CORAZÓN DE MARIONETA

Escrito por: Yami06

Aclaraciones: Los personajes de esta historia son del grandioso Kishimoto. Si fueran mios, Itachi sería mi esposo.

Este es el primer fic de Yami06 y el segundo (el segundo corazón mío, Hikari? XD) de nuestra cuenta. Esta idea es mía y agradezco de alma, vida y corazón que no la tomen sin mi autorización, si?

Bueno... ya... Pasamos a la historia


Primer capítulo:

CORAZÓN DE MARIONETA


"Nada es suficiente, aunque creo tenerlo todo… ¿Qué es lo que me falta?"

Tengo todo... Tengo esta gran mansión apartada de la ciudad, tengo esos autos lujosos en mi garaje, tengo una grandiosa fábrica de muñecas reconocida internacionalmente, tengo mi gran talento de marionetista que me lleva a hacer grandes show en los mejores lugares y por todo el mundo, tengo dinero y cuántas mujeres yo desee… sí, tengo todo lo que un hombre podría desear.

Entonces ¿Por qué me siento tan vacío por dentro? Siento que tengo un nudo en mi garganta y que un peso inmenso me aplasta el pecho horriblemente. Me estoy ahogando en mi propia soledad y tristeza por algo que no sé que es. Qué cosa tan desesperante es saber que falta algo en ti y no saber que es, es como si fuera incapaz de hacer cualquier cosa… estoy muerto, soy un muerto que camina entre los vivos.

Hoy, la noche de mi cumpleaños número 25, esa soledad se acentúa más que nada. Estoy encerrado en mi taller, intentando concebir una idea de algún hermoso diseño para alguna muñeca estilo victoriano. Intento dibujarla, pero solo horribles garabatos y ojos sin brillo es lo que sale. Tirado en mi silla, una copa de alcohol se desliza de mis manos y cae al piso haciendo un ruido demasiado estruendoso para el gran silencio que reinaba en aquellas cuatro paredes, me llevo una de mis manos a mi cabeza y acaricio mis rojizos cabellos, mientras cierro mis ojos y me recuesto al respaldar de la silla. Pasa algún tiempo… minutos o segundo… quizás horas… no lo sé. Sólo soy consciente del gran vacío que hay en mi pecho.

-Joven Sasori… ¿Puedo pasar? – Es la voz del hombre que siempre me ha acompañado desde pequeño, y que me ayudó a afrontar los distintos grandes problemas que se me presentaron en mis años de juventud jamás vivida.

-Pasa, Hiruko- Le contesté parándome de mi silla y dirigiéndome hacia mi escritorio, fingiendo que estaba trabajando. El hombre mayor y robusto abre la puerta y entra, me observa por un detenido momento, y yo también le observó fingiendo otra vez que estaba extrañado del porque me observaba.

-¿Se encuentra bien, joven? – Me preguntó el hombre Hiruko con preocupación.

-Estoy bien, Hiruko, solo un poco cansado de trabajar en estos nuevos diseños… no se me ocurre nada – Le afirmé observando los papeles en los que antes había dibujado unos cuantos bocetos, intentando hallar la belleza, inocencia, delicadeza, elegancia y bondad que quería yo reflejar en mis muñecas, fracasando en mi intento por encontrarla.

-Debería descansar, es tarde ya, cuando amanezca podrá continuar con su trabajo… Conciba y consulte ideas con su almohada entre sueños - Al escuchar las palabras de Hiruko, mis labios se torcieron en una mueca casi imperceptible que pocos podrían considerar una sonrisa, miré al hombre que estaba parado frente a mi del otro lado del escritorio, observándome, ahora sin mayores expresiones.

-Pero… prometí este diseño para la semana pasada y aún no tengo nada, debería terminarlo ahora, no importa si amanezco aquí… no quiero quedar como un hombre carente de palabra ante mis asociados y mis empleados… sabes que detesto mucho la impuntualidad y ahora yo mismo estoy siendo impuntual – Renegué como un niño de 6 años que le niegan un capricho.

-Sus empleados y sus asociados saben que no hay hombre que tenga más palabra que usted, joven Sasori, debería ir a dormir, tiene varias noches que no duerme bien, que duerme aquí en su taller. Debería cuidarse más, no descuide su salud. Además, si trabaja así de cansado como se ve no rendirá lo suficiente… tan solo mire esas ojeras que tiene en su rostro – El hombre era casi mi padre, siempre cuidándome, siempre protegiéndome. Ha sido bueno para mí que este hombre, mayordomo de mi familia, haya estado conmigo luego que mis padres fueran asesinados y mi abuela no haya podido con el dolor de perder a su hijo y se haya suicidado. Hiruko sostuvo uno de los papeles con garabatos en sus manos y lo observó detenidamente.

- ¿Es usted feliz, joven Sasori? – Me preguntó aún observando el diseño.

-Soy feliz, señor Hiruko – Le contesté de una manera que intenté fuera jocosa, aunque no creo haber logrado mi cometido. Dejé de sonreír al instante, de una manera casi inmediata mi mirada se perdió pensativa en el vacio… Divagando… Acabo de mentirle a Hiruko… Que pensamiento tan fuera de mí.

Le mentí, si, le mentí. Para ese hombre que había pasado conmigo tantas penas, el yo contarle que tengo un problema de soledad y melancolía sería una gran estupidez, tal vez y él lo considerara una estupidez después de todo lo que ha pasado, estas penas del alma decido soportarlas solo.

-Pues si usted es feliz, joven Sasori, debería descansar, porque dándole mi más sincera opinión, estas muñecas tienen cualquier estilo, menos el elegante de la época de la reina Victoria – Me contestó bajando el papel y observándome con una sonrisa. Yo solté de mi boca algo que podría asemejarse a una carcajada… no… no era eso, era más como un gemido de lamento hecho con una media sonrisa en los labios.

-Está bien Hiruko, iré a descansar, pero tú también hazlo por favor, un hombre ya de 60 y algo de años no debería de estar despierto a las tres de la mañana – Le contesté caminando hacia la puerta.

- ¿Cómo podría yo hacerlo, si veo que hay algo que le aflige y que lo desvela por la noche, y siquiera permite que pueda realizar sus hermosos diseños que por años han posicionado a nuestra compañía como una de las mejores entre la venta de juguetes? – Me contestó con tan larga pregunta, mientras me seguía, ya casi llegábamos a las escaleras.

- A veces imaginas cosas muy raras, Hiruko – Le contesté con una falsa sonrisa, como me conocía ese anciano hombre – Que tengas buenas noches – Le dije ya subiendo las escaleras.

-Usted más, joven – Se despidió el igual, pude escuchar los pasos de él al alejarse hacia su habitación.

Llegué a mi habitación luego de subir pesadamente los escalones de mi casa, me quité los zapatos y los pantalones de tela, y aún con la camisa negra me arrojé en mi enorme y cómoda cama, quedándome dormido casi al instante, atrapado en un negro sueño. Un horrible sueño en el que me veía convertido en una inanimada marioneta con un hueco en el pecho, donde se supone debería estar mi corazón. Una inanimada, vacía y triste marioneta. Sólo ruego porque siga siendo sólo un sueño, y el despertar me traiga a la realidad de una soledad más humana, que pueda ser sanada por ese algo que me falta, y que ahora quiero encontrar.


Y aquí terminó este primer cap!

Si si, se que fue un poco corto, la verdad no soy buena escribiendo ni cosas largas ni cosas cortas XD. (Mi pobre Hikari es testigo y victima de ello) La verdad aun sigo dudosa sobre publicar o no publicar, tengo miedo al rechazo, a aburrirlos o a decepcionarlos haciéndoles esperar demasiado =(

Si ustedes se animan a dejarme su opinión en un review seré felíz x3 ! A ver... aunque sea uno si? No sean malitos conmigo tratenme suave que es mi primer fic. Mejor, denmen sus recomendaciones para mejorar :D

Perdonen todos los horrores, quiero decir... errores en la historia! :))

Ya por leerme y por dejarme reviews bonitos los amo ^^ n/n