Sumario: Él es el más popular entre los delincuentes, y ella la candidata a la mejor estudiante del año. Terminan juntos en cálculo, y el resto es historia.

Chicos Como Tú

El verano transcurrió en una feliz serie de eventos: A Las Madrigueras por una semana para ver a su familia antes de regresar a Ciudad Central. Después, todos los días menos los domingos, se levantaría a las 7 AM para ir a su internado de 9 Am a 5 PM. Después de ocho horas de tomar memos y abastecer de café a los mal agradecidos de sus superiores, regresaba al departamento de su tía para una rápida cena de microondas y entonces salía disparada a su tutoría de 7 PM hasta las 10 PM. Entonces, como un último hurra a los cálidos y despreocupados días, regresaba a las madrigueras de nuevo por una semana a ver a su familia.

Realmente alegres.

Mentira.

"¡Ugh, Tu, Pobre Cosita!" Garraza canturreo, viéndola con simpatía. Tenía una pata en su mejilla y la otra golpeteando un lápiz (que lucía anormalmente pequeño entre tamaños dedos) contra su escritorio de madera (Que también se encogía ante la talla del leopardo).

"Lo sé," Judy gimió, dejándose caer sobre su asiento. "si tengo que afilar un solo lápiz más, algo horrible va a sucederle a alguien. A este punto, la escuela es buena, Yo amo la escuela. ¡Nadie es mayor proponente de la educación que yo!"

Ben rio y finalmente soltó aquel lápiz, aliviando a Judy del sonido de su constante golpeteo contra la madera. "¡No hablaría tan pronto si fuera tú!" dijo canturreando. "Tu segundo año aun ni ha comenzado".

Ella se mofo, sonriendo y apartando la mirada de buena manera. "oh, por favor. ¡Nadie recuerda su segundo año! Tu no lo harás." Sus ojos revolotearon por la habitación, cayendo en uno de sus compañeros de clase. "Apuesto a que él tampoco lo hará. Estaré bien."

Mientras se encogía de hombros Ben respondió a su comentario con un pequeño "Nunca se sabe, Judy."

Los bordes de sus labios cayeron un poco mientras ella abría su boca para responder, pero antes de que la sorprendida coneja pudiera dignificar su comentario con una respuesta, la campana sonó. Judy cerró su boca, se sentó derecha, y junto sus manos para que reposaran en el escritorio en frente de ella. Se tomó lista, los planes de estudio fueron repartidos y muchos intentos de no caer dormidos fueron hechos (Y era solo el primer día. Ugh).

"¡Juju!" una aguda voz chirrió a través de la cafetería, y "Juju" sonrió a su amiga, quien saludaba con su pequeña pata en el aire a pesar de no hacer la más mínima diferencia debido a la pequeña estatura de la musaraña ártica. Acercándose con su almuerzo empacado en la mano. Judy se sentó en aquella banca marrón de vinilo. "Ben llegara en un segundo, está revisando si hay alguna recaudación de fondos para donas sucediendo." Fru Fru giro sus ojos mirando a Judy en plan ya sabes como es. Como era de esperarse, una torre de cajas entro por la puerta doble de la cafetería, el corpulento linebacker balanceaba el surtido con sus brazos mientras una manada de estudiantes circulaba a su alrededor charlando animosamente.

Para cuando el leopardo llego a donde sus dos mejores amigas, se las había arreglado para deshacerse de sus fans. En sus brazos cargaba dos cajas de donas gigantescas, que abrió mientras se sentaba, acercándose inhalo y suspiro gratificantemente. Judy rio cuando su cara emergió de la caja, glaseado de chocolate adherido a la punta de su nariz.

Ella suspiro, con ojos centellantes y llenos de cariño mientras hablo afectivamente, "Los extrañe tanto muchachos."

Cuando Ben hablo, su boca estaba llena y trocitos de dona y chipas salieron de ella. "También nos extrañaría si me hubiera esforzado tanto como tú lo hiciste" Fru Fru chillo, haciéndose a un lado para evitar el aluvión.

"¿Qué Hiciste, Judy?" Pregunto su pequeña compañera, sus patas lucharon con el cierre de su lonchera antes de lograr abrirla. Un festín salió de su interior, definitivamente preparado por el chef de la casa.

"Demasiado, si me preguntas," Garraza respondió por ella. Judy rio, asintiendo con su cabeza hacia él.

Fru Fru, sin embargo, No estaba realmente poniendo atención, "¿Quieren saber lo que hice?" pregunto casi ausente, esparciendo algo de mantequilla en un bollo que no era más grande que una menta para el aliento.

Judy y Ben intercambiaron miradas alegres, acostumbrados a las travesuras de Fru Fru. Ambos sabían que la musaraña solo había preguntado por el verano de Judy para poder presumir del suyo. "¿Escuche que visitaste a tu familia?" la coneja se ofreció con entusiasmo. "¿Plaza Sahara? Algo calurosa para una musaraña ártica, ¿No es así?"

"¡Ooooooh!" Fru Fru balanceo su cuchillo para mantequilla en el aire, en claro descontento, "Déjame decirte que paso-"

Pero justo cuando estaba comenzando su historia, las puertas de la cafetería se abrieron de golpe. Un lobo entro dando saltos hacia atrás, parecía lleno de alegría. Un trio de comadrejas hizo lo mismo, soltando gestos salvajemente a todo lo que tuvieran en frente antes de caer el uno sobre el otro, presas de un ataque de risa.

¿Y el centro de atención? Nick Wilde.

"Mm, ese es un chico malo si alguna vez vi uno," Ben canturreo apreciativamente, incluso saco la dona de su boca.

El "Chico malo" iba caminando en medio del grupo, y contrariamente a la cacofonía y conmoción que lo rodeaban, él era calmado y centrado, dando zancadas ocasionales con una ligera mueca que parecía una sonrisa de satisfacción. Junto a una postura firme, patas en sus bolsillos, y ojos entre cerrados que serenamente observaban a sus amigos recrear cualquier ardid que acabasen de efectuar. Mirándolos bastante satisfecho consigo mismo.

Esos fueron los delincuentes de la escuela, de los cuales Nick era líder.

"¿Acaso no es una lindura?" Ben murmuro.

Encogiéndose de un hombro, Judy volteo su violeta mirada hacia el leopardo. "He escuchado cosas… interesantes sobre él."

"Eso no significa que no pueda ser lindo," Fru Fru replico. "¿Acaso no todos aman a un chico que sea un poco misterioso?" Meneando sus ojos de forma sugestiva junto a sus hombros. Ben rio ante el movimiento y Fru Fru continuo la charada guiñándole un ojo – Judy estaba bastante segura de que pudo de ver algunas chispas volar de la boca de Ben cuando este soltó una carcajada.

"Hmm," fue su irreflexiva respuesta mientras arrastraba una zanahoria al vapor por su portacomida con un tenedor. Hasta donde sabía, Nick no tenía nada que ver con ella. Sus caminos nunca se encontrarían, y eso estaba bien para ella. Se encontraba en camino a graduarse como la mejor de su año, y él era, bueno…

¿Qué era él?

Un delincuente. Y ella sabía un montón sobre delincuentes.

"No vas a comer solo donas para el almuerzo, ¿Verdad?" Judy señalo a Ben en un intento por cambiar el tema. Viéndolo con preocupación. "¡Vas a estar muriéndote de hambre para la cena! ¡Y tienes practicas después de clases!"

"Por favor, madre," Ben se mofo, viéndola por encima del glaseado de chocolate y las chispas. "Todo el concepto de horas designadas para comer es ridículo. Si me da hambre, comeré. ¡Pan comido!" Sus ojos marrones pestañearon, y se expandieron. "Pan, eso suena bastante bien, a decir verdad." Pero la campana sonó como si leyera su mente, y el suspiro. "Te veo en matemáticas. Tengo ingles con Clawthorne ahora. Ugh."

Risueña, Judy se despidió de él, tomándose su tiempo para empacar sus pertenencias. Fru Fru se despidió antes de escabullirse a su clase de química para poder elegir primera su asiento.

Por los siguientes minutos se vio atrapada por el alboroto que rodeaba a Ben.

Brenda voltea hacia ella inmediatamente, señalándola. "¡Creo que te vi en el escritorio del frente en Sealmens!" Chasqueo sus dedos, cabeceando vigorosamente. "¿Cómo te fue? ¿Te divertiste tomando recados y comprándole el almuerzo a los snobs?" La expresión de la hormiguera era burlona.

"Estuvo… Bien," Judy admitió, encogiéndose casualmente de hombros pero con sus ojos aun brillantes y llenos de energía a pesar de su poca entusiasta respuesta. "Definitivamente una buena experiencia."

"Eso apostaría. Serás reclutada justo después de la graduación, Hopps." La voz de McHorn retumbaba. "Y aquí estoy yo, tan solo quisiera poder entrar a academia de verano del DPZ."

Todos los demás también replicaron con sus propias esperanzas y sueños, y lo fácil que Judy lo tenía. "Muchachos," Sonrojada, encogiéndose en su asiento. Las risas la agobiaban, pero se dio cuenta de que no le importaba que se burlaran de su experiencia si significaba que todos eran felices.

Ese era el problema sobre la preparatoria. Ella había visto películas en la secundaria y la primaria, y la trama recurrente era siempre el singularmente popular grupo de chicos. Todos sabían quiénes eran, y todo mundo quería ser ellos. Judy se había preparado justo para eso, caminando en su primer día de escuela como la chica nueva de su año lista para volar bajo el radar, preocupándose solo por hacer amigos que querer y las notas que quería.

Pero resulta que no, la preparatoria era mucho más clemente. Cada cliché tenía un miembro del que todo estudiante había oído, pero la compañía de nadie era particularmente buscada. Respecto a los ricachones, estaban Fru Fru y Leodoro. Los atletas amaban a Garraza Y McHorn. Entre los despreocupados estaba Yax. Y los delincuentes, bueno, esos eran Nick y Duke.

Judy había logrado entrar en el grupo de los intelectuales, su mayor contrincante para ser la mejor del año era Bellwether, pero había un acuerdo implícito en que Judy era más agradable ("Es que ella es tan… sospechosa. ¡Siempre se sentía como si estuviera planeando algo cuandoquiera que le hablara!" Dijo Fru Fru una vez). Todos se conocían entre ellos; a veces incluso eran amigos (Tal era el caso para Ben, Fru Fru y ella). Pero en su mayoría, la jerarquía funcionaba sola y hacia sus propias cosas. No que cada estructura social no cumpliera con sus estereotipos, ósea, ella nunca esperaría que Yax o Nick entraran caminando a su clase de cálculo de nivel universitario—

Pero la campana sonó a medio pensamiento, y en efecto, Nick Wilde hizo justamente eso. Justo un segundo después, así entonces, como si no tuviera nada de qué preocuparse.

Se tomó un minuto para revisar los asientos. Su mirada se encontró con la de Judy, pero miro hacia otro lado con ligereza.

Había un asiento vacío justo enfrente de la profesora, Y Judy oro para que Nick lo tomase, aun sabiendo que no sería fácil hacer trampas desde ahí. Pero no es como si un asiento en el borde del pasillo fuera mucho mejor, pues desde ahí la profesora tendría un mejor acceso a él, entonces ¿Por qué elegiría el asiento detrás suyo? Y tal vez, ya que era mucho más fácil que te descubrieran haciendo trampa en el asiento junto a la profesora, esta no sospecharía de él, y el sabría eso y escogería ese asiento y—

Vale, ok, solo se estaba confundiendo a sí misma. Por ahora, se centraría en mandar con todas sus fuerzas en enviar una señal de no, no puedes sentarte junto a mí.

Por su puesto, ella comenzó a darse cuenta de que aquel zorro estaba tan lleno de sorpresas, porque tomo el asiento justo detrás de ella. Junto a Ben. Quien miro a Judy con el borde de sus ojos y sonrió, meneando sus cejas.

Ella lo ignoro, eligiendo en cambio regañarse a sí misma por ser tan cerrada de mente. Estaba mal que asumiera cosas sobre Nick cuando ni siquiera lo conocía. Sin mencionar, que por la manera en que se movió por la cafetería, parecía ser mucho más maduro que el resto de sus amigos. Y además, esto era cálculo de nivel universitario. Obviamente estaba aquí por una razón. Él debía ser más de lo que ella pensó que era e inmediatamente se sintió avergonzada consigo misma por ficharlo como alguien irresponsable y tramposo solo porque—

"Hey, Zanahorias, ¿Tienes algún lápiz que me puedas prestar?"

Él le había dado una palmada el hombro, lo cual no era un problema. El problema es que el tiro de sus orejas. ¡El literalmente halo! ¡De sus orejas!

Ok, vale, fue solo de una oreja. Pero ¿enserio? ¿Y qué pasaba con ese apodo? ¿"Zanahorias"? Lentamente, tomo aliento y lo dejo salir, sacando un lápiz de su mochila y pasándolo a él por sobre su hombro. Tarde se dio cuenta de que aquel era su lapicero-grabadora favorito y casi intento recobrarlo de él.

Pero pobre de ella, su agarre se apretó en el lapicero naranja. "Gracias," susurro, el utensilio se deslizo de entre sus dedos mientras él lo tomaba. "Te debo una. Y no te preocupes, no te hare copia. Es un poco difícil desde atrás de todas formas."

Su nariz crispó un poco. Podía sentir como él le sonreía mientras lo decía, sintiendo como se le ponían los pelos de punta, pero contuvo su indignación. ¿Cómo pudo leerla como a un libro abierto? Una ola de irritación paso por ella, seguida de culpa.

Dale una oportunidad. Estaba siendo injusta y lo sabía. Riéndose en voz baja de aquel chiste, solo con un pequeño y corto haha. El resto de la clase paso sin interrupciones, y cuando la campana sonó Garraza se despidió de ella mientras se dirigía a la cancha y ella a la parada de autobús.

Pequeñas correcciones aquí y allá, espero que quede mejor, al menos de momento.