Wind of change
Hace más de 5 000 años, cuando las pirámides aun eran jóvenes, Egipto estaba dividido en dos reinos. En el Norte se encontraba el reino de Rabat*, que era gobernado por el Faraón Ikram, que para su pueblo él era un líder duro y un gran guía y faraón, al igual que para su hija Neelam. Neelam tenia el cabello albino con algunos reflejos azulados, y al igual que su cabello, sus ojos eran tan azules como el cielo, su piel era clara como las arenas del desierto. De ahí su nombre, el cual había sido escogido su madre la Faraóna Kahina el día en que nació, ya que Neelam quería decir, Joya Azulada. Aunque era muy extraño ver a personas con esas características por el tipo de clima que existía ahí, ella no era única. Por el otro lado, en el Sur se encontraba el reino de Fez*, que era gobernado por el Faraón Yami, que con solo 17 años, se había convertido en el más joven faraón que había tenido ese reino, y la hermana del faraón, la princesa Leyli. Ella tenia una larga cabellera negra, ojos obscuros como la noche y piel morena. Ambos reinos eran muy pacíficos y su relación era muy buena.
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Era un día caluroso en Rabat, y a lo lejos se veía llegar un grupo de soldados escoltando al faraón de Fez y a su hermana. Cuando llegaron al lujoso castillo de Rabat fueron muy bien recibidos:
Ikram: Muy buenos días, Yami, Leyli.
Yami: Buenos días Ikram. Cuanto tiempo sin verte.
Ikram: Mucho tiempo mi buen amigo.
Leyli: Disculpe, su majestad, pero, ¿Neelam sabe que estamos aquí?
Neelam: Claro que sé que vendrían, amiga mía. (Leyli y Neelam se abrasaron) Tengo muchos planes antes de la fiesta.
Ikram: ¿Cómo que planes?, Tienes que estar aquí para recibir a los demás invitados.
Neelam: Recíbelos por mi papá, quiero dar un paseo por el reino con Leyli, hace mucho que no nos vemos.
Leyli: Por favor su majestad.
Yami: Vamos amigo mío, déjalas que salgan a respirar un poco.
Ikram: Esta bien vayan, pero regresen con tiempo suficiente para arreglarse.
Leyli y Neelam: Esta bien, adiós.
Ambas salieron de inmediato a la ciudad, caminaron durante horas hacia un lugar que Leyli no conocía, era un lugar muy obscuro y se veían maleantes por doquier, no era un lugar muy apropiado para dos princesas, y mucho menos solas:
Leyli: Neelam, ¿Qué hacemos aquí?
Neelam: Quiero presentarte a alguien.
Neelam al ver la cara de asombro de su amiga, lo único que dijo fue que no se preocupara por que era un lugar muy conocido para ella y que en ese lugar estaban seguras, a pesar del aspecto que tenia este. Después de algunos minutos, ambas llegaron a un callejón sin salida donde solo había una puerta, la cual toco Neelam y fue abierta por un hombre, el las guió hacia una habitación apartada de todos los demás que se encontraban allí. En esa habitación se encontraba un joven albino, alto, de ojos marrones y mirada penetrante y llena de maldad:
HDLP**: Señor, lo buscan.
¿?: ¿Quién es, Shekel?
Neelam: Soy yo.
Bakura: Neelam, y ese milagro que me visitas.
Neelam: Ya ves.
Bakura: Y ¿quién es tu amiga?
Neelam: Ella es Leyli, hermana del faraón Yami. Y él es mi hermano, Bakura, o mejor conocido como el rey de los ladrones, o él roba almas.
Leyli al escuchar el nombre del albino y la relación que tenia con su amiga, cambio su cara a una de sorpresa. Después tomo a su amiga del brazo y dijo que ya era tarde, que debían irse, pero Neelam insistió en quedarse un momento más, ya que necesitaba hablar en privado con Bakura, ambos fueron a otra habitación dejando a Leyli al cuidado de Shekel. Unos minutos más tarde ambos albinos salieron para despedirse y que ambas princesas se marcharan, pero antes Bakura les mostró un atajo para que pudiesen llegar más rápido al castillo del reino.
Después de que Bakura les dijera el camino, ellas continuaron solas, y aunque ninguna de las dos hablaba, en la mente de Leyli se formulaban miles de preguntas hasta que se armo de valor y comenzó la platica:
Leyli: Neelam, ¿puedo hacerte algunas preguntas?
Neelam: Ya te habías tardado, pregunta.
Leyli: Explícame, ¿Cómo es posible que un ladrón como Bakura sea tu hermano?
Neelam: Es una larga historia. ¿Estas segura que quieres escucharla?
Leyli: Sí...
Neelam: Esta bien, mira todo empezó cuando mi madre murió. Mi padre cambio algunas cosas del reino para favorecer a los más ricos del reino, pero sin que el pueblo lo supiese. Eso no le gusto a Bakura y decidió renunciar a sus privilegios y títulos hasta que mi padre cambiara o muriera.
Leyli: Pero ¿cómo sabes todo esto?, Según tengo entendido tú eras muy pequeña cuando esto sucedió.
Neelam: Es mi versión, basada en la de mi padre y la de Bakura.
Leyli: Entiendo, ¿pero tu padre te deja ver a Bakura?
Neelam: Claro que no, para él, Bakura no es su hijo sino un traidor. Si descubre que fui a verlo y que te lleve conmigo, me mataría.
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Mientras tanto en el palacio, en el cielo se podía ver algo extraño, una silueta de 4 dragones, los cuales descendieron en el palacio, uno de ellos llevaba a un joven alto, de cabellos marrón y ojos azules, que mientras bajaba del majestuoso dragón blanco de ojos azules, el faraón Yami se acercó a hablar con el de algunos asuntos de Fez. Mientras conversaban, a lo lejos se lograba ver las siluetas de dos jóvenes, que al parecer eran Leyli y Neelam:
Neelam: Mira, ya llegamos.
Leyli: Perfecto.
Neelam: Pero, espera, esos que están hay son..
Leyli: Dragones blancos ojiazul. Sí, son de Seth, el nuevo hechicero del reino. ¿Quieres verlos?
Neelam: Claro que sí.
Neelam se acerco a los dragones y Leyli se quedo alejada de ellos, al parecer Neelam no entendía que debía alejarse de ellos ya que eran peligrosos, cuando ella se acerca a uno de los dragones, el ojiazul se le acerco como si fuera alguien que conociera, pero en cambio los otros 3 dragones veían esa acción como si fuera un delito, ya que ellos no podían ser tocados por nadie que no fuera el elegido para protegerlos. Seth al ver la extraña forma en que estaban comportando sus dragones, se acerco haber lo que sucedía, al ver a la albina, la expresión de su rostro era de sorpresa al ver como uno de sus dragones trataba a una desconocida como si fuese amiga suya:
Seth: ¿Cómo te atreves a tocar a mi dragón?
Neelam: Conque tú eres el nuevo hechicero de Fez, yo soy Neelam, princesa de Rabat.
Seth al escuchar las palabras de la albina, hizo una reverencia y se disculpo por la forma en que le había hablado, pero aun así el no entendía la reacción de su dragón y no le tomo importancia.
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Un corto comienzo, pero es algo. Espero que los guste. En cuanto a las ciudades de Rabat y Fez, no están en Egipto, están en Marruecos pero me gustaron los nombres por eso los puse.
Y mi otro fic "Destino o Casualidad" no voy a poder actualizarlo hasta dentro de algún tiempo, por que he estado batallando con él, así que por mientras voy a hacer este nuevo fic.
Reviws, Porfa...
Atte.
Hannah Pegasus (
Hace más de 5 000 años, cuando las pirámides aun eran jóvenes, Egipto estaba dividido en dos reinos. En el Norte se encontraba el reino de Rabat*, que era gobernado por el Faraón Ikram, que para su pueblo él era un líder duro y un gran guía y faraón, al igual que para su hija Neelam. Neelam tenia el cabello albino con algunos reflejos azulados, y al igual que su cabello, sus ojos eran tan azules como el cielo, su piel era clara como las arenas del desierto. De ahí su nombre, el cual había sido escogido su madre la Faraóna Kahina el día en que nació, ya que Neelam quería decir, Joya Azulada. Aunque era muy extraño ver a personas con esas características por el tipo de clima que existía ahí, ella no era única. Por el otro lado, en el Sur se encontraba el reino de Fez*, que era gobernado por el Faraón Yami, que con solo 17 años, se había convertido en el más joven faraón que había tenido ese reino, y la hermana del faraón, la princesa Leyli. Ella tenia una larga cabellera negra, ojos obscuros como la noche y piel morena. Ambos reinos eran muy pacíficos y su relación era muy buena.
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Era un día caluroso en Rabat, y a lo lejos se veía llegar un grupo de soldados escoltando al faraón de Fez y a su hermana. Cuando llegaron al lujoso castillo de Rabat fueron muy bien recibidos:
Ikram: Muy buenos días, Yami, Leyli.
Yami: Buenos días Ikram. Cuanto tiempo sin verte.
Ikram: Mucho tiempo mi buen amigo.
Leyli: Disculpe, su majestad, pero, ¿Neelam sabe que estamos aquí?
Neelam: Claro que sé que vendrían, amiga mía. (Leyli y Neelam se abrasaron) Tengo muchos planes antes de la fiesta.
Ikram: ¿Cómo que planes?, Tienes que estar aquí para recibir a los demás invitados.
Neelam: Recíbelos por mi papá, quiero dar un paseo por el reino con Leyli, hace mucho que no nos vemos.
Leyli: Por favor su majestad.
Yami: Vamos amigo mío, déjalas que salgan a respirar un poco.
Ikram: Esta bien vayan, pero regresen con tiempo suficiente para arreglarse.
Leyli y Neelam: Esta bien, adiós.
Ambas salieron de inmediato a la ciudad, caminaron durante horas hacia un lugar que Leyli no conocía, era un lugar muy obscuro y se veían maleantes por doquier, no era un lugar muy apropiado para dos princesas, y mucho menos solas:
Leyli: Neelam, ¿Qué hacemos aquí?
Neelam: Quiero presentarte a alguien.
Neelam al ver la cara de asombro de su amiga, lo único que dijo fue que no se preocupara por que era un lugar muy conocido para ella y que en ese lugar estaban seguras, a pesar del aspecto que tenia este. Después de algunos minutos, ambas llegaron a un callejón sin salida donde solo había una puerta, la cual toco Neelam y fue abierta por un hombre, el las guió hacia una habitación apartada de todos los demás que se encontraban allí. En esa habitación se encontraba un joven albino, alto, de ojos marrones y mirada penetrante y llena de maldad:
HDLP**: Señor, lo buscan.
¿?: ¿Quién es, Shekel?
Neelam: Soy yo.
Bakura: Neelam, y ese milagro que me visitas.
Neelam: Ya ves.
Bakura: Y ¿quién es tu amiga?
Neelam: Ella es Leyli, hermana del faraón Yami. Y él es mi hermano, Bakura, o mejor conocido como el rey de los ladrones, o él roba almas.
Leyli al escuchar el nombre del albino y la relación que tenia con su amiga, cambio su cara a una de sorpresa. Después tomo a su amiga del brazo y dijo que ya era tarde, que debían irse, pero Neelam insistió en quedarse un momento más, ya que necesitaba hablar en privado con Bakura, ambos fueron a otra habitación dejando a Leyli al cuidado de Shekel. Unos minutos más tarde ambos albinos salieron para despedirse y que ambas princesas se marcharan, pero antes Bakura les mostró un atajo para que pudiesen llegar más rápido al castillo del reino.
Después de que Bakura les dijera el camino, ellas continuaron solas, y aunque ninguna de las dos hablaba, en la mente de Leyli se formulaban miles de preguntas hasta que se armo de valor y comenzó la platica:
Leyli: Neelam, ¿puedo hacerte algunas preguntas?
Neelam: Ya te habías tardado, pregunta.
Leyli: Explícame, ¿Cómo es posible que un ladrón como Bakura sea tu hermano?
Neelam: Es una larga historia. ¿Estas segura que quieres escucharla?
Leyli: Sí...
Neelam: Esta bien, mira todo empezó cuando mi madre murió. Mi padre cambio algunas cosas del reino para favorecer a los más ricos del reino, pero sin que el pueblo lo supiese. Eso no le gusto a Bakura y decidió renunciar a sus privilegios y títulos hasta que mi padre cambiara o muriera.
Leyli: Pero ¿cómo sabes todo esto?, Según tengo entendido tú eras muy pequeña cuando esto sucedió.
Neelam: Es mi versión, basada en la de mi padre y la de Bakura.
Leyli: Entiendo, ¿pero tu padre te deja ver a Bakura?
Neelam: Claro que no, para él, Bakura no es su hijo sino un traidor. Si descubre que fui a verlo y que te lleve conmigo, me mataría.
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Mientras tanto en el palacio, en el cielo se podía ver algo extraño, una silueta de 4 dragones, los cuales descendieron en el palacio, uno de ellos llevaba a un joven alto, de cabellos marrón y ojos azules, que mientras bajaba del majestuoso dragón blanco de ojos azules, el faraón Yami se acercó a hablar con el de algunos asuntos de Fez. Mientras conversaban, a lo lejos se lograba ver las siluetas de dos jóvenes, que al parecer eran Leyli y Neelam:
Neelam: Mira, ya llegamos.
Leyli: Perfecto.
Neelam: Pero, espera, esos que están hay son..
Leyli: Dragones blancos ojiazul. Sí, son de Seth, el nuevo hechicero del reino. ¿Quieres verlos?
Neelam: Claro que sí.
Neelam se acerco a los dragones y Leyli se quedo alejada de ellos, al parecer Neelam no entendía que debía alejarse de ellos ya que eran peligrosos, cuando ella se acerca a uno de los dragones, el ojiazul se le acerco como si fuera alguien que conociera, pero en cambio los otros 3 dragones veían esa acción como si fuera un delito, ya que ellos no podían ser tocados por nadie que no fuera el elegido para protegerlos. Seth al ver la extraña forma en que estaban comportando sus dragones, se acerco haber lo que sucedía, al ver a la albina, la expresión de su rostro era de sorpresa al ver como uno de sus dragones trataba a una desconocida como si fuese amiga suya:
Seth: ¿Cómo te atreves a tocar a mi dragón?
Neelam: Conque tú eres el nuevo hechicero de Fez, yo soy Neelam, princesa de Rabat.
Seth al escuchar las palabras de la albina, hizo una reverencia y se disculpo por la forma en que le había hablado, pero aun así el no entendía la reacción de su dragón y no le tomo importancia.
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Un corto comienzo, pero es algo. Espero que los guste. En cuanto a las ciudades de Rabat y Fez, no están en Egipto, están en Marruecos pero me gustaron los nombres por eso los puse.
Y mi otro fic "Destino o Casualidad" no voy a poder actualizarlo hasta dentro de algún tiempo, por que he estado batallando con él, así que por mientras voy a hacer este nuevo fic.
Reviws, Porfa...
Atte.
Hannah Pegasus (
