Hola a todas las lectoras, aqui estoy de nuevo, las Pascuas trajeron una nueva historia, y es la mas larga que he escrito hasta ahora, accediendo a escribir aun mas, todo inspirado de la historia original, su creadora es Kyōko Mizuki, y la mangaka y dibujante Yumiko Igarashi, yo los tomo prestados para darle forma a mis ocurrencias romanticas, aunque difieran un poco o mucho de carácteres, ellos y su gran historia es lo que me inspira siempre, espero me acompañen, la dinamica es la misma todos los días un capitulo nuevo, acepto sus sugerencias y comentarios tambien inspiradores, Un abrazo gigante.


En la famosa ciudad de Chicago las damas de alta sociedad ataviadas con sus mejores blusas abotonadas de seda, sus pequeños sombreros con flores y sus faldas de volantes hasta un poco más abajo de la rodilla, caminan por el parque de la muy conocida avenida en donde vivían las familias más acaudaladas e importantes de la sociedad en sus lujosos edificios, compartían cenas y festejos y miraban por encima del hombro a cualquiera que no perteneciera a su círculo, entre ellos están Los Andrew, Los Legan, Los Brighton Los Richard, Los Collins y Los Finn familias de generaciones de alcurnia y prestigio

Esta mañana hermosa ha arribado por el puerto desde París Annette Brighton, después de varios meses fuera la mayor de las hijas de la familia Brighton regresó en el momento justo para la gran fiesta que ofrece su mejor amiga Elisa Legan .

EL EMPERADOR DE CHICAGO – PÁG. DE SOCIALES FEBRERO 03 de 1939

El salón majestuoso de los Legan se iluminaba con una araña de cristal tan imponente como magnífica, ya habían cuerpos moviéndose con sus trajes más elegantes y las mujeres con sus vestidos ceñidos a la cintura con los hombros al aire, Annette estaba en un rincón con su madre observando todo el movimiento, no había tenido tiempo de descansar ni un poco luego del viaje, ya su madre la estaba poniendo al día y con la más discreta sonrisa sugiriendo que esta temporada debía conseguir una proposición de matrimonio en especial, Annie como le llamaban en casa de cariño era Morena de cabellos lisos castaño claro, peinados a la última moda recogidos en su cuello, de ojos azul océano, rostro perfecto y nariz respingada, rasgo que compartía con su madre que tenía en la mira para la mayor de sus hijas a el heredero del Clan Andrew. Annette con toda su fina estampa y sus muy refinados modales asentía a todo y complacía sus peticiones, habían perdido ya a su padre hacia un año, ella y su hermana habían estado devastadas, luego de unos meses de luto su madre la envió a París para recibir más educación de señorita con su institutriz, dejando a su otra hija en su compañía Bianca Mcallister como era conocida antes de casarse con Arthur Brighton, tenía todo calculado menos que su esposo tuviera unas deudas enormes en sus negocios que las estaban dejando poco a poco en la ruina, su preocupación se vio desplazada por qué aún conservaban el buen nombre y casaría a sus hijas con caballeros de su círculo proporcionándoles seguridad social y económica a todas

-¿Estás escuchándome Annett? William Albert Andrew es la mejor opción, eres hermosa y vas a conseguir ser su esposa para dentro de un par de meses si haces las jugadas adecuadas

Se cruzó con ellas Charles Richads y le ofreció una inclinación a las damas mientras besaba sus manos

-Miss Brighton supe que llegaba a Chicago hoy está más hermosa que la última vez que nos vimos, me concedería esta pieza – llevo su mano al pecho y se inclinó mientras que ella le sonría con cortesía y aceptaba su mano

Mientras se mecía al ritmo de una pieza que había bailado más de una docena de veces y sostenía la mano sudorosa del pesado de Charles, su mente se trasladaba a otro hombre, en sus 20 años aún no podía creer lo dócil y cobarde que era, el hombre de quién estaba conscientemente enamorada desde que era una niña no se hallaba en la sala y no podía explicarse porque estaba allí y no con él, quería verlo, después de todos esos meses separados juraría que estaría ansioso por verla, pero podría ser que él haya tomado como un rechazo no contestar sus cartas,¿como podría? toda su correspondencia era revisada y enviada por su institutriz con la que había vuelto de París pero su trabajo termino al entregarla a su madre esa tarde, ella torturadoramente estricta no veía de buen grado el acercamiento de un joven ni siquiera por cartas, además su madre había sido clara con ella de no dejar que sucediera, ya se sospechaba que ella sentía algo que a su ver no podía ser por Archie Cornwell, que era una familia considerada de clase media, con los cuales su madre no aceptaba parentesco ni amistades, aun así se habían visto a escondidas muchas veces y su cariño de niños se convirtió poco a poco en amor, uno puro y verdadero, en todo el tiempo que pasó lejos no pudo apartarlo de su mente y ahora que estaba de vuelta su cuerpo entero anhelaba que fuera él quien estuviera tomándola de la cintura y haciéndola girar bajo la araña, volvió a la realidad giró un poco hacia arriba y encontró la mirada de Elisa quien le sonrió con compasión por su pareja de baile, estaba realmente despampanante con su vestido rojo ceñido y su cabello del mismo tono peinado cuidadosamente con ondas en su cuello, maquillada para hacer girar todas las cabezas masculinas hacia ella con admiración, aunque ella esperaba a alguien en particular, un joven heredero rubio de ojos azules con quien había coqueteado las últimas semanas y estaba segura de que el pronto se le declararía, los besos furtivos y las caricias que ambos se prodigarón a escondidas solo podía hacer posible que pronto ella se convirtiera en la señora Andrew.

En el salón contiguo la menor de las Brighton de 18 años miraba a todos los invitados pero no estaba en el centro de nada, quería recordar cada detalle para escribirlo en su libreta, le encantaba escribir y todas las historias que tenía en mente sobre amor, desengaño y tragedia tenían personajes de la vida real, observaba oculta en una columna como una señora casada coqueteaba con un joven soltero y sonreía con lo que podía escribir para "El Emperador Times de Chicago" de quién era secretamente columnista, gracias a un periodista amigo quien trabajaba allí, publicaba sus historias bajo el seudónimo de C. White, los lectores aficionados pensaban que era un hombre sin imaginar que era una hermosa rubia de alta sociedad con un carisma y una chispa traviesa, tan llena de vida que emitía esa vitalidad a travez de sus ojos esmeralda siempre brillantes y su sonrisa pícara, no le gustaban esos eventos pero le sacaba el mayor provecho, su madre la consideraba una rebelde soñadora y ella velaba porque así fuera.

Ganaba dinero con sus artículos, historias que salían semanalmente y tenían un montón de seguidores de todas las clases sociales habidas, lectores del diario, el dinero que ganaba se lo enviaba su amigo en un sobre y tenía ahorros, se decía que un día los tomaría y se haría una vida lejos de la clase alta y sus hipócritas maneras de vivir, lo haría antes de que su madre casara a su hermana y pusiera la mira en ella, quería vivir emociones fuertes lejos de la cuna de oro en la que había nacido y la que se había convertido en una jaula, quería vivir romances como en sus escritos y sus novelas, lo haría algun dia, estaba decidida, había tantas historias en esa sala como gente y a ella le encantaba escribirlas, cambiaba los nombres y las circunstancias agregandoles el toque mágico que larealidad suprimía, el verano pasado había besado a Anthony Brower en el parque detrás de un árbol, donde las miradas curiosas y chismosas no los alcanzaron, a pesar que fue su primer beso, no sintió lo que su hermana le había contado que se siente cuando estás enamorada y ella quería enamorarse, quería sentir el amor en cada fibra de su cuerpo, sí, era una romántica apasionada, así que pensó que era a travez de un beso que podía sentir las llamas de su primer amor arder, en el salón de juegos arriba había visto a un hombre tan apuesto e interesante que no dudó en preguntar, le dijeron que era un artista, un pintor muy famoso y excéntrico, su cabeza se lleno de historias fantásticas en donde ella podía perder la cabeza por una artista y huirían juntos a vivir entre el óleo y los pinceles, ella sería su musa y el sería el origen de sus apasionadas novelas, ambos envueltos en artística fantasía, escribió una nota dirigida a él y se escabulló en la aburrida sala en donde la señora Finn amiga de su madre la había reconocido.

-Querida que haces por este lado lleno de caballeros y señoras, deberías star abajo bailando con algún joven soltero

-Señora Finn yo... Quiero conocer al pintor del que me han hablado, quiero que me haga una pintura

-Oh! En ese caso.. Yo te lo presentaré pero será breve y volverás al salón, no está bien que estés aquí y sola

Caminaron hacia una pequeña mesa verde llena de cartas con cuatro hombres fumando y bebiendo, ella posó sus ojos en el pintor claramente de cerca era muy apuesto, su cabello engominado hacia atrás, bien vestido su piel blanca hacia un contraste con sus ojos avellana y sonreía con suficiencia y misterio, cuando la señora Finn tocó su hombro y distinguió a la dama de rizos rubios a su lado se levanto de su silla y aliso su camisa

-Señor David Matews le presento a Miss Candice Brighton

-Miss Brighton es un placer conocerla – se inclinó y beso su mano

-El placer es mío señor Matews pero llámeme Candice, Miss Brighton es mi hermana, quería conocer al pintor del que todos hablan pero no puedo permanecer en esta ala, espero podamos platicar luego

Tendió su mano y el nuevamente la estrechó para besarla con la diferencia que ella había deslizado hábilmente un pequeño papel el cual el apretó mirándola fijamente, haciendo que todo pareciera normal y nadie se percatase del intercambio, le sonrió y se alejó por las puertas del salón de jugadores

No quería encontrarse con su madre, que la atara a su falda y luego la obligará a bailar con todos los herederos babosos o sudorosos como el señor Richards, así que recorrió el pasillo y se introdujo en el amplio ropero en donde guardaban los abrigos y sombreros de los invitados, los toco todos mientras imaginaba de quién era e imitaba su voz, entre risas jugando con su imaginación como siempre, de pronto sintió unas manos en su cintura y se giró para ver quién osaba tocarla, en cuanto vio al señor Matews tan cerca, lo apartó un poco y arqueo una ceja

-Usted ha bebido mucho el día de hoy señor D

-Su nota Miss Candice es una clara invitación, si me permite es usted la mujer más hermosa que he visto esta noche y me gustaría poder pintarla, quizá en un jardín rodeada de flores – toco sus rizos atados en una cinta en un peinado elaborado – con su cabello suelto, sus ojos tienen un brillo exquisito

-Ella comenzó a imaginar esas palabras como un diálogo perfecto de amor y le sonrió – pero yo no quiero que me pinte a mí y mi madre jamás lo permitiría como usted lo plantea, seguro que ha pintado a muchas mujeres

-Algunas si, retratos para que parezcan del siglo pasado pero usted tiene una luz que...

-No se extienda señor D, lo que quiero es hacer un negocio con usted, quiero una pintura, pequeña de unos 50cm – empezó a caminar gesticulando la descripción exacta de lo que quería ante la mirada maravillada de su acompañante –... una iglesia y la vista entera de la colina en donde este un árbol, uno grande que parezca tocar el cielo con sus ramas

-Es hermoso ¿en donde lo vio?

-En un sueño, sueño con esa colina siempre, como si fuera el lugar al que pertenezco, libre y lejos

-Maravillado se acercó a su rostro y lo acaricio, la tomo de la cintura nuevamente y la pego a su cuerpo – es usted muy diferente a las damas de su clase Miss Candice, haré su pedido

-Y usted un atrevido, espero que quede entre nosotros, en cuanto lo tenga avise y mandare por el con el dinero, es un secreto – dijo mientras le sonreía, el la apreto entre sus brazos

En un movimiento el se acercó y rozó sus labios para luego apretarlos con los suyos, su beso sabía a alcohol y a cigarrillo, no sintió nada más que su boca aplastada contra la suya y su lengua la buscaba insistente pero ella no podía pensar en nada más que el sabor agrio de sus besos, no, los pintores son como cualquier otro no tiene nada de diferente, se separó por la voz profunda de otro hombre en la entrada

-Miss Candice, su madre ha estado buscándola por favor acompáñeme – habló el amigo de sus padres y abogado de la familia el señor Cooper

-!Si claro! – exclamó sin mirar siquiera nuevamente al pintor que la había besado

-En el pasillo el hombre miro severamente a quien consideraba como una hija – Candy, no puedes estar con caballeros a solas y mucho menos dejar que pasen la barrera

-Lo sé, solo nos estábamos conociendo, y luego el...no volverá a ocurrir, lo siento mucho Cup

-No le diré a tu madre si me prometes que dejaras de tener fantasías amorosas alrededor de los caballeros que te simpaticen, ellos solo quieren una cosa de las jóvenes – carraspeo – quiero verte felizmente casada y con una bonita familia ¿entiendes?

-Entiendo.. – río – no te preocupes Cup es solo que eso no será aún, sabes que quiero encontrar el amor por quien apasionarme

-Tú madre no opina igual y sabes que estan sujetas a los dictámenes de la sociedad en la que vivimos, ella no esperará que tú sientas pasión, buscará a un buen partido – la abrazo de manera paternal y beso su frente – vamos traviesa concédele a este viejo un baile

Elisa estaba furiosa, se había arreglado para él y no se dignaba a llegar, cuando de pronto entro en la sala Albert Andrew y hasta la música bajo dos tonos, las chicas nerviosas le daban su mano y el las besaba galante era el hombre más apuesto y el mejor partido en todo Chicago, alto, rubio con una sonrisa que rompía corazones y heredero de todo un clan, por último se acercó a Elisa y beso su mano

-Querida Eliza, lamento llegar tan tarde

-Oh no importa! Ya estás aquí y me alegra

-Bueno, ¿podemos bailar ahora?

-Si - caminando a la pista de baile mostro su mejor sonrisa

-Estas realmente hermosa esta noche – dijo serio

-Bailaban y ella notó como todos los miraban con envidia – gracias, tú luces muy apuesto Albert, ¿hubo algún motivo más importante por el que llegaras tarde justo esta noche?

-Quizá me entretuve mucho con los caballos, ya dije que lo siento

-Cuando se trate de mi espero siempre estar primero, incluso de los animales

Albert reprimió una mueca y siguió el ritmo de la música hasta que de pronto lo detuvo una mano en su hombro, cuando giró vio a su padre un hombre robusto e intimidante.

-Si me disculpan los jóvenes, pero tengo algo importante que hablar contigo Albert

-¿Debe ser ahora? – preguntó con fastidio

-!Si! Ahora que por fin te encuentro y me disculpo con usted Miss Legan pero es urgente

Albert se despidió de Elisa con un beso galante en su mano, salió del lugar con su padre bajo la atenta mirada de todo el salón y de Elisa para la que la fiesta había terminado al irse el único que realmente le importaba. Del otro lado del salón La señora Brighton subía unas empinadas escaleras con el abogado de la familia el muy querido señor Cooper mientras que Annett absorta en sus cavilaciones no se percató de quién se paraba a su lado

-!Hola Annie! ¿Disfrutas de la casería?

-Con un sobresalto disimulado giró a su muy imprudente hermana – Candy deja de decir cosas como esa alguien puede escucharte, es una reunión agradable

-Te has convertido en una de ellos Annie tan fría, incluso hipócrita, esto es una casería de maridos, mamá está muy extraña y yo ya quiero largarme de esta pantomima

-!Candy por favor! – se irguió y miro a ambos lados para cerciorarse de que no hubiese nadie escuchándolas - pronto nos iremos aguanta un poco con la boca cerrada y una sonrisa si puedes

Su hermana se cruzó de brazos y se apoyó contra la columna, mientras Annette se erguía y sonreía a las personas al pasar, frente a ellas se detuvo Anthony Brower inclinándose a modo de saludo

-Señoritas, no he tenido el honor de bailar con ninguna de ustedes – miro a Candice y le sonrió con la esperanza de que retomarán el beso del verano anterior

-!Señor Brower qué sorpresa! mi hermana estará feliz de bailar con usted que es tan dulce – dijo Candice con una sonrisa sincera

-Será un placer para mi señor Brower- secundó Annette dirigiéndose a la pista con Anthony y dedicándole una mirada de advertencia a su hermana

Candy se movió de su sitio hacia un mueble que quedaba justo detrás de las escaleras donde saco una pequeña libreta y un lápiz, mirando hacia la pista en donde su hermana bailaba con Anthony un caballero del clan Andrew, nieto de quién se postulará para la alcaldía este año William Walter Andrew , Tony era ese a quien diera su primer beso pero al que su mente no le permitió sentir más que aquella curiosidad, si su madre supiera ya estaría comprometida con aquel joven rubio tan dulce, pero ella tenía otros planes, escribió en su libreta y sonrío

En el despacho de William W. Andrew estaba su hijo sentado frente a él despreocupado como siempre, aunque esta vez su padre no le daría una de sus charlas en reprimenda por su vida sin responsabilidades y sus viajes sin sentido, esta vez era el punto final y el comienzo de una vida con lo que se esperaba del hijo del futuro alcalde de Chicago y patriarca del clan Andrew, sirvió dos vasos deL mejor whisky escocés y se sentó frente a él, Albert esperaba cualquier discurso político así que bebió de su trago quemándole la garganta y miro a los ojos azules tan característicos de su familia y que él mismo poseía, saboreo otro sorbo y dejo el vaso en la mesa de caoba pulida

-Y bien ¿que es eso tan importante que no puede esperar?

-Hijo, el partido al que pertenezco insiste en que debemos hacer fama a travez de los medios, es un partido en pro de la familia y las buenas costumbres, yo estoy demasiado viejo para casarme, tu hermana está divorciada y no quiere ni saber de volver al matrimonio, pero tú eres mi heredero mi único hijo varón, en los últimos dos años solo viajas y cuando estás aquí, haces suspirar a las muchachas sin elegir esposa

-Ya veo por el camino en que vas papá y no quiero saber de...

-William W. Andrew golpeó la mesa con fuerza y se levanto de golpe rodeándola hasta colocarse frente a su hijo – no quiero más excusas tienes 26 años, no quieres involucrarte aún en la banca y las empresas que maneja el clan, a pesar de todos tus estudios y preparación, es un compromiso del cual tendrás que hacerte cargo en su totalidad cuando muera, tampoco quieres colaborar con mi carrera política, eres Un Andrew y no cualquiera, deberás comportarte como tal

-Albert respiró profundo, encontrando verdades en las palabras de su padre y sintiéndose culpable por hacer su voluntad sabiendo que tiene una responsabilidad con la familia – ¿que quieres que haga? – preguntó resignado

-Está todo preparado debes casarte ¿que hay entre tú y esa muchacha Elisa Legan? ¿Estas enamorado de ella?

-Levanto la mirada de su vaso de whisky y suspiro – No, solo salimos durante en invierno algunas veces, es muy bonita pero no, no la veo de esa forma, ni como esposa – recordó cómo conoció a Elisa hace unos meses, esta le empezó coqueteando hasta el punto de ceder con su persuasión y compartir alguna intimidad pero era una mujer calculadora, atemorizante, y absorbente sabía que le interesaba el poder que traía con el apellido Andrew

-!Muy bien! Porque es con otra que quiero que te cases, su madre está de acuerdo, Annette Brighton, una muchacha bien educada y que representa la total admiración y respeto de toda la sociedad de Chicago, su familia tiene raíces escocesas por parte materna, una digna señora Andrew que agradara y atraerá a los votantes

-!Annett Brighton! Pero... – pensando en ella la había visto unas veces antes, aunque era muy hermosa, era como una autómata, refinada dama de sociedad y perfecta señorita, miro a su padre y en sus cejas casi juntas y ceño fruncido encontró la advertencia a una posible negativa –!lo haré! Es tiempo que cumpla con mi deber, si esto es lo que necesitas y requiere la familia yo... Me casaré con Annett Brighton

...El la guiaba por la pista y ella se dejaba guiar, pero a pesar de que conversaban de banalidades y atraían miradas especulativas sus corazones estaban en otras personas, ella amaba profundamente a un imposible y el... Quería bailar con otra chica, que puede hacer el corazón si la mente con todo su aprendizaje del decoro y lo correcto en complot con la situación te obligan a estar con la persona que menos anhelas...

GUIAS PARA UN CORAZÓN ANHELANTE – PAG. DE SOCIALES – EL EMPERADOR TIME, CHICAGO