Disclaimer: La leyenda de Zelda no me pertenece es propiedad de Nintendo.

Notas de autor: Mi primer Zelink, debo decir; no estoy muy segura del resultado y si quedaron IC, es el primer fic que hago de ellos y es...jfdlkjshd (?) pero es un regalo para Ryuu, que me esta escribiendo un fic de una de mis parejas favoritas uvu

Advertencias: Posible OoC.


Zelda hubiera querido no volver a ver a Link con aquella expresión en su rostro. Mucho menos por su causa.

Y sin embargo, poco podía hacer si también era humana.

—Estoy bien— dijo con voz rasposa y el guerrero la vio más alerta que nunca, empezando a taparla con la cobija mientras volvía a recostarla pues se había incorporado levemente—, sólo estoy resfriada.

Link no dijo palabra alguna, demasiado preocupado en ir a preparar alguna medicina que le sirviera para aminorar el dolor de garganta o calmar el color en su nariz; producto de la enfermedad. Zelda se sintió sonreír, ella ama a Link, podría confiarle su vida y sabría que él iría hasta el fin del mundo con tal de traerla de las garras de la muerte. Se lo había prometido y lo había cumplido cuando tuvo que sellarse a su misma.

Sin embargo, aquel guerrero rubio podía enfrentarse al más terrible monstruo sin dudar, pero un pequeño resfriado casi lo hacía temblar como sino pudiera salvarla.

La chica se rió sin poder evitarlo y notó los ojos del rubio sobre ella, como preguntándole que era lo que pasaba.

—De verdad, no debes preocuparte —murmuró cuando lo vio regresar con el ceño ligeramente fruncido, la mano del muchacho se colocó en su frente y la chica cerró los ojos al sentirla fresca contra su piel caliente; notando al fin cuanto extrañaba aquel contacto.

Un paño húmedo remplazó la mano de Link antes de que el chico volviera a irse de la pequeña e improvisada habitación de Zelda, quien suspiró sonoramente acomodandose un poco decepcionada para tomar una siesta, hasta que vio las pequeñas florecillas en un jarrón aún lado de ella.

«Link» sonrió al imaginar al rubio ir al prado a recolectar aquello, tan distante como se veía; sabía que él la apreciaba tanto como para realizar hasta los más pequeños detalles con tal de hacerla sentir bien.

...

Poco tiempo después, Zelda abrió los párpados desorientada, notando el canto de los grillos anunciando la inminente noche. Su cuerpo se sentía pegajoso, pero ya no había más fiebre y aquello lo agradeció antes de incorporarse para buscar a Link.

Sabía que aún seguiría trabajando en la construcción del templo para proteger la espada maestra, así que tendría que ir a buscarlo para que descansara sino, dudaba mucho que lo hiciera.

—Link— llamó al chico que, efectivamente, estaba trabajando arudamente—. Es noche deberías de descansar.
—Igual que tú— el rubio ya estaba justo a su lado para regresarla a la habitación cuando la chica lo detuvo mirando las estrellas.
—Gracias, Link. — Murmuró Zelda antes de apoyar sus manos en los antebrazos del chico y levantarse de puntas para dejar un beso en sus labios.

Lo que la chica nunca esperó, ni por asomo; es que al separarse de él, Link la mirara entre sorprendido y aterrado mientras se daba la vuelta para empezar a correr, tropezándose con un montón de piedrecitas del camino; y provocando una angelical risa en ella.

Link podía ser el guerrero perfecto, pero seguía siendo un chico enamorado, uno muy tímido.


A favor de la Campaña "Con voz y voto", porque agregar a favoritos y no dejar un comentario es, como han dicho otras autoras:"como manosearme la teta y salir corriendo."

Hayden