Shingeki no Kyojin pertenece exclusiva y únicamente a Hajime Isayama. Yo solo tome a sus personajes por un ratito, para hacerlos participes de mi imaginación sanamente dañada :33
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¡Hola, holitas a todos! *W*
Aquí trayéndoles un nuevo fic
Hace días que lo tengo en mi cabeza, impidiéndome dormir D: Así que lo escribí con todas las ganas que una persona puede tener a las 2:00 de la mañana :DDD Luego de escribirlo dormí plácidamente, ah *-*
Ahora sin más palabras mías de mí, pueden empezar a leer.
- El final para un nuevo comienzo -–
Hanji se acercó corriendo con una mueca de dolor, su brazo había sido aprisionado dolorosamente por un titán y –a pesar de que intentó comunicarse con él- no parecía tener intención de soltarla y menos dejar que escapara viva, por lo que recurrió a matarlo, cosa que no fue fácil, ya que su mano aún seguía siendo retenida, pero lo hizo aunque su brazo no salió exento, se desangraba y tuvo que actuar con rapidez y destreza.
A pesar de que en la mayoría de los casos se decía que hay que hacer un torniquete, ella no lo hizo, no le parecía muy recomendable, en vez de eso tomó su propia capa e hizo presión en la abierta y sangrante herida.
Ahora se encontraba con suerte ahí. No había caminado mucho cuando vio una silueta arrodillada en el suelo, por un momento pensó que era un muerto pero al acercarse más se alarmó de sobremanera al identificar quien era. ¿Qué rayos hacía Levi ahí? Con una sensación turbadora lo observó más de cerca; notó la palidez del pelinegro, su cara había perdido toda expresión, sus ojos parecían dos cuencos vacíos libres de cualquier sentimiento, sus manos estaban apretadas en su pantalón y sus hombros rígidos temblaban levemente.- ¡Levi! Que pasó… ¿Levi?-
-El no…-murmuró con voz apagada y quebrada.- Él no está…no lo está…
-¿Quién Levi?- preguntó Hanji empezando a inquietarse, luego cayó en la cuenta de algo raro- ¿Dónde está Eren?
Silenció. Hanji empezó a unir todo en un siniestro rompecabezas.
-L-levi no me digas que Eren…-
-¡NO ESTÁ MUERTO! Ya volverá, el solo fue a…- Levi se quedó sin aire.
Eren estaba muerto, muerto por su maldita culpa. Cerró fuertemente los ojos y mordió con fuerza su labio intentando controlar los sollozos que querían escapar. Sus ojos escocían a causa las lágrimas retraídas con dolor.
-Levi no…-susurró la líder de escuadrón con voz afligida.- ¿E-en donde…?
-El…él está…muerto.- Levi pereció ante la dolorosa y agónica situación, lágrimas amargas abandonaban sus ojos y se deslizaban por sus mejillas de la manera más abatida, hasta llegar a su quijada, para luego ir a parar en sus manos. Su vista se veía borrosa, su cuerpo temblaba descontroladamente producto de los violentos sollozos.
Lo había perdido, perdió a la persona que más amaba en ese cruel y despiadado mundo.
-No…- Hanji tomó de los hombros al más bajo, obligándola a mirarla.- ¿Pero cómo Levi? ¿Cómo fuer eso posible? Eren…Eren podía regenerarse, no pudo simplemente morir.
-El ya no podía, su cuerpo dejó de regenerarse y aun así el…-comenzó a explicar Levi con voz queda, recordando tristemente lo ocurrido.- Aun así el me salvo.
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Todo iba en perfecto orden. Levi iba con su ahora actual escuadrón -Historia, Mikasa, Jean, Armin, Sasha, Connie y por supuesto Eren- este último iba a lado del pelinegro, como siempre, iban cerca uno del otro. El sargento nunca lo admitiría pero le agradaba la cercanía del castaño, lo hacía sentirse extraña y absurdamente calmado y feliz.
Se acercaban a su objetivo. Algunos reclutas tenían el rostro consumido por los nervios, mientras que otros detonaban emoción, ese sería su última misión, ese sería el día en el que exterminarían a todos los titanes que faltaban. Darían fin al terror que los había hostigado desde hace años. Los titanes por fin desaparecerían de la humanidad, por fin podrían ser libres.
Con esos pensamientos Eren azotó las riendas del caballo con más energía provocando que este vaya más rápido, nada lo detendría, ese día era el final de todo, ya no tendría que seguir encerrado tras esos enormes muros, podría salir, correr, saltar por todas partes sin miedo.
Observó de soslayo al sargento, él también iba bastante rápido; su cabello negro se agitaba, su capa se sacudía al ritmo del viento y una mirada llena de firmeza estaba impregnada en sus ojos color oliva. Ese hermoso color que a Eren le encantaba. De pronto el pelinegro también lo regresó a ver -como si intuyera su mirada sobre él y dejó que sus ojos reposaran en los de él, diciéndose miles de cosas con la mirada, haciéndose una promesa con ellos.
Se encontraban en terreno plano, por lo que no les ayudaría mucho el equipo tridimensional y eso, de por sí, ya preocupaba a algunos, pero eso no fue un obstáculo para que su voluntad flaquera.
Una bengala color roja apareció, advirtiendo el avistamiento del primer titán de la última zona que seguía invadido de ellos.
La parte complicada del plan empezaba.
Se dividieron en los grupos que se les asignaron en la explicación del plan; Mikasa, Armin y Jean cambiaron de rumbo tomando la ruta derecha mientras que Sasha, Historia y Connie tomaron la izquierda, abriéndose, Eren disminuyó la velocidad, dirigiéndose a la parte de atrás para guiar a los nuevos reclutas y Levi fue a parar a la cabeza junto con Irvin y Hanji. Todo parecía ir bastante bien, aun no se separaban mucho por lo que el castaño podía ver a sus amigos a lo lejos, dio un vistazo hacia atrás.
Los nuevos reclutas parecían estar asustados, otros consumidos por los nervios y otros al borde de la paranoia, pero todos tenía algo en común. Todos y cada uno de ellos tenía una firme mirada, ninguno se rendiría tan fácil, todos lucharían hasta el final. Eso hizo que el ojiverde esbozara una sonrisa sincera.
Eren volteó la mirada hacia al frente, podía divisar al sargento levemente. Suspiró. Si todo eso acababa, podría ir con el pelinegro a donde sea, ver el exterior –tranquilamente- cogidos de la mano, juntos, por siempre.
Su sonrisa se ensanchó aún más ante sus pensamientos. Si, definitivamente los titanes tenían que desaparecer.
Todo estaba más que perfecto. Todo, hasta que empezó a oscurecer.
Había titanes por todos lados, gritos desgarradores inundaban todo el lugar, sangre derramada por toda la planicie, dando una sensación más sombría a lo que antes era el verde pasto.
Eren abrió lentamente los ojos, los sentía pesados. Todo se veía difuso, escuchaba su propia respiración algo lenta, su corazón golpeteaba contra su pecho y sus oídos parecían estar llenos de agua. No lograba escuchar muy bien. Intentó levantarse, pero al hacerlo sintió fuertes pinchazos en todo el cuerpo.
¿A qué momento perdieron el control de la situación? Lo mejor sería levantarse en ese mismo instante antes de que algún titán aparezca. Así lo hizo, haciendo acopio de todo su esfuerzo y la fuerza de voluntad que le quedaba, pero volvió a caer con fuerza hacia el piso, notó nuevamente esos pinchazos en su cuerpo. Luego de un momento de respiración, cayó en la cuenta de otra cosa y ahogó un grito.
Su cuerpo no estaba regenerándose, tenía algunas heridas abiertas aunque la más grave era de la cintura para abajo. ¿Cómo no lo había notado antes? Sus piernas estaban ahí, pero su costado derecho no. Podía jurar que hasta podría ver las entrañas saliendo de su cuerpo.
Con alarma y desesperación se arrodilló y empezó a buscar efusivamente con la mirada a alguien que lo pudiera ayudar, pero lo único que veía eran cadáveres botados a su alrededor. ¿A dónde había ido a parar? Abrió los ojos de sobremanera. Es que ¿Ahí iba a acabar su vida? ¿Solo? Tomo aire repetidas veces, tenía que salir de ahí, no tenía ni una maldita idea de porque aún seguía consciente con la gravedad de sus heridas, pero ahí estaba, poniéndose de pie dolorosamente y con espasmos sacudiendo su cuerpo.
Varias imágenes empezaron a pasar por su mente, dio un primer paso con una mueca de dolor. Vio la muerte de su madre a manos de ese asqueroso titán. Otro pasó…vio todos esos días llenos de entrenamientos fuertes, que hacía que su cuerpo se desgastara hasta decir basta. Otro más…La muerte de sus compañeros en el escuadrón por la titán hembra. Otro…La cara de Annie al estar congelada. Y otro…El sargento dándole su primer beso. Comenzó a caminar más rápido, con su cuerpo ladeado hacia el costado herido… No, no iba a morir. No ahora. No de esa forma. No ahí. No solo.
Ya había estado a un buen tramo de distancia cuando escuchó el característico sonido retumbar en el suelo, haciéndolo estremecer. Se dio la vuelta exaltado, e intentó tomar sus cuchillas, pero tarde se dio cuenta que de alguna forma habían desaparecido, no solo eso. Todo su equipo. El titán se acercó, tenía un rostro que detonaba satisfacción, su sonrisa dejaba ver sus dientes, que se encontraban manchados de un líquido color carmesí. Sangre.
Su enrome brazo empezó a extenderse listo para tomar a Eren, el simplemente lo miraba, sus ojos soltaban chispas y una sonrisa macabra apareció en sus labios. Si iba a morir ahí. Lo haría peleando.
La mano ya estaba demasiado cerca cuando el castaño pudo entrever como el gancho de un equipo tridimensional se clavaba fuertemente a la parte inferior del gigante brazo. Fue un momento, el castaño sintió como era tomado bruscamente por alguien, siendo alzado por los aires, se aferró a las prendas ajenas mientras sentía como descendían. ¿Quién es…? Ese aroma, no podría confundirlo con nadie. Su sargento estaba ahí, salvándolo. Se aferró más fuertemente, rodeando con sus brazos el cuello del pelinegro. Poco fue el feliz momento que sintió, cuando chocaron violentamente contra el suelo. Aun así no lo soltó, a pesar de sentir sus heridas más abiertas, a pesar de sentir que en cualquier momento la inconsciencia lo consumiría, a pesar de sentir sus entrañas tan expuestas, no lo soltó.
Levi aún seguía aprisionado por los brazos de Eren, se encontraba encima del ojiverde quien parecía estar sollozando. No quería soltarlo tampoco, afianzó sus propios brazos, tomándolo de la cintura, queriendo sentirlo más cerca. No podía describir con palabras la sensación de terror que lo invadió cuando perdió de vista al castaño, había demasiados titanes a su alrededores, demasiados soldados ya habían muerto, sentía que ya había aniquilado a suficientes pero aun así los titanes no dejaban de aparecer.
Su corazón latía desbocado imaginándose lo peor, también había perdido de vista a su escuadrón y también a Irvin y Hanji pero lo único que invadía su mente era Eren, fue por eso que decidió ir en su busca, con algunos titanes siguiéndolo. Ya iba horas buscándolo cuando lo logró divisar, en el suelo mirando con odio al titán frente a él.
Suspiro de alivio, al menos estaba vivo. Apuntó y disparó el pistón clavándolo en el brazo del titán y tomó a Eren en sus brazos.
Justo en ese momento, sus brazos se sentían pegajosos, supuso que sería sangre de los titanes, pero se dio cuenta que aún seguía caliente al tacto. Se separó asustado y con alarma observó la grave herida de Eren; su costado derecho estaba descubierto, la mitad de su costilla había desaparecido y sangre salía a borbotones de la enorme herida.
-¿Pero qué mierda paso…?- soltó sobresaltado y alzó la cabeza clavando sus ojos en los del castaño, soltó el aire de pronto y tomó el rostro del castaño entre sus manos.- ¿Eren?...Oye mocoso, no te atrevas a cerras los ojos, ¿me entiendes? No te atrevas.
-S-si- Eren asintió mirándolo, empezaba a ver todo borroso. Apenas podía distinguir el rostro del sargento.- Me duele mucho, sargento.
- Claro que te debe doler, idiota. ¿Pero porque no…?-empezó a preguntar confundido, con el miedo empezando a apoderarse de su cuerpo.- ¿Por qué no te estas regenerando?
-No puedo…ya no puedo regenerarme.-susurró Eren con voz débil.
-¿Q-que?¿Como que no te puedes regenerar Eren? Deber ser una jodida broma.
-Lo siento, es que…solo ya no puedo. Lo intente y…-
-¡Y una mierda Eren! Solo es tu jodida mente, vamos maldito mocoso. ¡Concéntrate!- le interrumpió Levi enojado.
-Está bien, lo…lo intentaré.- respondió tomando aire, cosa que hizo que sintiera punzadas en su pecho.
Levi esperó a que algún tipo de humo saliera de las heridas de Eren, pero nada salió.
No, ese mocoso no iba a morir. Mientras esté el ahí para protegerlo no lo haría.
Volvió a temblar el suelo debajo de ellos, el pelinegro se giró logrando distinguir a un titán a lo lejos. ¡Mierda! Iba a coger las cuchillas cuando se dio cuenta que su equipo no estaba consigo, lo empezó a buscar con rapidez y lo logró ubicar demasiado lejos. Empezó a caminar hacia ellas, cuando recordó a Eren, no podía dejarlo ahí ¿Y si otro titán aparecía? El castaño no estaba en condiciones de defenderse y menos aún de pelear. Se dio la vuelta dispuesto a llevarlo arrastrando, pero-con sorpresa- lo vio levantado, con los ojos fuertemente cerrados y los dientes bien apretados.
-¿Estás seguro de que estas bien mocoso?
-Si… lo estoy…sar-sargento. S-salgamos rápido….de aquí.- respondió Eren con voz trémula mientras se dirigía a lado de Levi.
Los pasos se escucharon demasiado cerca para el gusto de Levi.
Se giró nuevamente, pero esta vez no logró ubicar su equipo, más bien logró ver un aplastado pedazo de metal y el titán más cerca de ellos.
-Vamos Eren.
-¿Sargento cómo vamos a…?-
-Yo me encargo de eso, tu solo apresúrate.- corrieron en dirección contraria, un bosque frondoso se encontraba cerca y Levi no dudo en adentrarse a él, podrían esconderse hasta que -con suerte- alguien los encuentre. Regresó a ver hacia atrás, el castaño estaba a unos tres pasos lejos de él, se veía pálido, podía jurar que hasta estaba más blanco que un hoja de papel.
Paró en seco mientras Eren se iba acercando y lo tomó en brazos.
-¡Sargento! Solo lo haré ir más lento.
-Cállate mocoso.
Sin duda el titán no tardaría en alcanzarlos, pero no estaba dispuesto a abandonar a ese idiota.
Con Eren cargado, tomó rutas por los que se dificultara pasar al titán y de un momento a otro lo perdieron de vista. Al menos en ese momento.
Dejó al castaño apoyado en un árbol lo suficientemente grueso para taparlos, se levantó y observo calculadoramente lo que les rodeaba. No se le ocurría que hacer, había sido capacitado para atender heridas, pero no del grado de Eren. Seguramente la loca de Hanji podría hacer algo, detener el sangrado o algo para que el castaño deje de palidecer a cada segundo.
Se pasó las manos por el cabello ¿En dónde mierda se encontraban todos?
-¿Sargento?- oyó la voz débil del ojiverde llamándolo.
-¿Qué?
-Siéntese a mi lado.
-No creo que sea buena idea bajar la guardia en estos momentos.- soltó mirándolo seriamente.
-Por favor Sargento, solo por esta vez. Antes de que…-
-No.
-¿Eh? Pero si no terminé de hablar…-
-Ibas a decir antes de que mueras. Pero no lo harás ¿entiendes?...Es una orden.-dijo apartando la mirada.
-Está bien sargento –respondió Eren con una sonrisa.- Pero ¿Se puede sentar, por favor?
Suspiró.
-Solo por esta vez, mocoso.- aceptó Levi sentándose y apoyando su espalda, intentando relajarse. Al menos eso intento, cuando escucho como el ojiverde empezó a temblar y a castañear sus dientes. En un movimiento se sacó su capa y se la puso encima al castaño.
-Sargento pero usted no tiene…-
-Solo guarda silencio y póntelo ¿quieres?-respondió detonando molestia.
-Gracias, es usted muy bueno.
-Tsk. –se cruzó de brazos, dejó caer su cabeza hacia tras y observo el ya oscuro cielo. No era buena idea estar en esa posición, con la guardia baja, pero estar lado de Eren hacia que su cuerpo se relajara sin pedirlo.
-¿Sabe?- pregunto Eren apegándose al pelinegro y reposando su cabeza sobre el hombro de él.- No me quejaría si dejo esta vida a lado suyo. Pero con la certeza de que usted vivirá.
-Deja de decir estupideces. Los dos viviremos.
-¿En serio lo cree sargento?-pregunto en un susurro apenas audible, Levi lo miró seriamente.
-Si Eren.-
Todo volvió a quedar en silencio, simplemente se escuchaba la respiración de ambos, el del ojiverde menos palpable, pero su corazón aún seguía palpitando. Las hojas se balanceaban por la fría brisa que decidía pasar por los alrededores. Recordó que Hanji había dicho que los titanes son menos activos por la noche, pero que había casos en los que esta reacción variaba por el tipo de titán. Así que prefirió no cerrar los ojos, a pesar de que la oscuridad lo engullía todo, si apenas y la escasa luz proveniente de la luna llegaba hasta ese lugar, los arboles obstaculizaban su paso.
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero abrió los ojos sobresaltado al sentir vibraciones cerca, al final había cedido ante el cansancio y había bajado la guardia de la peor forma. Se levantó con agilidad, Eren no estaba.
Lo buscó con la mirada desesperado, lo alcanzó a divisar, no muy lejos,, apenas una sombra por la falta de iluminación.
Se acercó rápidamente asustándolo.
-¿Qué crees que haces mocoso?- pregunto mirándolo molesto. Eren tenía la respiración acelerada, se tambaleaba pero aun así se mantenía de pie, la capa que le había puesto sobre los hombros hace poco ahora se encontrada presionando su herida, ahora esa prenda también se encontraba empapada de sangre.
-Es-escuche un…un titán.- respondió con voz frágil mientras se apoyaba rígidamente en el pelinegro.
-Sí, pero esa no es razón. Vuelve allá y no hagas esfuerzo.
-No, no lo haré- su voz se tornó más audible.-Me quedaré aquí junto a usted.
-Vuelve allá de una jodida vez. Yo puedo con el titán.
-¡Que no lo haré!
-Eren…-dijo Levi irritado, si no hacía lo que le ordenaba, el mismo lo cargaría y lo dejaría en ese árbol, amarrándolo si era necesario. Justo cuando este se disponía a atrapar a Eren y arrastrarlo, el titán hizo su aparición haciendo temblar el suelo y haciendo correr a los animales que se encontraban cerca.
Ambos miraron hacia todos lados, buscando un lugar al cual escapar de las gigantes manos. Levi actuó con rapidez, tomó de la mano a Eren y corrieron con toda su fuerza, o al menos con todo lo que le quedaba Eren, quien empezó a jadear.
El castaño cayó de rodillas, apoyando sus palmas en el húmedo suelo, se disponía a levantarse pero sus piernas le fallaron y volvió a caer. Levi lo tomó con fuerza y lo levantó pero no se dio cuenta de lo cerca que ya se encontraba de ser devorado. Simplemente se sintió alzado en el aire, apresado por unas enormes manos. Maldición…vio la cara del titán, vio su boca abriéndose de forma lenta y tortuosa y vio sus ojos vacíos de pensamientos coherentes
Así iba a morir, de la forma que menos quería hacerlo.
Bufó molesto, tenía que escapar de alguna forma. Si el moría también lo haría Eren. Comido por el titán o desangrándose solo.
-¡SARGENTO! –Levi miro sobresaltado a su derecha y maldijo en voz alta.
-¡OYE IDIOTA! ¿QUE CREES QUE…?-Empezó a Gritar Levi a Eren. El castaño con muy poca agilidad se mantenía medio arrodillado en el brazo del titán. Pero este parecía interesado en devorar a su presa aun sujeto en su mano.
El pelinegro sentía las asquerosas gotas viscosas provenientes de la boca del titán caer sobre su rostro, con una mueca dirigió la mirada hacia afuera, Eren ya no estaba a su vista. Pero lo que si vio fue como el titán cerraba sus dientes, preparado para partirle en dos…y en el último segundo una gruesa rama impidiéndole aplastarlo.
-¡Sargento! ¡Vamos!- Eren tomó la mano del más bajo jalándolo, para liberarlo de las manos que aún lo sostenían. Logró sacarlo, ambos cayendo en el acto. Levi se levantó e inmediatamente buscó a Eren. Aún seguían en esa cavidad viscosa ¿Y si había caído hacia la garganta del titán? Levi se alarmó, sabía que no dudaría ni un segundo en saltar tras él, pero logró encontrarlo, recostado con un semblante raro en su rostro.
Se acercó y pudo vislumbrar sus ojos brillando, inundados de alarma.
-Eren esto no durará mucho. Pronto esa rama se romperá. Así que vamos.- Al ver que Eren aun lo miraba de esa forma, prefirió jalarlo a la fuerza.
Lo jaló pero este parecía estar adherido a la lengua del titán, lo jaló más fuerte haciendo que el castaño gritara de dolor.
-Sargento yo…- Eren intento hablar pero un crujido fuerte sonó proveniente de la rama, interrumpiéndolo, esta empezaba a partirse.- ¡Sargento salga!
-Eso quiero idiota, pero tú no pareces querer cooperar.- dijo Levi atrayéndolo así. Otro crujido.- ¡Eren levántate de una maldita vez!
-¡No puedo hacerlo sargento!- Su herida estaba fusionándose con la piel interna del titán, no se podía mover hasta más allá de las enormes fauces.- Por favor, hágalo.
-¡Basta Eren!
-¡Sargento salte!
-No lo haré –Levi estaba al borde de la desesperación. No podía dejarlo, lo necesitaba ¡Maldición! – No te dejaré.
-Sargento…-murmuró el castaño.
Repentinamente, el castaño lo tomó del borde de la chaqueta y lo atrajo. Besó sus labios bruscamente, deseando con toda sus fuerzas aferrarse a ese último recuerdo.- Lo amo Sargento.
-Eren…-susurró Levi confundido.
De pronto se sintió empujado violentamente hacia atrás, chocando con la rama que evitaba el titán cerrar su boca, intentó agarrarse de alguna cosa, pero todo estaba resbaloso y sus manos se deslizaban con facilidad.
-¡Eren!- cayó de la boca del titán.
Estaba paralizado, intentando asimilar lo que acababa de ocurrir.
Sentía que todo pasaba demasiado lento y surrealista; el aire a su alrededor, cuando la boca del enorme titán se cerró justamente en el cuello de Eren y de pronto como todo se volvió negro.
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-¡¿Cómo que no se regeneraba?!
-¡Simplemente no lo hacía! –gritó Levi apretando fuertemente las manos, se levantó tambaleante, su cuerpo se sentía entumecido, sus piernas parecían estar a punto de romperse, aunque supuso que uno de ellos, en realidad, si estaba roto a causa de la caída desde la boca del titán hasta el suelo. Pero eso era lo que menos le molestaba en ese momento.
-¿Levi?- preguntó Hanji atónita al ver como el pelinegro tomaba su equipo tridimensional.
-Dámelo- ordenó con un semblante frío.
-¡Tómalas! Pero Levi…-dijo Hanji equívoca, haciendo una mueca de dolor.-La mayoría de los nuestros ya están muertos y dudo que logremos salir con vida. Pero ¿Sabes?...Que se jodan, me uno.
Levi asintió.
-Los mataré, pelearé hasta el final y se arrepentirán...-Levi sacó sus cuchillas. Con su expresión llena de ira contenida, frustración y ante todo venganza.-…de haber asesinado a mi mocoso.
-Fue un gusto haberte conocido, obsesivo de la limpieza- murmuró Hanji, preparada para lo que se avecinaba.
-Lo mismo digo, espécimen raro.
Y ambos se lanzaron a batalla. Uno, con unos sorprendente ojos color aguamarina grabados a fuego en su mente y corazón. Mientras que la otra, con el raro deseo de ser devorada por un titán con una linda y tétrica sonrisa.
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Ya sé, ya sé TT-TT –se siente una asesina- No sé cómo los escritores viven con la muerte de los personajes D: Esto no es una indirecta a Cassandra Clare, que conste e-e
Pero esto tenía que pasar TnT
Y bueno, intentaré actualizar en la semana, ya que mi cabeza está llena de ideas para el siguiente cap :33
Dicho eso…
Adiós *W*
••Erevi Tetsu••
