La forma de mi corazón
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Summary : Desde que Philip se estableció en una de las colonias Britanicas del Caribe, su vida paso de ser un simple marinero a establecerse en un pequeño pueblo con una librería, teniendo una vida tranquila. Pero aunque todo este simplemente tranquilo para Philip, su corazón no puede olvidar la gratitud de la joven Sirena.
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- Gracias por su compra - Se despidió de la joven pareja que salía de su pequeña librería pero que estaba con una basta colección de libros, mapas y documentos.
Se acercó a la puerta de vidrio y dio vuelta el cartel que indicaba que ya había cerrado la Librería.
Se rasco el cabello que tenía corto desde que se había establecido en la pequeña ciudad. Se dirigió a la segunda planta, no antes de apagar las velas que iluminaban la biblioteca. No quería ocasionar un incendio en su nueva vida, en su nuevo trabajo; y siendo el dueño sería horrible perderlo todo.
Y ahora que daba una vista tan rápida a la librería, antes de subir por las escaleras de maderas, siempre estaría agradecido con el antiguo dueño de la Librería, el Sr. Thomas. Él anciano señor le había dado un humilde trabajo hace un año atrás como ayudante. Philip estaba encargado de trasladar las cajas con libros, mercadería y documentos que ya el Sr. Thomas no podía cargar por su avanzada edad, y aunque el trabajo era poco para Philip, estaba agradecido de que, además, el Sr. Thomas le permitiera vivir bajo su techo.
A medida que pasaban los meses, la relación laboral de Philip con el señor había afianzado una amistad que duraría hasta el fallecimiento del Sr. Thomas.
Cuando había fallecido el anciano hombre, que siempre estaba vestido de etiqueta al recibir a los clientes, Philip estaba preocupado de perder aquel trabajo que a la larga le había traído tranquilidad y bienestar a su vida, estaba deprimido, ya que ahora tendría que buscar trabajo en algún bar o como marinero. Pero cuando el abogado del Sr. Thomas le revelo que en su testamento le había dejado la propiedad de la Librería y una mediana suma de dinero a su nombre, Philip no podría creerlo y avergonzado, había negado la herencia.
- No puedo aceptarla -su mirada se turbio asustado. - Yo no tengo el derecho de tener aquello. - El abogado, viejo y casi a la edad del Sr. Thomas, le miro entendiendo su actuar, pero le miro con regaño.
- Si rechaza la herencia, la librería pasará a sus Hermanas que viven en Londres. ¿Cree usted joven Philip, que ellas estarían contentas con una roñoza, antigua y sucia librería ? - Philip frunció el ceño de los calificativos que le daba el abogado a la tienda. - Piense con objetividad. -
- Thomas, le tenía un especial cariño a usted, Sr Swift. Él lo consideraba como el hijo que nunca tuvo - aquello le emociono. Philip veía al anciano Thomas como un abuelo que nunca tuvo, pero que él le viera como un hijo, le conmovía- No rechace el ultimo acto de benevolencia que tuvo mi viejo amigo - su voz aunque grave se quebró con lo último, que blando la mente de Philip.
- De acuerdo. Dios bendiga el Alma del Sr. Thomas y que lo reciba en el paraíso y le otorgue la paz eterna - ambos se miraron y el abogado le entrego el documento que contenía el Derecho de Propiedad por la Librería y la casa, y la suma de dinero que era 120 monedas de oro, suficiente para mantener una vida estable por un tiempo-
Se saco el delantal de cuero y lo dejo encima de la mesa. La luz de la ciudad iluminaba en cierta parte el cuarto de arriba. La noche apareció y Philip se dio cuenta que ya debería estar en su casa.
...
- ¿A quién tengo yo en los cielos, sino a Ti? Fuera de Ti, nada deseo en la tierra.- leía en voz baja el salmo 73, versículo 25 de su pequeña y gastada biblia. El Sr. Thomas se reía de él por poseer una pequeña biblia, teniendo ejemplares de la bilbia en formato grande, Philip siempre le respondía que era la que lo había salvado en el pasado.
El hombre senil nunca supo que el había sido prisionero del pirata Barbanegra y obligado a navegar en "La Venganza de la Reina Anne", pero él había entendido que había tenido un pasado con heridas y recuerdos aún latentes en su mente.
Volvió a leer el versículo, poniendo atención a la frase. Nada deseo en la tierra, se dijo; pero, él si deseaba algo.
Tener la posibilidad de a ver nuevamente a Syrena.
Aunque había pasado un año desde que había sido salvado por Syrena, él todavía podía evocar los momentos que vivió con la joven sirena que le llamo la atención;no por su belleza-aunque debía admitir que era hermosa- sino por ser tan diferente a las demás; comprensiva, amable en escucharlo. Aquello produjo que se alojaran sentimientos hacia ella que permanecían todavía.
Todavía podía degustar el beso que le dio para otorgarle nuevamente una oportunidad de vivir. El beso fue tan suave, tan tierno y dulce que lo guarda en su corazón y que provocaba que siempre suspirara por ella, trayendo la atención en su tiempo al antiguo dueño de la librería del porqué su actuar tan melancólico.
- Es una chica ¿No? - Philip se sonrojo y guardo más libros en la caja para cargarla. El Sr. Thomas sonrió.
- Deberías ir a visitarla de vez en cuando - su sonrisa se esfumo al ver la expresión compungido de Philip.
- Ella...se fue - Y las palabras fueron más que suficiente para aconsejar a Thomas de no volver a tocar el tema.
Pero aunque el año había transcurrido, Philip Swift tenía la leve esperanza de que la volvería a ver. Si dios así lo permitía y lo hacía realidad.
- Sería un privilegio que mis ojos pudieran contemplar tal criatura tan inocente, tan especial y única para mi -
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Acá finaliza el 1 capitulo de La forma de mi Corazón.
Perdonen de que no se haya aparecido Syrena en el capitulo, pero todo tiene su razón.
En el próximo capitulo aparecerá pero pongan atención en que modo. ( las enrede más, al parecer)
Saludos.
Se despide
Ca211
