Introducción.
- Todavía está muy pequeño pero puedo jurar mi alma al diablo que es tu viva imagen- El rostro de la chica se mostraba seria pero soltaba silenciosas lágrimas que se deslizaban por sus mejillas rojas y se perdían en su mentón- Joy le puso Frederic por ti. Ya sabes, Freddy, Frederic. Jejeje, todos te extrañamos. Foxy no es el mismo desde tu pérdida, ya no sale de su casa, dejó de comer, dejó su triángulo en el olvido. Chica a intentado animarle pero nada funciona y termina por llorar con él. Bonnie ya no toca su guitarra, creo que hasta hay posibilidad de que la haya vendido. Todos sufrimos Freddy...- Sus lágrimas caían ya en cascadas y sus sollozos se tornaban roncos, desgarrados.
Observó la lápida frente a ella y cayó rendida de rodillas mientras unos brazos la rodeaban con fuerza. El rubio que la acompañaba también lloraba silenciosamente mientras presionaba sus labios con fuerza, debía ser fuerte por su amiga.
- Carry... Es mejor que nos vayamos...- Dijo Golden con voz temblorosa mientras trataba de levantarse junto a la mencionada, pero le resultaba difícil pues ella empezó a golpear la tierra que había en la tumba.
- ¡¡¡NOOOOOO!!!- Gritó tratando de aferrarse a la tierra lastimado sus uñas y creándose pequeños cortes y marcas con las piedras- ¡¡¡ÉL NO SE PUEDE IR ASÍ SIN MÁS!!!- Su rostro estaba finalmente empapado y mostraba tanto furia e ira como tristeza y nostalgia- ¡¡FREDDY!!-
Golden trataba de sujetarla con fuerza pero se le dificulta cuando ella se empieza a agitar tratando de liberarse.
- ¡¡¡Por dios, Carry. ¿Crees que a Freddy le gustaría verte así? Maldición. Controlate!!!- Dijo ello a gritos tratando de que ella entre en razón.
Cuando Carry le pidió que le acompañara al cementerio a visitar a Freddy jamás pensó que terminaría así. El joven cantante decidió que desde ese instante no la dejaría nunca más sola, estaba demasiada afectada como para saber que hacía, necesitaba que alguien la vigilara constantemente y eso iba a hacer él.
- Freddy...- Dijo en un susurro la chica de ojos azules antes de caer desmayada en brazos del rubio que pronto entró en pánico.
- ¿Carry? ... ¡Carry!-
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Las gotas de lluvia comenzaban a caer en llovizna y cubrían la ventana del auto en el que iba nuestra protagonista, quien se miraba como si no hubiese dormido en días y con los ojos de un casi rojo intenso. Ella tomaba lugar en uno de los asientos traseros junto a la ventana y quien conducía era Golden.
- ... Lamento mucho el momento incómodo que tuviste que presenciar en el cementerio..- Dijo repentinamente la pelirroja aún mirando la lluvia por la ventanilla.
- En verdad me alegra haber estado ahí- Dijo con sinceridad el chico- Quien sabe de que hubieses sido capas hacer- Presionó con algo de fuerza el volante- Si algo te llegara a pasar...- Suspiró con pesadez y cerró los ojos un segundo- Ya perdí a uno de mis mejores amigos y... no puedo perder a otra...-
El silencio reino por unos minutos en el auto y lo único que se oía era la lluvia chocando con el auto y asfalto, y también el motor del auto.
Carry había reflexionado sobre su comportamiento en la tumba de su hermano y se sentía realmente avergonzada. Golden en verdad se había comportado como un verdadero amigo cuando trató de evitar que se dañara a ella y la tumba de ese ser que tanto amó.
Aún podía verlo en aquel gigantesco charco de sangre con los ojos abiertos y el pelo revuelto. Había caído de lo alto de un edificio de más de 10 pisos desde la azotea, su posición se veía como un insecto muerto y eso sólo la enfureció.
La policía estaba investigando si aquello que le pasó a él fue cosa de suicidio o homicidio, según le habían informado había más probabilidad de que Freddy se haya matado por su cuenta pero la ojiazul no podía decir que les creía.
- Tenemos a que vengar la muerte de mi hermano- Dijo rompiendo el silencio la chica, claramente enojada. Golden sintió un escalofrío recorrer su cuerpo entero al escucharla, no conocía esa parte de su amiga- Debemos hacer pagar al maldito que lo mató-
El rubio no dijo nada y se limitó a tiritear y seguir conduciendo, cuando de pronto estaciono en una acera sin llegar aún a su destino. Debía hablar seriamente con la hermana de su amigo.
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En otra parte, se podia apresiar la sombra del joven pelirrojo con las orejitas de zorro que le dio su amiga se movía temblando de espaldas bajo la única luz de una pequeña lámpara junto a su cama con él sentado en ella.
Su perfil lo mostraba casi sonriendo y sus lágrimas reflejaban la poca luz de la lámpara. Después de la visita de su amiga rubia tuvo la repentina necesidad de ver esas viejas fotos de cuando él y sus amigos habían formando la banda en el High School para el concurso de primavera.
Las tenía guardadas en un descuidado álbum guardado en una de las cajas de su escritorio. En todas se podía ver a él y sus amigos abrazados o con sus instrumentos, sonriendo y divirtiéndose. En unas cuantas se podía percibir la mirada de odio del zorro hacia el cantante, eso le hizo soltar una corta risa mientras de pronto tapaba su boca y notando las lágrimas que caían por sus mejillas. Sus pupilas habían disminuido tamaño mientras pasaba las páginas del álbum y miraba las fotos mientras ocultaba su sonrisa bajo su mano y aún lloraba, se podían ver ojeras en sus ojos.
En un momento apareció una foto de Freddy con su corbata y sombrero con orejas de oso, sus mejillas lucían sonrojadas y él nervioso al ver que lo fotografiaban.
Foxy empezó a reír sin nada de gracia aún tapándose la boca y sus ojos reflejaban algo de cinismo mientras centraba su vista en la foto de su amigo. Se reía cada vez más fuerte y de repente tiró el álbum con brusquedad lejos de él.
Se levantó de la cama y tomó su pelo con fuerza, jalandolo. Aún reía pero de pronto dejó de hacerlo para volver a llorar con la voz desgarrada.
- ¡¡¿No habías dicho que jamás nos abandonarías, mentiroso?!!- Gritó dolido mirando el techo- ¡¡¡Prometiste que estarías para nosotros siempre, pero no estás más que bajo la tierra!!!-
Empezó a tirar todo en su habitación con ira mientras aún lloraba y gritaba a más no poder. Ese niñato le dijo nada más que mentiras, él ya no estaba con sus amigos, estaba muerto y enterrado lejos de todos los que lo amaban y querían. Le hizo juramentos que rompió al momento de suicidarse, pero eso no se iba a quedar así, él haría que cumpliese con todo lo que le dijo.
- Vas a ver, Freddy... Vas a cumplir cada palabra que me dijiste... Haré hasta lo imposible porque lo hagas, maldito...- Dijo tirado en el piso en susurros ya cansado y algo herido por los vidrios de vasos y floreros que había quebrado.
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El niño en la cuna empezó a llorar a mitad de las 4 de la madrugada pues empezó a sentir hambre y quería que su madre lo alimentara. Ella empezó a despertar bostezando y sonrió con tristeza al ver a su adorable pequeño, sus cabellos castaños se podían ver en su cabecita ya mas largos que cuando nacio, aún no era muy largo. Sus ojitos azules estaban cerrados y soltando lágrimas.
- Ya pasó mi amor...- Lo arruyó su madre mientras lo cargaba en sus brazos de la cuna junto a su cama matrimonial- Tienes hambre, ¿Verdad...- Bostezo en medio de la frase- .. Pequeño?-
Habían pasado apenas unos 5 meses desde que el padre de su hijo murió y lo único que podía recordarlo diariamente era su pequeño hijo quien se parecía demasiado a él.
Hace apenas semanas había decidido dejar de llorar por Freddy y comenzar a pensar más a su hijo, él lo necesitaba y finalmente lo había entendido.
Consiguió un trabajo como cantante y pianista en un restaurante elegante no muy lejos de su casa durante las noches desde 06:30 p.m. a 10:30 p.m. y a decir verdad le pagaban muy bien. A su bebé lo dejaba con su abuela quien le esperaba siempre con los brazos abiertos al pequeño.
- Cada día te pareces más a tu papá- Comentó mientras alimentaba al niño- Tienes todo de él, su pelo, sus ojos...- Tomó su manito en uno de sus dedos- Su sonrisa. Eres hermoso, pequeño-
Una lagrima solitaria se deslizó por su mejilla derecha mientras miraba a su bebé en la oscuridad y soledad de su casa.
Desde hace un tiempo antes de que el castaño muriese habían tenido planes de vivir juntos y criar al niño que Joy esperaba, tal y como una familia verdadera y feliz. Pero las cosas se vieron perjudicadas a la sospechosa muerte de su novio, su prometido.
Flash Back.
- ... Acá será la cocina y aquí la sala. Nuestro dormitorio está arriba, junto al cuarto de bebé- Decía todo muy rápido y entusiasmado mientras jalaba la mano de su novia que lo miraba divertida.
En menos de un segundo ya estaban en el piso superior y Freddy se apresuró a llevar a Joy a la que sería su habitación.
- ¿Que te parece? Bastante espacioso y tiene un baño en la habitación. Sé ve bastante grande pero ya verás cuando tragamos nuestras cosas- Sostuvo con firmeza la mano de su novia sobrenotando el anillo que él le había dado, un anillo de compromiso.
Él estaba tan concentrado en el lugar que no notó cuando Joy soltó su mano y decidió observar dicho anillo y acariciar su vientre algo abultado con la otra mano. Sonrió muy alegre y soltó una pequeña carcajada.
- ¿Uh? ¿Sucede algo malo?- Se acercó a su novia y la abrazo- ¿No te gusta el cuarto? Podemos elegir otro. Hay uno en el piso de aba...-
- No, no. Freddy, todo es perfecto- Miró sus ojos mostrando alegría y nerviosismo- Pero, aún somos muy jóvenes y... esto de vivir juntos, casarnos y.. tener un hijo...- Suspiro sintiéndose como en un sueño.
- ¿Qué?- De pronto dejó de abrazarla y la miró con miedo- No... ¿No quieres? Joy, yo te amo mucho. Demasiado. Quiero formar una familia contigo y ser felizmente casado contigo y con nadie más ¿Tu no me amas?-
- ¿Pero que dices, Freddy? Claro que te amo. Te amo más que a mi propia vida y quiero hacer todo esto contigo. Pero...-
- ¿Tienes dudas? ...-
- No. Esto es como un sueño. Estoy muy alegre, amor. No tengo duda alguna-
Freddy sonrió satisfecho con la respuesta y volvió a sonreírle a la vez que se arrodillaba para llenar de besos su vientre, donde se encontraba su primogénito.
Fin de Flash Back.
No le mintió al castaño cuando dijo amarlo más que a su propia vida, y una prueba evidente había sido cuando ella misma, unos días después de haber dado a luz a su bebé Frederic, intento matarse.
Por supuesto que lo habría logrado, estaba muy convencida, pero alguien lo impidió. Bonnie había ido junto con Bon a visitar a la rubia y su hijito cuando de pronto y antes de tocar a la puerta se escucharon bajos sollozos y el llanto del bebé. El par de chicos alarmados por lo que pasase decidieron no tocar y tirar la puerta abajo para ir corriendo a ver que pasaba. Lo que vieron los dejó en shock.
Joy con un cuchillo en la mano llorando, su bebé debía de estar en el piso de arriba así que Bonnie fue por él. Bon tenía que evitar que una locura ocurriese.
Finalmente Joy se dio cuenta de lo que hacía y asustada soltó el cuchillo para luego ser abrazada por su amigo de años. Bonnie no había tardado en llegar con el bebé más calmado.
Ambos se habían llevado un susto de muerte al casi perder a su amiga.
