Regresó aquella petición...


Era uno de los últimos días de primavera en Konoha, pero aún así se podían ver como florecían las flores en la aldea, siendo un gran motivo para que el buen ambiente reinara entre la población...

-¡¿QUÉ-DATTEBAYO?!-resonó la voz de Naruto en toda la Mansión Hokage, extrañando a Shikamaru, quien caminaba por los corredores.

-¡Por favor~!- suplicó Natsumi, juntando sus manos en son de suplica, ignorando como Kurama, detrás de ella, sujetaba a Inari por la pañoleta verde, mientras Fuyumi estaba en su cabeza, y Yoko, sentado entre sus piernas, miraba para todos, ya que siempre le impresionaba la Oficina del Hokage.

-¡P-Pero...! ¡Natsumi-chan! ¡¿Cómo se te ocurre pedirme a mi-dattebayo?!- se señaló Naruto- ¡Kurama!- se inclinó para ver a su compañero, quien miró para otro lado.

-No me culpes a mi, culpa a tu suegro y su salud- gruñó el Biju.

-¡Hiashi-osan no tiene nada que ver-dattebayo!- aseguró el rubio, dando unas palmadas en la mesa, elevando algunas de las tantas hojas que tenía que revisar y firmar.

-¡Por favor, Naruto!- suplicó la Yokai con forma humana- ¡S-Sé que sería muy difícil cuidar a Inari, Fuyumi y Yoko por un día, pero es que misa tiene que ir a esa reunión con el Daimyo, y son esas reuniones laaargaaaas! ¡Y Bolt se fue a una reunión con Sara-chan y Mits-chan! ¡Mirai-chan también está fuera! ¡Y Ogra-san está atendiendo esa gripe que les dio a ese grupo de gennin! ¡Y Hinata-chan y Hima-chan fueron a ver al abuelo Hiashi porque se enfermó y-y-y...!- gimió- ¡ME QUEDO SIN OPCIONES!-lloró, sobresaltando al Hokage y al Kyubi.

-¡Ma llora!- señaló Fuyumi, sorprendida, fastidiando a Kurama.

-¿Q-Qué pashó?- se entristeció Yoko, asomándose.

-¡Ramen-oniichan culpable!- señaló Inari, y, librándose del agarre de su padre, corrió a los pies del rubio y comenzó a morderle la pierna con sus pequeños colmillos.

-¡D-DUELEEEEEEEEEEEE!- gritó Naruto, sacudiendo su pierna, aunque el cachorrito no se soltó.

Claro está, que esa acción sobresaltó y asustó a la pelirroja puntas negras y al zorro de nueve colas.

-¡ESTÚPIDO, NO AGITES A MI CACHORRO!- resonó el rugido del Kyubi en la Mansión Hokage, junto con un coscorrón.

-I-Inari, no vuelvas a hacer eso- le pidió Natsumi, con su cachorrito en brazos, ignorando como, detrás de ella, Kurama ahorcaba a Naruto por casi lastimar a su hijo, ante las miradas curiosas de Yoko y Fuyumi.

-Lo shento... Pero Ina protege Ma- murmuró triste el zorrito rojo y blanco.

-I-Ina-chan...- gimió conmovida Natsumi- ¡INA-CHAN!- lo apapachó, llorando a mares.

-Pa, Ma sigue llorando- Fuyumi apuntó con su patita negra a su madre.

-Hay cosas que yo no puedo manejar, ¿bien?- gruñó Kurama, mientras Naruto golpeaba al piso, pidiendo tiempo.

-... Ok~- sonrió la zorrita, mientras Yoko miraba curioso al rubio.

-Pa, Ramen-oniichan se va- le dijo el zorrito café.

-Tsch. Yoko, mala hierba nunca muere- le aseguró su padre, soltando a Naruto, que comenzó a respirar- Y este es una bastante mala-

-M-Mira q-quien lo dice-da-dattebayo...- jadeó Naruto, sentándose.

-¡¿Qué me intentas decir?!- Kurama chocó cabeza con el rubio, sobresaltando a los dos cachorros...

-¡Más respeto con el Hokage-dattebayo!- exigió Naruto, echando humo de la cabeza.

-Pa...- llamó Fuyumi, tomando la atención del zorro adulto- Yoko she ashustó- la zorrita señaló uno de los estantes de la oficina, en la que, por la parte de abajo, se podía ver la punta de una temblorosa y esponjosa cola café.

Al ver eso, el humano, el Biju y la Yokai suspiraron.

-Pensé que harías algo con su lado asustadizo-dattebayo- señaló Naruto, mientras Kurama, fastidiado, se acercaba a la pequeña colita café.

-B-Bueno... Lo hemos intentado- admitió Natsumi, con Inari en sus brazos, que le mordía juguetonamente uno de sus cabellos rojo con punta negra- Pero...- suspiró, bajando sus orejas- Yoko siempre se asusta. Tenemos mucho trabajo con eso-sentenció.

-Este crío...- Kurama tomó con cuidado la punta de la cola y sacó a Yoko de debajo del estante, mostrando que estaba boca arriba, por lo que los inocentes ojos rojos del cachorro miraron los fríos ojos rojos del padre.

-... Shento- Yoko se sentó y bajó las orejas, triste, consciente de que a su padre no le gustaba que se metiera debajo de los estantes cuando le daba uno de sus ataques de miedo.

-...- Kurama, molesto, lo miró frunciendo el ceño, haciéndolo bajar las orejas. El Biju suspiró, armándose de paciencia, y, sin querer asustar más a su hijo, le lamió la cabeza, dejando su ordenado y esponjoso pelaje algo desordenado- Eres tan especial como tu madre- bufó, sentándose.

-...-Yoko lo miró, sonrió y se le acercó, acariciando su lomo en el brazo de su padre, que le acarició el pelaje, sonriendo levemente.

-Eres tan lindo, Kyu-chan~- sonrió Natsumi, fastidiándolo y que se borrara su sonrisa.

Inari y Fuyumi sonrieron. El cachorro de pelaje rojo se bajó de los brazos de su madre y se acercó a su hermano menor, al igual que Fuyumi. Entonces, los tres hermanos comenzaron a jugar a las mordidas, haciendo sonreír a Natsumi, que intercambió mirada con Kurama, quien hizo una mueca, como si quisiera decir algo, pero sabía que eso lo haría ver blando.

Naruto sonrió de lado, y se levantó, contento de que todo se calmara. Siempre, cuando estaban esos tres cachorros juntos, algo pasaba...

-Mas te vale cuidarlos bien- le gruñó Kurama, sobresaltándolo.

-¡Pe-Pero si ya te he dicho que no puedo-dattebayo!- le recordó Naruto, algo indignado- ¡Esto me llama!- señaló todos los documentos en su mesa que esperaban su firma y sus lágrimas.

-¡¿Qué me importa?! Tengo que estar con Natsumi en esa reunión, así que eres el único casi-competente que puede hacerse cargo de los cachorros por al menos cuatro o seis horas-señaló el zorro anaranjado.

-¡Eso es toda una tarde! ¡Kurama! ¡Sé consciente de lo que me pides-dattebayo!- le pidió el rubio- ¡No puedo hacerlo-dattebayo!-

-...- el Biju lo miró frunciendo el ceño, entre molesto e indignado-... Me lo debes-

-... ¿Ah?- parpadeó Naruto, confundido.

-No te hagas el tonto, aunque lo seas- gruñó Kurama, acercándose a su Jinchuriki- Hace casi 6 años yo te hice un favor muy parecido a este-le recordó.

-¿F-Favor...?- Naruto comenzó a pensar, algo confundido- ¡AH!- recordó de golpe.

Claro, hacia casi 6 años fue la época cuando él, Naruto, le pidió a Kurama el que cuidara a Bolt y Himawari cuando eran más pequeños, mientras él y Hinata iban a una misión. Había sido aquel suceso el que había determinado que aquel Biju comenzara a vivir con los Uzumaki en esa forma que le llegaba al codo.

-¿Y?- Kurama se sentó y cruzó de brazos, notando como su compañero comenzaba a sudar al recordar todo.

-B-bueno... E-En aquel momento la-las cosas eran diferentes-dattebayo- señaló Naruto, sonriendo incómodo.

-Tú le pediste a una criatura de al menos 80 metros que cuidara a dos mocosos de 50 centímetros, ¿y crees que es horrible pedirle a un humano de metro ochenta cuidar a tres cachorro de al menos 20 centímetros?- Kurama agarró a Yoko y lo levantó, mostrándoselo a Naruto, extrañando al pequeñin.

-¡Me pones como un villano!- señaló dolido Naruto, agarrando al cachorro café- ¡Pero en ese momento tú no tenías nada que hacer más que dormir-dattebayo!- le recordó, ignorando como Yoko comenzó a lamerle la mejilla.

-Tsch- el Biju miró para otro lado, ignorando como Inari comenzaba a morderle una de sus colas.

-¡Y ni lo niegas-dattebayo!- pataleó Naruto, dolido y molesto.

-¡Por favorcito, Naruto!- suplicó Natsumi- E-En media hora nos toca la reunión, y no puedo llegar tarde. ¡PLIIIIIIISSSSSS!-juntó sus manos.

-P-Pero Natsumi-chan, pídanle a otro-dattebayo- suplicó Naruto, y se extrañó que Kurama bufara, algo enfadado.

En eso, tocaron la puerta.

-S-Sí, pase- concedió Naruto, aun sin notar como ahora Yoko, subiéndose a su hombro, mordisqueaba divertido su cabello rubio.

-¿Qué es lo que sucede?- Shikamaru entró a la Oficina- ¿Ah? ¿Natsumi, Kurama? ¿Qué están haciendo aquí?- se acercó a la pareja- En menos de 20 minutos será la reunión mensual con el Daimyo con la Representante Yokai. ¿No deberían ya estar en el salón?-

-S-Shí, pe-pelo...- gimió la Yokai, extrañando al Nara- ¡Nadie me los quele!-lloriqueó, agachándose y apapachando a Inari y a Fuyumi, extrañando a la Mano Derecha del Hokage.

-C-Creo saber lo que pasa- suspiró Shikamaru, rascándose la cabeza- Quieren que Naruto los cuide por la tarde, ¿no?- miró a Kurama, que bufó- Sabes que puede hacerlo cualquiera de la aldea, como Ino, Karui, o incluso Temari...-le señaló, pero el zorro volvió a bufar- Vamos, ambos sabemos que Naruto no tiene tiempo para cuidarlos-

-...- Kurama miró frunciendo el ceño al Nara, enojado.

-... Ya veo- suspiró nuevamente el pelinegro, rascándose el cuello- Que problema-

-¿Q-Qué pasa-dattebayo?-parpadeó Naruto, con Yoko acurrucado en su cabeza.

-¿No lo has comprendido?- lo miró Shikamaru, sin poder evitar sonreír- Kurama no confía lo suficiente en el resto para cuidar a los cachorros-señaló.

Eso sorprendió a Naruto, quien miró de inmediato al zorro, que miró para otro lado, algo molesto.

Cierto, para el Biju, él, Naruto, era uno de los pocos humanos en los que realmente confiaba... Entonces, siendo así, por eso quería que él cuidara a los cachorros...

No quería que cualquiera cuidara a sus hijos... Quería a alguien de suma confianza...

El Kyubi seguía sin confiar del todo en el resto de los humanos.

-... Vamos, Kurama- suspiró Naruto, negando con la cabeza, haciendo que el Biju lo mirara de reojo, haciendo una mueca- Ya te he asegurado que nadie en la aldea dañaría a tus hijos- aseguró, pero se ganó un bufido terco por parte del zorro- Que cabeza dura- volvió a suspirar.

Shikamaru suspiró, dandose cuenta que él tendría que intervenir.

-Bien, decidido. Natsumi, no puedes perder más tiempo- sentenció el Nara, mirando a la Yokai, quien aun apapachaba a sus divertidos cachorros-Venga, ya te dije- agarró a Inari y a Fuyumi, extrañando a la pareja de zorros- Si hacen esperar al Daimyo, podría afectar al resultado de la reunión- les recordó, entregándole a Naruto los dos hermanos, extrañándolo.

-¡Oky~!- se levantó la joven, sonriendo- ¡Kyu-chan, por el poco tiempo, ¿me llevas en tu espalda~?!-suplicó, pero el zorro negó, amurándola.

-¿Eh? P-Pero si yo no puedo cuidarlos, Shikamaru-señaló Naruto, al borde de la confusión total- ¡No me puedes dejar metido en esto-dattebayo!

-Lo siento, pero ahora es más importante la reunión de Natsumi que tu mismo-aseguró el Nara, dejando de piedra al Hokage- Ahora vayan- les pidió a la pareja.

-¡B-Bien!- asintió Natsumi, volviendo a la realidad- ¡Inari, Fuyumi, Yoko, pórtense bien con Ramen-oniichan!-les pidió a sus hijos, quienes ladraron, sonriendo.

-Tsch. Si me entero que hacen alguna estupidez o escándalo, el castigo que les daré los va a...- empezó a advertirles Kurama, hasta que su pareja lo agarró de algunas colas y lo arrastró fuera de la habitación.

-¡Tenemos poco time!- le recordó Natsumi, corriendo por los pasillos de la Mansión Hokage.

-¡Y-YA LO SÉ, MALDICIÓN! ¡Y DEJA DE ARRASTRARME COMO ESCOBA!-

-... ¿Ah...?- parpadeó Naruto, atónito.

-Bien, al menos este problema está resuelto- suspiró Shikamaru, alejándose.

-¡E-Espera, Shikamaru!- se le acercó el Hokage- ¡¿R-Realmente me vas a dejar con este lío-dattebayo?!- exigió saber.

-También tengo trabajo que hacer, además, eres de los pocos humanos con los que los cachorros se sienten cómodos- señaló Shikamaru, sonriendo levemente.

-¡P-Pero...!- gimió Naruto.

-Esta es una misión Clase S, así que espero tu colaboración, Hokage-el Nara le dio unas palmaditas en el hombro, y, sin más, se retiró cerrando suavemente la puerta de la oficina.

-... N-No puede... ser...- gimió Naruto, apesadumbrado, con Inari y Fuyumi en los brazos, y un curioso Yoko en la cabeza, el cual le dio unas palmaditas en la frente- ¿Ah?- lo miró, deprimido.

-Ramen-oniichan- sonrió tiernamente el cachorrito.

El rubio parpadeó, algo sorprendido, y no pudo evitar sonreír levemente, enternecido con los inocentes ojos rojos de Yoko, tan diferentes a los de Kurama...

-Muy bien, niños. Hoy pasarán la tarde con Ramen-oniichan- sonrió Naruto, sentándose detrás de su escritorio, a lo que Inari y Fuyumi se subieron a la mesa, mientras Yoko bajaba al regazo del adulto-¡Así que hagamos un gran trabajo-dattebayo...!- comenzó a pedirles enérgicamente, hasta notar que el zorrito rojo comenzó a morderle la manga de la chaqueta- ¿Eh?-

El Hokage miró parpadeando a aquel cachorro jugando con su ropa, y miró a Fuyumi, que se había subido a sus documentos, comenzando a morder una de las hojas, divertida.

Miró a Yoko, que miraba sonriendo a sus hermanos. El zorrito café levantó la mirada y le ladró, contento.

-Jeje... ¿Cuidarlos por un día...?- sonrió Naruto, apoyando su mentón en la mano, observando a Inari y a Fuyumi-... Estoy perdido-dattebayo...- gimió, llorando, extrañando a Yoko.


Queridos lectores, os invito a leer esta pequeña historia de como Naruto es ahora quien tiene que cuidar a los hijos de su compañero, y, aunque será solo por una tarde...Ay, Hokage^^'

PD: Por si acaso, estaría ambientada unos meses antes de Boruto The Movie^^.

PD2: si eres lector nuevo, te invito a leer mis otras historias^^

PD3: esta historia será actualizada de manera algo lenta al igual que las otras, así que pediré paciencia [culpen a la U]

PD4: subí unos sketch a mi blog, por si quieren ir a ver^^

¡Gracias por leer, y no olviden comentar XD!

-¡¿EN SERIO ME DEJARÁN CON ESTO-DATTEBAYO?!-exigió saber Naruto, atónito.