Nota de autor: Los persones no me pertenecen, la historia que desarrollo nació de mi imaginación.


BESANDO AL DESTINO

Una hermosa mujer de largos cabellos aguamarina, se sumergía en sus recuerdos.

"Eres una mujer muy terca", la alta mujer de cabello rubio cenizo ayudaba a la pequeña mujer a apoyarse en su cuerpo mientras subían al elevador.

"No lo soy, te juro que estaré bien", su blanco uniforme escolar comenzaba a teñirse con la brillante sangre que emanaba de su herida.

El viaje en el elevador desde el primer piso, hasta el pent-house lo tomaron en silencio. Abriéndose las puertas, ambas mujeres ingresaron al lujoso apartamento que poseía la rubia.

"Siempre que pasaba por aquí, me preguntaba, ¿a quién podrá pertenecer ese departamento?", la aguamarina finalmente se sentó en el diván, mientras la rubia se dirigía a la cocina por un vaso con agua.

"Pensé que habías investigado todo sobre mi", dijo sentándose al lado de la mujer y entregándole el vaso.

"No todo", en su rostro se reflejaba el dolor que sus heridas provocaban.

"Lo mejor es que te recuestes, vamos", Haruka la ayudo a ponerse de pie, para de esta manera conducirla a su habitación.

"No debería estar aquí, llévame a mi casa", Michiru ingreso sonrojada de saberse en aquel lugar.

"¿A tu casa?, ni hablar, ese monstruo te ha herido, lo mejor sería que te llevara a un hospital", Haruka le ayudo a recostarse en la cama.

"Estoy bien, veras que sanare en poco tiempo", la joven de cabellos aqua sonrió.

"La clínica de la doctora Mizuno queda cerca, voy a llamarla para que atienda tus heridas"

"Espera… hazlo tu", la aguamarina le detuvo, tomando su mano.

"Si así lo quieres, entonces no podre negarme. En el baño tengo un botiquín", sonrojada escapo al ligero agarre de la joven mujer. Y dirigiéndose hacia el baño, se miró en el espejo, hecho agua en su rostro, y tomando el botiquín, regreso a donde le esperaba.

"Eres muy amable", dijo al mismo tiempo que se sacaba la blusa. Haruka simplemente desvió la mirada. "No te apenes, amabas somos chicas", rio cortésmente

"Eso lo sé", dijo extendiendo una sábana para que se cubriera su pecho semi desnudo.

"Perdón si te he hecho sentir mal"

"No tienes por qué disculparte, ahora déjame ver", Haruka se sentó a su lado, y descubriendo su hombro, contemplo la herida, "¿Por qué?"

"¿Por qué?, ¿a qué te refieres preguntando eso?", Michiru se sonrojo al sentir las manos de la corredora que poco a poco curaba sus heridas.

"Si, ¿Por qué me salvaste?, has puesto tu vida en peligro, y ni siquiera me conoces"

Aunque el escozor en su herida, provocado por el alcohol era molesto, eso no evito que sonriera, "Te lo dije allí mismo, siento que te conozco desde hace mucho tiempo, ¿acaso no sientes lo mismo?"

"Quizás, al verte allí… frente a mí, es como si en algún otro tiempo te hubiera visto… pero no en este, me resulto como un sueño lejano", la rubia contesto.

"¿Aceptaras ser mi modelo para mi nueva pintura?", la aguamarina pregunto con esperanza de que la rubia aceptara.

"No lo sé, jamás he sido buena para las fotografías, y a decir verdad, no sé porque yo te resulte interese para tal fin", Haruka aplicaba un vendaje sobre el hombro de la que a partir de ese día, se convertiría en su compañera.

"Me gustan tus expresiones",Michiru enfatizo.

"Está bien, accedo a ser tu modelo… y ahora prométeme una cosa, si tus heridas no sanan en las próximas horas… contra tu voluntad, te voy a llevar con la doctora Mizuno, ¿entendiste?", la rubia se puso de pie.

"Acepto", la mujer de cabellos aqua intento hacer lo mismo.

"No lo hagas, mejor descansa", la rubia la devolvía a su posición, "No podrás irte a casa, lo mejor es que te quedes esta noche aquí, quizás mañana estés mejor"

"Yo no podría, esta es tu cama y…"

"Entonces dormiré en el sofá, pero tú te quedas, ahora descansa", la rubia se dirigió hasta el closet, y tomando una camisa, la entrego a la joven aguamarina, "Así estarás mas cómoda"

"Gracias", dijo quitándose el resto de su uniforme y vistiendo la prenda que su nueva compañera le había entregado.

"No es nada", Haruka salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí.

Recostándose nuevamente en la cama, Michiru aspiro el perfume de aquella camisa y de la almohada. Aferrándose a ella como si de la misma rubia se tratara, se dispuso a dormir.

(Horas más tarde, en el living room)

Haruka se acercó a la ventana, contemplando y escuchando el bullicio de la ciudad, se cuestiono; ¿Qué le depararía el futuro?, ¿ella era esa mujer con la que tendría que luchar? Michiru le miraba desde el umbral de la puerta de la habitación.

"Hola", dijo acercándose a la mujer de corta cabellera.

"Veo que estas mejor"

"Lo estoy, ves… mis heridas casi han sanado por completo, gracias a tus cuidados"

"Es cierto"

"Es hora de que me marche"

"No te voy a dejar ir, mañana te llevare a tu casa, ahora mismo ordenare algo para que cenemos, ¿Qué te apetece?"

"Lo que a ti te apetezca", contesto ruborizada.

"Está bien, pero como dato te puedo decir que odio el natto"

"Muy bien"

"Te dije que me gustaría pasear en tu auto, ¿podemos ir luego de cenar?", la chica de largos cabellos pregunto.

"Si eso quieres entonces iremos, junto a la costa como me dijiste"

(Más tarde, frente a la costa)

"La vista es hermosa, ¿sueles venir con frecuencia?, Michiru cuestiono.

"No, jamás me había detenido a contemplar la hermosura del mar", contesto.

"En este punto, el viento sopla con fuerza, me gusta sentirlo en mis cabellos"

"Es una sensación que a mí me satisface", contesto mirándola a los ojos. Sentía que de un momento a otro, terminaría besando a la joven violinista.

"Así que piensas que una mujer tan frágil como yo, no podría combatir el mal"

"Te juzgue mal pero eres muy valiente, eso es algo que debo admitir"

Michiru se acercó un poco más a la rubia, hasta que las manos de ambas se rosaron sobre la barandilla. Ambas se miraron a los ojos.

"Michiru, yo…"

"¿Si?" pregunto la aguamarina, contemplando sus rosados labios.

"Yo, yo no sé qué decir…"

"Entonces di lo que puedas"

"Ese es el problema, que para lo que quiero decir no hay palabras que le describan"

"Entonces quizás los hechos funcionen más que las palabras", la mujer replico.

"¿En verdad lo crees?"

"Por supuesto, eres Haruka Tenoh, ¿o es que acaso temes decir lo que sientes?"

"Jamás digo lo que siento… pero algo me está impulsando a hacer esto", Haruka la tomo por la cintura, e inclinándose un poco, presiono sus labios con los de la aguamarina, quien temerosa respondió a aquel beso.

"Ves, no es tan difícil", Michiru sonrió.

"No cuando lo haces con la persona correcta… esto quería hacerlo desde el día que te presentaste a la carrera", volvió a presionar sus labios con los de la mujer más pequeña.

"¿Quién roba tus pensamientos?", Haruka pregunto al ver a su amada con la cabeza recargada sobre el cristal del auto.

"Algo muy hermoso", respondió reincorporándose.

"¿Puedo saber qué es eso tan hermoso que te ha hecho suspirar?", la rubia cuestiono.

"La noche en la que el viento y el mar se besaron", concluyo recargándose en su hombro para así seguir disfrutando del paseo.

FIN.