¿Atropellando... a papá?
Summary: Lo último que le pasó por la cabeza a Isabella Swan aquella tarde en que vió a un sexy extraño con cabello cobrizo, es que había encontrado al padre de su pequeña hija… y que lo había atropellado por accidente.
Disclaimer: Okey, okey, ¡ya lo haré! ¿Pueden dejar de apuntarme con esas cosas? *mirada molesta a los hombres de traje con armas que me apuntan con dos metralletas a la cabeza* Me están obligando a hacer esto, de lo contrario Edward estaría conmigo toda la semana, mientras Emmett y Jasper permanecen encerrados en mi armario (?), por lo que se ofrezca, *sonrisa pervertida*. Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, a la cual le agradecemos que haya creado esos personajes tan apetecibles. Peeeeroo…. ¡La historia si es completamente mía! ¡Já! ¡Tráguense esa, señores!
Uno: Y entonces… ¡Lo atropellé!
Y eso que acabo de llegar…
Bella POV
-Vamos mamá, ¡canta conmigo! –mi pequeña Nessie siguió dando pequeños saltitos en su asiento trasero del coche, a pesar de traer puesto el cinturón atado casi como correa, eso no le impedía estar de hiperactiva. Igualita que su tía Alice cuando tenía su edad.
-¡Mamá! –chilló. Rodee mis ojos y sin apartar la vista del camino, comencé a seguir su cancioncita:
Soy una taza
Una tetera,
Una cuchara
Un cucharon…
Reí al ver la expresión de triunfo de mi pequeñuela por el retrovisor del auto. Si claro: ella si podía hacer que su madura madre cantara una canción infantil sobre artefactos de cocina, y yo no podía hacerla que comiera su brócoli.
Soy un cuchillo
Un plato hondo
Un plato llano
Un tenedor
Soy un salero…
…¡azucarero!
La batidora
Y la olla express
Puu poo…
-¡Mamá! –chilló, de nuevo.
-¿Qué? –pregunté, un poco impaciente. Mi pequeña Renesmee era muy adorable, pero podía sacarme de quicio cuando quería realmente. Mi hija de casi 5 años hizo un mohín adorable.
-Es "puu puu" no "puu poo" –me regañó. No pude evitar reírme un poco por el puchero que estaba haciendo. –Lo siento Nessie –me "disculpe". Seguí manejando por las calles, que extrañamente estaban desiertas.
Miré la hora en mi reloj de mano, y luego miré por el retrovisor a ver qué estaba haciendo mi hija, que se había mantenido extrañamente callada en los últimos minutos; Estaba con sus ojitos fijos en la ventana, y cada tanto suspiraba melancólicamente.
Casi gemí al adivinar en que estaba pensando…
-Ness… -la llamé. Ese tema era algo constante desde que ella había entrado al kínder. Los niños de ahora no todos eran tiernos y adorables desde pequeñitos. No señor. Ahora eran malvados y burlones. Estúpidos niñitos de ahora…
-Mami… ¿porque no tengo papá? –casi me atraganto con mi propia saliva. ¡Tenía que preguntarme eso! ¡Eso precisamente!
-Renesmee, tu no… -callé de golpe cuando vi un bulto negro encima del coche. Más bien… besar y estrellarse contra el cofre del coche en un golpe sordo, muy duro.
-¡Mierda! –exclamé. Frené el coche de golpe, y me quité el cinturón con prisa.
-Me debes un dólar, mami
-¡Nessie! –chillé. -Tu pobre madre atropella a un pobre incauto, y ¿¡lo único que piensas es en que te debo un dólar por que se me salió una palabrota! –no esperé a que me respondiera, y cerré la puerta del coche no muy suavemente. Me deslicé sin despegar las manos del carro, y asomé mi cabeza haber que veía.
Que haya sido una tontería de mi cabeza, por favor…
Obviamente, cuando un bulto negro inmóvil, y bastante alto como para ser un hombre está tirado a un escaso metro de tu coche, no es coincidencia que esté hundido el cofre.
¡Oh dios mío, acabo de atropellar a un pobre hombre!
¿Qué hago, que hago?
¿¡QUE MIERDA HAGO!
Comencé a entrar en pánico. Pasé mis manos por mi cabello desesperadamente, y luego miré a ambos lados de la calle desierta.
Al menos nadie me había visto todavía. No se escuchaban sirenas de patrulla ni nada por el estilo. Quizás… quizás aun estaba a tiempo de huir cobardemente y salvar mi culpable trasero de la cárcel.
No podía dejar a mi Nessie sin su madre, también.
Bien: Esa era la excusa.
Comencé a alejarme de allí, y entré al coche. Mi hija estaba ahora en el asiento del copiloto. Mentalmente me pregunté cómo se había logrado quitar el cinturón.
-¿Mami? ¿Lo vamos a dejar ahí?
-Si –respondí. Me sentía como la peor de las madres, dándole ese ejemplo a mi pequeña hija de 4 años y medio. Nessie abrió sus ojitos como platos.
-¿¡En serio! –preguntó, completamente sorprendida.
-Si, Nessie. Es lo que voy a hacer en este preciso instante. –intenté arrancar el coche, pero no estaba dando resultado. Me desesperé aún más cuando Renesmee clavó sus ojos –mis ojos- en mí. Fijamente, reprochándome en silencio. Haciéndome sentir más culpable de lo que ya era.
-Ness –gemí –No me mires así, por favor
-No quiero saber que diría abue Charlie si se entera de esto, mamá –exclamó. Casi me infarto ante el tono acusador de su aguda vocecita.
-¡Diría que no puede creer que su propia nieta eche de cabeza a su propia hija! –jadeé. -¿Qué sugieres, pequeña justiciera? ¿Qué lo lleve a casa y lo cuide hasta que despierte y le ruegue que no me meta a la cárcel? –arqueé una ceja y crucé mis brazos sobre mi pecho.
Nessie fingió pensarlo un rato y luego dijo: -Si.
Me ahogué con mi propia saliva -¿¡Estás loca, pequeña niña de 4 años y medio!
-Ese pobre señor podría morir por nuestra culpa –bajó la mirada y oí un sollozo ahogado. ¡Nunca más la llevaría con Alice!
-¡Bien! –refunfuñé. –Pero si quiere presentar cargos, diré que tú estabas distrayéndome – la amenazé, como si se tratará de un adulto maduro y coherente. Bajé de un portazo del coche y me dirigí hacia ese… atropellado.
Me incliné a su lado. -¿Señor…? –llamé. Bueno, al menos estaba inconsciente. Con una fuerza sobrehumana lo voltee boca arriba.
¡Oh dios!
Era el hombre más guapo que había visto en mi 24 años… ¡y yo lo medio-mato!
Estúpido karma…
Tenía la piel muy blanca, quizás más que yo y eso era mucho decir. Algunos raspones y rasguños en las mejillas y la frente, la nariz recta y sus labios estaban entreabiertos. A simple vista, se veía musculoso, pero no exagerado, pero deje de preocuparme por eso cuando un maldito gato hizo que se cayeran algunos botes de basura y me asusté, pensando que la policía saldría de un bote y me arrestaría por asesinato en primer grado en cualquier momento. Ahora me estaba poniendo paranoica.
-¿Y ahora qué hago? –me pregunté. Miré a ver a mi pequeña, que estaba expectante a ver que hacía su desesperada y cobarde madre atropella-hombres-buenotes.
Maldije bajo mi aliento, y reuní fuerzas para levantar (o arrastrar) al desconocido que había atropellado sin querer (por supuesto! Quién en sus sano juicio querría atropellarlo!). Lo tomé por los brazos y pasé uno por encima de mis hombros. Estaba consciente de que hacer eso era peligroso para él… pero se me hacía más peligroso para mí llamar a una ambulancia.
-¡Joder! –jadeé. ¡Este tío estaba realmente pesado y mucho más alto que yo! Me sacaba fácilmente unos 10 o 15 centímetros. Trastabillé hasta llegar a la puerta trasera de mi Audi S5. Resoplé, y luego Nessie me abrió la puerta, donde dejé caer con cuidado al chico. Lamentablemente resbalé y caí casi (casi) encima de él.
La diablillo se rio de mí, y luego me sacó la lengua. Ya sabía que pensaba: Otra vez me había ganado. Ya se le estaba haciendo costumbre. Puse mis ojos en blanco y me dirigí a mi asiento.
Maldije nuevamente y arranqué el coche, el desgraciado arrancó a la primera esta vez, comenzaba a creer que conspiraba con mi hija. Conduje un poco más despacio, no quería tener a otro atropellado en mi conciencia. Cuando di la vuelta en la esquina del nuevo vecindario a donde recién nos acabábamos de mudar, rogué mentalmente porque ninguno de mis "comunicativos" vecinos nuevos estuviera asomando su persona a la calle.
Por supuesto, no tuve tanta suerte: Jessica y Mike, el ninfómano matrimonio Newton, estaban afuera dando espectáculo no apto para inocentes y mentes sensibles.
-Uy, cochinotes –escuché decir a mi Nessie antes de taparse sus inocentes ojos con su manita y voltearse de cara contra el asiento. Eso encendió la furia de madre dentro de mí y salí echando humo del coche. Les grité unas cuantas cositas y luego se metieron a su casa sin dejar de toquetearse.
Iugh.
Luego de estacionar el coche, ayudé a mi hija a bajar del auto, y le pedí que me avisara si veía algún metiche… o a algún policía con intenciones de arrestarme.
-Y uno, dos y… -hice un esfuerzo terrible para bajar del asiento de atrás al pobre chico, cuando el cuerpo estuvo fuera sentí que se me iban las fuerzas y caí de pompas sobre el duro asfalto con el chico arriba mío. Escuché de fondo las risitas de mi malvada hija. Sería una posición comprometedora si él no estuviera inconsciente.
-Joder, joder, joder… -este chico estaba bien gordo. Necesitaba ir al gimnasio una vez que estuviera bien, y lo hubiera convencido de que no sería buena idea mandarme a la cárcel. O tal vez la que necesitara ejercitarse era yo…
¿Yo?
Nah.
Me di por vencida sobre cargarlo de nuevo, y comencé a arrastrarlo dentro de mi casa, una vez que pude quitármelo de encima. Por suerte, se resbaló con suma facilidad por el piso de madera hasta la sala.
-¿Nessie? –Inhalé por la boca varias veces y luego me estiré. Sentí algunos huesos de la espalda tronarme ruidosamente.
-Acá arriba, mami
-¿Qué haces allá arriba cuando deberías estar acá abajo calmando a tu madre de sufrir un infarto? –arqueé una ceja cuando la vi bajar con cuidado las escaleras, y sonreírme como si estuviera haciendo una pregunta estúpida.
-Arreglando el cuarto para nuestro invitado, mami
¿QUÉ? -¡No es nuestro invitado, Nessie! –chillé, con toda la fuerza que me dieron mis pulmones después de cargar al atropellado. ¿Cuándo se ha visto que un invitado sea atropellado y luego arrastrado al interior de una casa estando inconsciente?
-No creo que se vea bien en la sala –comentó, encogiéndose de hombros. Reflexioné bien sus palabras; Esto estaba mal: ¿cuando había pasado mi pequeña niña a ser más inteligente que yo?
Gemí cuando caí en cuenta de que yo solita tendría que subirlo por las veintidós escaleras hacia la habitación.
N/B: Oh sí! Por fin convencí a Viks de que empezemos a subir las historias que tenemos empezadas! Pienso que así será más fácil ponernos a continuarlas, espero…Así que vamos a subir un capítulo cada semana hasta que se nos acaben los capítulos escritos, de ahí lo dejaremos a su suerte…& al "bloqueo de escritora" por el que desafortunadamente esta pasando Viks. Esperemos que mejore. Read U!
