REEDITADA

Una historia que me surgió la idea un día de insomnio. No es demasiado extensa, solo son siete capítulos más el epilogo. Serán cada uno más largo de lo usual, a fin de evitar tantas actualizaciones. Intentaré lo posible de hacerlo semanalmente, pero todo depende de mi carga de trabajo. En este caso la cita del inicio del capitulo engloba por completo el mensaje de la narración.

Bleach no es de mi autoría, le pertenece a Kubo Tite. Historia original, escrita por mí.

Nota: palabras en cursiva, memorias del pasado de cada uno de los personajes.

Resumen general: El tiempo no pasa en balde. Cada día transcurrido es una agonía constante, el saber que la vida que vives, es tan solo la más grande mentira. ¿Por qué el temor a decir la verdad?.

Sumary: A veces, la más grande mentira es negarnos la verdad a nosotros mismos…


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Viviendo Mentiras

(Living Lies)

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Por Ireth I. Nainieum

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Capítulo I

La historia de dos niñas

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"Las mentiras más crueles son dichas en silencio"

-Robert Louis Stevenson-

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El caos generalizado por las divisiones era más que evidente. Los dioses de la muerte iban y venían por los pasillos en la Sociedad de Almas. Ultimando la reciente noticia del día. Los murmullos e invenciones no se hicieron esperar; e inclusive algunos oficiales, no tuvieron más remedio que reprender a ciertos miembros ante las noticias esparcidas por ellos. Muchas de ellas falsas.

―¿Es, ya oficial?

El rubio cuestiono a su amigo pelirrojo, el cual miraba con desinterés el papeleo en su oficina. Los dejo a un lado fastidiado de haberlos tenido que aprobar. Coloco sus manos bajo su barbilla, antes de responderle.

―Lo será dentro de poco, Kira –suspiro- por el reporte recibido el día de ayer, no le quedan más que horas –se levanto y camino hacia la ventana, mientras miraba el cercano atardecer- parece que fue ayer cuando vino a este lugar por primera vez –miro el cielo- que ahora francamente me asombra el saber que esta vez se queda para siempre

―Renji

―¿No es irónico, el saber que nada ha terminado como se suponía? –expuso el pelirrojo-

―¿Alguna vez alguien supuso?

Cuestiono la fémina de la habitación, mientras esta cruzaba una de sus piernas en el sillón de la oficina.

―Rangiku san –volteó hacia ella- al menos todos creíamos en un principio que la guerra terminaría para el bien de todos –ocupo su asiento- por lo menos imagine que acabaría diferente para ellos…

―Así que de eso hablabas, Renji –se levanto y camino rumbo al escritorio y se sentó sobre el mismo- ese hecho si que genero una gran sorpresa en todos

―¡Matsumoto! –le reprendió levemente el rubio- sabes bien que no es tema para tratar en un lugar así

Antes de cualquier respuesta, la interrupción abrupta en la oficina los hizo girarse rápidamente, para ver al intruso en la conversación. Se trataba de un integrante en la cuarta división, el mismo que una vez fue bedel en la celda de Rukia, en el pasado. Su rostro sudoroso y respiración entrecortada les indicaba claramente que era algo importante lo que les iba a informar. Hanatauro Yamada, respiraba con dificultad. Coloco sus manos en su pecho intentando regular su respiración, antes de proceder con el anuncio que debía comunicar al Capitán de la Tercera División.

―Un…, momen…, to –exhalaba agitado- por…, favor

Unos segundos después respiro profundamente.

―Lo lamento –se sobo la cabeza- pero tan pronto como me lo informaron, he venido corriendo a la división –los miro- Kurosaki Ichigo ha muerto en el mundo humano –tomo aire- en cuestión minutos su alma abra arribado a la Sociedad de Almas y será un residente permanente

―Ya veo –comento desosegado-

Renji se levanto de su escritorio, lo mismo hizo la mujer y los tres antiguos ocupantes de la sala abandonaron la habitación. Su rostro era tenso y mostraba clara frustración, ahora solo había que esperar para ver como sucederían las cosas.

―¿Dónde le esperan?

Interrogo Renji, mientras se detenía en el marco de la puerta, junto al séptimo oficial.

―Parece que su alma arribara en el distrito Hokuan, en el monte Koifushi (1), tengo entendido que el Capitán Ukitake fue el encargado de darle el entierro a su alma

Renji, chasco su lengua ante la mención del Capitán de la Décimo Tercera división.

―Todavía ni llega y ya lo están tratando como a una persona importante –negó con su cabeza- espero que este trato tan elitista no se le suba a la cabeza –coloco una mano sobre el hombro de Hanatauro- regresa a tu división, y gracias por el mensaje

Salió de su oficina y todos le siguieron. Caminaban rumbo al área señalada, donde el alma de un viejo amigo llegaría, luego de tantos años de espera. Ante su asombro y sorpresa, el lugar estaba prácticamente desolado. A excepción de Yamamoto Genryuusai y su teniente Sasakibe Choujirou, nadie más lo esperaba para llegar.

―Por lo visto, no se le subirán los humos –hablo con sarcasmo la mujer- de hecho su alma tendrá un recepción muy fría a mi gusto –suspiro- ¡ya se, y si lo invitamos a tomar para celebrar!

Comento excitada ante la idea.

―Me parece que tu idea tendrá que esperar a otro momento

Menciono Kira.

Renji camino más y se alejo de ellos. Se coloco junto al comandante general, a quien saludo con respetuosa inclinación. Sasibake hizo lo mismo con el Capitán recién llegado y se alejo, camino junto al resto de los tenientes. Los hombres de alto rango, miraron el cielo nocturno de abril.

―¿Ansioso, Capitán Abarai? –lo miro de soslayo- ha sido largo tiempo, desde la última vez que lo vio

―No tanto señor –expreso en un susurro- solo han pasado cincuenta y cinco años –se rasco la cabeza incómodo- es un parpadeo para nosotros

Lo interrumpieron.

―Pero toda una existencia vivida, Capitán no lo olvide –volteó hacia él- nuestra presencia es longeva comparada con el parpadeo de la vida de los humanos

―Lo se señor –se excuso-

―Espero que lo guie prudentemente por la Sociedad de Almas –apretó su bastón- y que no se meta en ningún tipo de problema –lo observo con seriedad absoluta- ¿sabe de lo que le estoy hablando, Capitán?

Antes de que Renji tuviese una oportunidad de responder, fue interrumpido afortunadamente por una muy expectante Matsumoto que saludaba alegremente al recién llegado en esa solitaria área.

―¡Ahí!

Agitaba sus manos, para que este la mirase. A lo lejos, un par de metros a la distancia una sombra casi irreconocible se acercaba cada vez más hacia ellos. El perfil iba tomando forma. Hasta que finalmente lo vislumbraron luego de tantos años a un viejo y querido amigo. Quien a diferencia del último recuerdo que mantenían en sus mentes, se veía mucho más grande. Tal vez aparentaría unos veintiocho años más o menos. Seguía teniendo ese cabello color zanahoria. No obstante lo más notorio era esa mirada de franca melancolía que les mostraba a los presente. Suspiro el recién llegado, y camino hacia ellos.

―¡Hey! –no supo como dar el primer saludo- ha sido un largo tiempo

Renji esbozo una sonrisa y refunfuño en el acto.

―Idiota, no ha sido tanto como creías

Ichigo le miro con molestia ante sus palabras.

―Lo siento Renji, pero para mí cincuenta y cinco años han sido mucho tiempo –se cruzo de brazos- y morir a los ochenta y cinco ha sido un largo camino que recorrer solo

La sonrisa del pelirrojo se hizo más grande. Habían ciertas cosas que no cambiaban.

―Al menos alégrate de no haber arribado siendo un vejestorio

Ichigo lo miro perplejo y también sonrió.

―Bueno, eso si lo agradezco y…

Yamamoto Genryuusai aclaro su garganta y llamo la atención de los hombres, quienes comprendieron que tal vez podrían ser regañados por sus palabras antes citadas.

―Es bueno saber que finalmente su alma podrá estar en este lugar –camino hacia Ichigo- supongo que el Capitán Ukitake le explico lo de su zanpakutou y el porque en este momento no arribo con su arma

―Si me lo explico, dijo que…

El anciano levanto su mano, deteniendo las palabras de Ichigo.

―Eso lo discutiremos más adelante, por ahora los dejaremos solos –mientras indicaba al resto de los presentes- me gustaría charlar con usted Kurosaki, sobre ciertos planes que tenemos ahora que será un residente permanente de la Sociedad de Almas –lo miro fijamente- tendrá un permiso especial para ingresar a la Corte de los Espíritus Puros, sin tanto escándalo como la primera vez –le dio la espalda- el Capitán Abarai lo llevará a la Primera División –le informo- los espero a medio día señores

Dando una clara orden sin mencionarla, le indico al resto que lo siguieran y los dejasen. Un incómodo silencio se formo entre los viejos amigos. Era difícil dar una conversación.

―¿Y, cómo ha sido todo? –pregunto torpemente el pelirrojo- por aquí no ha habido grandes cambios

―¿Grandes? –se mofo y se sentó en el pasto- ¡ahora eres Capitán Renji! –hablo con sorpresa- es algo de lo que deberías sentirte orgulloso, la última vez que nos vimos aún eras teniente

―No es la gran cosa –se coloco junto a él- de hecho es muy tedioso –suspiro cansado.- Ahora yo debo dar las órdenes finales de todo, y estar al pendiente de todos los miembros, ir a las reuniones de Capitanes una vez por semana –miro el cielo- y ni recuerdo cuando fue la última vez que pude irme de jerga toda la noche

Ichigo se río.

―Lo siento Renji –se disculpo sinceramente, luego de la mirada recelosa- es solo que jamás imagine que hablarías algún día de esa manera

―¡Idiota! –lo reprendió- tengo que dar otra imagen ahora que estoy en este puesto –se cruzo de brazos- mis subordinados confían en mí

―Ah

Otra incomoda afonía se apodero de ellos.

―Tengo entendido que Orihime esta aquí desde hace años

―Diez para ser precisos –le corrigió- sigue igual de hermosa y preparando esa horrible comida –sonrió- hace ya ocho años que forma parte de las divisiones y tan solo cinco años de su nombramiento como teniente de la Quinta División, en sustitución de Hinamori

―¿Realmente?

Indago, sin embargo daba la impresión que solo cuestionaba para perder el tiempo o llegar a otro tema a tratar. Uno que él no quería tocar precisamente esa noche.

―Si, para todos fue una sorpresa. Pensamos que entraría a la Cuarta División o quizás la Décimo Tercera, -suspiro- pero... -silencio incómodo- parece que prefirió la Quinta

―Aja

―Ishida ahora esta en la Décimo Segunda, muy a la sorpresa de todos –se incomodaba- bajo el mando Kurotsuchi –tosió- el llego hace…

Intentaba recordar la fecha exacta de su llegada y tenía dificultades para acordarse.

―Fue hace treinta años, que Uryuu llego aquí –le respondió- tuvo un accidente automovilístico cuando regresaba de una conferencia en Kioto –se levanto- me siento raro sin la bata del hospital –miro su ropa- aunque aliviado por no haber llegado con ella

Recordó que el Capitán Ukitake le dio una yukata azul índigo, al citarle que si le hacia el entierro a su alma con la bata así arribaría a la Sociedad de Almas.

―Y Chad, tal vez llegue a los cien años –lo miro- cuando me visito en el hospital se veía muy bien

―Estoy esperando –se levanto- a que hagas esa pregunta Ichigo –se paro frente a él- eso que has querido saber desde que llegaste

―Es un asunto sin importancia –comenzó a caminar- en…

―¡Ichigo!

―¡RENJI! –lo miro un instante- por favor. Me dijo Ukitake san, que me indicarías donde pasaría la noche, estoy cansado –dio un par de pasos- morir no es fácil –suspiro- así que por favor

El pelirrojo camino molesto. Dejando atrás a su amigo y se ignoraron mutuamente el resto del trayecto. Por los lugares que pasasen la gente los señalaba con curiosidad, a ser más precisos a Ichigo específicamente, más no le importaba.

―Esta es mi casa –le indico- te puedes quedar aquí el tiempo que necesites –entraron en la propiedad- en este momento lo tengo más abandonado que otra cosa –le informo- paso mucho tiempo en la división y no tengo oportunidad alguna de venir –camino hacia un mueble- aquí hay algo de ropa, es mía, pero puedes usarla no puedes traer siempre esa

Poco después le mostro la residencia. Un espacio de tres habitaciones con un pequeño jardín trasero; una recamara, sala y baño. Además del cuarto de tatami (2), todo con madera de arce.

―Se que no parece la gran cosa, pero en otros tiempos este era mi pequeños escondite –camino hacia el jardín- hay una buena vista del Junrinan (3)

Ichigo camino hacia su amigo y comprueba la veracidad de sus palabras. El edificio estaba sobre un cerro, por lo cual podía observar con claridad, parte de la ciudad nocturna. La contemplo con tristeza. De reojo Renji lo miraba con preocupación.

―Lamento las molestias Renji

―No es nada Ichigo, este lugar esta más vacio ya te lo dije antes –se cruzo de brazos- y es bueno que la gente de por aquí no piense que lo he abandonado, o intentarán apropiarse de mi departamento –lo miro serio-

Ichigo esbozo una sonrisa. Renji, se despidió y comenzó a caminar hacia la puerta.

―¿Por cierto, si llegas a ver a Orihime o a Uryuu diles que me visiten?

Se detuvo y lo miro con molestia.

―¿Acaso crees que debo decirles? –lo miro escéptico- lo más seguro es que los tengas merodeando por aquí antes de que lo imagines, tienen muchas ganas de verte y charlar contigo

Emprendió una vez más su marcha y se despedía con la mano, dándole la espalda a su amigo en el proceso.

―Pasaré por ti a las once en punto –abrió la puerta y se detuvo- es el primer distrito, en el Junrinan cerca de la zona de los nobles que esta el lugar donde deseas ir

Exclamo en un suave susurro. Salió por completo y lo dejo solo con sus pensamientos.

―Gracias Renji

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Muy temprano en la mañana, salió del departamento y luego de andar sin conocer topo con un bello jardín. Tomo un crisantemo en tonos violetas. Un par de minutos más y con la ayuda de ciertos transeúntes encontró el camino indicado por Renji. Se sorprendió al notar el contraste entre el Junrinan y el sector Aristócrata de la Sociedad de Almas. Las largas y grandes paredes blancas contrastaban con las diminutas propiedades de la zona donde paso la noche. Las casas estaban visiblemente separadas las unas de las otras, pasillos impecables y perfectos. Todos ellos solitarios caminos para andar. A excepción de las guardias privadas, que lo miraban con recelo.

Chasco su lengua con desagrado y les dio una mirada con el ceño fruncido ante la actitud de los hombres. Lo cual los atemorizo un poco. Ese maldito lugar le ponía los pelos de punta, suspiro cansado. Si que era difícil el estar ahí.

Poco después de media hora más de marcha, arribo a su verdadero destino. Las puertas estaban completamente abiertas y sin nadie, que cuidase ese recinto. Un largo camino de piedra blanca le indicaba, indirectamente por donde andar. Miro a su alrededor, y se sorprendió al ver unas espaciosas casas dispuestas cuidadosamente y una más ostentosa que la otra. A lo lejos percibió la más opulenta de todas y supo que era esa a donde debía dirigirse.

Dio unos pasos más, y se detuvo frente a la gran puerta de madera de cerezo. La toco delicadamente. ¿Era acaso una buena idea el estar ahí?. Dio un paso hacia atrás, tal vez debería volver. No tenía forma de medir el tiempo y no quería causarle problemas a Renji por su culpa. Cuando por azares desvió su mirada hacia abajo, comprobó que la cerradura estaba abierta. ¿Serían acaso tan descuidados para cometer tal imprudencia?. Quizás eso le decía que debía entrar y verla una vez más.

Ingreso al espacioso recinto y cerro la puerta tras él. El lugar estaba iluminado claramente por un gran domo en el techo. El cual filtraba una gran cantidad de luz, lo que generaba una apariencia etérea al espacio completo, casi sacado de un sueño. Lo miro francamente maravillado, ante la visión que tenía frente a él. Y a lo lejos en suelo de ahí, percibió un elemento que no formaba parte de la decoración evidente. Una manta roja esparcida y contrastante con el blanco suelo. Camino intrigado hacia ese espacio. Se coloco en cuclillas para tener una mejor vista y se sorprendió al comprobar que había alguien durmiendo.

Se trataba de un infante de pequeña edad. Quien dormía plácidamente y tapado por completo con la tela roja, la cual cubría su pequeño cuerpo en su totalidad. Su respiración era apacible y delicada. Antes de que tocase la tela, el ser debajo de ella se irguió precipitadamente, pero la cobija aún cubría la mayor parte de su cuerpo. Por lo que solo pudo percibir sus ojos, con una hermosa mirada en ellos.

De pronto la puerta se abrió de golpe y esto trajo la atención de ambos, los cuales miraron con asombro a los recién llegados. Esto más que nada fue una sorpresa para el diminuto intruso que con rapidez se coloco detrás de Ichigo, en un vano intento de ocultarse de uno de los hombres.

―¿Así, qué aquí estas?

Exclamo más aliviado que molesto el noble.

―Se te ha dicho varias veces que este no es lugar para que pases la noche –camino hacia ellos- ¿cómo has logrado escabullirte esta ocasión? -miro a su sirviente- habrá que mejorar la seguridad de la mansión -le indico-

―¡Byakuya!

Finalmente el hombre miraba al escudo del infante. Y renegó mentalmente.

―Ha pasado tiempo Kurosaki –lo miro fijamente- pensé que no vendrías nunca a este lugar –se inclino- tienes una reunión importante el día de hoy -dio un paso- de hecho es una reunión en conjunta

―Lo se –exclamo con fastidio-

―Renji –llamo a su antiguo teniente- no se retrasen ya sabes que el comandante Yamamoto, no tolera los retrasos

Uno de los sirvientes se coloco lentamente junto a Byakuya y esperaba las órdenes del noble. Byakuya tomo con delicadeza al infante y con ternura retiro la cobija que cubría su cuerpo. Lo cual revelo su identidad. Se trataba de una pequeña niña, quien de haber estado en el mundo de los vivos, aparentaría unos cinco años tal vez, vistiendo un elegante kimono rosa y portando el kenseikan (4). Sintió su corazón detenerse al mirar a la chiquilla, quien era una clara replica de Rukia, pero en versión pequeña. Más aún, al saber quien era en realidad.

―Ella es Ume (5)

Le indico cuando observo su mirada perdida en la niña. Se levanto y la tomo entre sus brazos, comprobó con rapidez su estado y nuevamente con señas indico que le diesen la cobija. Con ella cubrió a Ume y le dio la espalda a Ichigo, el cual aún estaba inclinado en el suelo incapaz de hacer cualquier tipo de reacción, tan solo tenía la mirada perdida en la nada.

―¡MI CHAPPY! –grito- ¡ESTA DETRÁS DE ÉL!

Señalo el peluche con forma de conejo blanco colocado detrás de él. Ichigo, lo tomo y se levanto, un gran dolor en su pecho lo inundo por completo, ese era un regalo que le había dado a Rukia hace mucho tiempo atrás. Camino hacia ellos y se lo entrego, fue tan solo un instante pero al rozar su pequeña mano sintió algo en su interior.

―Gracias

Le sonrió dulcemente la niña y antes de algo más, se acerco con rapidez a él y beso brevemente su mejilla como muestra de agradecimiento, hacia el salvador de su peluche. Byakuya, tan solo miro con preocupación la escena completa, esperaba que él no comenzase una escena en ese lugar precisamente. Durante años, pensó en como contestar a sus preguntas si este las hacia. Camino en compañía de su criado y salieron juntos del Mausoleo del Clan Kuchiki. Ichigo estaba consternado y no pudo decir ni hacer nada, tan solo se quedo viendo como ambos se marchaban y los dejaban solos.

―Renji

Musito en un suplica evidente. Él citado camino lentamente hacia su amigo, y coloco una mano sobre su hombro izquierdo. Tomo aire antes de responderle.

―Como ha dicho el Capitán Kuchiki –suspiro- ella es Ume –lo miro directamente a los ojos- la hija de Rukia y de Ashido (6)

Renji contemplo como la mirada de Ichigo se tornaba pesada y nostálgica. Percibió también la tensión en el cuerpo de su amigo y su claro deseo de marcharse de se lugar lo más pronto posible. Retiro su mano y antes de irse, coloco el crisantemo sobre la tumba de Rukia. Y ambos emprendieron la marcha a la Primera División.


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Capitulo II

Como dos perfectos extraños

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Glosario

+ (1) Lugar donde entrenó Shiba Kaien a Rukia Kuchiki por primera vez.

+ (2) Son asociados con tradiciones japonesas como la ceremonia del té.

+ (3) Primer distrito de la Sociedad de Almas

+ (4) Símbolo de nobleza

+ (5) Nombre de niña con significado de ciruelo

+ (6) Personaje exclusivo el anime


Notas de la autora:

Como cite en inicio, la idea me surgió un día de insomnio. A diferencia de otras historias, tengo más capítulos escritos, por lo cual tal vez detenga algunos proyectos un par de semanas más. Lo lamento, pero mi tiempo libre me agobia tanto como el del trabajo y la escuela. Por teorías, y aún no ha sido explicado por Tite, tomaré una de las que mejor pueden aplicarse al caso. El envejecimiento en el caso de Ume será de por cada década vivida un año, por lo tanto ella tendría cinco años.


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Nos vemos

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