Yo sé que no he terminado con mi otro Crossover. Lo sé, lo sé, es sólo que esta pareja me ha estado rondando por la cabeza desde hace algún tiempo, sobre todo después de leer un Crossover de GiottoxFemHarry que me encantó, lástima que era un One-Shot :,v
Bueno, esta historia no será tan larga —eso espero—. Quizá unos 5 o 10 capítulos. Quizá menos. Creo que ahora podré andar actualizando seguido porque ya salió de la maestría —viva yo—. Así que bueno, aquí lo tienen.
Esto sucede después de la guerra de hogwarts. Y nótese, que el título del fanfic está inspirado en el poema de Ginger Foutley (nickelodeon) "hola extraño"
Bueno, será un M-Preg- Amo los M-Preg... no me culpen, amo ver a Harry en ese estado, es tan lindo c': y no olvidemos a Teddy-baby... un papá Harry es tan tierno
Bueno ya... disfruten y no desesperen, Giotto viene en el otro capítulo.
Hello, strange.
GiottoxHarry
m-preg.
Capítulo 1: Después de todo.
•
Habían pasado exactamente un año desde la batalla de Hogwarts. Tenía ya 19 años y había cumplido su sueño de ser un Auror. Todo había estado relativamente tranquilo en ese tiempo. Poco después de la guerra, Hermione había regresado a Hogwarts para terminar el último año de escuela; ni Ron ni él quisieron regresar, habían sido reclutados como Aurores casi inmediatamente después de la guerra, claro que tuvieron que pasar por entrenamientos. Hermione en cambio, se había quejado, diciendo que era importante terminar Hogwarts, pero al final ella regresó sola.
Durante el transcurso de ese año pasaron muchas cosas. Hermione y Ron se casaron casi inmediatamente después de que ella saliera de Hogwarts. Molly no se quejó tanto, a pesar de que les dijo que eran jóvenes, pero los apoyó. Bill y Fleur ya tenían a su propio bebé para ese momento. George decidió dejar Sortilegios Weasley por algún tiempo a su mejor amigo Lee Jordan, decidiendo irse de viaje para intentar recuperarse de la pérdida de su hermano gemelo. En ese año se ha sabido de él salvo por una postal que había mandado la navidad pasada desde una ciudad mágica en Canadá.
Neville y Luna estaban saliendo desde la batalla final, prácticamente desde que la guerra terminó. Neville estaba dando clases de herbología en Hogwarts y Luna daba clases de Runas Antiguas —resultó ser muy buena en ello—, tanto que pondría a Hermione en vergüenza. Ambos estaban comprometidos y ella estaba esperando a su primer bebé; Jamie Lilie, nombre dado en honor a los padres de Harry.
¿Y qué había de Harry? Bueno, había estado saliendo con Ginny desde la batalla de Hogwarts, pero pronto se volvió casi una rutina el estar juntos. Ella estaba un poco demasiado ansiosa por casarse y constantemente lo presionaba con ello. Molly no ayudaba en nada porque sólo le daba cuerda a Ginny y ambas se estaban volviendo una molestia para Harry. Él quería vivir su vida tranquilamente un tiempo, quería criar a Teddy y darle todo lo que él no tuvo en su infancia. Harry había adoptado a Teddy después de que Andrómeda murió tres meses después de terminada la guerra. Este era otro problema, porque Ginny no había estado de acuerdo en ello, ella quería sus propios hijos y no sólo uno adoptado, lo que hizo que Harry le comenzara a tener rencor a Ginny, porque Teddy era todo el mundo de Harry. Ese pequeño bebé era su adoración.
Un año después aquí estaba. Siendo uno de los líderes de un grupo de Aurores, el más joven y prometedor según muchos. Había decidido mudarse a Grimmauld place después de remodelarla un poco con ayuda de Kreacher —Ginny y él habían vivido juntos en una pequeña casa cerca de los Weasley—, y ahora estaba evitándola como la peste ya que se había vuelto muy obsesionada con él y violenta con Teddy. Él la terminó hace una semana, justo después de que ella comenzara a despotricar en contra de su pequeño hijo. Había sido un pleito intenso, porque ahí se había dado cuenta de la clase de persona que ella era.
•
Flashback
—¡Es que no logro entenderte, Harry! —Gritó Ginny—, ¡me dijiste que me amabas!
—¡Y lo hago! —Exclamó enojado, evitando un vaso de cristal que ella le había lanzado—, ¡pero no voy a atarme a alguien cuando siento que no estoy listo, soy demasiado joven, además Teddy me necesita!
—¡TEDDY, TEDDY, TEDDY! —Gritó ella exasperada—. ¡SÓLO TE LA PASAS HABLANDO DE ESE MOCOSO! ¡SI QUIERES HIJOS YO PUEDO DÁRTELOS, PUEDO DARTE TODO LOS QUE TU QUIERAS, NO LO NECESITAS A ÉL!
—….¿De qué rayos estás hablando, Ginevra? —murmuró incrédulo ante lo que acababa de oír.
—¡Desde que ese mocoso llegó a nuestras vidas ya no me prestas atención! ¡Sólo te la pasas con él y ni siquiera es tu hijo biológico! —exclamó la pelirroja—. ¡No deberías ni siquiera tener que ocuparte de él, simplemente dalo en adopción y ya! ¡Es un mocoso y lo detesto porque te está apartando de mí y sé que es por ese niño tonto que no quieres casarte conmigo aún! ¡NO LO NECESITAS, SÓLO ME NECESITAS A MÍ, SÓLO HAZME CASO A MÍ! ¡A MÍ QUE SOY TU FUTURA ESPOSA! ¡YO TE DARÉ TODO EL AMOR QUE NECESITES, TE DARÉ MUCHOS HIJOS QUE SEAN NUESTROS, LO ÚNICO QUE TIENES QUE HACER ES DESHACERTE DE.…!
—¡YA ES SUFICIENTE, CÁLLATE AHORA MISMO!
—…Harry… —susurró incrédula, su Harry jamás había reaccionado así. Todo era culpa de ese maldito mocoso—… Harry, es que no lo entiendes, tú me amas… nos amamos… no lo…
—Dije que te calles…
Ginny observó en silencio como Harry se movió del lugar donde estaba parado y se fue hasta la cuna de Teddy, en dónde hace media hora el bebé dormía bajo un hechizo y un encantamiento para silenciar alrededor de su cuna. Harry cargó al pequeño bebé y se fue directo a la puerta de la habitación, antes de pararse y girar levemente la cabeza hacia ella. De algún modo, ella intuyó que este era el fin de su relación.
No, ella no lo iba a permitir. Este era su futuro, su futuro lleno de alegría, amor, hijos y dinero. Un matrimonio perfecto junto al salvador del mundo mágico. No iba a dejar que se le escapara de las manos.
—Harry, no…
—Ya fue suficiente, Ginevra —dijo él—. Esto no va a funcionar. Lo que sientes no es amor, es obsesión. Será mejor que terminemos. Yo no quiero estar con alguien que solo me ve como una fuente de fama y fortuna.
—¡No, no! —ella le rogó—. ¡No voy a permitir que te vayas! ¡Eres mío!
—No vuelvas a acercarte a mí, ni a Teddy. O me veré obligado a tomar medidas.
—¡Ron va a odiarte por hacerme sufrir! —Ginny en su desesperación tomó otro camino para que él se sintiera culpable y no la dejara—. ¡Y no sólo él, sino toda mi familia, te odiarán Harry, te odiarán! ¡Y no tendrás ya a más familia que a ese mocoso! ¡Estarás completamente solo y luego vendrás a rogarme, lo sé!
—No —dijo con seguridad—. Al menos sé que Ron no lo hará. Nos conocemos desde los once años, es mi mejor amigo, él va a comprenderme. Él y Hermione. Y si he de quedarme sólo, entonces no necesito a nadie más que a Teddy. Él es mi familia.
Harry se volteó con intención de aparecerse.
—¡No te atrevas a irte, Harry Potter! —gritó—. ¡Si lo haces me encargaré de que tú y tu mocoso sufran!
—No te atrevas a ponerle una mano encima a mi hijo… —dijo él acercándose a ella, con una mirada tan gélida y carente de emociones que Ginny sintió que se le erizaba la piel —. Adiós, Ginevra. No te acerques a nosotros.
—¡HARRY!
Y entonces se apareció en Grimmauld place, ajustando las barreras para que nadie pudiera entrar.
Fin flashback
•
Después de eso, se vio obligado a hablar con Ron el mismo día en Grimmauld place. Bueno, al menos le debía una explicación a él y a Hermione. Y como lo dijo, Ron lo comprendió, quizá estuvo un poco molesto, pero no fue con él sino con Ginny. Le comentó que había llegado a casa junto con Hermione para visitar a su mamá y ahí había estado ella, despotricando y llorando como loca mientras gritaba que Harry la había abandonado y que debía casarse con ella porque estaba embarazada de su hijo. Harry no podía creer esto, pero Ron se aseguró de decirle a Ginny que eso no era posible y si ella estaba embarazada, sin duda no era hijo de Harry, ya que él había hecho un ritual de purificación antes de adoptar a Teddy por sangre, esto había sido necesario según los goblins de Gringotts por el Horrocrux que había tenido con él durante tantos años y que antes de adoptarlo era necesario purificar para que a la larga esa magia oscura no le afectara al bebé por medio de la sangre, ya que parte de su magia y su núcleo iría a Teddy para ayudarle a formar poco a poco el suyo. Los bebés mágicos se apoyaban en la magia de sus padres, pero como Teddy no tenía a sus padres, Harry lo haría.
Los efectos secundarios de este ritual era que el cuerpo de Harry no permitiría engendrar ningún bebé por lo menos en unos seis meses más mientras su magia y su cuerpo volvían a ajustarse.
Tres meses después de todo el problema, Ginny se había vuelto una constante fuente de tormento y sufrimiento para Harry. Se vio obligado a renunciar a su puesto de Auror debido a que ella le lavó el cerebro al jefe de aurores —con quien se había acostado en un desespero por hacerle la vida imposible a Harry—. Tantas mentiras circulaban por el ministerio de magia gracias a Ginny y que el jefe de aurores lo despidiera lo hizo peor. No es que necesitara el dinero, porque tenía demasiado con lo que sus padres y Sirius le dejaron, además de la bóveda que había sido de Tom Riddle —esa noticia le hizo temblar—, esa bóveda le heredó por conquista, pero Harry no quería tener nada que ver con esa bóveda, así que les regaló todo el contenido a Gringotts como pago por aquél incidente del Dragón. Cabe decir que ellos se lo tomaron más que demasiado bien, tanto que ahora era amigo de los Goblins.
Su vida era extraña, pero no se quejaba.
Uno de esos rumores fue un reporte de maltrato infantil hecho anónimamente vía lechuza al departamento de seguridad infantil del ministerio de magia. Habían llegado a su puerta en Grimmauld Place a las 4:00 am con intención de llevarlo a juicio y llevarse a Teddy a un lugar de adopción. Pero Harry siendo un Lord, sobre todo de tres casas —Potter, Black y Gryffindor—, usó ese poder para evitar que se llevaran a Teddy y que por lo menos le dieran juicio primero. Durante el juicio se reveló que nada de lo que le acusaban tenía fundamento. Gracias a un abogado Goblin —ser amigo de los goblins tenía beneficios—, accedieron a cuestionarlo bajo veritaserum.
Al final lo declararon inocente, no sin antes de que Harry solicitara una orden de restricción contra Ginny. Harry supo que todo había sido obra de ella.
Y bueno. Han pasado ya cuatro meses llenos de constante acoso por parte de ella. Al parecer no se detendría. Ginny había llegado tan lejos como para intentar lanzarle la maldición asesina a Teddy desde la distancia, mientras él y Harry paseaban por un parque en Londres Muggle. Gracias a sus reflejos pudo esquivarlo, pero había sido la gota que derramó el vaso. Teddy no necesitaba andar corriendo por su vida con alguien detrás de él poniéndolo en peligro constantemente. Harry estaba estresado. Necesitaba irse.
A parte de Ginny, el mundo mágico había sido implacable con él. Después de que gracias a cierta reportera de El Profeta, el mundo mágico se enteró de su rompimiento con Ginny, la gente comenzó a asediarlo a cualquier lugar a donde iba, rogándole que tomara en cuenta a sus hijas —incluso hijos—, para que se casaran con él. Esto era otra cosa que mantuvo pensando a Harry, recién se enteró de que los hombres con ciertas circunstancias podían embarazarse, ¿lo oyen? ¡Embarazarse! Harry no podía creerlo. Ahora no sólo tendría que soportar a las mujeres que lo acosaban, sino también a los hombres, su vida se había vuelto, una vida llena de estrés y lo peor era que su pequeño Teddy lo comenzaba a sentir.
Así que había hablado con Ron y Hermione sobre la opción de mudarse a otro lugar.
—¿Estás seguro de eso, Harry? —preguntó Hermione mientras tomaban té en Grimmauld place.
—Sí. Tanto estrés que me asedia con todo lo que ha pasado ha comenzado a afectar a Teddy también.
—Me siento mal por todo esto —dijo Ron suspirando y frotándose la cara con cansancio—. Todo es culpa de Ginny, no sé en qué está pensando.
—No es tu culpa Ron —dijo Harry mientras le preparaba a Teddy una botella de leche y se sentaba en la silla de la cocina para darle de comer al bebé, que estaba en brazos de Hermione.
Era un bebé muy tranquilo y alegre, pequeño. Sólo tenía 9 meses y necesitaba muchos cuidados. Harry acomodó a Teddy en sus brazos y lo observó con una sonrisa mientras este bebía animadamente de su botella y lo observaba de vuelta con sus enormes e inocentes ojos cafés que de pronto se volvieron verdes como los de Harry.
—Bueno… tú sabes que te apoyamos, Harry.
—Lo sé, gracias Hermione.
—¿Y a dónde irás? —preguntó Ron.
—Los Black tienen varias casas por ahí, podría preguntar en Gringotts. Quiero un lugar tranquilo y relajado, preferiblemente donde no me conozcan.
—Eso será muy difícil… —murmuró Hermione—. Eres famoso mundialmente, en todas partes del mundo mágico, no sólo en Londres.
—Es cierto… —contestó Ron—. La semana pasada mi grupo de Aurores fue a España por un problema con un mago británico que andaba asesinando a mujeres muggles. Te digo compañero, me reconocieron a mí, y enseguida me preguntaron por ti varios magos y brujas españoles. Me pareció ver incluso una estatua en tu honor en la parte mágica de la ciudad.
—Oh Dios… —murmuró Harry—. ¿Qué haré entonces? La poción multijugos no es una opción porque yo no quiero que Teddy tenga una vida en la que nos tengamos que esconder como si fuéramos criminales, porque no lo somos.
—Ojalá pudiera ser posible el viaje entre dimensiones… —dijo bromeando Ron.
Hermione le miró sorprendida. Y Ron se puso nervioso.
—¿Qué? —dijo el pelirrojo—. ¡Fue una broma!
—No, no es eso es que… —dijo Hermione—. De hecho es… Posible… —terminó Hermione mirando a su marido, totalmente impresionada—. El velo, de hecho. Luna y yo habíamos estado estudiándolo un par de meses atrás después de que ella me dijo algo curioso hace un año. Sobre que el velo era una puerta a otro lugar, un acceso. No le creí en ese entonces, pero después de tantas investigaciones, sé que es posible… ¿Cómo no se me ocurrió?
—¿Qué? —susurró Harry—. ¿Estás hablando en serio?
—…Pero… El Velo es un método que los aurores utilizan como método alternativo a la maldición asesina para darle muerte a los asesinos que se les declara pena de muerte. ¿Es decir que andan por ahí en otro lugar y no están muertos? —dijo Ron impresionado.
—No. Sí es muerte instantánea, pero no para inocentes —dijo ella—. He leído mucho sobre ello con ayuda de Luna, encontramos escritos antiguos en Hogwarts que hablaban sobre el tema. El Velo es como un "justiciero" está hecho por la magia, los que caen son juzgados, si eres culpable mueres, si eres inocente se te da la oportunidad de vivir en otro lugar, una nueva vida.
—…Entonces… Sirius… —murmuró Harry.
—…No lo sé… quizá podría… pero Harry, no quiero que te hagas muchas ilusiones o te lastimarás —dijo ella—. Si está vivo o no. Pero… podría ser una alternativa para ti, aunque será arriesgado.
—Vivir o morir en el intento —dijo Harry—. Sería horrible de mi parte arriesgarme así y a Teddy en el proceso, pero tampoco puedo quedarme.
—…Yo puedo darles una opción… —dijo una voz desconocida a sus espaldas, que les hizo estremecerse a los tres.
Una figura encapuchada estaba parada ahí frente a ellos, flotaba sobre el suelo y no se le veía el rostro.
Era la muerte.
—…Qué… —murmuró Hermione asustada, alejándose instantemente de la figura, levantando la varita en defensa.
—Hola, maestro… —dijo La Muerte mirando a Harry. El pequeño Teddy, estaba inocentemente tomando de su botella y mirando a la figura desconocida con curiosidad.
—¿Qué? ¿Yo? —preguntó Harry con algo de reticencia.
—¿Quién más? —dijo La Muerte—. Tú has reunido todas mis reliquias.
—¡Pero si ya no tengo la varita, ni tampoco la piedra!
—Pero las dominaste, sólo es cuestión de que las llames y aparecerán ante ti. Las reliquias de la muerte no pueden ser destruidas por medios normales. De todos modos, te tengo una proposición, maestro.
—¿No lo vas a… matar, verdad? —preguntó Ron, asustado.
—No. Claro que no —dijo—. He escuchado de tu problema y a cambio de un pequeño favor, puedo llevarte a otro lugar en dónde nadie va a reconocerte.
—¿Qué favor? —preguntó Harry.
—Entrégame las reliquias y te llevaré a otro lugar sano y salvo.
—¿Sólo eso? —preguntó Hermione.
—No son objetos que deban estar más tiempo entre los mortales. Sólo que te advierto maestro, una vez que nos vayamos a otra dimensión, no habrá vuelta atrás. No podrás volver.
—¿No podré volver a ver a Ron ni a Hermione? —murmuró triste.
—Bueno… —dijo La Muerte, pensando—. Te haré un pequeño favor sólo porque eres mi persona favorita. El espejo que te dio Sirius Black, te servirá como método de comunicación entre dimensiones. Así que, si me das las reliquias y renuncias a tu título como maestro de la muerte, te llevaré.
Harry miró a Ron y a Hermione.
—Nosotros te apoyamos, Harry. Sólo queremos verte feliz —dijo Hermione, sonriendo y Ron la apoyó. Harry sonrió y miró a La Muerte.
—Estoy de acuerdo.
—Perfecto, cuando estés listo entonces, Maestro. Sólo llámame y apareceré, me imagino que querrás hacer algunas diligencias antes.
—Gracias…
—Para servirte, Maestro.
Y entonces La muerte se fue, dejando reflexionando a tres personas en el comedor de la cocina. Harry sonrió, intuía algo sobre esto, algo le decía que esto era lo correcto. Miró entonces a Teddy que acaba de terminar su botella y le besó la frente dulcemente.
Era hora de ser feliz.
Los siguientes días pasaron sin contratiempos. Harry dejó todo listo en Gringotts, vació sus bóvedas, dejando una aclaración de por qué lo hacía a los goblins. Visitó a Neville, Luna y varios de sus amigos antes de irse, no diciéndoles a dónde iba, sólo que se iba, porque sabía que intentarían impedirlo. Luna ya lo sabía —ella parecía saberlo todo—, sólo le dijo: Serás más feliz que nunca, eso te lo puedo asegurar. Sólo deja que tu corazón te guíe.
Por último se despidió de Draco, se habían vuelto amigos después de muchas cosas. Draco no necesitó que le dijera nada, con verlo intuyó que se iba y le deseó lo mejor. Al final, volvió a Grimmauld place, preguntándole a Kreacher si quería irse con él, pero este le dijo que no quería dejar a su Señora sola y que era su deber cuidar de la casa de los Black. Harry sólo terminó despidiéndose del elfo huraño.
Y ahí estaba. En medio de la biblioteca con todas sus cosas y las de Teddy contraídas en un baúl dentro de su bolsillo. Frente a ellos estaban Neville, Luna, Ron y Hermione.
Entonces Harry llamó a la muerte.
—Te deseo lo mejor, Harry —dijo Neville—. Te lo mereces.
—Estaremos comunicándonos seguido, eso no lo dudes —dijo Ron, sonriendo.
—Cuídate mucho y a Teddy también… —Hermione murmuró con ganas de llorar, dándole un último abrazo antes de separarse.
—Recuerda, Harry… —interrumpió Luna—. Ahí te esperan muchas cosas…vas a ser muy feliz, así que confía.
—Lo haré, gracias… a todos, por todo —dijo Harry, volteando a ver a la muerte—. Estoy listo.
—Vámonos entonces.
Y entonces, desaparecieron en un estallido silencioso.
Pasarían semanas antes de que la noticia de que Harry Potter se había ido se supiera.
•
Harry miró a su alrededor. Estaban en una ciudad muggle. No reconocía nada.
—¿En dónde estamos? —preguntó Harry, al parecer nadie de los Muggles notó la repentina aparición de Harry y no notaron a la figura alta y encapuchada que flotaba a lado de él. Nadie, excepto unos ojos azules que lo miraban desde lejos sin que él lo notara.
—Estamos en Italia, en el Siglo 19.
—¡¿Qué?!
•
•
•
¿Y qué les pareció? Iba a hacerlo más largo pero ya son las 3:08 am xD
La verdad no tengo la menor idea de en qué año vivió Giotto ya como Vongola Primo. Si alguien sabe me dice :'v
Hay algunos errores por ahí, ya que lo escribí rápido. Sorry.
