WARNING! Los personajes de la historia que estás a punto de leer, le pertenecen a J.K Rowling y no a mí. Sin embargo, la trama, personajes y lugares nuevos y diálogos entre otros, SÍ le pertenecen a esta humilde servidora.
La inspiración para escribir esta historia, nació cuando recordé la vez (hace sólo algunos meses atrás) que jugué a este famoso jueguito llamado "Nunca-nunca" – del cual se enterarán algunos capítulos más adelante – en la casa de una amiga.
A pesar de eso, lo del juego no lo sabrán hasta el sub-siguiente capítulo, el de hoy, por lo menos, es un capitulo de introducción, espero que les guste…
Bueno, espero no haberlos aburrido con tanto parloteo… aquí les va, y espero sus reviews! ;)
principita/
Capítulo Primero – Aquellos ojos…
El sol brillaba como nunca aquel verano, iluminando cada rincón de aquel paraíso perdido. Hermione sentía como la hierba rozaba suavemente sus pies al correr por el parque; aquel era un día especial para la castaña, ya que después de tanto tiempo, iba a decirle a él lo que sentía desde hace ya 2 años… Habían quedado de verse junto al lago a las 4 menos 15, y sin embargo, aún eran las 3 y media cuando la morena sintió que unas manos grandes y frías le cubrían los ojos mientras que una voz familiar le susurraba dulcemente al oído:
"Adivina quien"
"No tengo la menor idea" – respondió la chica sonriendo al tiempo que apartaba las manos del chico de su rostro y lo saludaba con un beso en la mejilla.
"¿Esperaste mucho?" – preguntó luego el chico sonriendo.
"Te quedaban aún 15 minutos para llegar… como que no esperé nada" – respondió la muchacha entre risas.
"Bueno, la verdad es que estaba muy nervioso Herms" – respondió el chico temblando y sonrojándose hasta las orejas – "Esto de venir al mundo muggle no se me da tanto como jugar al ajedrez… y bueno… ¿Qué querías decirme?"
"Ehmmm… verás Ron…" – comenzó la chica sonrojándose notoriamente, claro que un poco menos que el pelirrojo – "Hemos sido amigos por mucho tiempo ya, y quería decirte que…"
"…Me gustas" – interrumpió el aludido adelantándose a la confesión de la morena – "Lo… lo siento Hermione… debía decirlo antes de que tu me dijeras cualquier otra cosa" – terminó bajando la cabeza.
"Eso era lo… lo que yo quería decirte también" – dijo Hermione, lo que hizo que su acompañante se incorporara para mirarla a los ojos.
"Es… ¿es en serio?" – dijo el chico tocándole la mejilla con su mano derecha.
"Pues… pues si… y… eso no es todo… no sólo me gustas Ron…" – continuó – "Yo… yo… te am----"
Antes de que la chica pudiera terminar aquellas dos hermosas palabras, el pelirrojo la acercó a ella y le dio un beso en los labios, dejando que las acciones dijeran más que las palabras: sus bocas se juntaban en un beso tímido, cálido y lento, lleno de sentimientos que ambos chicos se guardaban desde su quinto año en Hogwarts. Ambos se sumieron en un beso que duró varios minutos y que fue separado sólo por la necesidad de aire.
"Yo… siento haberme apresurado…" – dijo Ron sonrojándose nuevamente.
"No te disculpes… no es importante" – respondió la castaña agachando la cabeza para cubrirla con su enmarañado cabello y que el pelirrojo no viera que su cara estaba del mismo color de su pelo.
"¡Claro que lo es, sangre sucia!"
La chica abrió los ojos y miró nuevamente a su acompañante; unos grumos protuberantes comenzaban a salir de la cara de Ron, deformándolo completamente. Su cabello comenzaba a tornarse rubio platinado, sus profundos ojos azules se transformaban en un gris opaco y su nariz era ahora más respingada y su tez más pálida… ya no era Ron… era… era.
"¡Malfoy!" – gritó la castaña ahora roja de rabia.
"¿Qué esperabas?" – gruñó este – "¿Al Neardenthal de Hagrid?"
"No puede ser… ¡Esto es una pesadilla!" – respondió la chica agarrándose la cabeza y perdiendo totalmente la compostura.
"Pues de hecho, lo es" – asintió el chico al mismo tiempo que despegaba su cabeza del cuerpo y la usaba como balón de baloncesto.
La chica se despertó empapada en sudor frío aquella mañana del primero de septiembre. Efectivamente, había sido una pesadilla… y sin embargo, había sido tan real…
Miró a su alrededor descubriendo el cuarto de Ginny Weasley, al mismo tiempo que se repetía "fue sólo un sueño, fue sólo un estúpido sueño…"
Cómo hubiera deseado que fuera real; que aquel beso con el pelirrojo no haya sido ficticio, que aquella caricia en su mejilla no hubiera sido producto de su imaginación, que aquella mirada azulina hubiera sido dedicada sólo a ella… el insomnio de la noche pasada la había traicionado con una imagen de su subconsciente… ¡pero era tan cruel!
De pronto, la puerta comenzó a rechinar, dejando que pequeños rayos de luz se colaran a la habitación de la pelirroja y la despertaran.
"¡Vamos flojas, a desayunar!" – se escuchó decir a una voz que Hermione había escuchado hace sólo algunos segundos en sus sueños – "O el Expreso de Hogwarts se marchará sin ustedes…"
"¡Ya vamos, ya vamos!" – dijo Ginny bastante malhumorada. La pelirroja se molestaba siempre que la despertaran temprano, y esta vez no era la excepción.
Ambas chicas se ducharon, vistieron y bajaron su maleta antes de desayunar. Hermione entró a la cocina saludando a muchas melenas rojas y una negra como el ébano, y no fue hasta entonces que distinguió aquellos ojos azules penetrantes que estaban junto al moreno. Aquellos ojos que le habían robado el sueño, que le habían robado el despertar… y aquellos mismos ojos que hace mucho tiempo le habían robado el corazón.
Ok... les ha gustado? háganmelo saber! sólo pulsen el botoncito "go" que a está en la esquina inferior izquierda de su pantasha... gracias :)
