El joven Wayne, extrañamente esa exacta mañana se levantó temprano ya que había tenido poco trabajo, se dio una ducha antes de bajar y se vistió para tomar desayuno. Ese exacto día se había quedado unos minutos mirando una vieja cicatriz que tenía en el abdomen, esos gajes del oficio que quedaría por siempre. Esos escasos minutos había hecho que en el momento correcto pasara cerca de la puerta y escuchara el pequeño golpeteo que pensó que era su gran danés. Pero no era nada parecido a su perro, si una niña parada con ropa vieja y rugosa mirándole atenta
Su mirada se detuvo en la pequeña criatura frente a él, pequeña de cabello oscuro y ojos verdoso, sus ojos se encontraron a lo del mayor, curiosos por saber que harían ahora. Su mente se llena de preguntas, todo lo que estaba era esa niña sentada en el tapete de la entrada de la mansión ¿Cómo es que había llegado ahí? Cargaba una manta y una carta, lo tomo en sus brazos algo indeciso, parecía que no había tenido un cuidado en varios días y también le parecía hambrienta
-alguien dejo esto en la puerta-dijo Damian dejando sobre la mesa de la cocina-
- ¿esto? -dijo el mayordomo-es una niña- de 3 años ¿acaso tiene hambre?
La niña se negó, levanto la mano y mostro cuatro de sus dedos, al parecer no hablaba mucho o no quería hacerlo. El pelinegro tomo la carta mientras que el mayordomo le preparo algunas cosas para comer esperando saber el gusto de la pequeña pero apenas le dejo un sándwich de queso, tomate y lechuga comenzó a devorarlo
- "es tu hija" ¿acaso es una broma?
-siga leyendo amo Damian
- "nos conocimos hace tiempo Damian Wayne, seguro no lo recordarías, ni siquiera me preguntaste como me llamaba, pero estoy segura que es tuya, tengo una enfermedad terminal y ya no puedo con ella ni conmigo. Se llama Hope, puedes hacer todos los test que quieras, ella seguirá siendo tu hija"
-así que la señorita Hope-dijo el mayordomo mientras la niña asentía
- ¿eso fue lo único que te sorprendió? -le mira- ¿acaso se parece a mí?
-tiene los mis ojos, pero nada quedara claro, le sorprendería la cantidad de niños que le dejaron al amo Bruce
-como yo-suspira- vamos a hacerle un examen ahora
-ella está muy asustada amo Damian, es mejor dejarla comer en paz antes de comenzar cualquier averiguación
El pelinegro se cruzó de brazos, con el ceño fruncido mirando a la criatura que comía lentamente, no decía mucho ni siquiera le miraba, estaba atemorizada, le hizo una señal al mayordomo y le pidió el baño aun sin decir nada. Cuando volvió tenía la cara más limpia dejando relucir su pálida piel. Miro al mayordomo sin saber qué hacer cuando la tomo en sus brazos, su mirada tranquilizadora le hizo dejar de temblar y al fin llevarla hasta la cueva para las pruebas
-me temo que no tenemos ropa de infante
-no te preocupes se la devolveré a su madre, o la llevare al orfanato
El mayordomo solo le miro serio, no podía culparlo jamás en su vida el joven Wayne había estado cerca de un infante y mucho menos sobre lo que debía o no decir frente a ella. Dejo a la niña sobre la camilla, limpio su brazo y le extrajo un poco de sangre mientras que ella se mantenía tranquila, silenciosa, pero con la mirada llena de curiosidad por el lugar donde se encontraba. El mayordomo había visto varios niños crecer, pero ninguno le había parecido más peculiar que el que estaba sentada en la camilla
-esta niña está mal-dijo con el ceño fruncido- incluso yo era mucho más animado a esta edad
-ni siquiera yo lo creería-suspira- tiene bastantes traumas, pensando en una madre que estuvo enferma, está un poco desnutrida y deshidratada, debemos agradecer que se mantiene con vida
-solo apresúrate Alfred, no tengo todo el día
Espero unos diez minutos antes de que apareciera el resultado, el pelinegro no pudo quedar más asombrada, aquella pequeña niña que dormía sobre la mesa era suya, su hija. Su nivel de compatibilidad en sangre era muy alto que era imposible que no fuera suya, mientras que daba un respiro asombrado de toda la situación el mayordomo comenzó a buscar a la madre
-amo Damian
- ¿q-que?
-acaba de haber un llamado desde la estación de policía, alguien se acaba de lanzar desde un puente de memoria de Robert Kane… es una mujer
- ¿ella acaba de saltar? ¿dejo a su hija y acaba de saltar?
-no la han identificado aun… pero cabe una posibilidad, debido a lo escrito en la carta
- ¿supiste el nombre de la madre?
-Sarah Carter … llevare a la señorita Hope a descansar arriba
-iré a ver a Gordon ¿tienes una fotografía?
El no tardo en imprimirle una, apenas si recordó conocerla, pero no lo suficiente como para decir algo de ella, solo un recuerdo de una noche y la consecuencia de eso estaba en los brazos del mayordomo descansando plácidamente. Se cambió a prisa y se fue con Gordon para verlo en la morgue donde buscaría el cuerpo de la mujer. A pesar de que el pelinegro no iba a jamás a analizar cosas como esas Gordon no hablo nada, seguro por esa cara asombrada que aún tenía solo le dijo que sí sin preguntar. Deslizo el cierre lentamente para ver esa pálida mujer acostada con los ojos cerrados, era ella y no necesitaba la foto para reconocerla, simplemente se parecía a la niña
-es Sarah Carter
- ¿la conoces?
-solo… conocida
-los registros dicen que tiene una hija, no padres ni esposo ni siquiera novio, tenía cáncer… y al parecer ya estaba en su última etapa… solo un mes mas
-la dejo con su padre…
-oh entonces no está en la calle, eso es bueno, creo que mañana le iré a echar un vistazo a la niña-mira el reporte- oh Hope, genial… tiene sentido era todo lo que tenía su madre, vivían en los refugios de la fundación Wayne
-es solo eso Comisionado, estaremos en contacto, este caso está cerrado.
