Hola a todos! Esta historia ya la subi una vez, pero llegado el momento decidí hacerle algunos cambios y aquí está de nuevo. Espero que les guste y gracias por leer y comentar.

EL TRAUMA

-Bienvenida. Yo me llamo Shannon y esta es mi compañera Ana Lucía. Estamos encantadas de compartir piso contigo, Kate. Este es tu cuarto, no es muy grande lo sé, pero es muy acogedor. Puedes coger lo que quieras de la cocina, como si estuvieras en tu casa, aunque en realidad lo estás –bromeó.- Solemos cenar en el salón las dos juntas y si quieres puedes cenar con nosotras, así nos cuentas algo más de tu vida.

4 años antes…

-Hola pequeña,- Wayne cogió a Kate por los hombros y la atrajo hacia sí,- esta noche quiero jugar contigo.

-No.-respondió alejándose de él unos pasos.- ¡Mamá!

Kate se revolvía intentando liberarse de las manos de su padre. Tenía todo el cuerpo lleno de marcas de sus continuos golpes, casi siempre intentando defender a su madre.

Él la retuvo con solo brazo, mientras que con el otro desabrochaba, no sin dificultad por lo movimientos de ella, los botones de su pijama.

-¡Wayne suéltala! ¡Sólo es una niña!

-¿Una niña? ¿Te parece que la perra de tu hija es una niña? – gritó mientras le arrancaba el pijama, dejando al descubierto su pecho desnudo.

Después la tiró a la cama y sin que nada ni nadie pudiera detenerle se arrojó sobre ella y le ató las manos a la cabecera con una bufanda. Lamió su ombligo y después subió hasta su pecho y su boca. Ella se retorcía y buscaba con la mirada a su madre. En un movimiento rápido pudo desatarse gracias a que los nudos no estaban bien hechos. Él la agarró de una pierna y tiró de ella hacia él.

-Sólo tiene dieciséis años… por favor… suelta… -no pudo acabar la frase porque Wayne se había abalanzado sobre ella y le estaba propinando golpes por todo el cuerpo. "Esto te enseñará a no contradecirme" fue lo último que dijo antes de marcharse a algún bar a beber cerveza.

Kate lloraba en un rincón, haciendo arcadas. Su madre se levantó del suelo y salió de la habitación sin decir nada, sólo la miró y Kate pudo ver en sus ojos que la culpaba por lo sucedido, aunque no alcanzaba a entender el por qué.

4 años después…

-¡Dios mío, Kate, eso es horrible! ¿Y tu madre no lo denunció?- se horrorizó Shannon.

-No, decía que estaba muy enamorada de él.

-Y por eso te escapaste de casa…- asumió Ana.

-Sí, era él o yo… y lo eligió a él. Tuve que aguantar aquella situación dos años más, aunque nunca volvió a tocarme a mí, continuamente le pegaba a mi madre. Cuando cumplí los dieciocho, me fui de casa porque él me amenazó con…-una lágrima corrió por sus mejillas.- ya sabéis, ya no era una niña y no podría acusarle de pederastia…

-¡Pero sí de violación!- saltó Ana Lucía.

-Mi madre no lo permitiría.

Shannon le dio un abrazo y Ana Lucía se unió a él.

-Aquí no te encontrará. Y si algún mes tienes problemas para pagar el alquiler no te preocupes, nosotras te ayudaremos.

-Sí, Shannon es una niña rica mimada que intenta ser rebelde escapándose de casa.- se burló Ana Lucía.

-Para empezar no estoy mimada… y no me he escapado sólo quiero independencia. –le respondió ofendida.

-Ya bueno…

Kate sonrió, por primera vez en mucho tiempo no tenía miedo. Había pasado momentos muy duros desde que se marchó. Primero estuvo viviendo en casa de su abuela, pero Wayne la encontró y tuvo que marcharse, luego se fue con un chico que la dejó unos meses después, por fin encontró un trabajo como dependienta gracias a su bonito físico, no ganaba demasiado, pero era suficiente para pagar el alquiler de aquel piso.

-Oye Kate, ¿puedo hacerte una pregunta indiscreta? –dijo pícaramente Shannon. Kate asintió con la cabeza.

-Échate a temblar… - volvió a burlarse Ana.

-¡Cállate! Tu has… ya sabes… eres… osea… con un hombre… has…

-Que si eres virgen.- finalizó sin ninguna sutileza Ana Lucía cansada de los balbuceos de su compañera.

-Quería ser sutil, ¿vale?

Kate se sonrojó, bajó la cabeza y tímidamente asintió. Ella no había tenido ninguna relación de ese tipo con ningún hombre. Le recordaba demasiado a aquel momento traumático.

-Pero has estado con algún chico, ¿no?

-Estuve con uno, James, era un encanto, me llamaba Pecas… pero no acabó bien.- dijo con amargura.

-¿Qué pasó?

-Shannon…-le invitó a parar Ana Lucía.

-Estamos entre amigas…

-Él quiso dar otro paso más en la relación y yo no pude, no estaba preparada, me recordaba a Wayne demasiado… así que me dejó. En realidad no lo hizo, simplemente se fue con otra que sí que podía darle lo que yo no pude.

-Todos lo tíos son iguales.- afirmó Ana.

-Mi Sayid, no. – contradijo Shannon.

-Habló la que se acostó con su hermano. – La cara de Kate se convirtió en un poema.

-¡Hermanastro! Y ni siquiera eso… su madre se casó con mi padre. No tenemos la misma sangre y menos mal… En cambio Sayid es un encanto, me trata como a una reina.

Los días pasaron y Kate se fue sintiendo más a gusto con las chicas. Shannon era una rica heredera que no soportaba el control excesivo de su hermanastro y por ello se fue de casa. Ana Lucía era un poco mayor que sus compañeras y aspiraba a ser policía, se estaba entrenando para ello. Pasó un año sin ninguna novedad destacable hasta que…

-¡Vecinos nuevos! – gritó Shannon entusiasmada.

-Menuda novedad…

-Estos son jóvenes…

-Entonces sí que es una novedad – rió Kate.

-No sé cuantos son, por el momento sólo he visto a una chica rubia, bastante mona, pero casi seguro que hay más porque la vi subiendo ropa de hombre.

-No espíes a los vecinos…

-Seguro que tú tienes más ganas que yo, Ana. Voy a llevarles unas galletas.

-¿Ahora quieres envenenarlos?- se burló su compañera y Kate le rió el comentario.

-Vosotras reíros, pero luego me preguntaréis.

Shannon preparó unas galletas y se las llevó a sus vecinos. Llamó a la puerta, pero no había nadie. Un poco decepcionada decidió esperar unos minutos en el portal, mientras pensaba en todo lo ocurrido desde que Kate llegó a casa. Ahora caía en la cuenta de que desde que estaba allí no había tenido ningún novio. "¿Y si sigue traumatizada?" se preguntó a sí misma. "Algo así no se supera fácilmente y menos si tu novio te deja por no acostarte con él" pensó en un reproche. Pasaron veinte minutos y decidió volver a su piso.

-¿No está Kate?

-No, ha ido a comprar. ¿Y los vecinos?

-No estaban. Oye, Ana, estaba pensando que Kate no ha tenido ningún novio desde que llegó.

-¿Y…? no todas somos como tú. –Bromeó.

-No te rías… ¿y si todavía no ha superado lo de su padrastro?

-Yo creo que sí.

-Ana, eres una chica maravillosa, pero a veces captas peor las señales que un hombre. –Ana frunció el ceño.- Tenías una amiga psicóloga, ¿no?

-¿Quieres que Libby la trate?

-No, mujer, pero podrías preguntarle si es posible que aún no lo haya superado y… - el timbré sonó y la conversación quedó interrumpida.

Shannon se apresuró a abrir pensando que era Kate, pero se encontró de frente con un chico alto, moreno y que le resultaba atractivo.

-Ho… Hola.- tartamudeó.

-Hola-repitió con una sonrisa.- Acabo de mudarme aquí y quisiera saber… bueno…

-¿Quieres pasar? –Interrumpió.

-Lo siento tengo prisa, pero me gustaría saber si podría meter algunas cosas en su nevera porque aún no tenemos contratada la luz y se va ha estropear todo…

-Por supuesto.- dijo en una simpatía casi ficticia.

-Muchas gracias, después vendré a traerlas. De verdad, gracias.

-No hay de qué. Adiós…- se despidió intentando conseguir su nombre.

-Jack, me llamo Jack.

-Adiós Jack, soy Shannon. Ven cuando quieras.

-Adiós Shannon y gracias de nuevo. – La puerta se cerró a sus espaldas.

Shannon, con una ilusión y alegría especiales, se dirigió hacia el salón, donde Ana le esperaba. No tardó ni medio minuto en contar lo maravilloso que era el nuevo vecino. Poco después llegó a Kate.

-Kate, Kate… he conocido al nuevo vecino.- dijo impaciente.- Guapo, moreno, sonrisa de vértigo, alto… y se llama Jack. – Kate se sonrojó ligeramente.

-Ya, lo he visto. Me he cruzado con él en la escalera y me ha ayudado a recoger algunas cosas que se me han caído.

-Como los tomates, ¿no? Todos están golpeados. –rió Ana Lucía.

-Si, lo siento.-contestó Kate tímidamente.

Fue entonces cuando a Shannon se le ocurrió un plan. Sus ojos ardían pícaramente, al igual que lo hacían siempre que tenía algo entre manos.

-Ese chico es perfecto, lástima que tenga novia. –Insinuó Shannon.

-No sabemos si es su novia.-replicó Kate.

-¿Qué si no? – dijo con indiferencia la rubia.

-Su hermana o su prima, o una amiga.

-Primero nadie se va a vivir con un hermano, para eso se queda en casa de sus padres. Y tampoco con una prima. Y la opción de la amiga, sí vale, pero seguro que acabará habiendo algo entre ellos. A menos que… -se detuvo esperando que alguien preguntara.

-¿Qué? –dijo bruscamente Ana Lucía que había adivinado los pensamientos de su compañera.

-Que llegue otra antes. Yo porque tengo novio que si no… ¿Qué tal tú Ana? No, a ti te van más los rollos de una noche… Kate, tal vez tú…

-¿Qué? – se quejó ruborizada. La idea le aterrorizaba, le parecía atractivo y tenía ganas de probar una relación después de tanto tiempo, pero no lo conocía, no sabía nada de él. Además otro rechazo sería demasiado traumático en su estado.

-Vamos no te hagas la ofendida, el chico está muy bien y…- la puerta volvió a interrumpir la conversación.

Ana Lucía abrió esta vez la puerta, pero para su desilusión no estaba Jack ahí.

-Hola. – Saludó alegremente la chica rubia de la que Shannon le había hablado.

-Hola. – le devolvió el saludo.

-Vengo a dejar unas cosas, su compañera dijo que no era molestia.

-Si, pasa. – le dijo mientras le invitaba a entrar con la mano. Ambas llegaron hasta el salón, donde esperaban inquietas Kate y Shannon.

-Hola chicas, me llamo Claire.

-Yo soy Shannon, ellas Kate y Ana Lucía. Siéntate, me encanta conocer a los vecinos, ¿qué hay de vosotros? ¿Sólo venís vosotros dos?

-Si, sólo nosotros.

-Normalmente solo viene gente mayor, pero tu novio y tú sois muy jóvenes… - Kate le dio un codazo a Shannon para que parara.

-¿Mi novio? Oh, Jack…- dijo mientras estallaba en una carcajada,- no es mi novio, es mi hermano, bueno hermanastro, pero prefiero llamarlo hermano.

-Ah, tu hermano que casualidad yo también tengo un hermanastro, la diferencia es que jamás viviría con él, vine aquí para no verlo.

-Jack es un encanto conmigo. Estaba pasando un momento malo porque mi madre está en coma por mi culpa…- respiró profundamente y prosiguió,- me sentía sola y vine a los Ángeles desde Australia porque mi padre y padre de Jack también, vive aquí. Quise encontrar apoyo en él, pero su mujer, la madre de Jack, me echó de su casa, nadie quiere tener en su casa el recuerdo de que su marido la engañó. Así que Jack quiso que alquiláramos un piso para vivir juntos, a pesar de que no nos veíamos desde que éramos pequeños. Vaya espero no haberos aburrido, que tonta…

-No, no… si quieres te cuento lo que me pasó con mi hermanastro… -ofreció Shannon.

Pero Kate ya no escuchaba, seguía imaginando a Jack cuidando de su hermana cuando peor lo estaba pasando.

Shannon maldecía su suerte por haberle tocado un hermano como Boone y no uno como Jack y Ana Lucía le daba vueltas aún a la idea de que Kate no hubiera superado su trauma adolescente.

-¿Y tiene novia tu hermano?- preguntó Ana Lucía que aún no había dicho nada. Sus dos compañeras se quedaron aturdidas.

-Pues no, su novia le dejó hace unos meses.

-¿Y tú qué?- volvió a preguntar intentando disimular el excesivo interés que había mostrado por su hermano.

-Sí, se llama Charlie.

-Lo decía porque podíamos quedar todos algún día. Shannon tú puedes llamar a Said y bueno Kate, tú y yo de solteronas.

-Sí, claro un día quedamos.

-¿El sábado os viene bien? – se apresuró Shannon. Claire un poco sorprendida asintió con la cabeza.- pues el sábado por la noche en nuestra casa.

Shannon y Ana pasaron lo que quedaba de semana ideando la manera de dejar a solas a Kate y Jack. Ana había hablado con Libby, la psicóloga, y esta le había dicho que seguramente seguiría traumatizada, así que se convenció de que por una vez tendría que hacer caso a Shannon.