prométeme que nunca me abandonarás.— fue Bakugou quien rompió el silencio.

—Estaré contigo por siempre.— respondió Kirishima tranquilamente.

—Eres sólo mío.— Vaya que los alfas eran territoriales.

Ambos habían estado saliendo por un tiempo. A pesar de sus diferencias Kirishima era la única persona a la que había podido llamar amigo y su relación sólo sabía mejorar.

Mientras más tiempo pasaban juntos más se enamoraban, pero todo era en privado. Para Bakugou era vergonzoso ser un alfa sin un omega y para Kirishima era muy poco varonil estar bajo la sumisión de Bakugou. Eran muy felices juntos, pero no necesitaban que el mundo lo supiera.

—Por cierto deberías dejar de pasar tanto tiempo con esos idiotas.— suelta Bakugou abruptamente.

—¿Eh?— Kirishima apenas lograr reaccionar.

—Se supone que eres mío y dejas que ellos te toquen como les venga en gana.— dice molesto Bakugou.

Sero, Kaminari y Ashido son alfas, todo lo que Kirishima no puede ser. Pero Bakugou le pone enfermo el solo pensar en que alguno de ellos podría quedarse con su pareja.

—Bakugou ellos sólo son mis amigos, estábamos jugando.— se explica sabiendo a lo que Bakugou se refería, lo estaba celando.

—De todos modos no me quiero arriesgar a que alguno de ellos quiera estar conmigo.

—Hey.— Kirishima le besa suavemente. —Estoy aquí relájate, ni siquiera soy de su tipo. Ellos buscan un omega del cual cuidar.

Bakugou lo mira con mala cara, porque a pesar de que estaba muy claro en que Kirishima era un beta para él siempre sería su omega.

—Me da igual no te quiero ver junto a ellos.— Kirishima era tan perfecto, tan alegre, tan cariñoso ¿Cómo podía estar junto a un bastardo como lo era él? Se preguntaba Bakugou. La sonrisa de Kirishima era tan radiante como el sol.

—Está bien.— termina cediendo Kirishima, a pesar de que esta discusión no tenía sentido. Era estúpido todo esto, pero no quería pelear con Bakugou, arruinaría el ambiente que habían creado.

...

Están Bakugou y Kirishima sentados el uno al lado del otro, es la hora del almuerzo, así que están en la cafetería.

—... el maldito de Deku estaba atravesado en el medio del camino como si él fuera el centro del universo.— hablaba Bakugou mientras el pelirrojo a su lado degustaba su comida.

—Ajá— decía Kirishima, escuchándolo despreciar a Midoriya, a pesar de que no le encuentra sentido al eterno enojo de su pareja en contra de este.

Entonces aparece Kaminari saludando, toma una silla y se sienta al lado de Kirishima —Hola Kirishima, hey Bakugou. Buen provecho.

—Gracias bro— dice Kirishima y toma otra cucharada de comida.

—Hey miren lo que tengo.— llama la atención de la pareja. Él muestra una caja sacudiéndola de un lado al otro. En la portada se lee "Nuevo súper Mario Bros" junto a la imagen de un reconocido fontanero junto a su hermano.

—No puede ser ¿Desde cuándo lo tienes— habla Kirishima con comida en la boca emocionado e intrigado por el nuevo videojuego que tenía su amigo en la mano.

—Lo compre ayer ¿Quieres probarlo cuando salgamos de clase?— pregunta Kaminari con una sonrisa, ya Kirishima está imaginando lo grandioso que debía ser el juego.

—¡Por supuesto!— exclama irradiando alegría y felicidad.

—Tú también puedes venir Bakugou.— invita Kaminari.

—Paso. Tengo cosas que hacer.— responde seco y cortante. Había estado callado todo el rato hasta ahora.

—Oh bueno supongo que será otro día. Nos vemos Kirishima.— Se despide Kaminari y se desvanece tan rápido como apareció.

—Nos vemos— dice Eijirou agitando su mano de un lado a otro como gesto de despedida. Se voltea hacia Bakugou y habla —Oh viejo, hubieras aceptado, he escuchado que ese videojuego es brutal.

—No iré y tú tampoco— le dice Bakugou sin voltear a verlo, con un tono de voz visiblemente molesto.

—¿Estás bromeando? Es el nuevo súper Mario Bros.— Bakugou no decidiría por él. Era su pareja, no su padre.

—Me dijiste que no estarías más con ellos.— era la verdad. El alfa no creía ya Eijirou había olvidado su promesa de anoche solo por un tonto juego.

—Bakugou son mis amigos, no puedo estar todo el tiempo contigo.— trató de razonar con él, debido a lo estúpido que era Katsuki si quería que dejara de relacionarse con otros seres vivos porque él sentía celos sin sentido.

—Prefieres estar con esos alfas que conmigo.— dijo decidido, no estaba dispuesto a compartirlo con nadie.

Kirishima se preguntaba si de verdad Bakugou lo estaba poniendo a elegir. Por favor, era jodidamente ridículo y difícil. Era como elegir entre su padre y su madre.

—Por favor no seas estúpido. Esto no tiene nada que ver con que sean, o no, alfas. Tú te la pasas pensando en Midoriya y yo no te digo nada.— tenía que haber alguna forma de resolver este asunto tan absurdo. Tal vez haciéndole ver lo irracional que estaba siendo aquella discusión.

—Deku no es más que un pedazo de mierda y es su culpa por creerse superior a pesar de ser un maldito omega—. se sentía insultado sólo por creer que Kirishima pensaba algo así de la basura de Deku.

—Lo ves? Ya estás hablando de nuevo de Midoriya.— la respuesta de Katsuki no ayudó para nada, de hecho se escuchaba más molesto todavía, pero esperaba que ese enojo fuera contra Midoriya y no contra su persona.

—Él no tiene nada que ver.— dice intentando de evitar el tema. Esto no era acerca del nerd ese. Era sobre la mentira de Kirishima ¿Cómo no podía entender que ahora estaba en una relación? Las cosas no podían seguir como antes, ahora tenía pareja y debía darse a respetar. Eijirou debía dejar de pasar todo su tiempo rodeado de alfas idiotas.

—Oh si, sí que tiene. Estás tratándome como un omega, no. Como un objeto, como tu pertenencia.— esta disputa se había vuelto personal. Bakugou estaba completamente equivocado y debía hacerlo cambiar a toda costa, ese era su principal objetivo en ese momento.

—Dijiste que eras mío bastardo ¿Me mentiste acaso?— dice un irascible Bakugou a punto de perder los estribos.

—Bakugou te quiero, pero no soy tu omega. Tengo derecho a estar con mis amigos cada vez que quiera. Si quieres uno puedes ir con Midoriya cuando quieras.— con eso dicho Kirishima se levantó de la mesa y se fue.

—Tch.— chasqueo la lengua con molestia y creó una explosión con su mano derecha airado. El estúpido de Kirishima no entendía nada.

...

Aquella fue la primera discusión seria entre ambos y si en algo estaban de acuerdo es que había sido algo estúpido.

Kirishima al final no fue a probar el juego de Kaminari, fue allí que se dio cuenta de que la paz que le llenaba el alma cuando ambos estaban juntos podía ser tan efímera.

Bakugou se estaba consumiendo en su propia ira todo el resto del día. Su mal humor estaba mucho peor que de costumbre.

Ambos se evitaron a lo largo de toda la jornada escolar. Pero les dolió más en la noche. Acostumbraban verse todas las noches para pasar tiempo juntos, si no se veían en la habitación de Bakugou era en la de Kirishima y, era bastante conveniente que sus habitaciones estuvieran una al lado de la otra.

Estaba bastante entrada la noche y Bakugou no puede dormir, necesitaba a Kirishima a su lado, pero no cedería, él jamás cedería. Así que baja por un vaso de agua, pero mientras camina por los pasillos hasta la cocina algo toma su atención.

Aquel exquisito aroma invadió sus sentidos dejándolo en un estado animal en el que ya no estaba razonando quería descubrir la fuente de aquello que lo estaba volviéndolo loco penetrando tan profundamente en su ser.

Camino por los pasillos hasta que una puerta fue lo único que interfirió en su camino, hizo explotar la cerradura con facilidad y pasó como si fuera su propia habitación.

—¿Kacchan?— pronunció Izuku tembloroso, su celo había llegado y por alguna razón los supresores no funcionaban del todo.

Pero Bakugou se acercaba a él peligrosamente hasta que ya lo tenía contra la pared y presionaba su pierna contra el miembro de Izuku que se empezaba a poner duro.

Se escucha un débil gemido por parte del menor, eso sólo logra excitar al alfa. Deku intenta empujar lejos al otro, pero se encuentra muy débil para poner una verdadera resistencia.

—¿Tratas de librarte de mí? Vaya que eres débil.— dice el alfa con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Se agacha lentamente para susurrarle al oído Te haré mío esta noche.

La cara del omega demuestra el pánico que le hace sentir las palabras del hombre encima de él. En ese instante el rubio procede a morder su oreja, empieza a bajar hacia su cuello con rústicos besos. Sus manos exploran el cuerpo de Izuku el cual no puede evitar dejarse tocar debido a su celo. Su ansia de tener sexo desesperadamente trata de dominarlo.

Katsuki arroja a Izuku contra el suelo. Le da una lamida al cuello del otro haciéndolo estremecer instantáneamente. Hace que su mano se introduzca en el pantalón de Midoriya acariciando su abertura que ya estaba muy mojada, el omega no hace más que gemir.

—¿Te gusta verdad?— las mejillas de Izuku están ardiendo y al sentir a Bakugou presionando uno de sus dedos contra su ano cierra los ojos y respira profundo.

—D-Déjame, p-por favor.— suplica con los ojos llorosos. Izuku estaba tan mojado que no necesitaba ser preparado.

Bakugou se deshizo fácilmente de la ropa del omega y la suya, dejando a un sonrojado e indefenso Izuku frente a él.

Ahora que la ropa ya no les estaba estorbando las cosas sólo mejorarían para el mayor. Las manos del rubio se clavaron sobre los glúteos del contrario sintiendo su suave piel. Tomó la parte trasera de los muslos del otro y su extensión entró en él de una sola estocada.

Midoriya se ahoga con su propio aire —¡Aagh!— se quejó al sentir a Bakugou dentro de él pero mientras más se movía se sentía mejor y hasta satisfactorio a pesar de que su conciencia lo carcomía con el pensamiento de que aquello está mal.

El calor, el anhelo, sus cuerpos se hacen uno en aquel ajetreo donde ambos están cegados por sus instintos.

Bakugou marcaba un ritmo acelerado que los llevaba a ambos al límite de la locura. Pronto los gemidos de Izuku se hicieron escuchar en toda la habitación, resonando contra las paredes.

El alfa metió sus dedos en la boca del omega para callar sus gemidos. Aquello era inefable.

—¡Ahh-ngh!— Izuku gimió al correrse, su rostro parecía descompuesto con los ojos en blanco y un hilo de saliva escapando de sus labios.

No le faltaba nada a Bakugou para correrse también puesto que fue en ese instante que el nudo de su miembro se hinchó uniendo a ambos. Aquello tomó al omega desprevenido, empezó a gimotear. Le dolía. El semen de Katsuki llenó a Deku, haciéndolo gritar hasta quedar inconsciente.

Una vez el nudo de Bakugou vuelve a su estado normal, este sale y se tira al suelo un momento cansado. Él mira el cuerpo de Deku y el suyo mismo desnudo. Entonces es que recupera su juicio y su razón.

Sus ojos se abren como platos al pensar en lo que verdaderamente representan sus sucios y bajos actos. Se forma un nudo en su garganta y le falta el aire.

¿Qué es lo que había hecho? ¿Cómo pudo dejarse llevar de aquel modo? Igual que un animal ¿Qué le voy a decir a Kirishima ahora? ¿Cómo siquiera podría mirarlo a los ojos? No puedo ¡No puedo! He defraudado su confianza al abandonarme a mis instintos. Soy una mierda. Se suponía que yo era su alfa y aquí estoy con el estúpido de Deku. No puede ser, yo... ¡Joder él tenía razón! Lo he engañado con un maldito omega.

Una corriente de pensamientos se revolvía en su cabeza, siendo incapaz de procesarlos todos, pero llegando a la misma conclusión.

La había cagado monumentalmente.

Entonces recordó algo y empezó a observar a Deku frenéticamente. Ah, era un alivio que no lo había marcado, pero ¡¿Y si lo había preñado?! Era obvio que el peliverde estaba en su celo y cuando los omegas entraban en celo se hacían mucho más fértiles. Mierda, mierda, mierda.

Había cometido un error irreparable, pero después de una hora en el suelo sintiéndose arrepentido llegó a una conclusión.

Ya no podía hacer nada más que lamentarse. Así que como pudo se levantó, se vistió y fue hasta su habitación dejando allí a Deku dormido.